Planeamiento de la reencarnación

¿Te preocupa el Más Allá?

¿Quisieras saber  que te ocurrirá al otro lado?

¿Te gustaría saber cómo se origina un proceso de reencarnación?

Una de las muchas tareas atribuidas a los bienhechores y misioneros desencarnados, es ayudar  y ellos se desdoblan en todas las direcciones. En el departamento de Planeamiento de reencarnaciones, hay muy buenos amigos, ya que es un servicio muy importante  en la colonia espiritual, directamente relacionado con el departamento de Esclarecimiento.

Gran parte de las reencarnaciones  en la Tierra, se procesa en moldes corrientes para todos, en el campo de manifestaciones puramente  evolutivas. Pero la otra parte, no obedece al mismo programa. Al elevarse el alma en cultura  y en conocimientos, y, consecuentemente en responsabilidad, el proceso de reencarnación individual es más complejo, alejándose como es lógico,  de la expresión general, a la vista de eso, las colonias espirituales  más elevadas, mantienen servicios especiales para la reencarnación de trabajadores y misioneros.

Estos trabajadores  no son compañeros completamente buenos y redimidos, sino aquellos que representan mayor suma de cualidades superiores, a camino de la victoria  plena sobre las condiciones y manifestaciones groseras de la vida. Son entidades que se hayan aun en debito, pero ya con valores de buena voluntad, perseverancia y sinceridad, que les otorgan el derecho de influir sobre los factores de su reencarnación, escapando, en cierto modo, al patrón general. Claro que no siempre se verifican tales alteraciones en condiciones agradables para la experiencia futura. Los servicios de rectificación, representan tareas enormes.

El problema de la caída, es también una cuestión de aprendizaje, y el mal, indica una posición de desequilibrio, exigiendo restauración y enmienda. La evolución nos confiere poder; pero  gastamos mucho tiempo aprendiendo a utilizar ese poder armoniosamente. El racionamiento ofrece campo seguro a nuestros conocimientos; no obstante, casi todos los trabajadores de la Tierra, se demoran siglos en el servicio de iluminación intima; porque no basta adquirir ideas y posibilidades, es preciso ser responsable; y no es justo que tengamos solamente  la información del raciocinio, sino también la luz del amor.

Al hombre le es necesaria la lucha que corrige, renueva, restaura y perfecciona. La reencarnación es el medio, y la educación divina, el fin. Por eso mismo, a la par de millones de semejantes  que evolucionan,  existen millones  que se reeducan  en determinados sectores del sentimiento, porque, si poseen ya ciertos valores de la vida, les faltan otros no menos importantes.

El propio Jesús  nos dejo material para que pensemos en el asunto que estamos examinando, cuando nos aseveró que si nuestra mano  o nuestros ojos fueran motivo de escándalo, deberían ser cortados al penetrar en el templo de la vida. Si ya hemos fallado muchas veces en experiencias de la autoridad, de la riqueza, de la belleza física, de la inteligencia, no sería lógico recibir idénticas oportunidades  en los trabajos rectificadores.

De conformidad con el grado de adelanto espiritual del futuro de que va a reencarnar  y de acuerdo con el servicio que le va a ser asignado en posesión de un nuevo cuerpo carnal se hace necesario establecer planos adecuados a los fines esenciales.

La ley de herencia fisiológica funciona  con ineludible dominio sobre todos los seres en evolución, pero sufre, naturalmente, la influencia de todos aquellos  que alcanzan cualidades superiores al ambiente general. Cuando el interesado  en nuevas experiencias en el plano terrenal es merecedor de servicios de intercesión, las influencias elevadas pueden imprimir determinadas modificaciones a la materia, desde las actividades embriológicas, proporcionando alteraciones favorables para el trabajo de redención.

El cuerpo físico en la Tierra, representa una bendición de nuestro Padre. Constituye  una primorosa obra de la Sabiduría Divina, en cuyo perfeccionamiento incesante colaboran la espiritualidad superior, pues todo el celo en el servicio de la reencarnación, es muy poco, en relación con lo que se debería realizar en beneficio del perfeccionamiento de la maquina orgánica.

En todas las colonias  de alta espiritualidad, esas tareas son desempeñadas con infinito cariño. El auxilio a la reencarnación de estos compañeros, traduce su reconocimiento al aparato físico que otorga tantos beneficios  a través del tiempo. El hombre debe agradecer a la Sabiduría Divina  la concesión del sublime aparato físico terrestre para sus adquisiciones eternas.

Los numerosos cooperadores  trazan planos para las reencarnaciones in comunes, pues es un trabajo que exige valor, buenas disposiciones. Es muy  penoso vencer en la experiencia carnal, en vista del olvido que sobreviene a la reencarnación…

Si poseyéramos grandes virtudes y bellas realizaciones, no nos seria necesario recapitular  las lecciones ya vividas en la carne. Si solamente tenemos yagas y desvíos APRA recordar, bendigamos el olvido que el Señor nos concede con carácter temporal.

