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lunes, 2 de diciembre de 2013

¿ Quienes somos?


Sebastián de Arauco
                             ¿ Qué somos ?

Ante esta profunda cuestión, la filosofía que ofrece la filosofía espírita sobre la existencia del alma y su reencarnación, nos da la respuesta de que todos los seres humanos, además de tener un cuerpo de carne y huesos, también somos Conciencia. Esta se podría definir como Energía pura que reconoce en Si misma al Yo o Ser pensante, y que me da un sentido de libertad para pensar y actuar, experimentando sentimientos; una Energía- Conciencia que vive en nosotros, que es nuestro YO mismo y que nos capacita para desarrollar múltiples potencialidades psíquicas y mentales a diferencia de las especies animales que tienen un alma inmersa en otra escala evolutiva, pero que por esto mismo están muy limitadas en este aspecto. Esta Energía que es nuestro propio Ser nos lleva a ser capaces de actuar conscientemente y con voluntad propia, a apreciar el arte, el sentido de lo estético o el sentido de lo ético y moral, siendo nuestra materia corporal solamente el soporte de esta energía a la que también llamamos Alma o Espíritu, según el momento que atraviese como encarnado o desencarnado.
Constituimos cada uno una Entidad espiritual creada por esa grandiosidad cósmica que llamamos Dios, a partir de un acto de su Voluntad Divina, y esta Entidad espiritual que ahora somos se ha ido formando y desarrollando a través de una larga evolución, a lo largo de tantas y tantas existencias y experiencias en la materia, en pos de alcanzar finalmente la proximidad y comprensión de nuestra Fuente de Origen , que es la insondable meta a alcanzar.
Podemos afirmar que somos Espíritus de Energía divina, y que por la misma Esencia de nuestra Fuente de Origen – Dios- que es el Amor, hemos sido creados a Su Imagen y semejanza en cuanto a potencialidades, pero Él nos ha dejado el cuidado y la responsabilidad de desarrollarlos con nuestro esfuerzo, experimentando a lo largo de muchas vidas y en muchos mundos.
Se podría añadir en síntesis que somos Seres de un grado evolutivo medio, que estamos transitoriamente en este mundo en donde la dicha es escasa y limitada por nuestros propios defectos e imperfecciones humanas y morales, pero que finalmente estamos inmersos en pleno proceso de evolución espiritual y abocados a alcanzar después del aprendizaje y perfeccionamiento en este y en otros mundos, una dicha eterna e infinita, cerca del Padre – nuestra Fuente de Origen-, como colaboradores y trabajadores en Su Gran Obra de la Creación infinita de mundos y Espíritus.

Jose Luis Martín, con base al curso de conocimiento espiritual de Sebastián de Arauco-



En todas las épocas han existido seres humanos con inquietudes filosóficas o metafísicas que han buscado el sentido a la vida”
- Ramiro Calle -


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             Rescates

Cuando encuentres algún compañero en pruebas, no digas simplemente: Es el Carma que se cumple. Quien debe precisa pagar.
Si las leyes del Señor te conducen a ese alguien que sufre y que se te ofrece la enseñanza de rescatar anticipadamente los propios débitos de existencias pasadas, por el Cambio del Bien Eterno.
   Para eso, en el Banco de la Providencia Divina, tenemos siempre abierta en nuestro favor en la Bolsa de la Caridad.
Libro de Respuestas, Emmanuel, psicografia de Francisco Candido Xavier, CEU)

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COMIENCE POR USTED

Para quien tiene ojos para ver, en todas partes las enseñanzas se hacen presentes.
En el túmulo de un obispo anglicano, que está en la cripta de la Abadía de  Westminster, en la plaza del Parlamento, en Londres, se pudo leer lo siguiente:

Cuando yo era joven, libre, y mi imaginación no tenia limites, yo soñaba en cambiar el mundo.
A  medida que me torne más viejo y más sabio, descubrí que el mundo  no iba a cambiar. Reduje, entonces, mi campo de visión y resolví cambiar apenas mi país. 
Más acabé hallando que eso, también, yo era incapaz de cambiar.
 Envejeciendo, en una última y desesperada intento, decidí mudar apenas mi familia, los más próximos, más, ay de mi, ellos no estaban más allí.
Ahora en mi lecho de muerte, de repente percibo:  si yo  primero hubiese intentado cambiarme a mí mismo, por mi ejemplo yo habría podido cambiar a mi familia.
Con la inspiración de la familia y encorajado por ella, habría sido capaz de mejorar mi país y, quien sabe, podría hasta haber cambiado el mundo.

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 Casi siempre, pensamos y actuamos exactamente así. Es como leer un trecho del Evangelio y luego pensáramos que aquellas frases son muy importantes para alguien de nuestra familia.
Cuando escuchamos una conferencia, que concita al bien, enseguida nos viene a la mente el pensamiento de que sería muy bueno si determinada persona  estuviese a nuestro lado para escucharla.
¡Eso  sería muy bueno para ella! Es lo que decimos para nosotros mismos.
Como esta información  la podría modificar, cambiar su forma de actuar.
Cuando estamos vinculados a una determinada religión, el pensamiento no es diferente.
Solemos desear, que nuestros parientes, nuestros amigos, colegas profesen la misma creencia, comulguen con los mismos ideales.
Algunas veces, llegamos  a tornarnos un poco inconvenientes, o tal vez  hasta demasiado, mandando recados, frases elegidas para los amigos.
Todo en ese intento de que ellas los lean, los absorban y lleven a la práctica.
Son frases que se refieren  a las buenas costumbres, a la ética, a la moral  y quien las recibe, con certeza, pensará también:
Sería muy bueno que el remitente pusiese  en práctica esas formulas. El precisa de eso.
Por eso es que el Mundo aun no es ese local especial que tanto ansiamos: un oasis de comprensión, con aires de paz y fuentes constantes de fraternidad.
Porque cada uno de nosotros desea, piensa, ansia el cambiar al otro. Por hacer que el otro se revista de comprensión, de cortesía.
Con todo, el Modelo y Guía de loa Humanidad estableció que cada uno debe dar cuenta de su propia administración.
Administración de su vida, de sus deberes, de su misión.
El mundo es la suma de todos nosotros, de las acciones de todos los hombres.
Nos cabe pues la ineludible decisión de intentar la propia mejoría.
Y hoy, hoy es el mejor día para eso. No mañana, ni después.
Hoy. Comencemos a pensar en lo que podemos mejorarnos.
¿Quién sabe, un gesto de gentileza? ¿Qué tal en un Buenos Dias? ¿Obligado, una sonrisa?
Pensemos en eso.
Redacción de Momento Espirita.