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domingo, 29 de marzo de 2015

Cuerpo, Alma y Espíritu



Saludo matinal
Lunes 30 de Marzo de 2.015

Queridos amigos, hola buenos días, bendigamos al Señor, démosle las gracias, por el nuevo día,  y analicemos  las riquezas espirituales que  tenemos en nuestro patrimonio espiritual, si  somos medianeros, puentes entre los dos planos de la vida, analicemos un poco, que pensamos  o cual es el valor que le damos a la mediúmnidad, a la facultad que Dios nos ha concedido.
 El concepto que se tiene sobre el ejercicio de la mediúmnidad es variado, uno de ellos, es el de los que piensan que es una pesada cruz para sus portadores. Desconociendo  los valores  que tipifican la facultad, evitan el ejercitarla, por temer la carga aflictiva en los ensayos  que no desean  añadir a sus vidas
Es totalmente  destituida  de legitimidad  la liviana información, desde que la mediúmnidad es una facultad neutra, por medio de la cual  se comunican  buenos como malos Espíritus, dándose hermosos  o aflictivos fenómenos  de variado contenido.
Los dolores que parecen acompañar a los médiums que se aficionan  al trabajo del bien en la Tierra tienen su origen en sus existencias  pasadas, sin ningún  compromiso  con la facultad.
En el caso que no ejerza el ministerio, los mismos padecimientos los alcanzarían, convocándolos a la reparación de los delitos antes perpetrados, en razón de la carencia afectiva, que no les proporcionó la liberación que se da mediante la acción de la solidaridad, del amor, de la caridad…
La mediúmnidad ejercida con responsabilidad disminuye el rescate  de aquellos que se encuentran comprometidos con las Soberanas Leyes, en razón de las admirables contribuciones de que se hacen portadores, atendiendo a los sufridores de ambas esferas de la vida: la material y espiritual.
A semejanza de otras facultades del alma, que el cuerpo reviste de células para atender a los objetivos a que se encuentran vinculados,  no pocas veces sus portadores experimentan desafíos que hacen parte  de su programa evolutivo.
Acepta con naturalidad y de forma consciente, la mediúmnidad  que alarga los horizontes  de las percepciones humanas  a respecto de los valores existenciales, contribuyendo con elevación  para la comprensión de la inmortalidad, de los objetivos de la jornada física que deben ser realizados en clima de alegría y de gratitud a Dios.
Transformar  la actividad en un verdadero mediunato es el deber de todo aquel  que se encuentra convocado para ejercitar la peregrina facultad que honra su existencia.
Lógicamente, transformándose  en un puente entre las dimensiones física y espiritual, despierta animosidad de los Espíritus infelices que se complacen en generar obstáculos al progreso general.
No obstante, su desempeño fiel  y a su abnegación, en la aspiración a que se entrega  consigue  la simpatía de los Espíritus nobles que pasan a auxiliarlo, inspirándolo en todos los lances de la trayectoria existencial.
¡Nunca temas al mal!
En el ejercicio saludable de la mediúmnidad responsable, vincúlate al compromiso de forma dinámica, concienciándote de su significación, así como de los beneficios que pueden derivar en la ejecución de la actividad iluminativa.
Procura estudiarte de manera que puedas profundizar  observaciones en torno de quien eres, de tus  objetivos esenciales, de tus reacciones  en relación a los acontecimientos existenciales, a fin de  de identificarte con la propia realidad.
Mediante ese comportamiento, percibirás  las influencias que proceden de los desencarnados, pudiendo filtrarlas y exteriorizarlas con fidelidad, sin conflictos internos.
La existencia terrena no constituye un paseo al país de la fantasía, aunque muchos desavisados así la consideren.
Asume la responsabilidad de vivir dentro de los padrones educativos propuestos por las leyes de la evolución, cogiendo los óptimos frutos de la harmonía y del bienestar.
Honrado por la oportunidad de ser operario mediúmnico en la siembra de Jesús, trabaja para corresponder a la expectativa, permaneciendo  fiel hasta el fin de la jornada, sin angustia y sin aflicción.
Mediúmnidad es bendición. Disfrútala con alegría, ayudando siempre.
Amigos os deseo un feliz lunes, con mucho amor y cariño Merchita
Extraído del libro de Divaldo Pereira Franco “Entrégate a Dios”


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El mayor espectáculo es un hombre esforzado luchando contra la  adversidad; pero hay otro aún más grande: ver a otro hombre lanzarse  en su ayuda - 
 Oliver Goldsmith

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VALORES


Enorme grupo de almas humanas  se vienen arrastrando  del atraso por la  ignorancia, hace largo tiempo, conforme a las posiciones mentales en que se aprisionan.

