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viernes, 26 de junio de 2015

Curación a través de las manos

                                               

                                      SANACIÓN ENERGETICA

UNA REALIDAD A “NUESTRAS MANOS”. YA CADA VEZ ES MENOS DICUTIDA POR LA MEDICINA CONVENCIONAL Y A SU VEZ MÁS USADA EN CENTROS HOSPITALARIOS. JUNTO A LA REFLEXOLOGÍA SE ESTÁ CONVIRTIENDO EN TERAPIAS DE USO COMÚN. EL POR QUÉ… EN ESTA NOTA

Muchas veces hemos escuchado hablar de las terapias curativas energéticas y de cómo influye la energía de las cosas o las situaciones en nuestras vidas y en nuestra salud. Hay quienes no lo toman por cierto y hay quienes realmente aseguran que cambios a su alrededor, determinadas situaciones e incluso determinado tipo de personas, producen variaciones y desequilibrios en la energía de sus vidas.

Las terapias de sanación energética durante muchos años se llevan a cabo en distintas partes del mundo, aunque con mayor importancia y conocimiento en las antiguas culturas orientales e indias. De este modo, los chinos suelen llamarle “chi”, “qui” o “chakra” mientras que en la India se le conoce como “prana” y en occidente, simplemente “energía”.

Lo cierto es que todas estas denominaciones, son una forma de llamarle a lo que se suele entender como la energía vital de las cosas, las fuerzas no siempre capaces de ser apreciadas a simple vista, pero que están allí, dentro de todas las cosas e interconectando todo lo que existe en el universo.

Las terapias de sanación energética

Las terapias de sanación energética también suelen ser conocidas como las terapias o procesos de limpieza de las energías, donde se busca reparar el daño que provocan nivel energético situaciones estresantes, la exposición al dolor tanto físico como emocional o traumas psicológicos. Todos estos agentes son causantes de desequilibrios en el correcta armonía de nuestra energía vital con la del resto de las cosas.
Los traumas y lesiones que estos agentes provocan, dejan un resto de energías negativas que debemos retirar de nuestro cuerpo, ya que suelen ser un vehículo de enfermedades o problemas de distinta índole. Funcionan como causa inmediata o mecha que enciende el camino a problemas emocionales ligados a la depresión y la angustia.
Además, tener energías negativas en nuestro cuerpo aumenta nuestra capacidad de atraer aún más negatividad, más energías negativas, más personas negativas y más problemas hacia nosotros mismos. Con frecuencia, a esta negatividad se la suele relacionar a la ley de la atracción, y también a provocar cierto tipo de resistencia desde nuestra parte a las buenas energías, al amor y la prosperidad.


Principios de la sanación energética

Básicamente, los principios de la energía curativa sostienen que la energía vital de todas las cosas así como la de nuestro cuerpo puede ser controlada, maniobrada y dirigida a conciencia de quien la proyecta. De tal manera, podríamos dirigir energía hacia una parte del cuerpo específica, buscando un beneficio y una sanación e incluso existen quienes afirman lograr visualizarla y proyectarla a distancia.
Por supuesto, se trata de un tratamiento al cual uno debe abrirse por completo y procurar liberarse de todo estigma. Científicos de todo el mundo le han atribuido un carácter imaginario y de algún modo irreal por su no comprobable eficacia. Sin embargo, varios doctores en distintas partes del mundo también muchas veces han participado, recomendado e incluso utilizado técnicas y medicinas alternativas como por ejemplo el Reiki, en procesos de sanación.


Sesiones de sanación energética

Las sesiones de sanación energética se llevan a cabo por maestros que practican y desarrollan distintas técnicas de canalización y control de la energía de las cosas. En las sesiones, se utilizan algunos instrumentos y artefactos como inciensos, cristales, rocas, velas, perfumes, musica, instrumentos musicales, plantas, hierbas, etc., con el fin de modificar y conseguir las vibraciones energéticas de sanación adecuadas.
Algunas personas que practican este tipo de tratamientos alternativos con energías, aseguran que cambiaron sus vidas y su percepción sobre la misma, sus relaciones con el mundo y su salud tanto física como mental.
Claro está que este es un tratamiento alternativo y complementario, pero de cualquier modo, abrirse a nuevos conocimientos y experiencias nuevas es siempre enriquecedor e incluso algún beneficio siempre se logra encontrar. Estar en armonía y sentirte bien contigo mismo es siempre muy importante.
(Fuente Otra Medicina)


NOTA DEL DIARIO CLARIN DE ARGENTINA SOBRE EL REIKI

Las manos mágicas


En Estados Unidos, el método japonés que utiliza la energía para sanar enfermedades físicas y mentales ya es una práctica común dentro del sistema hospitalario tradicional. En la Argentina, comienzan a utilizarlo tímidamente. 
RESISTENCIA. El método de sanación oriental comenzó a ser utilizado hace 90 años, pero recién hace poco fue aceptado por una parte de la comunidad médica occidental. 
Ricardo Murillo, maestro reikista, explica a Clarín.com en qué consiste la disciplina oriental.

Cuando tenía 55 años, en 1920, el japonés Usui Mikao aprendió en el monte Kurama de Kioto la forma de canalizar la energía universal con fines terapéuticos. Denominó al método Reiki y comenzó expandir sus conocimientos iniciando a otros Maestros. En 1938 uno de sus discípulos, Chujiro Hayashi, inició a la norteamericana Hawayo Takata, quien importó a Occidente el método de sanación oriental, que poco a poco, comienza a integrar las rutinas de médicos y enfermeros en el cuidado diario de sus pacientes como complemento de los tratamientos tradicionales. Hoy, en Estados Unidos, al menos quince hospitales están inscriptos en el website Reikiinhospitals.org.

Anne Giblin, enfermera del CentraState Medical Center, uno de los centros de salud que ofrecen el servicio, asegura a Clarín.com que tanto sus colegas, como los terapistas ocupacionales y un grupo de voluntarios, aplican cotidianamente el Reiki en enfermos cardíacos, oncológicos, psiquiátricos y en las unidades de cirugía. Los pacientes internados no deben pagar un abono extra por recibir la sanación, pero sí los ambulatorios, para quienes la media hora cuesta 35 dólares. Según Giblin, los resultados son sorprendentes. “Es notable cómo logra reducirles el dolor, la ansiedad y el nivel de estrés. En algunos casos los pacientes se recuperan más rápido y los que no han podido recuperarse nos cuentan que, al menos, tienen paz en sus mentes. Es por eso que la práctica se extiende más y más”, comenta Giblin. Y agrega que, al igual que en muchos otros hospitales, en el CentraState algunos médicos lo aprueban mientras que otros todavía necesitan ver más pruebas clínicas para creer en sus virtudes sanadoras.

Pese a las críticas y los cuestionamientos, la tendencia se expande también en otros países, como Canadá, donde aunque no está incluido formalmente en las rutinas de los enfermeros, los hospitales permiten libremente el acceso de voluntarios reikistas para que atiendan a enfermos de cáncer y de sida.

En la Argentina


En el sistema hospitalario argentino, la práctica oriental comienza a dar tímidamente sus primeros pasos. Son varios los médicos que aprueban su uso, entre ellos Alberto Cormillot. “Se ha encontrado que, en algunos casos, el Reiki tiene un efecto terapéutico demostrado y, en otros, pone al paciente de mejor humor para recibir el resto del tratamiento. En ambos casos, es bienvenido porque puede ser de mucha utilidad para el acompañamiento de enfermedades crónicas, que implican un importante sufrimiento psicológico. No como otras terapias alternativas que son supercherías, como el irisdiagnóstico o la terapia con imanes o con colores, que no resisten el menor análisis”, comenta Cormillot a Clarín.com.

