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sábado, 24 de noviembre de 2012

Mecanismo de la Mediumnidad




DESDOBLAMIENTO

En el sueño artificial

Organizando algunas anotaciones con respecto al desdoblamiento de la personalidad, consonante con nuestras referencias al hipnotismo común, recordemos el fenómeno de la hipnosis profunda verificado entre el magnetizador y el sensitivo.

Quien pueda observar más allá del campo físico reparará que, en la medida que se afirme la orden del hipnotizador, se desprende abundantemente del tórax del sujeto, en estado de trance, un vapor blanquecino que se va condensando inesperadamente como una nube y se convierte, habitualmente, a la izquierda del cuerpo carnal, en un duplicado de él mismo, casi siempre en proporciones ligeramente dilatadas.

Conforme al potencial elevado de la voluntad que lo dirige, el sensitivo, desligado de su vestidura carnal, comienza a moverse y, ausentándose muchas veces del recinto de la experiencia, respondiendo a determinaciones recibidas, puede efectuar registros a larga distancia o trasmitir informaciones con miras a ciertos fines.

Prosiguiendo con la excursión, lo podremos ver, sin embargo, ligado al cuerpo somático por un hilo tenuísimo, hilo este muy, superficialmente comparable, en cierto modo, a la onda del radar, que puede vencer inmensas distancias volviendo, inalterablemente, al centro emisor, no obstante saber que semejante comparación resulta del todo impropia en el caso que estudiamos, en el campo de la inteligencia.

En esa fase, el paciente ejecuta las órdenes que recibió, desde que no constituyan una irrespetuosidad hacia su dignidad moral, trayendo informes valiosos referentes a las realidades del mundo del Espíritu.

Resaltemos, sin embargo, que mientras el cuerpo somático se aquieta, inmóvil y tranquilo, la individualidad real, aunque teleguiada, evidencia una plena integridad de pensamiento transmitiendo, desde muy lejos, informaciones y registros a través de sus órganos vocales, en circunstancias comparables a los implementos de los altoparlantes de un aparato radiofónico.

Similarmente al flujo energético de la circulación sanguínea, incesante en el cuerpo denso, la onda mental se muestra permanentemente activa en el Espíritu.

Se debilitan las impresiones nerviosas y duerme el cerebro de la materia, pero el corazón permanece activo en el envoltorio somático, mientras que el pensamiento vibra constantemente en el cerebro periespirítico.

En el sueño natural

En la mayoría de las situaciones el ser humano, aún extremadamente cercano a la animalidad primigenia, tiene su mente como inclinada hacia sí misma en todo momento de descanso, tomando al sueño por claustro que le brinda quietud y sensaciones agradables, cual niño que, en estado de libertad, procura simplemente cumplir sus caprichos.

En tal ocasión, configura en su onda mental característica las imágenes que le agradan, extrayendo de su memoria la visualización de sus propios deseos, similarmente a alguien que anticipase acontecimientos que aspira a concretizar.

Propenso al narcisismo, una vez que demandó el sueño, casi siempre se mantiene yuxtapuesto al cuerpo físico, como acontece al conductor que reposa al pie del vehículo que conduce, acción no más allá de su vestidura biológica, hasta el límite del lugar con que se vincula su pensamiento.

El hombre de campo, durante el reposo físico, supera los fenómenos hipnagógicos y vuelve a la gleba que trabajó, contemplando, en espíritu, la siembra realizada con todo su cariño; el artista vuelve a la obra a que se consagra, mentalizando su perfeccionamiento; el espíritu maternal se recoge al pie de la cuna en que los hijitos, que la vida le confió, descansan, y el criminal retorna al lugar que lo encarcela. con el dolor de su arrepentimiento.

Atravesada la faja de las llamadas imágenes ectópicas (fuera del sitio normal), exteriorizan de sí mismos los cuadros mentales pertinentes a la actividad en que se concentran, con los que atraen la atención de las Inteligencias desencarnadas que con ellos guardan afinidad, recogiendo sugestiones para el trabajo al que se dedican, aunque a la distancia de la vestidura somática, con frecuencia procedan conforme a los niños conducidos al ambiente de las personas adultas, conservándose entre las ideas superiores que reciben y las ideas infantiles que les son propias, de lo que resulta, la mayoría de las veces, el resultado caótico de las reminiscencias que conservan al retornar a la vigilia.

