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viernes, 31 de diciembre de 2010

Oración de Fin de Año

Señor Dios,dueño del tiempo y de la eternidad,
Tuyo es el hoy y el mañana,el pasado y el futuro.

Al terminar un año más quiero darte las gracias por todo aquello que recibí de Tí.

Gracias por la Vida y por el Amor, por las flores, por el aire y por el sol, por la alegría y por el dolor, por lo que fué posible y por lo que no fué.

Te ofrezco todo lo que hice en este año; el trabajo que pude realizar, las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas y los antiguos amores.

Los que están cerca de mí y aquellos que pude ayudar, los que con quien compartí la alegría, el trabajo, el dolor y la vida.

Pero también Señor, hoy quiero pedirte perdón. Perdón por el tiempo perdido, por el dinero malgastado, por la palabra inútil y por el amor desperdiciado.

Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, perdón por vivir sin entusiasmo.

También por la oración que poco a poco fuí postergando, y que ahora vengo a presentarte, por todos mis olvidos, descuidos y silencios, nuevamente te pido perdón.

A punto ya estamos de iniciar un nuevo año. Paro mi vida delante del nuevo calendario que todavía no se inició y te presento estos días que solamente Tú sabes si llegaré a vivirlos.

Hoy te pido para mí, mis parientes y amigos, la paz y la alegría, la fortaleza y la prudencia, la lucidez y la sabiduría.

Quiero vivir cada día con optimismo y bondad, llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y de paz.

Cierra mis oidos a toda falsedad y mis labios a toda palabra mentirosa, egoista o que hiera.

Abre sí, mi ser a todo lo que es bueno.

Que mi espíritu sea repleto solo de bendiciones para que las derrame por donde pase.

Señor, a mis amigos que leen esta oración, llenalos de  Sabiduría, Paz y Amor.

Llename de bondad y alegría para que  todas las personas que encuentre en mi camino, puedan desubrir en mí un poquito de Tí.

Dadnos un año feliz y enseñanos a repartir felicidad.

Que así sea,

Feliz 2011




Un año más en la vida de cada uno, y cuantas cosas se aprenden en un año bien aprovechado.

Una de las cosas importantes que aprendí este año es la de que no hay que olvidar de que somos seres multidimensionales. Y por lo contrario la vida moderna nos va envolviendo con sus tan elocuentes conclusiones,  que  la materialización humana está dejando huérfano al hombre espiritual que habita en nosotros.

Por ello en este 2011 no hay que caer en la trampa de todos los años, despierta, saca tiempo de donde puedas para dedicarle tiempo a tu mundo interior. Las herramientas como  alimentarte bien, aprender a respirar,  relajar, pensar mejor, conseguir una mente calmada, etc., nos ayudarán a re-equilibrar nuestra vida física-espiritual para así frenar y cambiar el rumbo interior..

Basta con mirar, analizar y reflexionar nuestra vida de un día,  de una semana, para ver cuanto tiempo le dedicamos a nuestro interior, y eso será el reflejo del resto de nuestra vida.... a no ser que aumentemos nuestra dedicación interior, todo lo otro caerá por su propio peso.

He escuchado cientos de veces de personas, que para dedicarse a nuestra parte interior necesitamos tiempo, estar tranquilos, etc., pues te diré que esta vida moderna está expresamente hecha de rapidez y de estrés para tenernos siempre ocupados, alocados, malhumorados, pero también te diré que  nuestra propia mente ha caído en el juego de la vida moderna y no te dejará en paz, a no ser que hagas algo por ti  para el cambio.

Al cuerpo lo alimentamos todos los días, también nuestra alma nos está pidiendo a gritos que la alimentemos ahora.

Por lo que te anhelo de corazón para este año y los venideros un verdadero cambio real para tu bienestar interior y que tu alma se llene nuevamente de amor y ternura.

Que seas feliz, aprovecha, que es gratis. Que tengas mucha salud.

Cuida tu cuerpo, tu vitalidad, tus emociones, tu mente y tu espíritu, y acuérdate que eres un ser espiritual, pero también eres carnal.
 
__._,_.___

jueves, 30 de diciembre de 2010

Mundo de Regeneración


Advenimiento del Mundo de Regeneración


Richard Simonetti


1 – ¿Cómo podríamos definir la diferencia entre Mundo de Pruebas y Expiaciones, estadio actual de la Tierra, y Mundo de Regeneración, el próximo estadio?
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Mal  comparando, diríamos que en los Mundos de Pruebas y Expiaciones el egoísmo predominante, resquicio de la animalidad primitiva, es el elemento generador de todos los males. En el Mundo de Regeneración, conciencias despiertas para ese problema estarán empeñadas en superarlo.
2- ¿Entonces en el Mundo de Regeneración aun prevalece el mal?

Prevalece la conciencia de que es preciso vencerlo con el empeño del Bien. Equivale a decir que el mal en esos planetas no tiene recepción en los corazones y tiende a desaparecer.  
3 – Se habla que la promoción de nuestro planeta para Mundo de Regeneración ocurrirá este milenio, probablemente los próximos siglos. ¿No estamos delante de un optimismo ingenuo, considerando los graves problemas humanos, envolviendo crímenes, guerras, adicciones, violencia urbana, terrorismo, la evidenciar que la maldad aún impera?

Hay mucha gente envuelta con el mal, por ignorancia. Estos serán renovados en el desdoblamiento de sus experiencias, particularmente con la maestra dolor, en reencarnaciones regeneradoras. El problema está en aquellos que constituyen una minoría ruidosa, con el mal entrañado en sus corazones. Esos serán expurgados, cuando llegue la hora. 
4 - ¿Tipo Bin Laden?

Sí, todos aquellos que se complacen con la violencia, la adicción, el crimen, sin la mínima sensibilidad en relación a los males que causan, a los sufrimientos que imponen a sus hermanos.  

5 - ¿Para dónde irán los Espíritus disgregados?

Probablemente para Mundos Primitivos, en posición inferior a la Tierra, conforme la escala presentada por Kardec, en El Evangelio según el Espiritismo.
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6 - ¿Eso no contraría el principio  doctrinario de que el Espíritu puede estacionarse, pero jamás retrogradar?

