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viernes, 15 de enero de 2016

La depresión en la visión espírita




La Visión Espirita de los Sueños

Luiz Carlos D. Formiga


El sueño es una interrogación para muchas personas. En el libro de Carlos Bernardo Loureiro“La Visión Espírita del Sueño y de los Sueños”, Casa Editora O Clarim. Matâo, SP. 144 páginas, vamos encontrar muchas respuestas.

¿Es posible determinar las relaciones precisas entre esas percepciones y los aspectos de la realidad ordinaria? ¿Cómo analizar ese psiquismo nocturno?

Erick Fromm afirma que “el inconsciente sólo es en relación al estado normal de actividad”, “son simplemente estados mentales diversos, que se refieren a las modalidades existenciales diferentes.” Así, podemos admitir que la mente consciente constituye apenas parte del psiquismo total. Existe una vida llamada “inconsciencia”. Esta actividad psíquica es el principal protagonista cuando el sueño retira la otra de escena. En la realidad el inconsciente se encuentra representado en aquella fracción del sueño que se registra en la memoria consciente.

¿Qué se debe pensar de los significados atribuidos a los sueños?

Los sueños no son verdaderos como lo entienden los lectores de la buena-ventura, pues sería absurdo creerse que soñar con tal cosa anuncia a otra.

Son verdaderos en el sentido de que presentan imágenes que para el Espíritu tienen realidad, sin embargo que, frecuentemente, ninguna relación guardan con lo que pasa en la vida corporal. Son también un presentimiento del futuro, permitido por Dios, o la visión de lo que en el momento ocurre en otro lugar al que el alma se transporta.
¿No se cuentan por muchos los casos de personas que en sueño aparecen a sus parientes y amigos, a fin de avisarlos de lo que a ellas les está ocurriendo? Cuando tienes seguridad de que lo que viste realmente pasó, ¿no queda probado que la imaginación ninguna parte tomó en el hecho, sobre todo si lo que observaste no os pasaba por la mente como en la vigilia?
 Livro dos Espíritos, questão 404.

¿El alma es un ser pensante que permanece activo durante el sueño? ¿Existen pruebas materiales de la actividad del alma durante el sueño?



¿Durante el sueño, el alma reposa como el cuerpo? “No, el Espíritu jamás está inactivo. Durante el sueño, se aflojan los lazos que lo prenden al cuerpo y, no necesitando este entonces de su presencia, él se lanza por el espacio y entra en relación más directa con los otros Espíritus.”
 Libro de los Espíritus pregunta 401.

La enciclopedia de Diderot (Denis, 1713-1784), en la acepción “Sonambulismo”, relata la historia de un joven sacerdote que se levantaba por la noche, se dirigía a su escritorio y escribía largos sermones y volvía a la cama. Existen relatos de la solución de problemas matemáticos que no eran resueltos cuando los individuos estaban despiertos.

¿Existe una memoria latente? ¿Los sueños traen a tono recuerdos juzgados olvidados para siempre?

Seis meses después el individuo sueña con el lugar en que perdió el sacapuntas. Al despertar busca y encuentra el objeto (F.H. Myers, La Concience Subliminale, Annales Physchiques) ¿Cómo podemos juzgar la libertad del Espíritu durante el sueño?
“Por los sueños. Cuando el cuerpo reposa, creelo, tiene el Espíritu más facultades de lo que en el estado de vigilia. Se acuerda del pasado y algunas veces prevé el futuro. Adquiere mayor potencialidad y puede ponerse en comunicación con los demás Espíritus, sea de este mundo, sea del otro…” Libro de los Espíritus, pregunta 402.

Richet (Premio Nobel de Medicina) describe la memoria fotográfica de sonambulos. La eclosión de esos registros neumónicos subconscientes no debe ser confundida como la intervención de seres espirituales. Se trata de fragmentos de la vida que son exhumado naturalmente o por los estímulos especiales, de las profundidades del ser (Pierre Janet).

¿Se puede provocar sueños por hipnosis e inducir a una persona a soñar con otra?