¿Cuántos son aquellos que nunca se sienten en buenas condiciones para las actividades nobles de la vida?

¿Cuántos son  los que juran no ser capaces de estudiar, de hablar en público ni en privado, de escribir una carta o un billete siquiera?

¿Y los que firman no saber conversar con naturalidad; no saber discutir sobre las propias ideas, con lucidez, junto a quien piensa diferente?

Es grande la cantidad de gente que sigue diciendo, con toda convicción, que no sabe dirigir un automóvil, que no sabe cocinar una mínima alimentación para si misma, que no sabe organizar sus aposentos, y así en adelante.
Lo que se muestra muy extraño en esos cuadros es que raros, de entre esos individuos, hacen esfuerzo para aprender lo que no saben, para superar las propias limitaciones, como si el simple hecho de garantizar que no saben les diese alguna satisfacción.

Quien sabe hasta por no darse cuenta de la importancia de salir de las telas de la ignorancia, a fin de penetrar intensamente en el clima de la vida.

Algunos alegan, “gloriosos”, que no entienden matemáticas o geografía. Hay los que detestan los estudios de psicología, otros, los de historia.

Varios no entienden nada de la biología, en cuanto un gran número no se interesa por la propia lengua con la que se expresa, desmoralizado en las reglas más mínimas.

La condición de no saber parece inalterada para mucha gente,  que no ve cualquier importancia en saber eso o aquello, ya que siempre vivió sin saber.

Alegan unos, “nunca me gusto”, “nunca consigo entender”, “no quiero ni saber”, en cuanto a otros exageran: “no quiero ni saber y tengo rabia a aquellos que saben”.

Sería muy importante, para el progreso individual, que cada cosa no sabida fuese buscada, desde que presentase verdadero valor para la existencia.

Seria valioso si la ignorancia no fuese un desastre intelectual y moral consentido, mantenido y cuidado por esos guardianes del atraso llamados acomodación, mala voluntad, desinterés…

La cuestión es bien otra, como se puede verificar.

Cada uno, en el nivel en que se halla, debería buscar superarse, procurando conquistar los elementos en torno del campo de actividades y relacionamientos en que se mueve.

Alguien que consiga hablar mejor, comunicándose mejor, entenderá mejor y, sin duda, se sentirá mejor ante sí mismo.

Aquel que pueda localizarse en el mundo, sabiendo quien es, donde se encuentran y como son sus vecinos geográficos, posiblemente vivirá mejor.

Quien consiga comprender los episodios vividos por su sociedad, pueden asociar con ocurrencias pasadas de esa misma comunidad, indudablemente tendrá otra visión del mundo, y, así, vivirá con más lucidez.

Solamente con la conciencia de cuanto es importante evolucionar para Dios, sea por el conocimiento de las cosas de la tierra, sea por  medio de las cosas del Cielo, la persona conseguirá progresar superando sus límites.

Valorizándose e imprimiendo en su derrotero terrestre el progreso esperado, que no viene de Dios “de gracia”, más viene de Dios para aquellos que hacen su parte, usted contará, solo entonces, con la ayuda celeste.
No se desmerezca, mostrándose siempre incapaz.

Dispóngase a leer un periódico, una revista, un libro. Aprenda a preguntar a quien estudió a su frente,  de modo a entender mejor.

Desenvuelva el gusto por palestras sobre cuestiones que a usted le gustaría conocer o entender mejor.
Cultive el interés por los filmes, por el teatro, por todo lo que le permita obtener otros ángulos de la vida o los misterios de Dios.

Haciéndolo así, descubrirá, por fin, como es de bueno investigar a través de horizontes más amplios, como es de bueno aumentar luz para andar con seguridad y firmeza por los caminos humanos.