Un hombre civilizado condenado a vivir entre aborígenes no sufre ninguna pérdida en relación a su inteligencia, cultura y conocimientos, que, inclusive le serán útiles en la nueva situación, pese a las limitaciones a que estará sujeto. Lo mismo ocurre con el Espíritu disgregado en un planeta inferior.
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7 - ¿No ira un Espíritu intelectualmente evolucionado, pero moralmente atrasado, a causar problemas a los habitantes de ese mundo?
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No tanto como los beneficios que esa convivencia enseñará. Los disgregados estarán más o menos en el mismo estadio moral, pero superiores en el estadio intelectual, favoreciendo el progreso de sus huéspedes, en cuyo seno reencarnarán

8 - ¿Y quedará para siempre por allí?

Según Emmanuel, somos todos tutelados de Cristo, el gobernador espiritual de nuestro planeta, componiendo una inmensa familia, de cerca de veinticinco billones de Espíritus. Natural, por lo tanto, que después de superar su rebeldía y rescaten sus débitos, ajustándose a la leyes divinas, vuelvan los disgregados a la convivencia humana, lo que podrá demandar milenios, pero forzosamente ocurríra. Como enseña Jesús, de las ovejas confiadas por Dios a sus cuidados, ninguna se perderá.

Ser conscientes

Ser totalmente conscientes de la realidad espírita nos ofrece vastos campos de aprendizaje y de crecimiento pero al mismo tiempo nos entraña una inquietud permanente. Sólo por el trabajo y el esfuerzo en la reforma moral encontraremos la paz del alma, fuente verdadera de felicidad, que podremos atisbar desde esta misma encarnación.
Estar en el mundo sin ser del mundo es una fuerte propuesta que Jesucristo nos hizo para la cual necesitaremos dar primacía en nuestras 24 horas diarias al trabajo en el bien en detrimento del trabajo por nuestro enriquecimiento o por la egoísta actitud de dedicarnos en exclusiva a nosotros mismos.
Como trabajadores de la última hora los espíritas habremos de limar las asperezas de la ignorancia que nos rodea.

La lima que está en nuestras manos es el conocimiento de la Doctrina Espírita que debemos ampliar con método en el estudio recogido y en el centro espírita.
Pasar la lima de la verdad por la sociedad es convertirnos en vivos reflejos de los principios morales en nuestros actos y actitudes. Es también contribuir, en nuestras posibilidades, con la divulgación de los principios espíritas.
Porque la necesidad mayor de los que nos rodean , en nuestro andar cotidiano, no está en el hambre o en las necesidades materiales. La mayor caridad que podemos hacer será la de llevar el gran Consolador, la nueva revelación, poniendo nuestras manos, nuestros corazones y nuestro empeño en colocar al Espiritismo al acceso de todos. Porque los males que nos rodean son internos, las necesidades son morales y las grandes luchas y crisis se encuentran en el dolor, la rebeldía, la incomprensión ante las pruebas y expiaciones que en este planeta aún inferior tocan a cada uno.
La eutanasia podría ser una lógica decisión para aquel que no sabe que después continúan los problemas que precisamente estaba solucionando con la prueba que le había sido impuesta o él mismo había elegido antes de encarnar.
Pero la eutanasia no deja por ello de ser un grave crimen con dolorosas consecuencias. Pretendiendo salir del dolor se contraen nuevos débitos para sufrimientos futuros.
Christopher Reeve, que entró en la inmortallidad del cine como Supermán,  justificó que los verdaderos supermanes no se encuentran en la gran pantalla sino entre aquellos que sufren con resignación, buen ánimo y esperanza en las dificultades de la vida.
Loor a todos aquellos que demuestran día a día que la importancia de la vida no está limitada a poder mover unas piernas o unos brazos sino en trasladar la mente y el espíritu a los planos que se deseen.

Reproducido de la editorial de la revista FEE

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Mensaje del Dr. Bezerra

Dr.Bezerra de Menezes

Terminado el III Congreso Espírita Brasileño, Bezerra de Menezes nos dejó el siguiente mensaje a través de Divaldo Pereira Franco : 
 
 
" Estamos ahora en un nuevo periodo, estos días marcan una fecha muy especial, la fecha del cambio de mundo de pruebas y expiaciones hacia mundo de regeneración.
 
La gran noche que se abatía sobre la Tierra lentamente cede lugar al amanecer de bendiciones. Retroceder ya no es posible. Firmasteis, hijas e hijos del alma el compromiso con Jesús, antes de entrar en la indumentaria carnal, de servirlo con abnegación y devoción.
 
Prometisteis que le seríais fieles incluso que os fuese exigido el sacrificio. Alargándose los horizontes de este amanecer que viaja hacia la plenitud del día, alegrémonos juntos, los espíritus desencarnados y vosotros que transitáis por el mundo de sombras. Pero más allá del júbilo que a todos nos domina tengamos en mente las graves responsabilidades que nos exornan la existencia en el cuerpo o fuera de él. Deberemos revivir los días inolvidables de la época del martirologio, seremos convidados no solamente al aplauso, al entusiasmo, al júbilo, sino también al testimonio, al testimonio silencioso en los paisajes internos del alma. El testimonio por amor a aquellos que no nos aman, el testimonio de abnegación en el sentido de ayudar a aquellos que todavía se complacen en generar dificultades intentando inútilmente obstaculizar la marcha del progreso.
 
Iniciada la gran transición llegaremos al clímax y así como el planeta experimenta sus cambios físicos y geológicos, los cambios morales serán improrrogables.
 
Que seamos nosotros, aquellos espíritus espíritas quienes demostremos la grandeza del amor de Jesús en nuestras vidas.
 
Que otros reclamen, que otros se quejen, que otros debatan, pero que nosotros guardemos en los pliegues del alma el compromiso de amar y amar siempre, trayendo a Jesús de vuelta con toda la fuerza de aquellos días que son lejanos y que están muy cerca. Jesús, hijos e hijas queridos, nos espera.
 
Que sea nuestro escudo el AMOR, nuestras herramientas el AMOR y  nuestra vida un HIMNO DE AMOR.
 
