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viernes, 18 de enero de 2013

EN EL TRATO CON LOS JOVENES





      “Cuando los niños y adolescentes se encuentran en etapas difíciles de su desarrollo, los padres de familia debemos entender y aprender a tratar a nuestros hijos, detectar los problemas que enfrentan, las conductas violentas, depresiones, enajenaciones, berrinches, enojos. Las madres y  padres deben establecer mayor comunicación con sus hijos y darles tiempo. No dejemos que tengan motivos para que adopten conductas sociales inaceptables”.
      El equipo familiar en el mundo no siempre es un jardín de flores. A veces, es una espina de preocupaciones y de angustias, reclamando sacrificios. Aunque se necesite firmeza en las actitudes para la temperancia de la afectividad que es propia a los padres, jamás conseguirán  sanar las heridas del ambiente particular con el látigo de la violencia o con el emplasto de la dejadez.
      La familia tiene un rol crucial en los planes del reino de Dios sobre la tierra. La familia es la razón por la cual Dios comunica, preserva y promueve Su dominio. El hogar es el lugar en el cual Sus verdades son vividas y enseñadas. Al visitar a una familia cristiana, esta debería ser capaz de lograr transmitir una buena impresión de la bondad, amor, orden, comunión, provisión y leyes de Dios.
       Los hijos son las obras preciosas que el Señor confía a todos los padres, solicitándoles cooperación amorosa y eficiente. Criar  y educar a los hijos no es tarea fácil. La mayoría de los padres viven desviados, sea en los excesos de ternura o en la demasía de la exigencias, más a la luz del Evangelio caminaran todos rumbo al progreso, comprendiendo que, para ser padre o madre son necesarios profundos dotes de amor, al frente  de esas cualidades  debe brillar el divino don del equilibrio.
      En la actualidad es muy grande la preocupación de los padres y profesores por las dificultades que se enfrentan, a diario, a la hora de criar a los hijos o impartir educación a sus alumnos.  Existen relatos e historias de experiencias con hijos o alumnos “difíciles”. Jóvenes que  prefieren un estilo diferentes para expresar sus ideas, sentimientos  o llevar a cabo sus planes.
      La realidad, es que el estilo de vida, ha cambiado en la actualidad, es muy diferente a como se vivía en la antigüedad.
      Reflexionando acerca de los jóvenes, vemos que ellos agregan a las tendencias del pasado las experiencias adquiridas recientemente.
      Con excepción de los que renacieron sometidos a la observación de la patología mental, todos han venido de la etapa infantil para dar cumplimiento a un noble destino.
      ¡Todos, sufren ansiedades y flagelaciones antes de afirmarse en el puerto seguro del deber a cumplir!...
Incuestionablemente, es preciso apoyarlos todo cuanto nos sea posible. Comprendiendo, sin embargo, de que ampararlos no será trazarles la obligación  de copiarnos los tipos de felicidad o de vivencia.
      Cuando Jesús nos recomendó no despreciar  a los pequeñitos, esperaba de nosotros  no solamente medidas providenciales  alusivas  al pan, y a la vestimenta. No basta alimentar el cuerpo, es imprescindible  el abrigo moral que asegure al espíritu renacido el clima de trabajo necesario  para su sublimación.
      “Muchos jóvenes son víctimas del empobrecimiento y de la marginación social, de la falta de empleo, de una educación que no responde a las exigencias de la vida, del narcotráfico, de la guerrilla, de las pandillas, de la prostitución, del alcoholismo, de abusos sexuales”. Muchos jóvenes viven adormecidos por la propaganda de los medios de comunicación social y además por imposiciones culturales y por el pragmatismo inmediatista que ha generado nuevos problemas en la moderación efectiva de los adolescentes y jóvenes.
      La juventud de hoy debe hacer un alto y reflexionar.
      Quizás a tu alrededor tienes a jóvenes  difíciles para dirigirlos convenientemente en la vida.
      No nos compete el derecho de abandonarlos  a si mismos cuando aun son inexpertos, eso está claro.  
      Mientras tanto, eso no significa que debamos destruirles la vocación, frustrándoles la autenticidad en que se les caracteriza la existencia.
      Soñaremos para nuestros hijos, en el mundo, envidiable destaque en las profesiones liberales,  con primorosas titulaciones académicas, más es probable que hayan  renacido entre nosotros para servicios de la gente, aspirando a adquirir duros  callos en las manos, a fin de realizarse en la elevación que demandan.
      Otras veces ideamos para ellos la formación del hogar  en el que nos premien el ansia de poseer respetables descendientes. No en tanto, es posible que estén con nosotros para largas experiencias en condiciones de celibato, cargando problemas y pruebas que les dicen respecto  al mejoramiento espiritual.