Esperando que os guste, con mucho amor y cariño de vuestra amiga
MERCHITA

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Cultivar estados mentales positivos como la generosidad y la compasión decididamente conduce a una mejor salud mental y a la felicidad”


(Dalai Lama) 

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                 Cuerpo, Alma y Espíritu
Es muy complicado para la mente humana comprender la persona de Dios. Es difícil, a través del razonamiento, entender cómo Dios puede ser al mismo tiempo Padre, Hijo y Espíritu Santo, son cosas que sólo se pueden creer a través de la fe y la revelación.
Pero no nos engañemos, el hombre es también otro de los grandes misterios. La Biblia explica que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, por esa razón nuestro ser es también tripartito, ya que en una misma persona, encontramos Cuerpo, Alma y Espíritu.
En la misma naturaleza encontramos, como ejemplo, el agua, que puede manifestarse en tres diferentes estados, sin dejar de ser agua: en forma líquida, en vapor si la hervimos, o en hielo si la congelamos.
Así pues, cuando Dios creó al hombre, lo hizo de manera perfecta, y lo hizo: Cuerpo, Alma y Espíritu.
1- El Cuerpo: Se refiere a nuestra persona física. En él se encuentran los cinco sentidos, para relacionarnos con el mundo que nos rodea. Es la imagen de quiénes somos y de cómo somos. En nuestro cuerpo, se encuentra el Alma y el Espíritu.
2- El Alma: Está compuesta por la mente, la voluntad y las emociones. En el alma es donde se libran nuestras más terribles batallas personales, ya que a la hora de tomar decisiones, de comprender y entender conceptos y principios, nuestras ideas, experiencias, recuerdos y sentimientos tanto positivos, como negativos, afloran e influencian el ejercicio de nuestra voluntad. El alma es el centro operativo desde el que nos relacionamos con los demás e interpretamos sus actos, palabras como así también las circunstancias que nos rodean de una manera personal, individual y por supuesto única. Es muy importante que nuestra alma actúe y funcione de una manera equilibrada entre los conceptos, verdades, valores, principios, etc. y las emociones y sentimientos que tenemos y experimentamos constantemente. Son muchos los que opinan que la razón siempre debe prevalecer sobre las emociones, pero si me permiten, yo les sugiero que las verdades que creemos y vivimos convivan en armonía con las emociones y sentimientos que ellas mismas generan. Creo que si conseguimos vivir así, nos sentiremos mucho mejor y más felices a la hora de tomar decisiones.
3- El Espíritu: Es la parte del ser humano diseñada para establecer una relación con Dios. Como parte del Espíritu, podemos destacar la conciencia, que podríamos definir simplemente, como esa capacidad de oír la voz de Dios, animándote a hacer el bien, o advirtiéndote que no te apresures a tomar una decisión que puede ser fatal. Una de las reacciones del espíritu la vemos claramente cuando ante cualquier peligro sea cual sea nuestra creencia religiosa, clamamos a Dios para que nos proteja, ayude o salve. En el espíritu del hombre se encuentra también toda el área dedicada a la adoración y a reverenciar a Dios. ¿Sabes que tú puedes tener una relación o amistad auténtica con Dios? Él está permanentemente a tu lado, esperando que le permitas obrar en tu vida.
La Biblia dice que él está llamando a la puerta y que si le abrimos, entrará y cenará con nosotros. Tú puedes experimentar ese gran milagro de cenar con Jesucristo durante el resto de tu vida. Esa es la voluntad de Dios, habitar en el corazón de los hombres. ¿Qué es lo que tienes que hacer?  NADA, Él ya lo hizo todo, sólo abre la puerta de tu corazón y déjale hacer.
Ahora que conoces el propósito de Dios para tu vida, Él va a estar insistiendo, hasta el último segundo, que permanezcas con vida. Por supuesto Él no te va a obligar. La decisión es tuya. Puedes hacerlo en este momento o cuando quieras, pero asegúrate de que no es demasiado tarde y te pierdas el mejor regalo de toda tu vida. 
Si quieres, puedes hablar libremente con Él y decirle algo así: Jesús entra en mi corazón, quiero conocerte y ser tu amigo, obra en mi vida. Perdóname y límpiame por haber vivido de espaldas a Ti. Te necesito para poder entender cuál es el sentido de mi existencia.
  JOSE LUIS PRIETO
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NOTA PARA LOS AMABLES LECTORES Y SEGUIDORES DE ESTE BLOG :
POSIBLEMENTE HASTA EL PROXIMO JUEVES O VIERNES  NO PODRÉ VOLVER A PUBLICAR DE NUEVO EN ESTE BLOG, POR MOTIVOS FAMILIARES. 
Disculpadme por las molestias: Jose Luis Martín

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sábado, 28 de marzo de 2015

ANTE LAS ADVERSIDADES DE LA VIDA




             PÉRDIDA Y SUSPENSIÓN DE LA                                MEDIUMNIDAD.