En ese aprendizaje evolutivo permanecen millones de personas —representando la faja de evolución media de la humanidad— rindiéndose, cada día, a la práctica impositiva del sueño, o hipnosis natural para la reparación de fuerzas, desdoblándose, fuera del cuerpo carnal, mecánicamente, en que entran en sintonía con Entidades que se manifiestan afines con ellos, tanto en la construcción positiva del bien como en la acción deletérea del mal, conformándoseles el camino de la experiencia que les es necesario para su sublimación en el porvenir.

Concentración y desdoblamiento

Cuantos se entregan al cultivo del arte atraen, durante el sueño, las inspiraciones para la obra que realizan, entendiéndose que los Espíritus ennoblecidos asimilan, mediante el contacto con las Inteligencias superiores, los motivos brillantes y elevados que palpitan en sus creaciones, al paso que las mentes sarcásticas y criminales, por el mismo proceso, se apropian de los temas des­dichados que los seducen, despertando la ironía y la irresponsa­bilidad en aquellos que son afines con sus pensamientos por el trabajo al que se dedican.

Desdoblándose mediante el sueño vulgar, el ser humano sigue el rumbo de su propia concentración procurando, automática-mente exteriorizado de su cuerpo carnal, los objetivos ligados a sus intereses ocultos o manifiestos.

De este modo, mencionando solo un ejemplo de los contactos a que aludimos, un determinado escritor expondrá ideas origina­les y edificantes en lo relacionado a servir al bien, induciendo a los lectores a la elevación del nivel moral, mientras que otro ex­hibirá elementos envilecedores, propagando el escarnio y el lodo sutil con que corrompe los sentimientos de cuantos tienen con­tacto con su labor literaria.
Waldo Vieira

Inspiración y desdoblamiento

Durmiendo el cuerpo material, continúa vigilante la onda men­tal de cada uno —presidiendo al sueño activo—, mientras regis­tra en el cerebro durmiente las impresiones del Espíritu desliga­do de las células físicas, y al sueño pasivo mientras la mente, en tal estado, se desinteresa de todo lo relacionado con la esfera carnal.

En tal situación, entra en sintonía con las oscilaciones de com­pañeros desencarnados o no, con los cuales armonice, trayendo para la vigilia en el instrumento de la materia carnal, en forma de inspiración, los resultados del intercambio que llevó a efecto, por cuanto muy raramente logra concienciarse de las actividades que emprendió durante el sueño.

Muchos llamados del plano terrestre son atendidos, totalmen­te o en parte, en el transcurso de ese lapso.

Formulado tal o cual pedido al compañero desencarnado, ha­bitualmente surge la respuesta cuando el solicitante se halla des-do del envoltorio carnal. Sin embargo, como no siempre el abro físico está en condiciones de fijar el encuentro realizado o la información recibida, los remanentes de la acción espiritual e encarnados y desencarnados permanecen, en aquellos Espíritus que aún se hallen descansando en la Tierra, similarmente a cuadros simbólicos o reminiscencias fragmentarias, cuando no lo bajo la forma de una súbita intuición expresándose, en cierta manera, el socorro parcial o total que están en condiciones de recibir.

Desdoblamiento y mediumnidad

Los acontecimientos referidos se cumplen mediante la conjuga­ción de ondas mentales, dado que muy excepcionalmente lo­a el ser humano encarnado liberarse de todas las amarras natu­rales que lo sujetan, apegado como está a los intereses y nece­sidades propios para su redención o evolución que tiene a conquistar.

Es imperioso notar, sin embargo, que un considerable número personas, especialmente las que se adiestran para tal fin, efectúan incursiones en los sectores del Mundo Espiritual transformándose, muchas veces, en preciosos instrumentos de los Bene­factores de la Espiritualidad como agentes de ligación entre la esfera física y la esfera extrafísica.

Entre los médiums de esa categoría, encontraremos a todos aquellos grandes místicos de la fe, portadores de valiosas observaciones y revelaciones para cuantos se decidan a marchar al encuentro de la Verdad y del Bien.

Cumple destacar, con todo, la importancia del estudio para todos los que se sientan llamados a semejante género de servi­do, dado que, según la ley del Campo Mental, cada Espíritu sólo logrará llegar, desde el punto de vista de su propia prensión, hasta donde alcance su discernimiento.

Mecanismo de la Mediumnidad
Francisco Candido Xavier y Waldo Viera
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Aprenda a oír a aquellos que le piden auxilio: escuchar para socorrer es un arte valioso. Muchos corazones angustiados se recomponen cuando explican sus dolores a alguien compadecido. Si alguien lo busca, honrando su pequeñez con el tesoro de la confianza plena, deténgase a escuchar para atenderle. Un silencio de entendimiento significa participación cristiana en la agonía ajena. Sea el corazón que escucha ayudando.
Eugênia Semenzini



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