      Algunas veces gritamos furiosos contra ellos, exigiendo nos adopten el modo de ser.  Frecuentemente, sin embargo, si eso acontece, acabamos por perderlos en manos  que los deslustran los sentimientos  o les amargan la vida, cuando no los empujamos, inconscientemente, para el infierno  de los tóxicos o para los despeñaderos del desequilibrio metal con los que se matriculan en los manicomios.
      Compadece a  los hijos que parezcan diferentes a ti.
      Acéptalos como son y auxílialos a cada uno de ellos en la integración con el trabajo el que se hagan dignos de la vida que vinieron a vivir.
      Ampáralos sin imposición y sin violencia.
      Antes de surgir ante ti como hijos de tu amor, son hijos de Dios, cuyo amor infinito vela en nosotros y por nosotros.
      Aun cuando evidencien características inquietantes, bendícelos y oriéntalos, cuanto te sea posible, a fin de que se mantengan  como estilos vivos  de rendimiento del bien en el bien común.
      Y aun  cuando no puedan compartir  el techo y se aparten de tu compañía, a pretexto de independencia, bendícelos a un mismo así, comprendiendo que todos nosotros, desde que nos vinculamos al orden y al trabajo en el deber que nos compete, sin perjudicar a nadie, disfrutamos por ley divina el privilegio de descubrir cual es para nosotros el mejor camino a seguir y servir, vivir y sobrevivir.
      El respetable cuadro que traen de las Esferas Superiores, se revela a través de sentimientos en forma de entusiasmo y sueños juveniles y se confunden  con las deformaciones de la realidad terrestre que aguarda en ellos la redención que aportará el futuro.
      Muchos abandonan la niñez mutilados moralmente por las manos mercenarias a las que fueron confiados desde la cuna; otros en cambio despiertan en el laberinto de los ejemplos lamentables,  provenientes de aquellos de quienes esperaban recibir las orientaciones para la superación interior.
      Muchos son arrojados a los problemas de la orfandad cuando más necesitan el apoyo amistoso, otros andan por el mundo como aves cuyo nido fue destrozado, abandonado sin rumbo en la tempestad de las pasiones inferiores.
      Muchos en rebeldía por el lodo arrojado en sus esperanzas, descienden a los más sombríos cenagales del crimen, mientras que otros artos de miseria se refugian  en prostíbulos dorados para concluir sus días en la condición de náufragos de la noche.
      Se les reclama el porvenir, pero se les arruina el presente.
      Se les adorna el aspecto, pero se les pervierte la conciencia.
      Se les enseña el verbo refinado de la cultura académica pero en la intimidad se les comunica la palabra degradada del lenguaje vulgar.
      Se exalta para ellos el ideal de la belleza de la virtud y se ríen de ellos  cada vez que demuestran que no son modelos perfectos de la animalidad inferior.
      Les hablamos de la glorificación del carácter pero atormentamos su alma  en el delirio del alcohol o en la frustración de los estupefacientes.
      Les suministramos abandono y criticamos su conducta.
      No debemos condenar a los jóvenes cuando notemos que han caído en la demencia  o en la inconsecuencia.
      Cada niño o adolescente constituye en el mundo un proyecto de la Sabiduría Divina al servicio de la humanidad, y cada niño o adolescente desviado es un proyecto de la Sabiduría Divina al que la humanidad ha corrompido o menospreciado.
      Recibamos a los jóvenes  de todas las condiciones como a nuestros propios hijos y procuremos con todas nuestras fuerzas estimular en ellos el amor al trabajo y a la iniciativa de la educación.
      Ellos que inician la lucha, necesitan, que los “comprendan y que velen por ellos” con el fin de que sepamos sembrar y construir, porque en todas las épocas, cuando se desampara a la juventud la vida se extingue.
      La etapa de la juventud está cargada de interrogantes vitales y presenta el desafío de tener un proyecto de vida, personal y comunitaria. Un proyecto que dé sentido a su vida; que no la deje caer en un valor existencial, sino que le permita lograr a plenitud su realización como persona. La juventud cuestiona todo, tiene un espíritu de riesgo, de valentía y una capacidad creativa para responder a los cambios y exigencias del mundo en que vive.
      Ella aspira a mejorar siempre como signo de esperanza, gozo y felicidad. Además, es muy sensible a los problemas sociales y exige autenticidad y veracidad. Rechaza con rebeldía una sociedad invadida por la hipocresía y los anti-valores. Pero con sentimientos de dolor, podemos afirmar que nuestra sociedad actual está muy lejos de ser la sociedad en que tienen derecho a vivir él y la joven de hoy. Actualmente, son muchos los y las jóvenes que son víctima de:
      Un empobrecimiento y marginación social producto de la gran injusticia social. Un rechazo ante sus conductas, motivadas quizás por los traumas psicológicos de ser hijos e hijas cínicos, mimados, consentidos; de padres y madres divorciados de un hogar donde no se dialoga, comprende, ama...
