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lunes, 9 de marzo de 2015

¿Puede usted consultar a los espíritus para mi ?


                                         
¿Le es fácil al Espíritu  poder reencarnar ?.-

Existen grandes dificultades materiales para llevar a cabo cada reencarnación, pues son muchos los Espíritus que lo necesitan y lo esperan, pero sin embargo resultan escasas y difíciles de conseguir las disponibilidades de una vida humana adecuada a las necesidades de cada Ser.
Como cada vida debe ser planificada cuidadosa y minuciosamente , el Espíritu reencarnante así como el equipo de espíritus que preparan su reencarnación, suelen encontrar serias dificultades para poder realizar su proyecto evolutivo de volver a vivir una nueva existencia humana.
Por ejemplo, la disponibilidad de unos padres idóneos que les puedan aportar la adecuada herencia genética para su cuerpo, de modo que les limite o les permita manifestar las facultades naturales que lleva consigo y que conquistó en vidas anteriores, en consonancia con su particular deuda con la Ley de Consecuencias. Otra dificultad frecuente es la de tener que superar la barrera vibracional de la persona que va a ser su madre hasta llegar a aproximarse y a sintonizar con ella para poderse unir fluidicamente al Periespíritu de la misma, desde antes de tener lugar la concepción, así como la adaptación a las vibraciones del entorno familiar en el que se desenvolverá su vida, al menos durante una primera etapa humana.
A estas dificultades se añaden además las de carácter social y ético que tenemos en esta época actual tal como la crisis económica, el nihilismo y el consumismo, que nos llevan a no desear traer mas hijos al mundo para que toda la familia no carezca por completo de lo que ,a veces, ya es escaso, o simplemente por un sentido egoísta de no tener mas obligaciones ni de tener que compartir el día de mañana los bienes materiales con el Ser que llegó después . El materialismo , la sociedad de consumo y la ignorancia de la realidad espiritual, nos llevan a no poder ni querer dedicar una parte de nuestra vida a criar y educar hijos sacrificando a veces el bienestar económico.
Habría que significar que esta clase de dificultades que ponemos los humanos para cerrar la puerta a la llegada de un nuevo Ser al mundo, son en realidad una excusa moral ante los demás y ante nuestras propias conciencias, y tienen como base el egoísmo que campea en nuestras sociedades humanas , así como la falta de un Conocimiento Espiritual adecuado , carente de las mas elementales normas morales .
Por encima de estas dificultades humanamente consideradas, en todo caso lo que dispone la reencarnación necesaria y adecuada para cada Ser espiritual, es la Omnipotente Mente Divina, ante cuyas disposiciones todo se cumple según ella.

- Jose Luis Martín -

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“Todo lo que nace muere y todo lo que muere renace”

- Pietro Ubaldi -
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¿USTED PUEDE CONSULTAR A LOS ESPÍRITUS PARA MÍ?
O Blog dos Espíritas