La facultad mediúmnica está sujeta a intermitencias y a suspensiones momentáneas, ya sea para las manifestaciones físicas, ya sea para la escritura. He aquí las contestaciones de los Espíritus dadas a algunas preguntas hechas con este objeto.

1. ¿Los médiums pueden perder su facultad?

Esto sucede a menudo, cualquiera que sea el género de esta facultad; pero muchas veces sólo es una interrupción momentánea que cesa con la causa que ha producido.

2. ¿La causa de la pérdida de la mediumnidad está en la extinción del fluido?

Cualquiera que sea la facultad del médium nada puede hacer sin el concurso simpático de los Espíritus, cuando ya no se recibe nada, no es porque le falte siempre la facultad; muchas veces los Espíritus son los que no quieren o no pueden servirse de él.

3. ¿Qué causa puede provocar en un médium el abandono de los Espíritus?

El uso que hace de su facultad es la más poderosa para los buenos Espíritus. Podemos abandonarle cuando se sirve de ella para cosas frívolas o con miras ambiciosas; cuando rehusa participar nuestra palabra o nuestros hechos a los encarnados que lo desean o que lo necesitan ver para estar convencidos. Este don de Dios no se concede al médium para que se divierta, y aun menos para servir su ambición, sino para su propia mejora y para hacer conocer la verdad a los hombres. Si el Espíritu ve que el médium no corresponde a sus miras y no aprovecha las instrucciones y las advertencias que le da, se retira para buscar un protegido más digno.

4. El Espíritu que se retira, ¿puede ser reemplazado y en este caso no comprenderíamos la suspensión de la facultad?

No faltan Espíritus que lo que más desean es comunicarse y están prontos a reemplazar a los que se retiran; pero cuando es un buen Espíritu el que abandona al médium, puede muy bien no dejarle sino momentáneamente y privarle por cierto tiempo de toda comunicación, a fin de que le sirva de lección y probarle que su facultad no depende de él y no debe envanecerse por tenerla.
Esta impotencia momentánea es también para dar una prueba al médium de que escribe bajo una influencia extraña; de otro modo no habría intermitencia.

Por otra parte, la interrupción de la facultad no es siempre un castigo; acredita algunas veces el cuidado del Espíritu por el médium a quien estima; quiere procurarle un reposo material que juzga necesario y en este caso no permite que le reemplacen otros Espíritus.

5. Se ven, sin embargo, médiums muy meritorios,moralmente hablando, que no tienen ninguna necesidad de reposo,y son muy contrariados por las interrupciones cuyo objeto no comprenden.
Esto es con el fin de poner su paciencia a prueba y juzgar de su perseverancia; por lo mismo los Espíritus no señalan en general ningún término a esta suspensión; quieren ver si el médium se impacientará. Muchas veces también es para dejarles el tiempo de meditar las instrucciones que les han dado, y en esta meditación de nuestras enseñanzas reconocemos a los espiritistas verdaderamente formales; no podemos dar este nombre a aquellos que en realidad sólo son aficionados a las comunicaciones.

6. ¿En este caso es preciso que el médium continúe sus tentativas para escribir?
Si el Espíritu lo aconseja, sí; si le dice que se abstenga,debe hacerlo.

7. ¿Y habría un medio de abreviar esta prueba?
La resignación y la oración. Por lo demás, basta hacer cada día una tentativa de algunos minutos, porque sería inútil perder el tiempo ensayando infructuosamente; la tentativa no tiene otro objeto que el de asegurarse si la facultad se ha recobrado. 

EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS.
ALLAN KARDEC.
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   ANTE DE LAS ADVERSIDADES                               DE LA VIDA

Recuperarse de una caída no es una tarea de las más fáciles, debemos de estar de acuerdo.

No son todos los que consiguen poner en práctica el refrán popular: Levanta, sacude el polvo y da la vuelta por encima, creado en la música de Paulo Vanzolini.

Muchas veces, cuando caemos, por cualquier motivo, como pueda ser el término de una relación; la pérdida de un empleo; un accidente, o hasta la presión del día a día, tendremos que quedarnos tirados en el suelo.