Son los deseos que pedimos, los espíritus espíritas aquí presentes y que me sugirieron representarlos ante vosotros.
 
Con mucho cariño, el servidor humildísimo y paternal de siempre.

                                                          - Bezerra -

Origen espiritual de las enfermedades


La enfermedad no es una causa, es una consecuencia procedente de las energías negativas que circulan por nuestro organismo espiritual y material. El control de las energías es hecho a través de los pensamientos y de los sentimientos, así que, poseemos energías que nos causan enfermedades porque somos indisciplinados mental y emocionalmente. En el libro “En los Dominios de la Mediumnidad”, André Luiz explica que “así como el cuerpo físico puede ingerir alimentos venenosos que le intoxican los tejidos, también el organismo periespiritual absorbe elementos que le degradan, con reflejos sobre las células materiales.”

Tipos de enfermedades


Podemos clasificar las enfermedades en 3 tipos: físicas, espirituales y atraídas o simbióticas. Las enfermedades físicas son disturbios provocados por algún accidente, exceso de esfuerzo o alimentación exagerada, entre otros, que provocan que uno o más órganos no trabajaren como deberían, creando una indisposición orgánica.

Las enfermedades espirituales son aquellas procedentes de nuestras vibraciones. La acumulación de energía nociva en nuestro periespíritu genera una auto-intoxicación fluídica. Cuando estas energías bajan para el organismo físico, crean un campo energético propicio para la instalación de enfermedades que afectan todos los órganos vitales, como corazón, hígado, pulmones, estómago, etc.,  atrayendo un camino de sufrimiento.
Las energías nocivas que provocan las enfermedades espirituales pueden tener su origen de reencarnaciones anteriores, que se mantuvieron en el periespíritu enfermo y mientras no son drenadas. En cada reencarnación, ya al nacer o hasta en la vida intrauterina misma, podemos traer los efectos de las energías nocivas presentes en nuestro periespíritu, que se agravan en la medida que acumulamos más energía negativa en la reencarnación actual. Mientras persistan las energías nocivas en el periespíritu la curación no se completará.

Las enfermedades atraídas o simbióticas son aquellas que llegan por medio de una sintonía con fluidos negativos. Lo que una criatura colérica, vibrando siempre maldades y pestilencia, puede atraer es justamente cosas malas.

Esa atracción genera una simbiosis energética en las personas que, por las vías fluídicas, causan en ellas la percepción de que la enfermedad está en su  organismo, pero en realidad lo está en el espíritu imantado energéticamente a ellas, provocándoles la sensación de que la enfermedad está en ellas. Pasan a sentir todos los síntomas que el espíritu siente. La persona va al medico y él nada encuentra.

André Luiz afirma que “si la mente encarnada no consigue aún disciplinar y dominar sus emociones y alimenta pasiones (odio, envidia, ideas de venganza), ella entrará en sintonía con los hermanos del plano espiritual que emitirán fluidos maléficos para impregnar el periespíritu del encarnado, intoxicándolo con esas emisiones mentales y pudiendo llevarlo a la enfermedad.

Vivimos hoy en una sociedad de profunda inversión de valores. El valor del ser humano reside en tener, hacer y parecer, en detrimento del Ser. Esa inversión de valores está generando una crisis existencial jamás vista en otros tiempos. Debido a esa fragmentación del ser humano, éste se ha vuelto un “Tener Humano”.

Para la sociedad atormentada en la cual vivimos, los valores materiales vienen en primer lugar. Esa búsqueda por una vida puramente materialista ha producido lo que la medicina y la psicología moderna denominan las enfermedades del sentido: depresión, suicidio, alcoholismo, abuso de las drogas, enfermedades degenerativas, etc. Son pedidos de  auxilio de una sociedad atormentada, carente de valores espirituales propios de la criatura humana.

Artículo tomado de la Revista Electrónica Cristiana Espiritual del  02/12/2008

martes, 28 de diciembre de 2010

Síntomas de ser espírita

Chico Xavier




Cuando una persona entra a ser espirita, es fácil verificar: basta pesquisar un fichero o realizar una consulta. Entretanto, a fin de confirmar si la doctrina  Espirita entró en la persona, es indispensable que la propia criatura haga mención de eso, a través de manifestaciones evidentes.

Veamos diez una mas de las inequívocas expresiones de la señal espirita en la individualidad, que siempre se representa por el designativo "más", en los dominios del bien:

más servicio espontáneo y desinteresado a los semejantes;

más empeño en el estudio;

más noción de responsabilidad;

más celo en la obligación;

más equilibrio en las actitudes;

más dulzura en la conversación;

más ejercicio de paciencia;

 y sobre todo mas compresión, perdón y amor por los errores de los demás, sabiendo que nadie es bueno y todos necesitamos del perdón y del amor.

Ser espirita de nombre, delante del mundo,  significa traer leyenda honrosa  de coraje en la personalidad, de humano verdadero que no se deja manipular por los fanatismos, ni los fanáticos, tener una fe razonada y clara jamás dominada por la sin lógica, la sin razón o el desamor, pero, para que la criatura sea espirita, al frente con los buenos espíritus, es necesario presentar la señal espírita de la renovación interior, que, ante la Vida Mayor, ante Dios, tiene la importancia de un pasaporte o el valor de un certificado.

ALBINO TEIXEIRA (espíritu medico)
Psicografado por Chico Xavier

lunes, 27 de diciembre de 2010

Cortinas de humo




En un controvertido programa de televisión, se ha discutido recientemente sobre la figura de Jesús de Nazaret, con arreglo a lo que dicen haber encontrado en los llamados evangelios apócrifos.

Que si el cristianismo sitúa su nacimiento en el comienzo del invierno porque es el símbolo de que a partir de esta fecha donde los días comienzan a crecer, la luz va venciendo a las tinieblas; que si Jesús y Cristo fueron dos seres diferentes; de que si Cristo nació unos cinco años antes que Jesús; de que Cristo fue un milagro de Dios que lo transmitió a la persona de Jesús cuando este ya era adulto; que si de niño tenía poderes sobrenaturales que a veces empleó en hacer el mal a otros niños; que si María Magdalena fue o no fue su esposa; que si huyó a Cachemira en donde vivió y murió y fue enterrado junto a su familia, etc.