El médico vaticina que en algún momento el Reiki se implementará formalmente en los hospitales argentinos, aunque cree que a diferencia de la rapidez con la que avanza la terapia en Estados Unidos, la inclusión en el país será más lenta porque los médicos locales tienen una formación académica exclusivamente occidental. “En toda la carrera universitaria no se incluye el manejo de los pacientes crónicos ni su fortalecimiento espiritual o anímico. Las residencias refuerzan el manejo de la medicina occidental basado en la evidencia. Pero, de todas maneras, hoy en día también se le da valor a la medicina fundamentada en la experiencia y en la observación. Las disciplinas orientales van ganando lugar”, asegura Cormillot.

Ricardo Murillo, un Maestro reikista que suele tratar pacientes de todo tipo manifiesta a Clarín.com que, en un principio, la recepción en los hospitales solía ser complicada porque se topaba con muchas barreras de parte de los profesionales de la salud. Debía entonces trabajar desde la oración o con el método de Reiki a distancia. “Pero hoy, si los familiares del paciente se lo piden a los médicos, el reikista puede ingresar tanto en las habitaciones comunes como en las terapias intensivas de cualquier hospital. Incluso en los que tienen una concepción sumamente rígida y ortodoxa de la medicina. Existe un permiso cómplice de médicos y enfermeros. Siempre me dejan pasar diciéndome: ‘Usted haga lo que tenga que hacer, que nosotros seguimos con los controles’”, asegura Murillo.

Marina Costanzo, de 27 años, estuvo internada durante seis meses por un politraumatismo ocasionado en un accidente automovilístico. Recibió Reiki una vez por semana, tanto en terapia intensiva cuando se encontraba en estado comatoso como en la etapa de rehabilitación. “Lo que más recuerdo eran las charlas que tenía con el reikista. Me hacían bien, eran totalmente distintas a las que tenía con los médicos y los enfermeros. Me hacían olvidar lo que me estaba pasando en el cuerpo para centrarme en el futuro, en cómo iba a ser mi vida una vez que saliera del hospital. En la mayoría de las sesiones me quedaba dormida, me tranquilizaban mucho”, comenta a Clarín.com.

“El Reiki cumple complementariamente una atención personalizada y brinda una contención especial. Cualquier persona que está internada está asustada. Si se le infunda tranquilidad y se habla de sus temores, automáticamente la persona que está en estado de turbulencia se conecta con la serenidad. Lo primero que se debe hacer es enseñarle a respirar para que se relaje”, explica Murillo, que al igual que Cormillot, tampoco tiene dudas de que en algún momento la disciplina será incorporada formalmente.

Como ejemplo de esta apertura, el 9 de junio comenzará a dictarse en la Argentina el primer curso de Reiki para médicos. Gloria Wichtel, maestra reikista a cargo de las clases, considera que gradualmente los médicos comienzan a aceptar que la energía es lo que mueve al individuo y que el Reiki puede ser un perfecto complemento para la medicina tradicional.


UNO DATOS

La Organización mundial de la Salud Pública (OMSP)

No solo reconoce al reiki como terapia complementaria sino que además matricula con el nomenclador 1.10.11 a los maestros de reiki. En argentina la OMSP tiene una importante sede en la ciudad de Rosario, pero tiene representantes en todo el país.

Otras Organizaciones
El Reiki, está siendo estudiado por diferentes universidades, escuelas y hospitales como el Tucson Medical Center de Arizona en Estados Unidos, en el hospital de la Universidad de Pensilvania. Certificados en ese país encontramos también al Portsmouth Regional Hospital en New Hampshire, el Memorial Sloan-Kettering Hospital en la ciudad de Nueva York, tambén al California Pacific Medical Center entre muchas en las que se practica activamente. Cada día se suman mas instituciones las que dentro mismo de cada hospital. En Inglaterra desde el año 1998 se puede acceder al Reiki como terapia complementaria en la Sanidad británica, a través del Seguro Social, por iniciativa del Principe Carlos, quien en ese año promovió un comité de Integración del Reiki como terapia complementaria. Otro ejemplo es el de Suiza, en cuyo país, algunas empresas (grandes), otorgan un reembolso por el costo que tenga un tratamiento realizado con reiki, tal como si fuera un tratamiento con un médico cualquiera, colocando al reiki, que si bien se utiliza como complementario, con el mismo nivel de aceptación que cualquier terapia convencional. Chile, es otro país que también tiene legislación respecto a la utilización del reiki, y actualmente en muchos hospitales son los mismos médicos los que piden la aplicación de la técnica en algunos de sus pacientes.
NOTA DEL DIARIO EL PAÍS DE ESPAÑA


Terapia en hospitales

El reiki no sólo es compatible con cualquier tratamiento médico, sino que además actúa como complemento, ya que en ningún caso se recomienda suspender ninguna medicación para sustituirla con esta técnica. Además, está reconocida como terapia alternativa por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, en Estados Unidos y Reino Unido ya se utiliza en más de 1.000 centros hospitalarios y está incluido en el Sistema Público de Salud. En el estado de Nueva York, hasta los servicios de emergencia están formados para dar reiki.

En España, donde esta terapia aún lleva pocos años de desarrollo, aún no se ha llegado tan lejos, pero ya se aplica en varios hospitales como el Gregorio Marañón o La Paz gracias a los buenos resultados que se han observado en los pacientes. "Contamos con acuerdos de colaboración con cinco hospitales de Madrid para aplicación de reiki a enfermos", asegura Curtin. La fundación que dirige cuenta con más de 300 voluntarios que imponen las manos a los enfermos para aliviar sus dolores.

Entre otros, muchos pacientes de cáncer reciben sesiones de reiki, ya que se ha usado con éxito en combinación con la quimioterapia para ayudar al organismo a mantener la fortaleza física necesaria para soportar el tratamiento. "Aprendí reiki para ayudar a mi tía que padece cáncer. Ahora me dice que se siente mejor después de darle una sesión. Sé que desde fuera parece una locura, pero es alucinante", explica María Jesús.

Sus seguidores aseguran que el reiki sirve para sanar una interminable lista de enfermedades, tanto físicas como emocionales. Así, afirman que su "práctica habitual" puede aliviar e incluso curar dolores crónicos como la artritis, reuma o migrañas. También acelerar la recuperación de lesiones óseas y musculares, ayudar el organismo a combatir infecciones o mitigar el estrés y la ansiedad.

Contra la depresión

La práctica de la imposición de manos también lucha contra la enfermedad del siglo XXI: la depresión. "Como su objetivo es equilibrar energéticamente a la persona tanto física como espiritualmente, este tipo de dolencias psíquicas desaparecen cuando la persona vuelve a su estado de equilibrio", explica Curtin.

"No hay cuerpos enfermos, hay almas enfermas", dice una máxima reiki

Es el caso de Candela, una azafata que padece depresión y lleva años medicada sin obtener ninguna mejoría. Acudió a ver a John Curtin para recibir un tratamiento, que se compone de un mínimo de tres sesiones de reiki, porque una amiga se lo había recomendado. "Entendí que mi depresión provenía de un bloqueo emocional y las sesiones de reiki me sirvieron para liberar esa angustia contenida. Sentía como una bola en la garganta y otra en el pecho que me impedían respirar. Poco a poco esa bola que hasta notaba físicamente se han ido disolviendo y ahora casi no tomo medicación", explica Candela.

Como todas las técnicas orientales, el reiki trata a la persona como a un todo. Es decir, no distingue entre cuerpo y espíritu. Hay una máxima de esta técnica que dice que "no hay cuerpos enfermos, hay almas enfermas". Así, los maestros mantienen que las dolencias no se dan aisladas, sino como consecuencia del desequilibrio entre alma y cuerpo.