Sí, responde el Dr. Sherenk-Notzing (Munich-Alemania) después de una experiencia hipnótica con la sensitiva (clarividente) Lina. Sus resultados son muy importantes para la discusión del hombre como un ser de naturaleza bio-psico-social-espiritual.

El investigador dio a su sensitiva la orden pos-hipnótica de soñar, a la noche siguiente, con una determinada persona, no olvidando el sueño y contándolo al día siguiente. Por la mañana, al despertar, y en presencia de los investigadores, contó lo que ocurrió durante la noche. La hipótesis de una transmisión, a través del pensamiento de uno de los investigadores auxiliares, era inviable por varios motivos, hasta porque una visita casual de una amiga del Sr. F. L., fue relatada por la clarividente e identificada, posteriormente, con base en la descripción de la sensitiva.

¿Puede el hombre, por su voluntad, provocar las visitas espíritas? ¿Puede, por ejemplo, decir, cuando esta duerma: Quiero esta noche encontrarme en Espíritu con Fulano, quiero hablarle para decir esto?

“Lo que se da es lo siguiente: Adormeciendo al hombre, su Espíritu despierta y muchas veces, nada dispuesto a mostrarse a hacer lo que el hombre decidió, porque la vida de este poco interesa a su espíritu, una vez desprendido de la materia. Esto con relación a hombres ya bastante elevados espiritualmente. Los otros pasan de modo muy diverso la fase espiritual de su existencia terrena. Se entregan a las pasiones que los esclavizan, o se mantienen inactivos. Puede, pues, suceder, que tales sean los motivos que a eso lo inducen, que el Espíritu va a visitar a aquellos con quien desea encontrarse. Pero, no constituye razón, para que semejante cosa se verifique, o el simple hecho de él quererlo cuando se despierte.”

Libro de los Espíritus, pregunta 416.

¿Pueden dos personas que se conocen visitarse durante el sueño?

“Cierto y muchos que juzgan que no se conocen acostumbran a reunirse y hablarse. Puedes tener, sin que lo sospeches, amigos en otro país. Es tan habitual el hecho de ir a encontrarlos, durante el sueño, con amigos y parientes, con los que conocéis  y que os pueden ser útiles, que casi todas las noches hacéis esas visitas.”

Libro de los Espíritus, pregunta 414.

El hanseniano (leproso) Jésus Gonçalves, no creyente, era un materialista y decía no creer en nada de eso. Es autor de “Falta”, donde dice así: ¿Donde andará un  “no sé qué”, un Bien, en cuya busca soy judío errante? Por donde yo paso, ya pasó también… Y cuando llegó ya partió hacía un instante…No sé si está en la vida, o más adelante, dentro de la muerte, en las mansiones del Más Allá… Si está en el amor… si está en la fe, delante de los altares que esta vida tiene. Pero, si esta vida es un sueño, la muerte la nada; el amor una pesadilla; la fe recelo; ¿por qué mantenerse en una lucha desvariada? No obstante, yo sigo… acobardado, triste… ¡buscando en todo en lo que no creo, la cosa que me falta y no existe!

Bajo el punto de vista biomédico podemos percibir que una persona esta soñando por extraños movimientos oculares producidos en cierta etapa del sueño. El periodo REM (rapad eye movements) es “paradoja” porque en el ápice del relajamiento vamos a encontrar una actividad intensa de numerosas estructuras cerebrales, con variación de la frecuencia de las ondas cerebrales y trazado próximo al del estado de vigilia. Hay en esa fase anulación del olfato y del paladar, pero las células nerviosas envían estímulos al oído, a los ojos y al sentido del equilibrio. Cuando son despertadas en este periodo las personas eran capaces de contar un sueño.

¿Cómo interpretar el sueño que tuvimos con un ente querido ya desencarnado? La tarea no es muy fácil porque estamos sumergidos en una materia muy densa. No obstante, el espíritu André Luiz (médico desencarnado) nos ofrece un ejemplo muy bueno y que es encontrado en “Los Mensajeros” (FEB) capítulo 38, cuando ella sueña con la abuela desencarnada y hace la interpretación del mensaje recibido.