Puede ser que entre tantas hipótesis haya alguna que pueda contener algo de verdad,... o no.

Como personaje histórico que es Jesús de Nazaret, estos detalles podrían tener alguna importancia, pero desde luego ninguna transcendencia. La única transcendencia que podrían tener es en cuanto a la inseguridad en la que podrían entrar las religiones cristianas al ver peligrar importantes dogmas sobre los que se sustentan, porque son la base fundamental de las mismas, como son los milagros y sobre todo el hecho de la resurrección, si existió o no existió, pues para atribuirle a Jesús su divinidad e identificación como Dios mismo, las religiones se han basado en los hechos milagrosos que relatan los evangelios, especialmente el suceso de la resurrección que nos abre las puertas a creer que los demás humanos también resucitaremos de la muerte, en lo que llaman "el último día", que para unos será cuando el mundo se acabe,( creyendo textualmente en el Apocalipsis), y para otros ya es después de que la muerte nos visita y nos lleva a lo que llaman "más allá" o al Cielo. Y es que las religiones han de velar mucho por la integridad y la sustentación de sus dogmas, porque si uno de ellos cae, se corre el riesgo inmediato de un " efecto dominó": los demás también caen con la caída religiosa y estrepitosa correspondiente, y lo que es peor: por ende otras muchas religiones también irían detrás en la caída, pues enseguida se crearía la inseguridad de que todas son falsas o al menos ninguna de ellas contiene la Verdad absoluta, como así es.

Sin embargo me parece que esta discusión y estas hipótesis alrededor de la figura humana de Jesús, son más bien desarrolladoras de novelas y guiones cinematográficos, antes que de una importancia transcendente para el ser humano, pues con esta clase de debates televisivos y novelescos, que aportan tan poco para que el ser humano mejore y progrese moralmente, haciendo con ello progresar el mundo, se crean- como digo- a modo de cortinas de humo que intentan apartarnos o de fijar la vista en lo que de verdad importa. Y esto no es otra cosa que la enseñanza y el ejemplo moral profundo que se extrae de cada relato de los evangelios.

Por el Espiritismo, que con sus amplias enseñanzas morales evangélicas, se nos confirma, - y cuanto más lo conocemos, más lo estudiamos y más lo analizamos, más se nos confirma-, como el Consolador que prometió Jesús , pues en la Codificación Kardeciana, elevados espíritus en cuanto a su nivel moral e intelectual, nos afirman en elevados mensajes de transcendencia moral, en los que reconocen a Jesús como el Ser humano más perfecto que encarnó jamás en la Tierra y al que podemos tomar como máximo modelo de perfección moral , y no solamente acreditan su existencia en los lugares y épocas señaladas por los Evangelios, sino sobre todo la enseñanza moral profunda que Él dejó y que está contenida en los mismos. El Espiritismo es el Paráclito que llegó- conforme a lo que El prometió-, para recordarnos y enseñarnos más cosas de cuanto El ya dejó dicho con la palabra y con el ejemplo, y estas enseñanzas y relatos, no fueron escritos por El mismo ni por ningún escritor o biógrafo de la época, sino por diversos y sencillos personajes que , o bien fueron testigos de los hechos, o bien fueron depositarios de los relatos de los mismos que en un comienzo del Cristianismo, cierto tiempo después de la muerte de Jesús, e inspirados desde planos espirituales, hicieron de cronistas de su historia y enseñanzas, con el fin de que la humanidad no lo olvidase y se pudiera comenzar a desenvolver con arreglo a la luz de las mismas.

Las circunstancias humanas de Jesús no dejan de ser una curiosidad que en sí mismas no aportan nada al ser humano en su desarrollo, pero la esencia moral evangélica de sus enseñanzas y ejemplos, si que aportan , y mucho, para que podamos alcanzar esos objetivos de progreso que todos sentimos como íntima aspiración en el fondo de nuestras almas, pues creemos que dentro del orden y la perfección del universo del cual formamos parte, si el caos y la maldad reinante en el género humano y en nuestro mundo, no tuvieran un final, para transformarse e integrarse en esa perfección de bondad y orden que se reflejan en la Naturaleza y en el Universo todo, esta transformación, - como digo -, es no solo posible, sino necesaria e inevitable, y la aportación de la moral de Jesús Cristo, es esencial para que la alcancemos y dejemos de ser como huesos dislocados dentro del gran organismo que es la Naturaleza entera, pues El en verdad , es el Camino, la Verdad y la Vida, y nadie va al Padre si no es por El ( por sus enseñanzas). Por tanto el foco de nuestra atención no se debiera centrar en esas cuestiones por ser un tanto baladíes, sino en lo que de verdad importa: Qué nos enseñó con su palabra y su ejemplo, y para que sirve al ser humano conocer y aceptar el camino en la vida que supone el vivir y actuar con arrreglo a esas enseñanzas.

Realmente , estos debates y novelas pueden llegar a desconcertar a muchos y a hacerles dudar en cuanto a la existencia y persona de Jesús, y por tanto de cuanto este dijo o enseñó, Pero la cortina de humo que parece que con estos debates y novelas quieren hechar sobre la parte moral de Jesús, que al fin y al cabo es la importante y transcendente, se la hechan los mismos que centran su existencia en divagar sobre estos asuntos relacionados con su parte humana, y que no conducen a ninguna parte e impiden muchas veces ver y comprender lo que realmente interesa.

Quien tiene su fe asentada como una casa sobre las arenas movedizas del debate, la duda y la fantasía, sin duda al primer soplo de una tormenta, esta se derrumbará, pero quien la tiene bien asentada sobre la roca del enfoque correcto, la lógica y la coherencia, no temerá que ninguna tormenta y menos aún de tipo novelesco, la pueda derrumbar.