      Un sistema educativo que no responde a sus inquietudes ni llena sus expectativas.
      Un estado que no proporciona estabilidad, seguridad e incentivo para el futuro; con salarios bajos, sin posibilidad para ejercer su profesión u oficio.
      Un adormecimiento por la propaganda de los medios de comunicación que lo alienan con imposiciones culturales y con el pragmatismo, generando así nuevos problemas en su moderación psicológica y afectiva.
      Una carencia de entusiasmo y amor por los grandes ideales de vida, de la patria, sus estudios...
      Una sociedad que les propone la riqueza, el poder y el placer como el camino mejor para “Vivir la Vida”
      Un narcotráfico y corrupción descarados. Unas guerrillas crueles.
      La propaganda falaz que promueve la prostitución, el aborto, el alcohol, el consumismo... como productos de la época, del avance y la civilización.
      Una música que aturde, excite y atolondra la mente.
      La Juventud tiene derecho a vivir en otra sociedad donde:
      La Familia: juegue su verdadero papel y en ella se ame, se corrija, se dialogue. Se aprendan los verdaderos valores. Donde haya un lugar de encuentro, de búsqueda, de soluciones, no de conflictos, donde vivir en armonía, con fidelidad, amor, tolerancia y comprensión.
      El Estado:  que asuma su rol y ofrezca una educación basada en los derechos que señala el código de protección al niño; niña y adolescente que dice: “Todos los niños(as) y adolescentes, tienen derecho a la educación, encaminada al sano desarrollo de su persona, a fin de que puedan prepararse para ejercer plenamente sus derechos ciudadanos y por eso deben tener: Igualdad, Enseñanza Primaria, Acceso gratuito a Escuelas Públicas.”
      Además el estado debe dar a la juventud oportunidades para que se pueda realizar profesionalmente. Se debe crear un clima en el cual la juventud pueda adquirir un sentido crítico de la vida en la práctica de la justicia, la democracia, la paz, la igualdad social y vivir teniendo la seguridad personal sin violencia, ni drogas, ni prostitución.....
      La Sociedad debe ofrecer  a los jóvenes la oportunidad de ser hombres y mujeres responsables, creativas, participativas, activas en las estructuras culturales, políticas, educativas, familiares para ser así protagonistas de su propio presente y futuro ejerciendo sus derechos y deberes.
      En fin, los jóvenes de hoy tienen derecho a una sociedad en la que puedan realmente vivir y desarrollarse con dignidad como lo que son: Hijos e Hijas de Dios.
      Para que los jóvenes se realicen como personas en todos los niveles, tienen que crecer y desarrollarse, no estancarse. Son diversas las áreas en las que, como personas, tienen que crecer para lograr un desarrollo integral y armónico.
      Es decir, tener capacidad para adaptar su propia vida; lo que es, lo que tienes. Saberse y sentirse digno del lugar y las personas con que le ha tocado convivir. Así como poder tener relaciones con los demás, armónicas, amables, respetuosas. Han de e iniciar una búsqueda sincera de la verdad, la libertad y el gusto por los valores auténticos. Ir creando un juicio crítico frente a los acontecimientos, con equilibrio e imparcialidad. Lograr tener un espíritu de diálogo de comprensión, compromiso, que lo lleve a asumir responsabilidades familiares, sociales, políticas y trabajar por la paz y la justicia. Sentir la necesidad de prepararse, intelectual y espiritualmente; detener el deseo de superarse, de ser alguien y no algo. Apreciar y valorar su patria y todo lo que ella es y tiene.
      En el  área Intelectual; en la que se tiene deber de: Aprovechar las oportunidades que le brinda la familia o el estado para estudiar y tomar sus estudios con responsabilidad perseverancia y amor. Proponerse lograr una profesión u oficio que ofrezca beneficio para sí mismos, la familia y el estado. Ser también agentes multiplicadores de sus conocimientos para que otros(as) aprendan, se capaciten y sean útiles. Tener interés de seguir siempre perfeccionando sus estudios y capacitándose día a día; recordando que siempre es posible aprender algo, no importa la edad.
      Todos los jóvenes precisan del amparo de los padres, sin embargo en la adolescencia, en general, la rebeldía de los hijos es inevitable. Una tradición de severidad paterna, pautada  por el autoritarismo político o religioso, dio a los padres el concepto erróneo de que deben sujetar a los hijos – y particularmente a los jóvenes – a sus principios y maneras de ser. Más los jóvenes traen su propia personalidad o su propio camino en la vida, y justamente en esa fase de la adolescencia están afirmando su “yo” ante el mundo.