Otro médico (psiquiatra aun encarnado) muestra la importancia de los sueños para el diagnóstico de la melancolía involucionada, destacándola como un síndrome con características propias de entre las dolencias conceptuadas como depresión mayor. Su conclusión, en los Archivos Brasileños de Medicina, 71 (3): 111-114,1997, se basa en el análisis de 118 casos.

¿Una persona que duerme puede tener conciencia de que está soñando?

Sí, responde el psiquiatra holandés Dr. Frederick Wilem van Eeden, que tuvo la confirmación hecha por el Dr. Stephan Laberge, en la Universidad de Stanford (EUA). La misma respuesta era dada por San Agustín y San Tomás de Aquino (sueños lúcidos).

¿Podemos extender el concepto de sueño a todos los estados alterados de conciencia de los cuales el psiquismo profundo tiende a subir en primer plano, hasta subyugar el YO de la superficie?

¿Podemos participar de mensajes oníricos diurnos? ¿Podemos soñar acostados?

El Dr. M. Kleitmam de la Universidad de Chicago (“Sep and Wakefulness”) demostró que, también de día, la atención consciente se afloja en periodos, de acuerdo con el ritmo que corresponde perfectamente al alternar nocturno del sueño profundo al leve.
El estado de plena “vigilancia consciente” no dura más de un minuto o dos por hora, lo que es una condición indispensable para una cierta eficiencia creadora del intelecto, conforme F. Myers, P. Bunton y aun John Pleiffer (The Human Brain).

Una mujer, delante de un mensaje onírico diurno, interrumpe sus quehaceres domésticos, llama a un taxi y va a encontrar al hijo caído casi muerto al lado de la moto. “¡Lo paranormal es lo normal que aun no comprendemos!” 

¿Pueden los Espíritus comunicarse, estando completamente despiertos los cuerpos?

“Los Espíritus no se encuentran encerrados en el cuerpo como en una caja; irradia por todas partes. Se sigue que puede comunicarse con otros Espíritus, incluso en estado de vigilia, si bien es más difícilmente.”

Libro de los Espíritus, pregunta 420.

¿El fenómeno a que se da la designación de doble vista tiene alguna relación con el sueño y el sonambulismo?

“Todo eso es una sola cosa. Lo que se llama doble vista es aun resultado de la liberación del Espíritu, sin que el cuerpo sea adormecido. La doble vista o segunda vista es la vista del alma.”

Libro de los Espíritus, pregunta 447.

¿Cuál es la visión espírita de esos fenómenos?

·   
·         Sueños fisiológicos – por influencia orgánica se viven situaciones alucinatorias.
    Sueños pantomnésicos – recuerdos del pasado.
·   Sueños premonitorios – aprensión del futuro, sueño profético.
    Sueños espirituales – vivencias en el plano espiritual.


Freud no podía explicar el sueño profético como realización de un deseo recalcado en el inconsciente.

¿Cómo podemos juzgar la libertad del Espíritu durante el sueño?

“Por los sueños. Cuando el cuerpo reposa, creelo, tiene el Espíritu más facultad de lo que en el estado de vigilia. Se acuerda del pasado y algunas veces prevé el futuro.
.
(Libro de los Espíritus, pregunta 420).

“El árbol traerá nuevas simientes, de las cuales germinaran nuevos árboles. Todas estaban escondidas en la propia simiente,”

Discurso de Metafísica, Leibniz (1686)

Lincoln vio, en sueños, escenas de su propio velatorio, una semana antes de ser asesinado, relatándolo al amigo Ward Lamon, que escribió el episodio en su diario.

¡Es un monumental determinismo el conocimiento anticipado del futuro! ¿Es posible modificar el “Carma”? ¿Existen las cosas futuras o ellas se encuentran en la NADA, y aun no existen? ¿El sueño profético es contrario al libre albedrío?

Es posible prever acontecimientos derivados del presente. No obstante, ¿cómo prever los que no guardan ninguna relación con ese estado presente? ¿Cómo explicar los que son atribuidos al acaso?

