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lunes, 5 de enero de 2015

Poema de gratitud

                                                               
                                                           
UNA BELLA POESIA PARA COMENZAR                            BIEN EL NUEVO AÑO




QUERER, AMAR Y DESEAR

        Entiende querido hijo
        lo que te voy a contar,
        la diferencia tan grande
        entre amar, querer y desear.

         Como ama el día a la luz,
la noche quiere al lucero,
y desea el amanecer
quien caminará el sendero.

         El  día sin luz es noche,
        no puede vivir sin élla,
         y el  camino, no es camino
si le faltasen las huellas.

Desear es un querer
volátil  y  pasajero.
Querer es como un desear
        constante  y más sincero.

         Amar es como sentir
que si me faltas me muero.

  Desea la tierra al  agua
para calmar su sequía,
mas la suele aborrecer
cuando llueve en demasía.

Quiere el río al aguacero
que le aumenta su caudal.
Ama el pez al riachuelo
y el agua al manantial.

Desear es de cada rato.
Querer es de cada día..
Amar es de  “Para siempre”
de “Para toda la vida”.

  Tendrás la dicha más grande
  y posible del mundo entero,
  si a alguien logras decir
            
              Oswaldo E. Porras Dorta

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FELICITACIONES DE MERCHE
 Queridos amigos, hola buenos días, acabamos de iniciar un nuevo año, y en el está aun todo por hacer, muchas cosas nuevas se darán, y habrá incluso nuevos hermanos que se cruzaran en nuestro camino, o que vendrán  a vivir con nosotros, a los cuales nos ligará nuevos emprendimientos y con ello grandes cambios, se operaran.

Algunas veces, las personas llegan a nuestras vidas y rápidamente nos damos cuenta de que esto pasa porque debe de ser así, para servir un propósito, para enseñar una lección, para descubrir quienes somos en realidad, para enseñarnos lo que deseamos alcanzar.

Tú no sabes quiénes son estas personas, pero cuando fijas tus ojos en ellas, sabes y comprendes que afectarán tu vida de una manera profunda.

Algunas veces te pasan cosas que parecen horribles, dolorosas e injustas, pero en realidad entiendes que si no superas estas cosas nunca habrías realizado tu potencial, tu fuerza, o el poder de tu corazón.

Todo pasa por una razón en la vida. Nada sucede por casualidad o por la suerte... Enfermedades, heridas, el amor, momentos perdidos de grandeza o de puras tonterías, todo ocurre para probar los límites de tu alma.

 Sin estas pequeñas pruebas la vida sería como una carretera recién pavimentada, suave y lisa. Una carretera directa sin rumbo a ningún lugar, plana, cómoda y segura, más empañada y sin razón.

La gente que conoces afecta tu vida; las caídas y los triunfos que tú experimentas crean la persona que eres.

 Inclusive se puede aprender de las malas experiencias.

Es más, quizás sean las más significativas en nuestras vidas.

Si alguien te hiere, te traiciona o rompe tu corazón, le das las gracias porque te ha enseñado la importancia de perdonar, de dar confianza y de tener más cuidado de a quien le abres tu corazón.

Si alguien te ama, ámalo tu también no porque él o ella te ame, sino porque te han enseñado a amar y a abrir tu corazón y tus ojos a las cosas pequeñas de la vida.

Haz que cada día cuente y aprecia cada momento, además de aprender de todo lo que puedas, porque quizás más adelante no tengas la oportunidad de aprender lo que tienes que aprender de este momento.

Entabla una conversación con gente con quien no hayas dialogado nunca, escúchalos y presta atención.

Permítete enamorarte, liberarte y poner tu vista en un lugar bien alto.

Mantén tu cabeza en alto porque tienes todo el derecho de hacerlo. Repítete a ti mismo que eres un individuo magnífico y créelo; si no crees en ti mismo nadie más lo hará tampoco.

Crea tu propia vida, encuéntrala y luego vívela... No olvides que Dios tiene un plan maravilloso para cada uno de nosotros, y debemos aprender a descubrirlo.

Vivir la vida es toda una ciencia, y hay que aprender a vivir la vida y ser feliz de todas las  formas posibles, con o sin dinero, con o sin casa, con o sin trabajo. Vivir la vida se basa  en vivirla y apreciarla con todo su esplendor  independientemente de lo que tengamos, tenemos que valorarnos y vivir la vida conforme nuestras posibilidades.