- José Luis -

El arte del amor

Leo Buscaglia



Comunicación, es el arte de hablar uno con el otro, decir lo que sentimos y pretendemos, hablando con claridad, oír lo que el otro habla, decir lo cierto que estamos oyendo es, sin sombra de duda, la habilidad más esencial para la creación y la manutención de una relación amorosa.
La afirmativa es de Leo Buscaglia, profesor de una universidad de California.
El dice que el más alto nivel de la comunicaciones el no verbal. Lo que quiere decir: si usted ama, muestre esto en actitudes. Haga cosas amorosas para el otro. Sea atento. Coloque sus sentimientos en práctica.
Haga  aquella comida favorita. Mande flores. Acuérdese de felicitar en los aniversarios. Cree sus propios regalos de amor. No espere por el día de los enamorados.
Y relacione algunos puntos importantes para que una relación de dos se profundice y crezca, venciendo los días, los meses y los años.
Diga siempre al otro que lo ama, a través de sus palabras, sus actitudes y sus gestos. No piense que su pareja sabe esto. El precisa esta afirmación.
Complemente siempre su amor por trabajos bien hechos. No lo desprecie. Dele su apoyo cuando el habla. Piense que todo lo que él hace por usted, no lo hace por obligación. El estimulo y el elogio aseguran que el va a repetir la dosis.
Cuando usted se sienta solitario, incomprendido, hágaselo saber. El se sentirá más fuerte al reconocer que tiene fuerzas para confortarlo a usted.
Al final, los sentimientos, cuando no son exteriorizados, pueden ser destructivos. Recuerde que, a pesar de amarlo, el otro aun no puede leer su mente. No se cierre en si mismo.

Exprese sentimientos y pensamientos de alegría. Ellos dan vida a su relaciones. Es maravilloso celebrar días comunes, fechas personales, como el primer encuentro, el primer hogar, el día de la reconciliación después de un breve desentendimiento.
De regalos de amor sin motivo. Oiga su propia voz hablar  de su felicidad.
Diga a su amor que él es una persona especial. No desprecie los sentimientos de el. Lo que el siente o ve es su experiencia personal por tanto, importante y real.
Abrace siempre. La comunicación de amor no verbal revitaliza la relación.
Respete el silencio de su compañero. Momentos de quietud también forman parte de las necesidades espirituales de cada uno.
Finalmente, deje que los otros lo sepan que usted valoriza a quien ama, pues es bueno participar de las alegrías de una saludable relacionamiento con los otros.

* * * * * * * *
Es posible que usted esté pensando que todas esas ideas no son realmente necesarias entre personas que se aman. Ella acontecen de forma espontanea.
Más, no en tanto. Ni siempre. Son esos varios aspectos de  la comunicación lo que constituyen el aliciente de una relación amorosa saludable. Ellos también producen los sonidos más maravillosos del mundo. Los sonidos del amor. ¡Experiméntelo!

Equipo de redacción de Momento Espirita a partir del cap. 2 de la obra Amando uno a los otros, de Leo Buscaglia.

domingo, 26 de diciembre de 2010

EL ESPIRITU Y SU EVOLUCION


ESPÍRITU Y SU EVOLUCIÓN

Allan Kardec definió el Espiritismo como “la doctrina que trata y estudia el origen, la naturaleza y el destino de los espíritus”. Lo cual quiere decir, ni más ni menos, lo que ya desde la más remota antigüedad se preguntaban los filósofos de aquellos tiempos, es decir: quién soy, de dónde vengo y a dónde voy.
El Espíritu, es el principio inteligente del Universo, la centella divina emanada de Dios, Su Creador, que desciende al mundo material para desarrollar el germen que posee en sí mismo con todos los atributos de la Divinidad y con todas las facultades que están destinadas a convertirle, por medio del trabajo y del esfuerzo personal, en un ser superior capaz de conquistar la Sabiduría y el Amor.
Esa chispa divina, como simple principio espiritual, sin conciencia de sí mismo, en su evolución, pasa por los tres reinos de la naturaleza: el mineral, el vegetal y el animal, deteniéndose en cada uno de ellos miles y miles de años, desarrollándose y adquiriendo las experiencias que cada forma de vida podía ofrecerle.
Esta evolución del principio espiritual, siempre ha ido unida a una evolución de la materia que le servía de instrumento y de medio de manifestación, en una transformación continuada hacia formas cada vez más complejas en lo morfológico y un desarrollo constante y progresivo en lo psíquico, a través de la acumulación de informaciones, porque todas las experiencias pasadas y todas las vivencias sufridas las ha ido archivando y recogiendo el principio espiritual en su psiquismo.
De esta manera y forma, después de múltiples y sucesivas repeticiones, el principio espiritual se va desarrollando, hasta tal punto que le faculta y prepara para dar el paso más importante en su evolución hasta el momento: la adquisición de conciencia propia.
Para ello, este principio espiritual, una vez finalizado todo este periplo de existencias de miles y miles de años, es preparado en el Mundo Espiritual, para sufrir la transformación necesaria que le convierta ya en espíritu individualizado, y poder continuar en su evolución dando un salto hacia un nuevo reino: el reino hominal, ensayando en una nueva forma aún más compleja y perfecta que las anteriores: el cuerpo humano, aunque, lógicamente, al principio sea en cuerpos primitivos y rudimentarios.
Es decir, que en el hombre, este principio espiritual, es ya un espíritu individualizado, con conciencia propia, que empieza a desarrollar su razón y que tiene la capacidad analítica de sentir y saber que existe por medio de su propio raciocinio.