Manuela González también se dedica a dar sesiones de reiki. Asegura que la fuerza que sale de sus manos -ella es sólo un canal- lo único que hace es restablecer el orden, porque hay veces que "las energías están en guerra civil". Muchas personas acuden a su consulta para darse "un chute de energía" como dice entre risas José María, director de márketing de una página web o para tratar las dolencias de "una enfermedad reumática", en el caso de María, periodista.

"Autosanamos nosotros, es una capacidad natural que todos tenemos"
Manuela González Yáñez, maestra reiki 

"Cuando nos sentimos mal, insatisfechos, enfermos físicamente o emocionalmente la terapia de reiki nos ayuda a reconocer nuestra esencia y lo que necesitamos modificar, que puede que no coincida con lo que nosotros queremos, para permanecer en un estado de salud", explica González, maestra de reiki por la Asociación Servicio reiki.

Los maestros reiki defienden el asombroso poder de autocuración del ser humano que se pierde con los años. "En definitiva, autosanamos nosotros, que es una capacidad natural que todos tenemos y que con la ayuda de un maestro de reiki empezamos a redescubrir", recalca González. Así, coincide con Curtin en que es el paciente el que "toma las riendas" de su propia sanación.


Sin vinculación ideológica

Como terapia energética el reiki no está vinculado a ninguna ideología ni religión. De hecho, la Iglesia Católica tiene a maestros reiki entre sus miembros. No en vano en el Nuevo Testamento se relata cómo los apóstoles realizaban milagros mediante la imposición de manos para sanar en nombre de Jesús. Cambian la manera de decirlo pero no el significado: donde la tradición japonesa habla de energía universal de la vida, los católicos dicen Dios. "No es incompatible con la fe católica, para mí es Dios el que cura. De hecho, yo abro la sesión de reiki con un Ave María", explica sor Margarita, una monja que estudió reiki como herramienta para aliviar a los más desfavorecidos. Es más, el propio Juan Pablo II dio la bendición a sor Mariusza, monja polaca y maestra reiki por su labor en la Congregación de la Posjonistek.
Los que lo practican aseguran que cuanto más reiki haces, mejor te sientes. Y es que descubrir que tu salud y tu felicidad están al alcance de tu mano, nunca mejor dicho, lo cambia todo. Aunque todavía muchos se resiste a creer que el poder está en la palma de su mano.

NOTA DE LA REVISTA “BUENA PRAXIS” DE ARGENTINA, SOBRE LA EXPERIENCIA DE LA REFLEXOLOGÍA EN EL HOSPITAL DE CLÍNICAS GENERAL SAN MARTÍN .

La Reflexología en la cima de las Terapias Complementarias


El Hospital de Clínicas General San Martín ya trabaja con esta terapia sumándose a prestigiosas instituciones mundiales.

La Reflexología se ha convertido en una herramienta de gran valor para complementar tratamientos y patologías específicas, ganando lugar a base de hechos sumamente fundamentados. Desde el año 2008 dicha terapia complementaria se practica en el Prestigioso Hospital de Clínicas General San Martín, con excelentes resultados en áreas tan críticas como Oncología, Hemodiálisis y Ginecología, pero lejos de quedarse en éstas patologías cada vez gana más lugar y adeptos. De esta manera se suma a Instituciones internacionales de gran renombre como el Sedears-Sinai, La universidad de Carolina del Norte, la NHI -Institutos Nacionales de Salud EEUU-, Hospital Shiba-Tel Hashomer de Israel y el Centro Davidoff para enfermos de cáncer entre otras. La terapia de masajes reflexológicos, consiste en un gratificante masaje, el terapeuta trabaja sobre los puntos reflejos del organismo, si bien puede practicarse en otras extremidades lo usual es en los pies. Es absolutamente compatible con cualquier patología y edad, con resultados inmediatos en el tratamiento del estrés, contracturas y estimulación del sistema inmune. Andrea Gareri, miembro del equipo de Reflexólogos del Hospital de Clínicas y Socia Activa de la Asociación Argentina de Reflexólogos advierte sobre la Terapia: “Es fundamental que la persona que toma la prestación se asesore sobre el Terapeuta elegido, asegurándose que el mismo esté debidamente homologado para la práctica y cuente con la experiencia necesaria para lograr los resultados buscados”. Indudablemente es una grata noticia saber que la Reflexología desde algo tan gratificante y placentero como un masaje no invasivo ni agresivo, complemente tratamientos tradicionales de manera efectiva.


        - Aportado por Mónica Bonciny-

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   MORAL DE LOS ESPÍRITUS SUPERIORES.

La moral de los Espíritus superiores se resume, como la de Cristo, en esta máxima evangélica: “Hacer a los demás lo que quisiéramos que a nosotros se nos hiciese”; es decir, hacer el bien y no el mal. En este principio encuentra el hombre la regla universal de conducta, hasta para sus menores acciones.
Nos enseñan que el egoísmo, el orgullo, y la sensualidad,son pasiones que nos aproximan a la naturaleza animal y nos prenden a la materia; que el hombre que, desde este mundo, se desprende de la materia despreciando las futilidades mundanas y practicando el amor al prójimo, se aproxima a la naturaleza espiritual; que cada uno de nosotros debe ser útil con arreglo a las facultades y a los medios que Dios, para probarle, ha puesto en sus
manos; que el Fuerte y el Poderoso deben apoyo y protección al Débil, porque el que abusa de su fuerza y de su poder, para oprimir a su semejante, viola la ley de Dios. Enseñan, en fin, que en el mundo de los Espíritus, donde nada puede ocultarse, el hipócrita será desenmascarado y todas sus torpezas descubiertas; que la presencia inevitable y perenne de aquellos con quienes nos hemos portado mal, es uno de los castigos que nos están reservados y que al estado de inferioridad y de superioridad de los Espíritus son inherentes penas y goces desconocidos en la Tierra.
Pero nos enseñan también que no hay faltas irremisibles, y que no puedan ser borradas por la expiación. En las diferentes existencias, encuentra el hombre el medio que le permite avanzar,según sus deseos y sus esfuerzos, en la senda del progreso y hacia la perfección que es su objetivo final”.
Este es el resumen de la Doctrina Espírita, según resulta de la enseñanza dada por los Espíritus superiores.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.     

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                BIOÉTICA Y ESPIRITISMO  

   