Nostradamus previó la decapitación del Duque y dio el nombre del verdugo, que fue escogido “al acaso”, en la hora. Esto después de 66 años después de la muerte del médico francés (1503-1566). El cálculo matemático de la de la probabilidad de esta predicción estaría en la proporción de uno a cinco millones contra el acaso.

Estando desprendido de la materia y actuando como Espíritu, ¿sabe el Espíritu encarnado cuál será la época de su muerte?

“Ocurre que la presiente. También ocurre tener plena conciencia de esa época, lo que da lugar a que, en estado de vigilia, tenga la intuición del hecho. Por eso es que algunas personas prevén con gran exactitud la fecha en que irán a morir.”

Libro de los Espíritus, cuestión 411.

Pero, cómo entender este sueño que habla del futuro. ¿ Cómo explicarlo? Allan Kardec, en el libro “La Génesis” discute el asunto en la “Teoría de la Presciencia”.

Conferencia dada por el Prof. Formiga en el CEMPES, Centro de la Petrobrás, en 1998.


Publicado en la Revista Internacional de Espiritismo, Año LXXIV, número 1, Matâo, en 1998.

 Mensaje traducido por Isabel Porras-España

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LA DEPRESIÓN EN LA VISIÓN ESPÍRITA


Dr. Wilson Ayub Lopes

  
La depresión puede ser conceptuada como una alteración del estado de humor, una tristeza intensa, un abatimiento profundo, con desinterés por las cosas. Todo pierde la gracia, el mundo se ve gris, vivir se vuelve tarea dificil, pesada, con ideas fijas y pesimistas.
Podríamos considerarla como una emoción exagerada. Las emociones naturales deben ser pasajeras, circular normalmente, sin desequilibrar al ser. La tristeza, por ejemplo, es una emoción natural, que nos lleva a entrar en contacto con nosotros, a la introspección y a la reflexión sobre nuestras actitudes. Ahora, una vez deteriorada, prolongada, acompañada de sentimiento de culpa, nos lleva a la depresión.
 Podemos dividir la depresión en tres formas, de acuerdo con el factor causal:
Depresión Reactiva o Neurosis Depresiva.- Depende de un factor externo desencadenante, generalmente pérdidas o frustraciones, tales como separación, pérdida de un ser querido, etc.
Depresión Secundaria a Dolencias Orgánicas: accidente vascular cerebral("derrame"), tumor cerebral, dolencias de tiroides, etc.
Depresión Endógena: por deficiencia de neurotrasmisores. Ej.: depresión del viej9, depresión familiar y psicosis maniaco depresiva. 
Se estima que la depresión incide en cerca dele 14% de la población.
Ella afecta a todo el ser, acarreando una serie de desequilibrios orgánicos, sobre todo comprometiendo la calidad de vida, volviendo a la criatura infeliz y en el otoño de su rendimiento personal.
Andre Luiz cita en sus obras, que los estados de la mente son proyectados sobre el cuerpo a través de los bióforos, que son unidades de fuerza psicosomática, que se localizan en las mitocondrias. La mente transmite sus estados felices o desgraciados a todas las células de nuestro organismo, generando como tempestades, con rayos y centellas destruidoras que desequilibran al ser.
Según Emmanuel, la depresión interfiere en la  mitosis (división) celular, contribuyendo a la aparición del cáncer y de otras dolencias inmunológicas, sobre todo la deficiencia inmunitaria, facilitando las infecciones.
En la depresión existe una pérdida de energía vital en el organismo, en un proceso de desvitalización. 
El indivíduo pierde energía por dos mecanismos principales:

. 1º) Pierde sintonía con la Fuente de Origenno armándose como debe, con sentimientos de auto-estima baja, aparta de sí mismo, de su naturaleza divina, el hilo de unión con la fuente inagotable del Amor Divino. Más allá de eso, el individuo al encerrarse en sus problemas y sus amarguras, crea un ambiente vibratorio negativo, que dificulta el acceso de la espiritualidad Mayor en su beneficio.
. 2º) Gasto energético improductivo: el indivíduo a la inv, en vez de utilizar su potencial energético para evolucionar, viviendo intensamente las experiencias y los desafíos que la vida le presenta, desperdicia energía en los sentimientos de auto-compasión, tristeza y tentaciones. Sufre y no evoluciona.