Es conocido el problema de la “crisis en la adolescencia”, sobre la cual Maurice Debesse escribió uno de sus libros más bellos y profundos. Más es en René Hubert, en el capítulo sobre “Psicología de la juventud”, de su Pedagogía general, donde encontramos mayor sintonía con los principios espiritas. Psicólogos y Pedagogos conocen bien ese problema  que responde por el llamado “conflicto de las generaciones” Emmanuel nos da su llave al recordar que cada espíritu ya trae para la Tierra su prueba  y su camino de servicio, escogidos libremente en la vida espiritual según sus necesidades de evolución y mejoramiento.
 El amparo de los padres no puede ser dado por medio de imposición y autoritarismo, bajo pena de dejar de ser amparo para transformarse en tiranía. Si el “conflicto de generaciones” siempre existió en el mundo, ahora se muestra más violento porque el tiempo de la tiranía  está finalizando porque la era de la transición en que vivimos acentúa en los jóvenes las ansias del futuro. Los padres solo podrán ampararlos  si tuvieran amor suficiente para comprenderlos y ayudarlos sin exigencias. Esta es también una hora de aprendizaje para los padres. Y solo el amor verdadero por los hijos puede socorrerlos.
      El joven de hoy es el hombre de mañana. Los tiempos cambian y no podemos querer sujetarlos a nuestro modelo. Cualquier coacción paterna solo podrá apartarlos de casa y de la familia, lanzándolos a medios y compañías peligrosos. La verdadera educación es  el equilibrio entre el amor y la comprensión. La energía paterna  y la disciplina  filial brotan naturalmente  entre esos dos márgenes, fluyendo como las aguas de una fuente en el paisaje de la vida.
      Todas las enseñanzas, para bien o para mal, se dan en el hogar sea que nos demos cuenta o no. Las enseñanzas de los padres inculcan valores, actitudes, respuestas y una perspectiva general de la vida en la vida de nuestros hijos. El hogar es el campo de entrenamiento para la vida.
      Las cosas que impartimos a nuestros hijos son las que ellos recibirán. Debemos preguntarnos frecuentemente: “¿Qué le estamos impartiendo a nuestros hijos?, ¿Nos agrada lo que estamos consiguiendo?” Muchos de nosotros no lo hacemos del todo bien. De hecho, nos sentimos tentados a desistir ya que nos parece muy tarde para hacerlo. No lo es.
      Afortunadamente  por la Gracia de Dios, El puede cambiarnos y consecuentemente cambiar a nuestros hijos. Necesitaremos ir  rápido y para esto debemos mejorar nuestro conocimiento de  Su Palabra, obedeciendo al Señor e instruir cuidadosamente a nuestros hijos. Muchos han rescatado a sus familias del mundo. Después de todo, nuestros hijos están viendo si nuestras creencias hacen una buena diferencia. Si la modelamos para ellos, ellos las encontraran fácil de asimilar. El amor de Dios es siempre glorioso y deseable. Solo les necesitamos explicar amorosamente el cambio en nuestras propias vidas y ser consecuentes con este.
      La política que mejor conviene  a los padres de adolescentes, si desean captar la estima, el respeto  y la obediencia, consiste en procurar comprenderlos, ayudándoles a vencer las dificultades inherentes a esa etapa de su crecimiento, en usar de infinita paciencia con ellos y ser condescendientes con las cosas secundarias, reservando las exigencias  apenas a aquello que sea esencial para su buena formación intelectual, moral y espiritual
      “Invóquese el auxilio de religiosos, profesores, filósofos y psicólogos, a fin de que la excesiva agresividad filial no alcance la línea  de la perversidad o de la delincuencia para con los padres y tampoco que la excesiva autoridad de los padres violente  los hijos, en  nombre de extemporánea o cruel desvinculación. Padres e hijos son, originalmente, conciencias libres, hijos de Dios empeñados en el mundo a la obra de auto-burilamiento, rescate de débitos, reajuste, evolución.

 Trabajo extraído del libro “Religión de los Espíritus” de Chico Xavier, de mensajes para la juventud de Emmanuel y de internet. Y de “Vida y Sexo” de Chico Xavier.
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                                           Espere confiado, porque...

                                         Pasa el mal dejando la lección, tal como
                                        Desaparece la tormenta, purificando el ambiente.
.                                                       - Andre Luiz- ( Chico Xavier )


NOTA IMPORTANTE: Los lunes,miércoles y jueves a las 22,30 horas, pueden participar en el chat de la Federación Espírita Española.
 Los viernes a las 23,00 horas se os invita a asistir a una  interesante conferencia en la misma sala. .
Los domingos a las 21,00 horas se os invita a la clase de estudio del Espiritismo por "Grupo espírita Sin Fronteras" dirigida por Carlos Campetti.

Ver también los  Blog  Inquietudes espíritas :      inquietudesespiritas.blogspot.com.es
                                      Albacete Espirita       :      espiritismoalbacete.blogspot.com.es

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