UNA CONTRIBUCIÓN ESPÍRITA PARA LA BIOÉTICA

 Voy a intentar presentar algunas reflexiones acerca de la Bioética y Espiritismo, áreas del conocimiento que se aproximan en la medida que cuestiones relativas a la bioética tratan con la expresión material de la vida, pero también con sus relaciones con el Espíritu. Por eso, creo que es posible producir una contribución a partir de la filosofía espírita para las llamadas cuestiones de vida, que han sido objeto de estudio de esta nueva ciencia llamada bioética, que surgió desde hace 30 años y estudia las dimensiones morales de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, utilizando una variedad de metodologías éticas en un contexto multidisciplinar.
Los avances tecnológicos en ese campo traen verdaderas inquietudes porque manipulan la propia vida. Avanzan a una velocidad sorprendente y provocan muchas dudas y nuevos dilemas éticos, movilizando intereses económicos, trayendo el riesgo de estigmatización y nos obligan a enfrentar situaciones que no tienen legislaciones específicas.
Voy a intentar reflexionar, a la luz de la filosofía espírita, acerca de algunos principios que orientan la Bioética y plantear, cuestiones que se ponen en la dimensión del Espíritu y su relación con la materia. Un desafío inicial es establecer los límites y definir hasta donde avanzar en las investigaciones, que tratan de dos cuestiones extremamente intrigantes: a) los temas de los “límites” en sistemas complejos de realidad; b) endiosamiento/demonización de la ciencia.
La Bioética tuvo como marco inicial el Código de Nuremberg (1947) después la constatación de las experiencias nazistas que constituyeron el horror de la segunda guerra. La expresión Bioética fue utilizada por primera vez en 1971 por Van Renselder Potter (oncologista), en su obra "Bioética: el puente para el futuro". La preocupación con la ética en las investigaciones en salud se intensificó a partir de la generación del “bebé de probeta”, ganando relevancia con las investigaciones genéticas.
La Bioética puede ser definida como el “estudio sistemático de las dimensiones morales de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, utilizándose una variedad de metodologías éticas en un contexto multidisciplinar” (REICH 1995 )
Multidisciplinar porque las consecuencias de estas investigaciones envuelven varios aspectos de naturaleza política, económica, religiosa, antropológica, teológica y jurídica, entre otras, exigiendo una consciencia social de sus implicaciones y amplio debate social, teniendo en vista la definición de normas limitadoras de la investigación y tecnologías prejudiciales a la vida en su sentido amplio. Es, por lo tanto, una reflexión que envuelve todos los actores sociales. Se fundamenta en cuatro principios:
a) principio de la beneficencia: “el deber de hacer el bien”.
b) principio de la no-maledicencia: que exige prudencia a fin de no causar daño.
c) principio de la autonomía y el consentimiento libre y esclarecido: ¿quién debe decidir, el médico o el paciente? El consentimiento debe ser dado libre, conscientemente, sin ser obtenido por prácticas de coacción, o por medio de simulación o prácticas engañosas, libre de restricciones internas o externas, de forma manifesta y voluntaria, con información.
d) el principio de la justicia: que ve la justicia como equidad e igualdad. Considera una obligación del Estado prestar asistencia a los más necesitados. El ser humano ha de 
tener  siempre dignidad y no precio.
Toda investigación científica o tecnológica que implique en la alteración de las condiciones naturales de la vida, salud, bienestar y de la propia muerte de la persona, individual o socialmente considerada, entra en la esfera de la Bioética, exigiendo una administración responsable por la preservación de la vida humana, razón y fin de la ciencia. La bioética no trata, como algunos piensan, sólo de los temas límites de la vida. Hay también una bioética de lo cotidiano, a partir del pensamiento producido en  América Latina, reflexionando  acerca de cuestiones que envuelven también la salud como un derecho social y de ciudadanía. ¿Cómo garantizar el derecho a la vida del enfermo terminal, delante de la posibilidad de la eutanasia, o el derecho a la vida de un ser que está siendo generado con perspectivas de enfermedades graves? Son problemas de la bioética. Pero garantizar el respeto a las desigualdades raciales, de género, color y todas las demás formas de discriminación; promover justicia social; garantizar el acceso de la población pobre a los medios necesarios para promover y recuperar su salud son también problemas bioéticos. ¿Cómo producir salud y calidad de vida cuando la salud tiende a constituirse en mercancía y no un derecho de ciudadanía? Temas profundamente complejos. Sobre todo cuando los tribunales son cada vez más llamados a pronunciarse acerca de situaciones aún sin jurisprudencia. ¿Ya puede la ciencia establecer criterios de seguridad para diagnosticar la muerte encefálica para autorizar la retirada de órganos y tejidos a ser trasplantados? ¿Puede el aborto ser autorizado? ¿En qué circunstancias? ¿Qué se debe entender por muerte digna? ¿Cuáles son los criterios para autorizarse la eutanasia? ¿Cuándo interrumpir un tratamiento ineficaz o paliativo? En la ausencia de capacidad financiera para tratar todas las personas, ¿cuáles son los criterios de prioridad?
En los diversos  campos donde la bioética se presenta, es obligación de los médicos, demás profesionales de salud e investigadores, informar al paciente sobre todo el tratamiento y experiencias a que son sometidos, aclarándoles acerca de los riesgos para la vida y la salud. No siempre ese es el procedimiento adoptado y los pacientes son submetidos a experiencias diversas y criterios “técnicos” sin tener consciencia de que son objeto de experiencias y tratamientos que podrán resultar en daños a la salud. Las cuestiones relacionadas a la bioética tienen que ser objeto de educación de la población, introducidas en las escuelas, para formación de conciencias y tomas de posición. La sociedad no puede ver pacificamente los acontecimientos, sin tener plena consciencia de como su vida puede ser afectada por los avances de la ciencia. Esta es, pues, una discusión de todos. Incluso de los espíritas, motivo por el cual intentaré exponer algunas reflexiones sobre el tema a partir de la filosofía espírita.