CAUSAS PRINCIPALES
CAUSAS PRINCIPALES
La depresión está frecuentemente asociada a dos sentimientos básicos: la tristeza y la culpa degenerada en remordimiento.
Cuando por algún motivo infringimos la ley natural, al tomar conciencia del error cometido, tenemos dos caminos a seguir:

  • 1- Error>Conciencia>Arrepentimiento>Tristeza>Reparación
  • 2 – Error> Conciencia>Culpa-remordimiento (idea fija)>Depresión
El primer camino es el medio natural de nuestro perfeccionamiento. Una vez hayamos tomado conciencia de nuestras imperfecciones y errores cometidos, emprenderemos el proceso de regeneración a través de lecciones reparadoras.

De otra manera, si en vez de motivarnos a recuperarnos, nos abatimos con sentimiento de desvalía, de auto castigo, y permanecemos aferrados al pasado de errores, con ideas fijas y auto-obsesivas, estaremos caminando para la depresión, lo cual es improductivo en el sentido de nuestra evolución.

Otra condición que nos lleva a la depresión y es citada por el espíritu de Francois de Géneve en El Evangelio Según el Espiritismo, cap. V item 5 (la melancolía), donde relata que una de las causas de  la tristeza que se apodera de nuestros corazones haciendonos la vida amarga y cuando el Espíritu aspira a la libertad y a la felicidad de la vida espiritual, pero viéndose preso del cuerpo, se frustra, cae en el desmotivamiento y transmite al cuerpo la apatía y el abatimiento,  sintiéndose infeliz.

Para Francois Géneve entonces, la causa inicial es este ansia frustrada de felicidad, libertad ansiada por el espíritu encarnado, crecido por las tribulaciones de la vida con sus dificultades de relacionamiento interpersonal, intensificada por las influencias negativas de espíritus encarnados y desencarnados.

Otro factor que está determinando esta incidencia alarmante de depresión en nuestros días, es el aislamiento, la inseguridad y el miedo que acomete a personas en la sociedad contemporánea.

Absorbido por los valres imperantes, como el consumismo, la busca de placer inmediato, la competitividad, la necesidad de no perder,de ser mejor, de no fallar, el hombre está aparatado de sí y de su naturaleza. Adopta entonces una máscara (persona), que utiliza para representar un "papel" en la sociedad.

Y, en esta vivencia neurotizante, deja de desdnvolver sus potencialidades, no se abre ni expone sus emociones, pues estas de de hecho, él es. Enclausurado, cerrado en este caparazón de orgullo y egoísmo, se aisla y se siente solo. Soledad no en sentido de estar solo, sino de sentirse solo. Pero sentirse solo en la insatisfacción de la persona con la vida y consigo mismo.

El indivíduo en esa situación, precisa rodearse de personas y de cosas para sntirse bien, pues desconoce que se basta a sí mismo por el potencial divino que tiene.

La soledad es consecuencia de su inseguridad, de su inmadurez psicológica. En los primeros años de vida, el niño que es frágil e inseguro, es natural que tenga la necesidad de que las personas vivan en función de ellos,dandoles atención y preotección.

Es la fase del egocentrismo, predominantemente receptiva. Con su madurecimiento, comienza a crear una buena imagen de sí, volviéndose más seguro, y a partir de entonces, pasa a darse, a desenvolverse y a participar más del mundo.

Lo que sucede es que iertas personas, por algún motivo, tienen dificultades en este proceso de madurecimiento afectivo, manteniéndose esencialmente receptivas y no participativas, exigiendo cariño, respeto y atención, sin preocuparse de la misma forma con los otros. Se hacen las víctimas, pobres castigados, sin responsabilizarse por sí.
Consiguen su equilibrio a costa de las conquistas exteriores.La primera frustración que se encuentran, no la toleran, pues expone sus debilidades y esto motiva un cuadro de depresión.