EL HOMBRE COMO UN SER DE TRIPLE NATURALEZA
El hombre es un ser complejo, compuesto por una triple naturaleza: humana, astral y espiritual, es decir, cuerpo carnal, cuerpo fluídico y alma o espíritu.
.El cuerpo carnal es temporal y transitorio, estando destinado a la desintegración total y su función es la de servir como instrumento y medio de manifestación del espíritu en el mundo material.
.El cuerpo fluídico o periespíritu es inmortal, envuelve, configura e identifica al espíritu, evolucionando paralelamente a la propia evolución éste. Es una organización viva, en la cual se imprimen y repercuten todos los acontecimientos que impresionan la mente del propio espíritu, por lo que toda su historia está grabada y se refleja en él. Su función es la de servir como intermediario entre el espíritu y la materia.
.El espíritu es eterno y constituye en el hombre su verdadera individualidad, individualidad que mantiene a través de todas sus existencias. De él irradia la vida, la inteligencia, la voluntad y el sentimiento; el Espíritu es quien piensa, quien desea, quien siente y quien ama.
Aunque cada uno de estos principios (el humano, el astral y el espiritual) tienen sus propias características, funcionan como un sistema y un conjunto organizado y coordinado: el espíritu quiere, el periespíritu o cuerpo fluídico transmite y el cuerpo físico ejecuta; y en sentido contrario, donde el cuerpo físico recibe, el periespíritu transmite y el espíritu siente.
Espíritu y cuerpo, mente y materia, son complementos uno del otro, que se interrelacionan constantemente a través del periespíritu, quien se encarga de plasmar las necesidades evolutivas del espíritu en la forma física. Sin esta visión global de la realidad del hombre, basada en el espíritu y en los reflejos de su psiquismo en el cuerpo físico, su análisis es siempre deficiente e incompleto.
Y de tal manera esto es así, que la gran mayoría de enfermedades que sufre el hombre, no son más que las faltas e imperfecciones provenientes de su espíritu, que se manifiestan en el cuerpo físico. Y que mientras que para el ser humano, la salud significa el equilibrio perfecto de sus órganos físicos, para el mundo espiritual, la salud es la perfecta armonía del espíritu. Por eso, el mejor remedio para cuidar la salud del cuerpo, es cuidar primero la salud del espíritu.
Tengamos en cuenta que el hombre no es que tenga un espíritu, sino que es un espíritu encarnado; el hombre no es un cuerpo con un espíritu, sino que es un espíritu que da vida a un cuerpo.

APARECE EL LIBRE ALBEDRÍO
A diferencia de los otros reinos de la Naturaleza por los que ha transitado, sin más preocupación que dejarse llevar por la inercia de las propias leyes de la vida física, ahora se encuentra, el espíritu, que esta adquisición de conciencia propia y capacidad de raciocinio, hace que se enfrente, por primera vez, a la situación de tener que escoger y tomar decisiones propias. Es decir, aparece el libre albedrío. Y con él, la responsabilidad del hombre por sus actos.
Y será, precisamente, del buen o mal uso que el hombre haga de este libre albedrío, lo que va a marcar, a partir de este instante, su futura evolución. Y este buen o mal uso, dependerá de respetar y seguir las Leyes Divinas, las Leyes de Dios, (únicas Leyes que rigen la Vida) basadas en el Amor y la Fraternidad entre todas las criaturas.
En las primeras etapas como hombre, la capacidad de utilizar este libre albedrío es mínima, porque esta capacidad, lógicamente, va en relación directa con la propia evolución del espíritu. Es decir, que a menos evolución, menos capacidad de ejercitar el libre albedrío y también menos responsabilidad; y que a más evolución, más capacidad de poder ejercitar el libre albedrío, pero también, entonces, más responsabilidad.
Por tanto, a partir de este momento, el hombre deberá luchar contra los instintos y bajas pasiones que trae de la vida animal e inferior que aún arrastra y desarrollar los atributos de Dios existentes en su intimidad espiritual. El hombre viejo, producto de los instintos de la animalidad, debe desaparecer para dejar paso al hombre nuevo, en quien deben predominar los sentimientos y la razón, el Amor y la Sabiduría.
Y que para lograr eso, el hombre debe contar, básicamente, con su trabajo y esfuerzo personal. No hay gracias ni favoritismos para nadie, cada uno de nosotros tendrá que caminar con sus propios pies.

EL HOMBRE ES EL AUTOR DE SU PROPIO DESTINO
Y si hasta llegar a su condición de espíritu, esta chispa divina, este principio espiritual ha tardado milenios, a partir de ahora su evolución no será distinta, porque el espíritu no podrá, en una sola existencia como hombre, conquistar esa perfección en el Amor y la Sabiduría, sino que, por el contrario, necesitará de muchas existencias físicas, de todas las que sean necesarias.
Y como la vida eterna es una sucesión de existencias entrelazadas y relacionadas todas entre ellas, es lógico y justo que en una vida se tenga que arreglar lo que en otra vida se ha estropeado, y, por el contrario, de lo que se ha obrado hoy correctamente, es justo que se reciba su beneficio en un futuro. Es decir, que con el libre albedrío, aparece también la Ley del Karma o Ley de causa y efecto, que será la encargada de regularizar estas acciones del hombre.
Por lo tanto, el hombre, con su libre albedrío, tendrá libertad para obrar, pero fatalidad para recoger sus resultados, es decir, que el hombre es el autor de su propio destino y personalmente responsable por los efectos buenos o malos que resulten de sus acciones. Dicho de otro modo: la siembra es libre, pero la cosecha será obligatoria.
Seamos conscientes de que cada espíritu trae al reencarnar un programa de vida establecido, donde están previstas sus metas mínimas y máximas, dentro de un tiempo determinado, siendo cada vida trazada por lo Alto, bajo el más elevado sentido de Justicia, y que detrás de cada existencia hay todo un trabajo de estudio, preparación y seguimiento desde el mundo espiritual, con el único fin de que el hombre pueda reparar sus errores, reestablecer el equilibrio roto y progresar en su evolución.
Y a partir de ahí, nada sucede por casualidad, pues los acontecimientos o hechos importantes que le ocurran al hombre, no serán más que la consecuencia de sus actos y conducta pasada.
Y que estos acontecimientos o sucesos que nosotros no desencadenamos conscientemente, por muy lamentables que sean, es porque los merecemos, y que, esto que ahora juzgamos como malo o perjudicial, podemos estar bien seguros de que es lo que necesitamos para nuestro aprendizaje y lo mejor para nuestro proceso evolutivo.
Dios nos ha dado el libre albedrío y nosotros hemos creamos la fatalidad, por eso, esos sucesos que normalmente se atribuyen al destino o a la mala estrella de cada uno, no son sino “artimañas” de las que se sirve la Justicia Divina para alcanzar a aquellos que han infringido sus normas y proporcionar al espíritu trasgresor de las Leyes Divinas, la posibilidad de integrarse de nuevo a ellas.
Sepamos, pues, aceptar con optimismo esas pruebas que se nos puedan presentar, sufriendo sus cargas con esperanza en el futuro, sin aumentar sus efectos con la desesperación y con la rebeldía.