La contribución espírita

Los principios que fundamentan la concepción de la bioética pueden ser respaldados, a partir de la concepción espírita, por estar en absoluta concordancia con las leyes naturales que rigen el universo y que indican lo que el hombre debe hacer para ser feliz. Esa ley (divina o natural, según Kardec) está escrita en nuestra conciencia. El instrumento para distinguir el bien y el mal, según la visión espírita, es el uso de la inteligencia, que permite el discernimiento, mediada por la voluntad que se incentiva en el sentido de hacer el bien, la máxima de amor capaz de establecer nuevos niveles de relación entre los seres humanos e imponer un nuevo status evolutivo para la humanidad.
Si efectivamente practicados y perseguidos obstinadamente, la liberdad, la fraternidad, la solidaridad y la justicia social pueden propiciar una existencia productiva, que pone todo el potencial intelectivo del hombre y el direcionamiento de sus acciones al servicio del desarrollo.
La gran contribución del Espiritismo en ese debate es la afirmación de la existencia del Espíritu, la inmortalidad del alma y la evolución infinita, al agregar la dimensión extracorpórea de las criaturas: el principio espiritual. El Espiritismo demuestra, a partir de los hechos por la vía de la experimentación, la preexistencia, la existencia y la sobrevivencia del alma, que conserva todas las facultades intelectuales, morales y espirituales después de la muerte del ser humano.
La visión de mundo a partir de la filosofía espírita delega al hombre el papel de sujeto, de protagonista de su propia historia, responsable por lo que es y por las circunstancias en que se encuentra. Pero: delega al propio hombre el papel de constructor de su destino y de su futuro, tanto en una perspectiva individual como social.
Al tratar de temas como el origen, el dolor y el sufrimiento, las enfermedades físicas y psíquicas, la muerte y el destino de los seres, procura responder a la siguiente indagación – ¿Por qué y para qué estamos en este planeta? – sin usar de expedientes sobrenaturales y ni dogmas, en un apelo permanente para el uso de aquello que efectivamente diferencia los humanos como especie: la capacidad de pensar. Nos permite vislumbrar, a partir de la perspectiva inmortalista y evolucionista (no determinística, pero sí dialéctica), un nuevo comportamiento personal, familiar y social en busca de la transformación de la sociedad a través de formas más fraternas y justas de convivencia.
Requiere que estemos integrados con la vida, para que alcancemos la transformación que los nuevos tiempos requieren. Como afirma AIZPÚRUA “el Espiritismo no se reduce a la fría experimentación de laboratorio. El científico y el filosófico se proyectan en el ético y en la moral...” Por eso la necesidad de establecer un permanente y útil diálogo con todas las corrientes de expresión del conocimiento humano.
A partir de esta visión filosófica tenemos la posibilidad de establecer un provechoso diálogo con los cuestionamientos traídos por la bioética. Para el Espiritismo la vida es un continuum entre planos interexistenciales absolutamente integrados. No empieza en la fecundación, en la nidación o en el momento de la concepción. La generación de un embrión, el desarrollo fetal y la concepción de un recién nacido son etapas naturales del proceso evolutivo de un Espíritu, así como el crecimiento del niño, la pubertad, el envejecimiento y la muerte. La vida transciende esos momentos, pues lo que efectivamente somos (principio intelectual) sobrevive incluso la la desintegración del cuerpo material utilizado en nuestra existencia corpórea. Por lo tanto, toda discusión ética que se establece sobre las investigaciones científicas que parte (y por veces se cierra) en la definición del “momento” donde la vida se inicia o termina es hecha de forma infrutífera y dogmática.
Infelizmente hay una tendencia entre los espíritas del segmento religioso en discutir la cuestión a partir de la imputación de acusación de asesinato a cualquier movimiento voluntario (consciente o inconsciente) que tenga como consecuencia la interrupción del embarazo y del nacimiento, así como de la manutención y prolongamento artificial y doloroso de la vida, independentemente de las variables y del grado de complejidad envueltos en las situaciones particulares que se colocan frente a los acontecimientos.
La unión energética-mental del Espíritu que va a reencarnar, en la concepción espírita, se inicía desde el momento de la fecundación (por lo que se sabe, afectiva y energéticamente, muchas veces antes mismo de la fecundación). Eso no impide,sin embargo, que por los más diferentes mecanismos, no pueda haber viabilidad para el desarrollo fetal, resultando en abortos naturales/espontáneosdentro de  un proceso de selección natural de la especie. En esas circunstancias, el Espíritu que se preparaba para retornar al mundo material aguardará nueva oportunidad, que no dejará de ocurrir, temprano o tarde, dando continuidad al proceso evolutivo. Por otro lado, aprendemos con los espíritus y con Kardec que hay fetos que jamás tuvieron un Espíritu designado para sus cuerpos.
En lo tocante al desligamento del espíritu del cuerpo físico, sabemos que eso ocurre cuando cesa la energía vital que mantiene el funcionamiento de los órganos. El inadecuado prolongamiento tecnológico de la actividad orgánica, cuando hay muerte cerebral o absoluta inviabilidad de actividad consciente, debe ser discutida bajo otro prisma. Entiendo que tenemos derecho a una muerte digna, protegidos del dolor y del sufrimiento innecesario, bajo el cariño y amparo de nuestros amigos y familiares. Y que donar órganos que puedan salvar la vida de otras personas es un acto de amor y de solidaridad. Sólo mentes enfermas o presas de una visión equivocada de la vida espiritual, pueden temer que el espíritu en proceso de desencarne pueda sufrir en esas circunstancias. Se trata de una postura contraria a la ley natural.
Por lo tanto, la visión espírita, se coloca en una perspectiva más amplia, sin el sectarismo religioso y el inmediatismo de quien no consigue perciber la amplitud del proceso existencial del Espíritu (inmortal), puede traer una perspectiva esperanzadora, distante de la  culpa condenatoria que cerca los seres que enfrentan el dilema de la interrupción del embarazo o de la propia vida por motivación terapéutica, selectiva o voluntaria.
Cuando Kardec preguntó a los Espíritus si el perfeccionamiento de las razas animales y vegetales por la ciencia era contrario a la ley natural, por no permitir que las cosas sigan su curso natural, obtuvo como respuesta que todo debería ser hecho para alcanzar la perfección, y que el propio hombre sería un instrumento del cual Dios se serviría para alcanzar sus fines.
Estamos firmemente convencidos de que todo y cualquier beneficio efectivo, fruto de la intervención del hombre sobre la naturaleza, que pueda ser incorporado por la humanidad y que posibilite la satisfacción de nuestras necesidades, la mejoría de la calidad de vida, el alivio de nuestro sufrimientos, la búsqueda del placer y de la felicidad, desde que pautado por la serenidad, buen senso, equilibrio, deseo de hacer el bien y de no practicar el mal, sin daños efectivos para los demás individuos, para la natureza (y, en el caso de las investigaciones genéticas, para las generaciones futuras) y que permita la universalización de esos beneficios para todas las personas, independente de clases sociales u otras variables excluyentes, deben ser obstinadamente perseguidos por la ciencia y puestos la disposición de la sociedad. La bioética permite, aún, poner en debate tesis que el Espiritismo viene sostentando desde su fundación. El Proyecto Genoma Humano, por ejemplo, demostró que los hombres constituyen una única raza, la humana, sin distinción de credo, color, origen étnico, geográfica o de clase. Tenemos la misma naturaleza material. Y el Espiritismo añade que tenemos también la misma naturaleza espiritual. Compartimos un complejo espiritual/material que proviene de la misma naturaleza, pero que se individualiza para cada criatura, de tal forma que somos todos iguales y, al mismo tiempo, cada uno constituye una individualidad (genética y espiritualmente).
Cuanto a la expectativa entre los científicos de identificar y explicar a través de factores genéticos los comportamientos humanos y otras condiciones complejas de vida, consolidando la tesis que defiende la programación genotípica de la dimensión intelectual y cognitiva del ser, creemos que el avanzo de las investigaciones tendrán, en parte, a corroborar la concepción que admite una dimensión en el material de la existencia. No creemos que la ciencia (en los moldes actuales) probará la existencia del Espíritu. No es su papel, mucho menos el objeto de preocupación de la genética. Entretanto, en la medida en que se profundiza el conocimiento del hombre y que nuevas y antiguas indagaciones se imponen, no ha como huir de la necesidad de profundizar la investigación sobre la perspectiva psíquica de las criaturas humanas.
Al revés de que defienden o imaginan muchos espíritas, esa contaminación con ramos del conocimiento humano que se destinan a estudiar la dimensión material de la vida es profundamente benéfica para las tesis espiritualistas e inmortalistas. Es que nos olvidamos, casi siempre, que somos un complejo existencial mucho más unitario de que el dualismo clasificatorio con lo cual denominamos el ser (Espíritu-materia), y de una manera general acreditamos (y esperamos pasivamente) que sea desarrollada una tecnología o metodología “pura” para la comprobación del Espíritu, que nos parece cada vez más imposible.
Al contrario, percebiremos cada vez más que la dimensión energética que se estructura mentalmente después de la muerte  y con la cual el Espíritu se presenta y produce su forma, obedece a patrones fenotípicos muy evidentes. Se podría desarrollar una teoría para el periespíritu, a partir del fenótipo. ¿Sería posible, de la misma forma, extrapolar e imaginar un patrón “genotípico” para el Espíritu? Es un tema que merece ser debatido entre los espíritas (y con los Espíritus).
Entiendo, también, que desde el punto de vista espírita, no se puede admitir que la manipulación genética sea efectuada para mera satisfacción de la vanidad o de la mercantilización de la investigación científica. No hay justificación ética que sostenga tales finalidades. Pero no se puede obstaculizar el avance de tecnologías que sean puestas al servicio de la humanidad, como por ejemplo, la utilización del replicaje genético para la producción de órganos destinados a transplantes o la producción de terapias que recuperen la salud de millones de seres. La alegación de que no se pueden impedir pruebas y expiaciones determinadas por Dios para las criaturas, es absurda y dogmática, una inaceptable perspectiva fundamentalista de que el destino es trazado y que el hombre no posee libre-albedrío para luchar, con todos los recursos y energía disponibles, para superar los límites que la vida le impone (lo que no significa dejar de resignarse y vivir con dignidad cuando esos límites no pueden ser ultrapasados o vencidos).
Estoy en contra de la realización, en el momento, del clonaje de seres humanos, por motivos éticos y de conciencia. Las críticas de los cientificos que se oponen al clonaje son bien fundamentadas. No se trata de un procedimiento común y la sociedad tiene el derecho de contar con un grado de certeza mayor acerca del destino que está reservado y a sus consecuencias técnicas y éticas .
Desde el punto de vista hipotético, el clonaje de seres humanos, que tanta confusión ha traído, en la perspectiva del Espíritu, no sería un problema. Bajo la óptica espírita, a  semejanza de lo   que ocurre en gemelos idénticos, la individualidad espiritual que presidirá la criatura concebida a partir de la manipulación genética es absolutamente distinta de la que le constituye el patrimonio genético. Existía antes, independentemente, y así continuará existiendo, aunque  exista  absoluta semejanza del punto de vista corpóreo.
Sería, sin duda, más una demostración de que el genótipo es extremamente importante para explicar lo que somos (y como somos), pero incapaz de producir un clon que piense, sienta, actúe y viva reproduciendo los patrones complejos de existencia de su padre o madre biológicos, consolidando la percepción de que aquello que nos efectivamente individualiza es el principio inteligente, el Espíritu inmortal.
Argumentos han sido utilizados, entre algunos espíritas, para rechazar no sólo el clonaje de seres humanos, como hasta mismo la donación de órganos: el rechazo perispiritual. Consideramos una tesis absolutamente infundada, desprovista de coherencia conceptual y con graves consecuencias humanitarias (en relación a la cuestión de la donación de órganos). Si el Espíritu es capaz de remodelar el cuerpo espiritual al patrón material/energético de cada nuevo mundo en que transita, ¿por qué no podría desarrollar un proceso adaptativo al recibir la donación de un complejo material biológico de natureza y complejidad semejante al suyo?