En algunos idiomas, dolencia y vacío tienen la misma traducción. La dolencia sería consecuencia de un vacío de sentimients que genera depresión y enferma al ser.

Un indivíduo cuando pierde la capacidad de amarse, cuando la auto-estima está debilitada, pasa a tener dificultades para amar al semejante, pues el sentimient del amor y generosidad para con el prójimo, es un sentir de dentro para fuera. Este sentimiento de amor al prójimo no es nada más que una extensión de nuestro amor, de nuestra sintonía con el Dios interior que tenemos en nosotros.

La persona que tiene dificultad en esta composición de amarse, y por consecuencia, de amar al prójimo, deja de recibir el amor y la simpatía de otro, y no copnsigue entrar en sintonía con la fuente sublime e inagotable del Amor Divino. Nos limitamos aquello que recibimos de Dios, en la medida de cuanto damos al prójimo. Quien ama mucho, mucho recibe. Quien poc ama, poco recibe. Ese apartamiento de sí y por cnsiguiente de Dios, genera tristeza, vacío, la depresión y la enfermedad.


TRATAMIENTO

La depresión es un síntoma que nos dice que no nos estamos amando como deberíamos.
El camino para salir de ella es llenar ese vacío con la recuperación de la autoestima y del amor en todos los sentidos. Primero, procurando reconocernos para analizarnos, con la intención de descubrirnos, sin juzgarnos, sin castigarnos o culparnos. Y después, nos aceptamos como somos, con todas nuestras limitaciones, pero sabiendo que tenemos toda la potencialidad divina dentro de nosotros, esperando para desvelarse, como simientes de luz. Esto no es nada más que desenvolver la fe en sí y en el creador, sentimiento que se transforma y que nos liga directamente a Dios.

Una persona consciente de su riqueza interior, pasa a tener seguridad y fe en sus potencialidades infinitas, comenzando a gustar y a creer en sí, amándose a partir de entonces, sientiendo la necesidad de expandir ese sentimiento a todo y a todos. Comienza así a despertarse para los verdaderos valores de la vida espiritual, transformándose en una persona feliz y sonriente, pues donde existe seriedad, hay algo equivocado; la seriedad está ligada al ser enfermo. Sonría y sea feliz, amando y sirviend siempre.

La terapia contra la depresión se basa en el amar y en el servir, envolviéndose en trabajos útiles y al servicio del bien. Sea en el trabajo profesional, en el trabajo del ocio, o en el trabajo de servir al prójimo, el indivíduo se ocupa, ejercita el amor, y deja de envolverse en lamentaciones, pues la infelicidad hace su nido en la oscuridad de los sentimientos de cada uno. Dificilmente conoceremos a un deprimido, entre aquellos que trabajan al servicio del bien.

Para dar este amor, no basta solamente hacer obras de caridad, tenemos que volvernos caritativos; antes de hacer el bien tenemos que ser buenos. Dar pan, regalo, pero junto colocar una buena dosis de afecto y cariño. Ser por encima de todo generosos, que es la caridad con afecto. Las personas están con hambre de amor, de calor humano, un hombro amigo, un abrazo, amparo y una palabra de cariño.

A veces, con una simple sonrisa, un buen día, una mirada afectuosa, nosotros estamos donando energía y transmitiendo vida.


El hombre alcanzó un enorme progreso intelectual, satisfaciendo sus necesidades materiales con los avances tecnológicos. Sin embargo, aun se depara con enormes dificultades en la convivencia fraterna con su semejante. Estamos cada vez más próximos uno de los otros a través de los medios de comunicación y, no obstante, más apartados emocionalmente. Ahora, el hombre está sintiendo la necesidad primordial de desarrollar la afectividad, de desarrollarse, amar y sentir a su semejante.