Pidamos a Dios nos de la luz necesaria para valorar los tesoros que nos ha dado y aprendamos  a sacar de ellos los frutos   que nos pueden hacer ricos, consiguiendo a través de ellos, los valores del espíritu que no perecen.
Amigos feliz  AÑO NUEVO 2015-. Merchita 
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Poema de Gratitud


Señor Jesús, ¡Muchas gracias! Por el aire que nos das, por el pan que nos diste, por la ropa que nos viste, por la alegría que poseemos, por todo de lo que nos nutrimos.

Muchas gracias, por la belleza del paisaje, por las aves que vuelan en el cielo añil, ¡por tus dádivas mil! ¡Muchas gracias, Señor! Por los ojos que tenemos…ojos que ven el cielo, que ven la tierra y el mar, ¡que contemplan toda belleza!

Ojos que se iluminan de amor ante el majestuoso festival de color
¡de la generosa Naturaleza! ¿y los que perdieron la visión? Déjame rogar por ellos ¡ a tu noble corazón! Yo sé que después de esta vida, más allá de la muerte, volverán a ver con alegría incontenible…..

Muchas gracias por los oídos míos, oídos que me fueron dados por Dios. Gracias, Señor, porque puedo escuchar tu nombre sublime y, así, puedo amar.

Gracias por los oídos que registran:
La sinfonía de la vida, en el trabajo, en el dolor, en la lucha… el gemido y el canto del viento en los ramos del olmedo, las lágrimas doloridas del mundo entero y la voz longincua del cancionero… ¿y los que perdieron la facultad de escuchar? déjame por ellos rogar… Yo sé que en tu reino volverán a soñar.

Gracias, Señor, por mi voz. Pero también por la voz que ama, por la voz que canta, por la voz que ayuda, por la voz que socorre, por la voz que enseña, por la voz que ilumina… y por la voz que habla de amor, ¡Gracias, Señor!

¡Me acuerdo, sufriendo, por aquellos que perdieron el don de hablar y tu nombre no pueden siquiera pronunciar!.... los que viven atormentados por la afasia y no pueden cantar ni de noche, ni de día…. yo suplico por ellos, sabiendo que más tarde, en tu reino, volverán a hablar. Gracias, Señor, por estas manos, que son mías alabanzas de la acción, del progreso, de la redención.

Agradezco por las manos que hacen adioses, por las manos de ternura, y que socorren en la amargura; por las manos que acarician, por las manos que elaboran las leyes y por las heridas que cicatrizan rectificando las carnes cortadas, ¡a fin de disminuir los dolores de muchas vidas! por las manos que trabajan el suelo, que amparan el sufrimiento y detienen las lágrimas, por las manos que ayudan a los que sufren, los que padecen….

¡Por las manos que brillan en estos trazos, como estrellas sublimes fulgurando en mis brazos! …Y por los pies que me llevan a andar, recto, firme a caminar, pies de renuncia que siguen humildes y nobles sin reclamar. Y los que están amputados, los paralizados, los heridos y los deformes, los que están retenidos en la expiación por crímenes practicados en otra encarnación.

Yo ruego por ellos y puedo afirmar que en tu reino, después de la faena de esta dolorosa vida, podrán bailar y en transportes sublimes con sus brazos también acariciar.

¡Sé que allá todo es posible cuando tú quieres ofrecer, aunque en la Tierra parece increíble!

¡Gracias, Señor, por mi hogar, recinto de paz o escuela de amor, mansión de gloria, pequeño cuartito, palacio o mansión, tugurio o villa miseria!

¡Gracias, Señor, por el amor que yo tengo y por el hogar que es mío…. mas, si yo ni siquiera un hogar tuviera o un techo amigo para cubrirme, ni otra cosa para confortarme, si yo no poseyera nada, sólo las calles y las estrellas del cielo, como senda la cama para reposar y la suave sábana! Y si a mi lado nadie hubiera, viviendo y llorando sola, al cielo….Sin alguien para consolarme, diré, cantaré, aún:

¡Gracias, Señor, porque te amo y sé que me amas, porque me diste la vida, jovial, alegre, por tu amor favorecida…

Gracias, Señor, porque nací, Gracias, porque creo en ti! ….Y porque me socorres con amor,Hoy y siempre,

¡Muchas Gracias, Señor!

Amélia Rodrigues

Del libro: Sol de Esperanza.

Psicografiado por Divaldo Pereira Franco.                                                        


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