¿Bioética y ciencia: hasta dónde avanzar?

Las investigaciones biomédicas no son contrarias a las leyes naturales, a las leyes divinas. El hombre es que tiene que valorar sus actos por el prisma de la solidaridad, de la fraternidad, de la igualdad, del respeto a las diferencias, alejándose del orgullo que lo impulsa a  querer "jugar a Dios" sin ninguna consideración al ser humano, y del egoísmo que le lleva a perseguir  lucros en detrimento del bienestar de la sociedad.
Los avances de los últimos 30 años ponen situaciones inimaginables. Algunos apuntan para la evidente mejoría de la cualidad de vida por medio de la utilización de nuevos métodos de investigación, medicamentos descubiertos y el control de enfermedades. Otros, una serie de contradiciones para la especie humana y el futuro del planeta. Estamos cada vez más próximos de dominar la tecnología de la creación de la vida, pero observamos la destrucción cotidiana del medio ambiente y sus funestas consecuencias.
Dominamos tecnologías de punta, pero la humanidad se ha demostrado incapaz de enfrentar el hambre, las epidemias y la miseria generalizada. Los problemas estudiados por la bioética son formados por situaciones del cotidiano y otros que se colocan en la frontera de la vida, distantes de la realidad de la mayoría de las personas. Viejos y jóvenes problemas, en un mundo cada vez más complejo, marcado por la transición demográfica, por el fenómeno de la globalización y el aumento de la concentración de renta. La incorporación cresciente de tecnologías se da sin equidad, lo que impide la universalización de sus beneficios.
Se observa la consolidación de un nuevo perfil epidemiológico. Predominan las enfermedades crónico-degenerativas, los fenómenos dirigidos a la violencia (que ya se constituen en la primera causa de muerte en la mayoría de las grandes ciudades de los países en desarrollo, como mi país, o subdesarrollados). Surgen nuevas enfermedades y se observa el recrudecimiento de otras, controladas en el pasado, mismo sin el nivel de tecnología hoy disponible.
Cuando entramos en el campo de la bioética tratamos, tanto con los problemas cotidianos como con los temas de los “límites”, con sistemas complejos de realidad, distante de la ciencia clásica tradicional que disuelve la complejidad aparente de los fenómenos y se fija en la simplicidad de las leyes inmutables de la naturaleza.
Muchas finalidades prácticas son posibles a partir de los avances científicos en el campo de la genética. La secuencia de DNA, a través de la impresión digital, ha sido utilizada como árbitro máximo de la identidad humana, empleada en las modernas investigaciones criminales, ayudando a desentrañar crímenes hediondos (del pasado y del presente), reuniendo familias divididas por raptos (ej. niños raptados por la dictadura Argentina), identificando cuerpos de personas desaparecidas, resolviendo pendencias que envuelven disputas por paternidad, descubriendo las raíces de civilizaciones antiguas y exponiendo evidencias inequivocas de los orígenes humanos. El uso de la genética ha sido importante aliada para condenar culpables o perdonar inocentes que fueron erroneamente condenados, incluso a la pena de muerte (el llamado “patrón-oro de la inocencia”). Con eso, han sido estructurados bancos de impresión digital de DNA en el Reino Unido y en los EE.UU. Permite aún la comprensión del origen y del patrón de migración global de las poblaciones humanas a lo largo de centenas de millares de años, a través de la utilización del DNA mitocondrial, emprendendo toda una arqueología de la especie humana, retomando a su origen.
Por otro lado, diversos intereses están en juego. Algunas industrias apuestan en el desarrollo de paquetes para diagnóstico que predice las enfermedades. Otras investigan en la  terapia genética. Hay mucho interés en juego en el prolongamento artificial e innecesario de la vida. ¿Imaginan el lucro potencial de la industria farmacéutica en cuanto a la identificación, en las próximas décadas, de los factores genéticos que causan la depresión, el disturbio del déficit de atención, los vicios, la esquizofrenia, los comportamientos violentos y otras condiciones complejas? Corremos el riesgo de la absolutización de la genética, con el intento de identificar un DNA-dictador, el gen-egoísta, un gen - gay etc.
Por otro lado, ¿qué pensar de la manipulación con la consecuente alteración genética de vegetales, los llamados alimentos transgénicos? ¿Hasta que punto esos alimentos son sanos y no prejudican la salud y el medio ambiente? ¿Existen experiencias y observaciones suficientes para garantizar su uso por la población? ¿Se puede utilizar los animales indiscriminadamente para cualquier tipo de experimentación? ¿Deben ser puestos límites al uso de materiales que contaminen  aguas, florestas y atmósfera, amenazando la salud de las generaciones futuras? ¿Cuáles son los límites para patentar los genes y explorar económicamente el patrimonio genético de la humanidad? Se recomienda la fecundación asistida a una señora de 60 años?
El clonaje es otro problema bio-técnico-científico puesto para la sociedad. Se debe llevar en consideración, por un lado, los usos terapéuticos potenciales, por otro, las posibilidades perversas con que tal tecnología puede ser manipulada. Ya hay sectas exóticas, como las de los raelianos, con sede en las Bahamas, que por motivos esotéricos y religiosos pasan a perseguir el clonaje de seres humanos como forma de transcendencia de la raza humana (¡por sólo doscientos mil dólares!). Esperanza para un portador de deficiencia que enfrenta las limitaciones y discriminación, por un lado, y patente y busca desenfrenada por el lucro, por otro, son ejemplos que se contraponen objetivamente ante la sociedad. Pero es también un constante dilema de orden ético-espiritual.
Las investigaciones deben ser estimuladas, principalmente si tienen objetivos que traigan beneficios futuros a la sociedad y al medio ambiente en que vivemos. Un  descubrimiento  científico no es ético o antiético. Se vuelve antiético cuando es utilizado de forma atentatoria hacia  los valores que cultivamos, como el respeto a la vida, a la individualidad, a la diferencia, comprensión y solidaridad. No fue el  descubrimiento del cianuro lo que causó la muerte de millones de seres humanos, sino su deliberada utilización en los campos de concentración nazis.
Otro problema central es el endiosamiento o  la demonización de la ciencia. La libertad científica es moralmente justificada en la medida en que las consecuencias de su uso, además de ser benéficas para la humanidad, estén dentro de las fronteras de la ética. La ciencia no debe conducirse por sentimientos  que puedan cegarla por la ausencia de crítica o por temores que puedan impedir su avance. El papel de la sociedad civil y de los espíritas en cuanto un movimento social (en ella contenido) es el de mantener vigilancia que garantiza la manutención de la inquietud y de la libertad científica sin, todavía, provocar la emergencia de un terror que impida la reflexión y la ponderación cuidadosas frente a los nuevos descubrimientos.
Segun Einstein “debemos evitar superestimar la ciencia y los métodos científicos cuando se trata de problemas humanos. No debemos presumir que los especialistas sean los únicos que tienen derecho de opinar sobre cuestiones que dicen tener respeto a la organización y al futuro de la sociedad”.
En Brasil se aprobó recientemente, la realización sin limites, de investigaciones con células tronco embrionarias. Fueron meses de debate público y enorme movilización, promovida, por un lado, por cientificos y asociaciones de portadores de patologías, y de otro, por varias instituciones religiosas, lideradas por la Iglesia Católica, pero que contaron con expresivo apoyo de los espíritas religiosos brasileños.
En verdad, dos cuestiones centrales se impusieron en ese debate: ¿qué es un individuo? ¿Cuándo/dónde comienza la vida? Nosotros, espíritas laicos, organizados en torno de la CEPA, tomamos publicamente posición a favor de las investigaciones embrionarias. Entendemos que la gran contribución del Espiritismo, en ese debate, es apuntar para la existencia del Espíritu, la inmortalidad del alma y la evolución infinita.
Siento orgullo de ser espírita al ver el posicionamiento público que la CEPA ha asumido frente a los problemas de la bioética. Nuestra participación en el Consejo Nacional de Salud, en defensa de la vida, aprobando la investigación con células tronco embrionarias, el posicionamiento público expreso por nuestro presidente Milton Medran en la gran prensa brasileña, demarcan una postura progresista, humanista, laica y genuinamente kardecista.
Hoy por la tarde voy a presentar un trabajo desarrollado por jóvenes espíritas que investigaron las diferentes concepciones entre los espíritus religiosos y laicos en Brasil. Voy a enseñar como la visión religiosa, partiendo del referencial kardecista, es capaz de resultar en una visión de mundo conservadora. Invito a los que tengan interés en el tema para compartir los resultados conmigo dentro de poco tiempo.
Muchos otros temas podrían aquí ser explorados. Es llegada la hora, entretanto, de terminar y concluir mis observaciones, agradeciendo la atención de cada uno de ustedes aquí presentes. Reafirmo: la gran contribución del Espiritismo en ese debate es la afirmación de la existencia del Espíritu, de la inmortalidad del alma y de la evolución infinita, al agregar la dimensión extracorpórea de las criaturas: el principio espiritual.
El Espiritismo demuestra, a partir de los hechos por la vía de la experimentación, la preexistencia, la existencia y la sobrevivencia del alma, que conserva todas las facultades intelectuales, morales y espirituales después del desencarne. El Espiritismo solamente mantendrá su actualidad e importancia si consigue presentar esa contribución para el pensamiento humano. Y ese es un trabajo que depende de cada uno de nosotros.

