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martes, 28 de febrero de 2012

ANDRÉ LUIZ ACONSEJA





     ¿Lamentarse por qué? Aprender siempre, sí.
Cada criatura recogerá de la vida no solo por lo que hace, sino también conforme esté haciendo aquello que hace.
No se engañe con falsas apreciaciones respecto de la justicia, porque el tiempo es el juez de todos.

     Recuerde: todos recibimos de Dios que nos transforma o retira eso o aquello, según nuestras necesidades.

     La humildad es un ángel mudo.

    Cuanto menos usted necesite, más tendrá .

     Mañana será, sin duda, un bello día, pero para trabajar y servir, renovar y aprender, hoy es mejor.

     No se confunda con la supuesta felicidad de aquellos que abandonan sus propios deberes, una vez que transitoriamente buscan huir de si mismos como quien se embriaga para olvidar en vano.

     El tiempo es oro pero el servicio es luz.

     Solo existe un mal a temer: aquel que aun existe en nosotros .

     No parar en la edificación del bien, ni para recoger los laureles del espectáculo,ni para contar las piedras del camino.

     ¿La tarea parece fracasar ? Siga adelante, trabajando, que, muchas veces, es necesario sufrir a fin de que Dios atienda a nuestra renovación.
Francisco Càndido Xavier
Por el Espiritu André Luiz.

EDUCACIÓN

  Muchas veces, percibiste una fuerza interior impeliéndote a la práctica del bien, pero el raciocinio equivocado te apartó de la buena acción.
     Tuviste una discusión amarga con quien siempre compartió contigo las experiencias más íntimas, y después, arrepentido, deseaste hablarle con ternura, rogando perdón por el acto impensado.
     Dirigiste el verbo áspero al compañero leal, y después, consumido por el disgusto, procuraste el reencuentro, afligido por las disculpas debidas al corazón amigo.
     Sin embargo, sucumbiste al peso del orgullo y, en ves del gesto de reconciliació n, sofocaste tus pretenciones de fraternidad.
     Maltrataste al desconocido en la calle, después atormentado por el remordimiento, pretendiste deshacer el malestar.
     No obstante, cediste al imperio de la vanidad y, en vez de la actitud digna, proseguiste tu camino, insensible al constreñimiento del otro.
     Hiciste a tu auxiliar exigencias inapropiadas, y después, amargado por la conducta inicua, quisiste la comprensión del colega ofendido.
     Empero, obedeciste a los dictámenes de los prejuicios, y en vez del acto de consideración, renunciaste a tus anhelos de respeto y amor al prójimo.
*****
     Traes en tu interior ímpetus indeseables y buenos. Moldeada por la buena educación, la inteligencia controla los impulsos inferiores y se alía a los instintos nobles.
     Edúcate con los preceptos del Evangelio, para que tu juicio no sea engañoso y asfixie las manifestaciones espontáneas de bondad.
     Sigue las enseñanzas de Jesús. Y con Jesús trabaja, ama y sirve, para que tu raciocinio esté resguardado de malas influencias, recordando que Pilatos no atendió al instinto bueno que absolvía al Divino Maestro y permitió que se consumáse la injusticia, guiandose por la razón contaminada de convivencia personal.
 André Luiz
( Comunicación psicografiada por Antonio Baduy Filho, en el culto del evangelio del Sanatorio José Días Machado, en la mañana del día 9 de marzo de 2003, en Ituiutaba, Minas Gerais, Brasil).
ANUARIO ESPÍRITA  2004.

Señor, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo, y la sabiduría para saber distinguirlas.
- Aportado por  Bibiana Gianitelli -


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