¿Cómo continuar? ¿Cómo seguir adelante? ¿Vale la pena todo esfuerzo nuevamente?

Felizmente existen personas que consiguen llevar todo eso con mayor facilidad.

Incluso cuando todo parece conspirar negativamente, ellas siguen adelante, con una sonrisa en el rostro y dispuestas a enfrentar lo que fuera preciso.

Intrigados en descubrir lo que llevaba a algunas personas a enfrentar tan bien esos contratiempos de la vida, los especialistas en comportamiento humano pasaron a estudiar los trazos de esos sobrevivientes.

Los primeros llegaron a concluir que se trataba de una invulnerabilidad innata, algo como un verdadero don con el cual las personas ya nacían.

Sin embargo, parece que eso no respondía a todo, y hace poco más de una década se comenzó a investigar el término invulnerabilidad.

Este parecía sugerir que las personas serían 100% inmunes a cualquier tipo de adversidad – lo que no sería la realidad.

Aunque sean personas que pasen por los problemas con mayor facilidad, eso no quiere decir que salgan de esas experiencias totalmente ilesas.

Los estudiosos pasaron a buscar un término más adecuado, y fue entonces que tomaron prestada una terminología de la física: resiliencia.

Resiliencia es una propiedad de algunos materiales, que muestra su capacidad en volver a su estado original, después de sufrir una gran presión.

Así serían las personas con un alto grado de resilienciatendrían capacidad de encarar las adversidades como oportunidad de mostrar y perfeccionar su competencia, su entusiasmo.

Tales personas encuentran también soluciones creativas y determinadas para levantarse del suelo.

¿En este instante usted podrá estar imaginando cuál es su grado de resiliencia, cierto?

Cabe destacar aquí que ser resilente no es ser indiferente, insensible.

No se trata de sentir o no sentir, pero sí de cómo atravesar las experiencias.

Sería una habilidad que todos podemos adquirir, de soportar el sufrimiento, extrayendo de el todo lo que tiene que enseñarnos. Ahí está la clave de todo.

León Denis afirma con propiedad, que si, en las horas de pruebas, supiésemos observar el trabajo interno, la acción misteriosa del dolor en nosotros, comprenderíamos mejor su obra sublime de educación y perfeccionamiento.

La razón del dolor humano procede de la protección divina.

Los pueblos son familias de Dios que, a la manera de grandes rebaños, son llamados al aprisco de lo Alto.

La Tierra es el camino. La lucha que enseña y edifica es la marcha.

El sufrimiento es siempre el aguijón que despierta a las ovejas distraídas al margen de la senda verdadera.

Redacción de Momento Espírita con base en un artículo publicado en la revista Vida Simple, de enero de 2008; en el Cap.XXVI del libro "El problema del ser,del destino y del dolor", de León Denis, y el cap.31 del libro "Jesús en el hogar" del Espíritu Neio Lucio

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Hay tres cosas importantes en la vida: la primera, ser amable; la  segunda, serlo siempre; y la tercera, nunca dejar de serlo.  
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        EN EL CAMINO DE LA PERFECCIÓN