 Ademar Arthur Chioro dos Reis (Santos-SP, Brasil)             
( Adaptación de Jose Luis Martín)

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 Análisis Psicológico y espiritual de la riqueza.




La Riqueza y la pobreza como pruebas a superar por el Espíritu en su proceso evolutivo.




Necesario es, ser consciente de que, cada uno de nosotros, cada persona, es un Ser espiritual en proceso de evolución que necesita realizar determinadas superaciones, adquirir diversas experiencias.

Por lo que tiene que pasar por los múltiples aspectos que la vida en los planos físicos ofrece para el desarrollo de sus facultades o atributos recibidos de la Divinidad Creadora.

La riqueza y pobreza en sus diversos aspectos, así como el poder de la autoridad en sus diversos modos y grados; son pruebas a realizar y superar por el Espíritu, para continuar progresando en el camino ascendente de la evolución.

Porque, el objeto de las vidas humanas es: progresar, y para lo cual necesita pasar por los diversos aspectos y pruebas a superar; por lo que, el Espíritu planifica o acepta un programa de realizaciones que van a conformar su destino en esa encarnación, en esa vida humana.

Y cuando en esa vida humana, el Espíritu no realiza el programa o no supera las pruebas que libremente pidió o aceptó; tiene que volver una y otra vez, tantas veces como sean necesarias.

Y para lo cual, la Ley de Evolución, que es manifestación del Amor y Sabiduría Divina, proporciona al Espíritu el tiempo que necesite.

"La pobreza y la miseria, es uno de los males mayores de todos los tiempos”, dicen algunas personas que se encuentran en esas condiciones. Sin embargo, no es así.


Pues, cada ser humano está en el lugar que le corresponde; ya que, de corresponderle otro mejor, ya lo tendría o habría conquistado. Hay quienes envidian al rico, por desconocer las preocupaciones y desazones que la riqueza conlleva.

Y la prédica de la igualdad económica, que algunas personas predican (pero no la practican) es a menudo envidia hacia las altas posiciones sociales; y aunque disfrazado, aspiran adquirir para sí el bienestar ajeno.
Pues, pretender una igualdad total, como algunas seudoideologías sostienen (o sostenían) con las diferencias intelectuales, volitivas y morales de nuestro conglomerado social, es más que utópico, es absurdo. Siempre habrá dirigentes y dirigidos, según las capacidades.

Aquellos que desde que nacen encuentran todas las facilidades para una vida más placentera, así como los que tienen todas las dificultades; son destinos diversos en concordancia con el programa o destino que traen, según su necesidad evolutiva.

Pues, necesario es saber que, nada existe por casualidad: sino que, en todos los aspectos de la vida humana y de la vida espiritual, hay una causalidad previa.

La pobreza, aunque desagradable para algunos, por la actitud equivocada que en su ignorancia adoptan, es la que ofrece más posibilidades de progreso espiritual; ya que, una vida laboriosa está más libre de las tentaciones y perversidades que la vida holgada ofrece.

Y aun cuando la pobreza es el camino más fácil para la ascensión espiritual, no por ello la riqueza es una imposibilidad de ascensión. Resulta serlo, cuando es usada para la satisfacción de caprichos, lujos, placeres malsanos, vicios, etc.

Aquella frase que se atribuye al Mesías: "Reparte tus bienes entre los pobres y sígueme", que era acertada en aquel caso y en aquel tiempo, no significa que en todos los casos hubiera dicho lo mismo; por lo que, no es del todo aplicable en nuestro tiempo.

Supongamos que un rico decide hoy repartir su fortuna entre los pobres. En primer lugar, tendría que hacerlo entre un grupo limitado; y en segundo lugar, tendría que escoger bien a quienes dar; pues, de otro modo podría contribuir a alimentar el vicio y la ociosidad, haciendo un mal en vez de un bien.

A los viciosos y perezosos, no debe ayudárseles en lo material, pero sí en lo moral. Repartir dinero a todo aquel que sea pobre, no es caridad. Más meritorio es, buscar los casos de necesidad verdadera y auxiliarles, ayudarles a levantarse y valerse por sí mismos.

La riqueza material a la que la mayoría de nuestra humanidad ansia, conlleva una gran responsabilidad y muchos peligros para el Espíritu.

El primero y principal es, que suele endurecer el alma, a más de las atracciones a los vicios que el mundo de hoy ofrece; que hacen olvidar y dificultan la realización del verdadero objeto de la vida, retrasando su evolución.

Y ahora, analicemos. ¿Es la riqueza creadora de felicidad?