Por Orson Peter Carrara
Esta pregunta es muchas veces dirigida a los espiritas. Imaginan,  los que desconocen el Espiritismo, que los centros espiritas son auténticos consultorios del más allá. Meros equívocos.
Vamos por partes. Dice el Codificador de la Doctrina Espirita que toda persona que siente, en cualquier grado, la influencia de los espíritus, es por ese acto, médium. Es correcto, pues la mediúmnidad es un don humano presente en todas las criaturas humanas  y no exclusiva de los espiritas.
Ocurre que, por mera cuestión de entendimiento, son considerados médiums aquellos que ostensivamente son utilizados por los espíritus como intermediarios de sus manifestaciones. Vale decir que esas manifestaciones ocurren de innumerables formas (psicografia, psicofonía, videncia, audiencia, etc.) y que los espíritus  no son nada más que criaturas humanas antes y después  de la muerte, guardando consigo sus conquistas morales e intelectuales. Este hecho, por si solo, ya indica que los espíritus se presentan en las manifestaciones de acuerdo con la moral e intelecto que poseen.
Por tanto, el proceso de consulta a los espíritus es algo que requiere mucha prudencia, buen sentido y redoblados cuidados. Al final, ellos  no están ahí para satisfacer curiosidades o resolver problemas materiales. Aconsejan sí, siempre con mucha reserva, atienden muchas veces cuidados con la salud, más se abstienen de informaciones de cuño material. Solamente responden a estas cuestiones espíritus ignorantes,  torpes o propensos a juegos.
Por otro lado, es  preciso siempre recordar que los médiums, espiritas o no, son personas comunes, apenas dotados de facultad de intercambio con el mundo espiritual. La mediúmnidad es una autentica herramienta de trabajo para el bien de la colectividad. Su huso independiente de la edad, sexo, creencia o condición social, más el factor  moral  de su portador es factor determinante para su práctica equilibrada y condicente con su autentica finalidad de auxilio a los seres humanos.
Su desenvolvimiento obedece a la programación previa establecida antes de la reencarnación, más aquí mismo, en el plano terrenal, que la dedicación, la disciplina, la fidelidad a los principios humanitarios y cristianos, la harán grandiosa y la constituirá en bendición para su portador  y beneficiados de su actuación.
Por todas estas razones, la consulta a los espíritus es cuestión absolutamente secundaria. Ya tenemos la teoría a disposición, para estudiar y comprender. Y al mismo tiempo, el comportamiento ético y moralizado darán guarida a su expansión y uso correcto.
Los espíritus viven ayudando a las criaturas humanas. Lo hacen por la intuición, a través de los sueños, por su presencia constante a nuestro lado – desde que estamos  con ellos sintonizados por el buen comportamiento y por los buenos pensamientos o por la adquisición permanente de virtudes – y por el propio entendimiento que ya poseen (los esclarecidos), de la importancia de la solidaridad…
Traducido por M. C. R. 

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Richard Simonetti 
                   Justicia Divina



1 - ¿Cómo definir la filosofía?

Llamado sabio por sus contemporáneos, Pitágoras (580 - 500 a.C.), modestamente, decía: «Soy tan sólo un amigo de la sabiduría». En griego, philósophos. La filosofía sería, por tanto, un empeño de buscar la sabiduría, en su sentido más noble - desvelar la verdad a través de la adquisición de conocimientos y el ejercicio de la razón.

2 - ¿Podemos, filosóficamente, demostrar la realidad de la reencarnación?

Si, desde que admitamos que Dios existe y tiene por atributos la justicia y la bondad.

3 - ¿Cómo probar que Dios existe?

En el axioma aplicado a las ciencias, evocado en El Libro de los Espíritus, pregunta 4: «No hay efecto sin causa». Si el Universo es un efecto inteligente, tan perfecto que trasciende a la comprensión humana, necesariamente tiene una causa inteligente.

4 - ¿Y cómo demostrar que Dios es justo y bueno?

Hay en el ser humano un anhelo innato de justicia y bondad. Creados a su imagen y semejanza, lo que existe en nosotros en lo relativo, forzosamente existe en lo absoluto, en Dios.

5 - ¿Y qué tiene que ver la reencarnación con la justicia y la bondad de Dios?

Sin la reencarnación es difícil conciliar esos atributos de la Divinidad con las injusticias y maldades que preponderan en la Tierra.

6 - Dicen que Dios hace sufrir a los que ama, preparándolos para las bienaventuranzas celestes. ¿Quién sufre mucho es bien amado por Dios? ¿Quién menos sufre, es poco amado por Dios? 

Es una idea absurda. Contraría elementales principios de la equidad.

7 - Si la filosofía apunta en dirección de la reencarnación, ¿por qué la mayor parte de los filósofos no la admite?
Los filósofos están interesados en explicar el Universo estribándose raciocinios materialistas, con abstracción de Dios y del espíritu inmortal, conceptos básicos para pensar en la reencarnación.

8 - ¿Por qué Allan Kardec no fue reconocido como filósofo?

Porque siempre dejó bien claro que el Espiritismo es obra de los Espíritus, algo inadmisible para el materialismo que domina la filosofía. Por agravante, Kardec recusó adoptar el lenguaje complicado de los filósofos, inaccesible al hombre común. Eso permitió que fuese entendido por el pueblo, pero le cerraron las puertas de las academias. 

Richard Simonetti

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