Pero no nos confundamos, porque esta aceptación o resignación, no debe entenderse como un conformismo absoluto que lleve al hombre al abandono y a la renuncia de intentar hacer cualquier acción para mejorar la situación en la que se ha encontrado, porque el peor de los sufrimientos siempre es temporal y provisorio, y durará solamente hasta que se agote la causa que lo originó, y nosotros no sabemos cuál es el alcance real de esta situación, y en cualquier momento ésta puede cambiar.
Confiemos en Dios, por que Él sabe siempre lo que es mejor para cada una de sus criaturas y estemos convencidos de que no cae una sola hoja de un árbol sin que Él lo sepa y lo permita.
Pero para entender bien todo ello, es imprescindible considerar todos los hechos y acontecimientos desde el punto de vista espiritual y contemplar la presente existencia sólo como un eslabón más en la cadena de toda la trayectoria del espíritu, ya sea como encarnado en sus sucesivas vidas o como desencarnado. Y que con la muerte o desencarnación (que no es más que la separación del espíritu del cuerpo carnal), el espíritu vuelve al mundo espiritual con todas las características particulares que le son propias, con los mismos sentimientos y con las mismas pasiones, con las mismas virtudes y con los mismos defectos que tenía mientras estaba encarnado, formando ambos estados, el físico y el espiritual, un conjunto armónico, donde las experiencias vividas en una parte, repercuten en la otra y viceversa.
En consecuencia, juzgar algo teniendo en cuenta sólo esta presente vida es un enfoque erróneo, desvirtuado e incompleto, que nos llevará a no entender nada, a caer en la incredulidad y la negación de la Justicia y Misericordia de Dios.

CONCLUSIONES Y CONSECUENCIAS MORALES
Y como consecuencia de todo lo expuesto hasta aquí, creo sinceramente, que si se es plenamente consciente y se ha entendido en toda su dimensión y transcendencia la auténtica realidad del espíritu, su origen, su destino y las leyes que rigen su evolución, se tiene que extraer de ello una serie de conclusiones y consecuencias morales que, por fuerza, si son llevadas a la práctica, han de servir para una revolución moral y espiritual capaz de transformar al hombre y, por correlación, a toda la humanidad:
1º - Dios como Creador y Causa primera de todas las cosas. Es todo Amor, Justicia y Misericordia. Sin esta premisa, todo lo demás carece de fundamento y de sentido.
2º - El único Determinismo que existe por parte de Dios es que reine el Amor entre todas sus criaturas y de que todos hemos sido creados para alcanzar el mismo destino: la perfección Moral y la Sabiduría.
3º - Si todos somos creados de la misma manera y todos tenemos un mismo origen y un mismo destino, ello quiere decir que todos somos iguales, y que las diferencias que se aprecian entre los hombres, son tan sólo transitorias y debidas únicamente al mayor o menor bagaje espiritual momentáneo de cada uno.
4º - Por tanto, el Espiritismo me ayuda y me enseña a ser más tolerante y condescendiente con los defectos y errores de los demás, porque me hace reflexionar que la falta que ha cometido mi semejante y que yo ahora estoy a punto de juzgar, tal vez sea la misma falta que haya podido cometer yo en el pasado.
5º - Con sus enseñanzas, la Doctrina Espirita me hace reflexionar en lo absurdo de algunos problemas que todavía hoy en día enfrentan a la humanidad, como son el racismo o los nacionalismos mal entendidos y extremistas. Porque con sus aclaraciones sobre la reencarnación, comprendo que las razas, producto de un determinado color de piel o de una determinada situación geográfica, son meramente transitorias y circunstanciales, y que quien hoy se vanagloria de pertenecer a la raza blanca, en el pasado pudo encarnar en un cuerpo de color o en el futuro, si sus necesidades evolutivas así lo exigen, puede nacer en una familia de cualquier otra raza.
Y que quien hoy defiende con apasionamiento la bandera de una determinada nación, mañana puede reencarnar bajo la bandera del país contrario.
Por lo tanto, seamos conscientes de que raza solamente existe una: la raza espiritual, hija toda del mismo Creador, y de que patria también sólo existe una; la patria espiritual universal, sin barreras ni límites de ningún tipo, sólo los que marquen la particular evolución de cada uno.
6º - El Espiritismo me enseña a respetar todo lo que tenga vida, por defectuosa, incompleta o imperfecta que ésta pueda ser en apariencia.
Porque todo lo que tiene vida viene de Dios y Dios es, ante todo, Amor. Por lo tanto, tratemos con Amor todo lo que tenga vida.
Sólo Dios sabe cuándo es el momento más adecuado para la desencarnación de un espíritu y su regreso al mundo espiritual. Y que cuando ello tenga que suceder, sucederá, sin que haga falta que la mano del hombre se convierta voluntariamente en ejecutora.
LA FE ESPÍRITA: UNA FE APOYADA EN LA RAZÓN Y EN LA CIENCIA
Una vez hecho este breve resumen de lo que para mí es la esencia de la Doctrina de los Espíritus, y de las principales conclusiones que de ello personalmente extraigo, me gustaría hablar ahora de la fuerza de la Fe Espírita.