Depende del uso que de ella se haga.
Las riquezas materiales no hacen feliz al ser humano, a menos que la encauce hacia fines nobles. Nos referimos al ser humano de mediana evolución.

Solamente los de escasa evolución y sensibilidad, ansían la riqueza para sí, por desconocimiento de la responsabilidad y amarguras que la misma implica.

¿Por qué es difícil para el rico entrar en el Reino de los Cielos, según ciertas versiones? Porque no está dispuesto a humillar su amor a la riqueza, apegándose a ella y a los placeres que ella proporciona.

Con lo cual aumenta su egoísmo que le impide ascender, y le sumerge en las zonas tenebrosas al pasar al otro lado de la Vida.

Una de las mayores desilusiones en las personas ricas, es no poder comprar la felicidad con dinero.

Sabido y demostrado está que, la riqueza por sí sola no genera felicidad, no proporciona una vida dichosa; muy al contrario, es motivo de múltiples inquietudes, preocupaciones, angustias y desdichas.

Solamente cuando es orientada hacia una causa justa o un ideal, o empleada en la práctica del bien en alguna de las múltiples modalidades.

Hay quienes creen que, haciendo una fortuna, ésta les dará felicidad; pero, cuando alguno de éstos la alcanza, ve con asombro y desencanto que, la felicidad que buscaba se halla más lejos que antes.

Pues, como acertadamente dijo alguien: "el hombre que puede satisfacer todos sus deseos, ya no tiene goces”.

La sociedad humana de hoy, está siendo aplastada bajo el peso de los hábitos superficiales y costosos, en una carrera hacia la artificial multiplicación de necesidades creadas por organizaciones económicas, a través de la publicidad, en su afán de lucro, y no para el bienestar de la humanidad.

Y de ahí, nacen o surgen en la mente de muchas personas, necesidades no reales. Surge también, la búsqueda de los placeres malsanos, que arrastran al individuo al hastío, embrutecimiento, ruina física y moral.

Pasando por las fases intermedias de: tensiones emocionales, decepciones, desengaños y amarguras múltiples.

La ciencia espiritual nos enseña que, la riqueza es una prueba difícil de superar para el Espíritu en su evolución; prueba que habrá de pasar todo pobre de hoy, entre los cuales hay muchos ricos del ayer (de vidas anteriores), en las cuales ha ido desarrollando el orgullo y la soberbia.

Orgullo y soberbia que la pobreza va diluyendo; ya que, esas vidas oscuras y de dolor, actúan como detergente de esas taras perjudiciales para la ascensión espiritual.

Para triunfar en la dura prueba de la riqueza, necesario es liberarse de la esclavitud del dinero.

Pues, debéis saber que, los ricos ambiciosos no son libres, sino esclavos de su riqueza; porque, su ambición les subyuga, no les deja vivir en paz.

No obstante, esa prueba puede ser superada, no haciendo de la riqueza un fin sino un medio; comenzando por liberarse de lo superfluo y optar por una vida sencilla con un ideal de servicio a una causa noble, etc.

Todos anhelamos la felicidad. Todos, en un modo u otro, tratamos de alcanzarla. Pero, por nuestra ignorancia, tomamos caminos torcidos.

Y cual espejismo la "vemos" o imaginamos en la riqueza material, en los placeres de toda índole, que conducen a la frustración, arrastrando a la amargura del desengaño, del fracaso y del dolor.

Muy a menudo oímos que el pobre murmura del rico a quien envidia, y se queja de su "mala suerte" que le distancia de cuanto (a su juicio) vale la pena en este mundo.

Y ese modo de pensar, esa actitud mental desacertada, crea inconformidad, desasosiego y desaliento, que debilitan las facultades mentales y amarga la vida.

No obstante, si nos detenemos a inventariar las cosas verdaderamente necesarias para la vida, las que hacen la vida verdaderamente agradable y feliz; las en realidad valiosas, son muy sencillas y están al alcance de todos.

Pues, una pobreza económica puede ser muy bien compensada por una riqueza moral; así como existe una pobreza moral, que ninguna riqueza económica podrá compensar jamás.

Tanto la riqueza como la pobreza, son aspectos de la vida humana que el Espíritu tiene que experimentar para el desarrollo de sus facultades.

Son aspectos de la Vida que debemos considerar como transitorios y no apegarnos a ellos.

En los tiempos actuales, una buena parte de los casos de riqueza y pobreza material, se deben al esfuerzo y diligencia de unos, así como al abandono y negligencia de otros.

Y casos hay en que, la riqueza y la pobreza son origen causal (kármico) como pruebas a superar por el Espíritu en determinadas vidas humanas.

Y la prueba de la riqueza y del poder son, las que temen los espíritus ya más evolucionados, por las tentaciones múltiples de desvío de su programa de realizaciones; prueba que posponen lo más que les sea posible; pero que, por ella tiene que pasar.

Las pruebas y vicisitudes en la vida humana, en sus diversos aspectos, son una gimnasia para el espíritu, necesaria para el desarrollo de sus facultades, desarrollo necesario en su proceso evolutivo.

Por ello, indispensable es sobreponerse a las vicisitudes adversas o dolorosas que la vida nos presenta, con firme determinación de superarlas. Esto es importante. Pues, toda vicisitud o prueba por difícil que parezca o sea, dejará de afectarnos cuando hayamos aprendido a superarlas.

Son como las lecciones que en los colegios de primera enseñanza presentan a los niños, y que, mientras no las aprendan les serán difíciles; pero, una vez aprendidas bien, ya les son fáciles. Así mismo, acontece a los adultos en la escuela de la vida.

Por ello, necesario es, no dar cabida nunca al desánimo, porque éste incapacita para actuar acertadamente en las vicisitudes difíciles, y superarlas.

Demostrado está que, hay ricos pobres y pobres ricos. El rico que sólo vive para sí y sus riquezas, que está enteramente envuelto en sí mismo y no concibe emplear su riqueza más que para sí.

Suele caer en un aislamiento mental, en una psicosis manía depresiva que amarga su vida, consecuencia de su pobreza moral, de su egoísmo.

Mientras que el pobre en bienes materiales, que vive en paz consigo mismo, que no envidia la posición económica de los demás (esto no significa que no deba tener ambición sana de progreso), que ama a su trabajo y lo realiza con agrado, que no es esclavo de vicios y que tiene buenos sentimientos.

Posee una riqueza que vale más que toda fortuna material. Porque, con esa actitud mental-afectiva, se mantendrá en armonía mental-emocional generadora de paz y dicha.

La mejor riqueza que debemos ambicionar y que podemos conquistar es, la paz y la armonía en el diario vivir: y para lo cual, la adquisición del Conocimiento, mucho puede ayudarnos.

Y esa paz y armonía, no se consigue con dinero, sino con Amor en la práctica del bien.
Porque, el amor sentido y realizado en todo momento de nuestro diario vivir, genera energía sutil, vivificante, que armoniza la mente y el alma, para un normal funcionamiento de la facultad emocional; y con ello, el funcionamiento equilibrado de las glándulas endocrinas reguladoras de la salud.

La pobreza honrada y bien llevada, no es obstáculo para la conquista de la felicidad, antes bien, contribuye a ella. El obstáculo está, en la actitud mental y afectiva desacertada que pudiere adoptarse, como queda explicado.

Concluimos la exposición de este tema, haciendo énfasis en que: el objeto de la vida humana, es el progreso del Espíritu, que sigue existiendo después de la muerte del cuerpo físico. Y hacia ello, hacia esa meta, debemos orientarnos.

Esforcémonos en superar las imperfecciones del carácter y sembremos la semilla del AMOR.

Con amor fraterno :  Sebastián de Arauco

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