Cuando el espíritu que reencarna cumple todos los objetivos que vino a realizar en la tierra , se le denomina en el plano espiritual “complotista”, pues en general , casi todos, al regresar a la esfera carnal, perdemos oportunidades muy importantes,  desperdiciando las fuerzas sicológicas. Deambulamos por aquí, haciendo algo útil para nosotros o los demás, pero a veces despreciamos  el sesenta, setenta, ochenta y más de nuestras posibilidades. En muchas ocasiones prevalece  aun, contra el espíritu, el agravante  de haber movilizado las energías  sagradas de la vida, en actividades  inferiores que degradan la inteligencia  y embrutecen el corazón. Por tanto el “complotista”  en la calidad de trabajador leal y productivo,  puede escoger a voluntad, el cuerpo futuro, cuando le plazca su regreso a la Tierra en misiones de amor y de iluminación, o recibe un cuerpo ennoblecido para la prosecución de sus tareas, en camino de círculos más elevados de trabajo.

Hay un premio para los raros hombres que viven en el sublime  arte del equilibrio espiritual, aun hallándose en la carne. Y aunque nos parezca raro, semejantes excepciones existen en el mundo. Ellos regresan a la esfera espiritual, siendo anónimos en la Tierra, sin fichas de propaganda terrestre, pero con inmenso lastre de espiritualidad superior.

Ninguno de ellos, no obstante a los meritos de que se halla revestidos, escogen formas irreprochables en cuanto a las líneas exteriores. Solicitan providencias a favor de la existencia saludable, preocupándose  de la resistencia, equilibrio, durabilidad y fortaleza del instrumento que los deberá servir, pero suelen solicitar medidas  tendientes a atenuar su magnetismo personal,  de modo provisional, evitando así una  presentación física  muy primorosa, ocultando la belleza de sus almas, como eficiente garantía para sus tareas. Esto sucede así, porque las criaturas  en el juego de las apariencias  durante la permanencia en la Tierra, aplastarían a los misioneros del bien, si conociesen su verdadera condición, a través de las vibraciones de la envidia, del despecho, de la antipatía gratuita y de las disputas injustificables.  En vista a eso, los trabajadores conscientes, la mayoría de las veces, organizan sus trabajos, mediante organismos  poco graciosos, huyendo, por anticipado, al influjo de las pasiones devastadoras de las almas en desequilibrio.

Las mentes juveniles, cual criaturas del mundo, juegan con el fuego de las emociones; pero espíritus maduros, mayormente cuando llegan a la situación de “complotista” abandonan toda experiencia que los pueda distraer en el camino de la realización de la Voluntad Divina.

La medicina humana, será muy diferente  en el futuro, cuando la Ciencia pueda comprender  la extensión y la complejidad de los factores  mentales en el campo de las molestias del cuerpo físico. Son muy raras  las afecciones que nos e encuentran relacionadas con el tiquismo. Todos los órganos están subordinados a la ascendencia moral. Las preocupaciones excesivas con los síntomas patológicos,  aumentan las enfermedades ; las grandes emociones, , pueden curar el cuerpo o aniquilarlo. Si eso puede suceder en la esfera de actividades  vulgares de las luchas  físicas, un enorme campo  de observaciones  nos ofrece el plano espiritual muchísimo más extenso, pues para el cual se transfieren todos los días, millares de almas desencarnadas en lamentables condiciones de desequilibrio mental. El médico del porvenir  conocerá semejantes  verdades, y no circunscribirá su actuación profesional al simple suministro de indicaciones técnicas, dirigiéndose, mucho más, en los trabajos curativos, a las providencias espirituales, en las que el amor cristiano juegue un mayor papel.

Según podemos observar, la justicia se cumple siempre; pero, a medida que se dispone el espíritu a la necesaria transformación en el Señor, se atenúa el rigor  del proceso redentor. El propio Jesús nos recordó, hace siglos, que “el amor cubre multitud de pecados”.

Nadie traiciona  la Voluntad  de Dios, en los procesos evolutivos, sin incurrir en graves tareas de rectificación, y todos los que intentan engañar a la Naturaleza, cuadro legitimo  de las leyes divinas, acaban por engañarse a si mismos. La vida es una sinfonía perfecta. Cuando procuramos desafinarla  en el círculo de las notas que debemos emitir  para su próxima glorificación, somos compelidos a estacionarnos  en el pesado servicio de recomposición de la armonía quebrantada.

Trabajo realizado por Merchita, extraído del libro  “Misioneros de la Luz” de Francisco Cándido Xavier. 


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