Tenemos que resucitar y liberar al niño que está olvidado dentro de nosotros. Para rescatar a este niño que adormece en nosotros, es necesario que veamos el mundo de forma positiva y optimista. Nuestro niño interior, generalmente se encuentra retraído y oprimido, porque la vida nos presenta de forma desagradable; aun no vivimos de forma natural, espontánea y esto genera ansiedad y sufrimiento. Como el niño es movido por el placer, él se recoge y no se manifiesta. 

El niño no se juzga, no se castiga. Él apenas vive el hoy, el ahora, integrado perfectamente en Dios y en la naturaleza. “Dejad venir a mí a los niños porque el reino de los cielos es de quien los asemejan” – con estas palabras quiso Jesús decir que tenemos que ser puros, auténticos, integrados con nuestra naturaleza divina, sin fugas o máscaras, para alcanzar nuestra naturaleza divina, sin fugas o máscaras, para alcanzar nuestra evolución espiritual.


Tener actitudes simples, como lidiar con animales, jugar con niños, actividades creativas como la pintura, tocar un instrumento, hacer pequeñas tareas domésticas, cocinar, mantener una conversación amena, contar un caso, ver una buena película, escuchar una música, cantar, sonreír, oír con atención, mirar con ternura, tocar a las personas, abrazar, hacer un elogio sincero, curtir la naturaleza, admirar la puesta de sol, etc. Estas son tareas que mucho le ayudará a reencontrar el equilibrio y la armonía interior.


Mantener siempre el buen humor. Aquel que tiene en el ideal de servir una meta de vida, será siempre una persona feliz. En la vida lo que más importa es el amor y el bien querer de las personas, vivir sus emociones; no dejarse afectar por cosas pequeñas. Muchas veces nos dejamos abatir por problemas, que si miramos con ojos de Espíritus Eternos de paso por la Tierra, no valoraremos.


Sustituir sentimientos de auto-piedad por vibraciones en favor de los que sufren. Si miramos con atención e interés a nuestro alrededor, veremos que existen personas con problemas mucho peores que el nuestro para pedir socorro.


Procurar practicar actividades físicas regulares, como un paseo, un deporte, una afición. La mente parada comienza a crear pensamientos negativos, que se asemejan a basura amontonada dentro de nuestra casa. Con estas actividades, usted estará desviando su mente de estos pensamientos deletéreos.


Volverse emprendedor, dinámico, creando ideas nuevas y constructivas en beneficio del semejante, con motivación para realizarlas, junto al grupo o la comunidad que pertenece. No se quede estacionado esperando que las cosas ocurran en su favor. Haga a favor del prójimo y no se sorprenda si usted fuera el más beneficiado.


Lecturas edificantes, una conversación con un amigo, un terapeuta o un orientador espiritual, ayuda a usted a ver el problema por otro ángulo.


La oración es un recurso indispensable en el proceso de recuperación. A través de ella establecemos sintonía con la Espiritualidad Mayor, facilitando el camino para que nos inspiren y revitalicen nuestras energías.


No nacemos para sufrir. La voluntad de Dios es nuestra alegría y nuestra felicidad. Si sufrimos es por nuestra causa. Nuestros problemas y nuestras dificultades deben ser interpretados como instrumentos para nuestra evolución.

Nunca debemos deprimirnos o rebelarnos contra ellos. El mejor aprendizaje, es aquel que cogemos de nuestra propia vida.


El vocablo “crisis” en algunas lenguas pueden tener dos significados: la oportunidad o peligro. Oportunidad de crecimiento o peligro de caída.


Lo que importa es saber que los problemas que enfrentamos en la vida sólo surgen cuando ya tenemos condiciones de solucionarlos. Como dice el Maestro Jesús: “El Padre no coloca fardos pesados en hombros débiles”. De este modo, nos quedamos  más fuertes al saber que tenemos todas las condiciones interiores, para enfrentar las dificultades que la vida nos presenta.


Tener conciencia, que por encima de todo, es tener un Dios mayor que vela por nosotros y que nunca nos abandona. Confiar en Jesús y seguir su ejemplo de vida: “¡Yo soy el Buen Pastor; tened buen ánimo; no se turbe vuestro corazón; venid a mí vosotros que andáis fatigados, cansados y oprimidos, y Yo os aliviaré!”