La lucha que mantiene incesantemente el espíritu es la de perfeccionarse. Nadie que se sienta imperfecto, permanece tranquilo, en algún momento, en algún lugar, un día, reflexiona, y se descubre, es entonces cuando ve aquello que lo inquieta, que lo mantiene pesaroso, y en cierto momento, se decide a cambiar.
La necesidad de ser perfectos es una forma de control. Una parte de nosotros que se siente herida cree que "Si soy perfecto (¡lo que quiera que signifique éso para cada uno!), la gente me aceptará, me querrá, me admirará, me aprobará y me prestará atención o me valorará. Entonces me sentiré importante. Siendo perfecto, puedo controlar lo que la gente siente sobre mí". La necesidad de controlar los sentimientos de los otros hacia nosotros proviene de nuestra actitud de otorgarles a los demás la responsabilidad de valorarnos. Tenemos la falsa creencia de que si le caemos bien a alguien, entonces somos valiosos, y podremos ser felices.
Poco a poco, el espíritu va rompiendo la coraza que le obstaculiza caminar con libertad, se propone una meta, y no para hasta conquistarla, pero ahí no acaba todo,  el niño no solo aprende las primeras letras, una vez aprendido el abecedario, continua sus estudios para conseguir el doctorado, cuando es mayor. Una vez que nos hemos despojado de los tejidos groseros,  con las experiencias adquiridas, invertimos los mejores recursos hasta alcanzar el nivel de conciencia lúcida para hacer brillar nuestra luz.
Todos tenemos un dios interno adormecido, lo engrandecemos a medida  que vencemos las sombras  que nos revisten, pasando a poseer valores cada vez más nobles que nos facilita un grado de desarrollo moral cada vez más grande. En todas las encarnaciones crecemos, ampliando nuestra capacidad de comprensión de las cosas, gracias al esfuerzo que  hacemos en el aprendizaje teniendo en vista la Superior Justicia que rige todos los destinos.
El recurso más valioso para facilitar el entendimiento en torno a los acontecimientos y de las personas,  es el amor, que nos capacita  para nuevos emprendimientos y luchas.
Las sombras nos hacen muchas veces elegir los placeres mundanos, haciendo que ese proceso sea muy largo, nos olvidamos del deber  y sin darnos cuenta generamos conflictos por vincularnos a los vicios a los cuales pasamos a depender, cuando si hubiésemos seguido en la línea marcada del progreso avanzaríamos  mediante  recursos menos penosos.
Adoptados los primeros fenómenos inconscientes de la evolución el espíritu, pasa  por los instintos que se le fijan demoradamente, necesitando  transformarse esos instintos en sentimientos, para lo cual tendrá que invertir sacrificio  y abnegación para desvincularse de los condicionamientos generadores  de penosos y exhaustivos goces.
Jesús propuso enfáticamente, el amor hacia los adversarios, para conseguir la perfección.  Presentado al Padre  como síntesis  absoluta que es de la perfección, no obstante inalcanzable, ya que el Espíritu  jamás podrá ser igual al Creador.
Para alcanzar la perfección hemos de  tratar la perfección constantemente, superando el ego severo y vigilante, superando la liberación del Espíritu  cuyo campo de acción aun se encuentra impedido para su total y plena  manifestación.
Amar a nuestro prójimo significa, compañerismo, tolerancia,  solidaridad en el sufrimiento y también en la alegría, amistad en las situaciones difíciles, capacidad de disculpar siempre, produciendo una vinculación afectiva que soporte los roces y los conflictos típicos de cada cual. Es un amor diferente del que sentimos por los enemigos, ya que él se hace a nuestros ojos un ofensor, presentándonos su imagen controvertida y destacada por el mismo, haciéndonos su víctima. Amar a ese antagonista  es no retribuirle  la ofensa, no detestarlo, no conducirlo  en el pensamiento, conseguir liberarnos de  sus diatribas  y agresividad.
El resentimiento, el deseo de venganza, la amargura se instala, porque de alguna forma, dependemos  de las vibraciones  maléficas del perseguidor. El amor nos liberaría  si lo cultivásemos en nuestro corazón, ya que solo así el mal que nos quieren hacer  no nos ataría al verdugo, estaríamos tranquilos, cosa que no nos ocurre si en nosotros anida el resentimiento, el deseo de vengarnos de él.
Ese resentimiento nos prepara para futuros combates, en los cuales necesitaremos de la paciencia, la compasión, la caridad  y el sentimiento de solidaridad.  Nuestro inconsciente rechaza el perdón al enemigo y consecuentemente, el amor a quienes nos causo daño y perturbación.
Jesús nos alerto de las dificultades  y para ellos debíamos estar armados  para los peligros de cada momento, por eso estableció el amor como el arma invencible  contra el mal  y a favor de los malos. Y esto es porque el amor es penetrante  y altera nuestro comportamiento, dulcificando a quien lo exterioriza y a aquel que lo recibe,  ya que el amor procede de las vibraciones  del Yo superior. Por eso en las relaciones humanas el debe estar siempre presente ya que solo el consigue  transformar moralmente  lo que la claridad de la razón  sencillamente no lo logra.
Nunca podremos conseguir la perfección de Dios, pero si podremos  despojarnos del primitivismo, como el diamante  para brillar debe  liberarse de toda  la ganga, pasando por la necesaria lapidación, para que pueda reflejar  la luz de afuera, poseedor que es de pureza y luz eterna…
Tanto el hombre como la mujer sufren  profundos bloqueos  en el inconsciente  respecto a la perfección, ya que se preocupa más por la obtención de recursos materiales que le permitan vivir mejor en la vejez, abrigando la esperanza de estar lejos de la enfermedad y del sufrimiento, descuidando así lo esencial, que es el esfuerzo para auto-abrirse a los designios espirituales de Jesús, como terapia y solución para las cuestiones  afligentes  de lo cotidiano.
Solamente cuando el ser humano logre la propia integración ejecutando la perfecta armonía  entre el ser interno que es y el externo que presenta, realizando y venciendo  la lucha intra-psiquica contra  lo establecido como triunfo y felicidad, aceptará los desafíos propuestos por Jesús.
En la educación psicológica del ser no ha de faltar la confianza que  aplicada  con calma  y amorosamente contribuye  a la formación de cimientos tranquilos y fuertes. Si no hay confianza  ante todo y todos, aguardando señales  definidas  para el rumbo emocional que debemos tomar, seremos dominados por la infelicidad.
Si realmente buscamos la plenitud, no debemos  perturbarnos, ante el concepto de los campeones de las sombras, de que debemos combatir  con astucia y argucia, que no debemos ceder jamás, ni retroceder, manteniéndonos siempre en vigilancia contra sus trampas, por el contrario hemos de  sentir que la realidad es muy diferente de esa amenaza enfermiza, y podremos observarlo en nosotros mismos que aspiramos a una situación más enriquecedora y a experiencias más felices.
Comenzamos por el auto-análisis y a observar a otros hermanos que comenzaron antes que nosotros y que aspiran al equilibrio a la paz,  a esa perfección, y que están empeñados en tornar cada día más ejecutable el esfuerzo que han dirigido hacia el bien y hacia la plenitud.
Lo básico, lo común, ya no les satisface, porque aspiran  a más y mejor, respiran una sicoesfera más sutil y renovadora, desintoxicándose  de los vapores deletéreos   en los cuales están inmersos todos los que aun no despertaron, que aún permanecen atentos a los placeres mundanos, en los juegos, en los vicios, en los juegos de los sentidos y en las ilusiones efímeras que pueblan su casa mental.
Necesitamos dejar de definir nuestro valor en base a cualidades externas y comenzar a valorar nuestras cualidades internas, espirituales. Si su evaluación se basa en el rendimiento, siempre estará preocupado por los resultados. Si evalúa su ser basándose en sus virtudes interiores de caridad, compasión, bondad, empatía y buen humor, alcanzará una satisfacción verdadera. Esto le permitirá crear y producir con libertad y alegría, sabiendo que aún cuando cometa todos los errores del mundo, usted seguirá siendo valioso. La perfección no importa cuando usted está feliz por sus logros internos, y no preocupado por controlar lo que los demás piensan y sienten sobre usted.
Cuando  abramos  la  mente a la idea de que existe una autoridad interna para valorar nuestras  acciones, y sepamos  apreciar la maravilla y la belleza de su esencia humana, dejará de pensar en la perfección, en su "rendimiento" y en las opiniones que los otros tienen sobre usted. Sabrá que usted es casi perfecto en su esencia, y que no hay nada que probar ante los demás.
Cuando reconozca que su trabajo es intrínseco más que basado en manifestaciones externas, la vida se tornará mucho más fácil y menos agotadora. En lugar de permitir que su adicción a ser perfecto lo inmovilice, será libre de expresarse libremente y manifestar sus dones y talentos. ¡La expresión personal creativa causa alegría, no miedo!
Todo el que realmente está entregado al afán de conseguir esa perfección ha  procurado encontrar los medios para conseguirlo, se ha encontrado con Jesús el Mayor y el más grande expositor  porque Él es el camino la Verdad y la Vida,  y siente  los efectos saludables en su interior al  haberle tomado como su modelo y guía para conseguirlo, sintiendo la satisfacción de encontrarse empeñado en la auto-liberación y la auto superación ante las sombras.
Si queremos conseguir la perfección, hagamos el propósito firme, de reafirmarnos con Jesús y un día conseguiremos ese estado especial de paz y armonía, con el mundo y con las almas que lo pueblan. No nos olvidemos que la mejor herramienta es el amor,  el nos servirá de baluarte siempre que no seamos comprendidos ni tenidos en cuenta.
M.C.R.  
Fuentes: del libro “Jesús y el Evangelio”  a la luz de la psicología profunda de “Divaldo Pereira Franco.

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