 
                                                               
                                                               SUICIDIO


Una de las causas de suicidio es cuando el individuo se encuentra impotente y débil para enfrentar sus dificultades. Él se juzga inferior, incapaz, víctima de la sociedad, despreciando la fuerza que tiene. Ahí los problemas pasan a una dimensión mucho mayor, y él se ve imposibilitado para resolverlos.


Según esta línea de razonamiento, no existe persona “débil” al punto de no soportar un problema, que él juzga, de cierta forma, demasiado para sí. Lo que de hecho ocurre es que esta criatura no tuvo fuerzas para movilizar su voluntad propia para enfrentar aquel desafío. Prefirió huir, creyendo poderse liberar de aquella situación. Sólo que no lo va a conseguir, pues la muerte es apenas un cambio de estado. La persona continúa siendo la misma, con los mismos sentimientos y los mismos problemas.


Lo más grave es que el suicida acarrea daños a su periespíritu. Cuando vuelva a reencarnar, más allá de enfrentar los viejos problemas aun no solucionados, tendrá añadido la necesidad de reajustar su lesión periespiritual.


Debemos tener la voluntad firme de eliminar el mal invasor de la depresión, y varios caminos pueden ser recorridos: tratamiento médicos (a veces necesario), trabajo espiritual incluyendo la desobsesión, agua fluidificada, pases magnéticos, trabajo benéfico, cambio de actitud mental, etc.


Después de iniciado el proceso de recuperación es necesario que nos volvamos vigilantes, pues es muy común la mejora cíclica, con altos y bajos. “Vigilad y orad”. Es importante aprovechar los periodos de mejora para emprender trabajos edificantes en el bien, consolidando las conquistas efectuadas.

Una cosa fundamental que debemos tener conciencia es que nadie y nada tiene la capacidad de hacernos infelices si no queremos. El centro de gravedad de nuestro equilibrio psico-emocional tiene que estar localizado dentro de nosotros y no en las cosas exteriores.


No se debe condicionar su felicidad a algo que ocurra o esperar que alguien lo haga feliz. Estando con su centro de equilibrio estable, amándose y aceptándose como es, usted pasa a vivir el ahora y aceptar a las personas y las circunstancias como ellas son. Además de esto, pasamos a ver las cualidades del otro y no sus defectos, pues, generalmente vemos al otro como un reflejo de nuestro estado íntimo.
Protéjase. Emita pensamientos buenos.


Nada puede dañar a aquel que alcanzó el amor, la paz, la armonía interior y sobre todo la Fe en Dios.

Dr. Wilson Ayub Lopes

BIBLIOGRAFIA: 
_Kardec, Allan - O Evangelho Segundo o Espiritismo - 2ª edição - FEB - cap. V, item 25
_Franco, Divaldo Pereira - O Homem Integral - 3ª edição - Livraria Espírita Alvorada
_Xavier, Francisco Cândido - Missionários da Luz - FEB - 21ª edição
_Revista Espírita Allan Kardec - Ano X - n. 37
_Xavier, Francisco Cândido - O Consolador - FEB - 13ª edição
_Silva, Marco Aurélio (Dr) - Editora Best

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                                                          ERRATICIDAD

Estado de los Espíritus errantes, es decir, no encarnados, durante los intervalos de sus diversas existencias corporales. De ninguna manera la erraticidad es una señal absoluta de inferioridad para los Espíritus.
Hay Espíritus errantes de todas las clases, salvo los del primer orden, o Espíritus puros que, al no tener más necesidad de reencarnarse, no pueden ser considerados como errantes.
Los Espíritus errantes son felices o desdichados según el grado de su depuración.
Es en este estado que el Espíritu –cuando se ha despojado del velo material del cuerpo – reconoce sus existencias anteriores y las faltas que lo alejan de la perfección y de la felicidad infinita; entonces, es también cuando elige nuevas pruebas para progresar más rápidamente.

Tomado del libro Vocabulario Espírita
Adaptación Oswaldo E. Porras Dorta

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