La fe, que es la creencia en los dogmas particulares que constituyen las diferentes doctrinas, cuando es ciega, es decir, que acepta de forma incondicional, sin comprobación, cualquier postulado, admitiendo las afirmaciones más extrañas sin analizarlas y sin someterlas a la razón, esa fe, con toda seguridad, conducirá hacia el absurdo y hacia el fanatismo, y más tarde o más temprano ha de desaparecer, porque este tipo de fe ciega exige la renuncia de la más preciosa conquista del hombre: su capacidad de raciocinio y su libre albedrío.
Por el contrario, la Fe que aporta el Espiritismo es una fe basada en la razón y en la lógica, que sabe juzgar, discernir y comprender. Es fuerte e indestructible, porque descansa sobre la base sólida que ofrece la libertad de pensar. El Espiritismo, no tengo la más mínima duda, hace libre a la persona. En lugar de dogmas, cosas sobrenaturales y misterios, no reconoce más que a principios procedentes de la observación directa y del estudio de las leyes naturales. Porque la Fe, sea cual sea, no puede ir nunca contra las leyes de la Naturaleza y del Universo.
La Doctrina Espírita, además, me estimula y me incentiva para que no me conforme en demostrar mi fe absoluta e incondicional en aquello que el Espiritismo me enseña, sino que me anima a investigar a través de la Ciencia el por qué el Espiritismo afirma esto o aquello. Y si algo de lo que enseña no encaja con mi raciocinio, lo dejo apartado en un rincón, hasta que, con el paso del tiempo y la adquisición de nuevos conocimientos, lo pueda entonces asimilar o rechazar nuevamente.
Y es de esta actitud, cuando nace la Fe firme e inquebrantable de la Doctrina Espírita, se cree porque se está convencido, y no se puede estar convencido si no se comprende aquello que se cree. No existiendo dogmas, desaparece la fe ciega y fanática, dejando paso, repito una vez más, a la fe indestructible que se apoya en el conocimiento.
Y como ya dijera A. Kardec: “La Fe sólo es Fe cuando puede encarar la razón cara a cara”
Anteriormente he hecho referencia a la Fe, recalcando, sea cual sea, con ello quiero decir que la Fe Espírita, es al mismo tiempo flexible y tolerante, pues no pretende erigirse como infalible o como privilegiada, no se atribuye ninguna supremacía ni derechos, ni considera sus enseñanzas como únicas; respeta todos los credos y doctrinas ajenas, tolerando los principios adoptados por otras filosofías o doctrinas. Es una Fe abierta a exámenes y discusiones, que no impone nada, sino que propone mucho, que penetra en los corazones de los hombres y los conquista, porque lleva el cuño de la lógica y el esplendor de los hechos racionales, al mismo tiempo que satisface plenamente las ansias del sentimiento.
¡Es una Doctrina que está viva, que progresa evolucionando, que ensancha el pensamiento y que abre nuevos horizontes!
Y como ya dijera también A. Kardec: “cuando la Ciencia demuestre que algo de lo que defiende el Espiritismo es erróneo, el Espiritismo automáticamente rectificará”.
EL ESPIRITISMO COMO FILOSOFÍA, CIENCIA Y SENTIMIENTO ESPIRITUAL
  El Espiritismo es una ciencia, la Ciencia del Alma, cuyo fin es la comprobación experimental, por medio de los hechos demostrados y demostrables, de la existencia del espíritu, de su individualidad, de su supervivencia después de la muerte del cuerpo físico y de su evolución a través de la reencarnación.
Es también una filosofía racionalista, que interpreta la vida y al ser humano, aclarando su origen y su destino, proporcionando una respuesta al por qué y para qué estamos en este mundo.
E, indudablemente, es una Doctrina de sentimiento profundamente espiritual, con unas evidentes consecuencias morales, que tiene por fundamento incuestionable los mismos principios establecidos por Jesús en Su Evangelio. Si el Espiritismo, en su parte científica y filosófica satisface plenamente las exigencias del intelecto humano, sólo su parte moral puede iluminar el corazón de los hombres, llenándolos de esperanza y de amor.
Porque el Espiritismo pone de plena actualidad y explica las máximas de “amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”, “haz a los otros como quieras que te hagan a ti”, “no juzgues para no ser juzgado”, “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”, “perdonad hasta setenta veces siete”, en definitiva: amar a Dios, amar al prójimo, amar a todos los seres, amar a la Vida.
Máximas y principios todos que, por otra parte, están en perfecta armonía con las Leyes que rigen y gobiernan en el Universo, y que no hacen sino que reflejar fielmente en sus normas de conducta los mismos principios de esas Leyes Cósmicas.
Por todo ello, me atrevo a afirmar, que el Espiritismo es una Doctrina integral: es la Moral de la Filosofía, la Filosofía de la Ciencia y la Ciencia de la Moral Universal.
UNA DOCTRINA DE CARÁCTER UNIVERSAL
 Porque el Espiritismo es una Doctrina de índole universal, sus enseñanzas no están dirigidas exclusivamente a unos pocos elegidos o a un determinado pueblo, sino que, por el contrario, son perfectamente válidas para toda la humanidad, porque, precisamente, lo que busca y pretende es la solidaridad fraterna y la comunión entre todos los hombres, sin distinción de razas o creencias.
  Por la simplicidad, por la lógica y por la pureza de sus explicaciones, puede ser comprendido tanto por el hombre sabio como por el hombre vulgar. Los conocimientos “del más allá” que antes estaban reservados sólo para unos pocos iniciados, gracias al Espiritismo, son presentados a todo el mundo a través principios sencillos y acordes con el sentido común, a la vez que atrayentes y llenos de sentimiento.
EL ESPIRITISMO COMO RECUPERACIÓN DEL CRISTIANISMO
El Espiritismo enseña a todo el mundo que esa búsqueda de Dios, ese intento universal de unirse a Él que siempre ha existido en el hombre, debe hacerse a través de las obras y de los hechos, sin esclavizarse a credos, ceremonias o dogmas. Con ello, logra recuperar la simplicidad del Cristianismo primitivo, porque tiene como único culto el culto interno del espíritu en su sublime intimidad, sin los aspectos materiales de los rituales, ni fórmulas rígidas, ni representantes ni intermediarios, sino que simplemente utiliza la oración como el idioma universal que puede hablar toda la humanidad para dirigirse a su Creador, enseñando que para que ésta sea eficaz necesita solamente de la convicción de la Fe, de la seguridad de que no hay oración sincera sin respuesta y de que siempre alcanza su destino.
Sin embargo, aunque la oración no pueda modificar las cosas, si es que ello no nos conviene, sí que siempre puede modificar nuestra actitud, ayudándonos a ver y entender los acontecimientos por el ángulo correcto a través del cual deben ser examinados. Por la oración, el hombre apela y busca la ayuda de los buenos Espíritus, que vienen a sostenerlo en sus resoluciones y a inspirarle buenos pensamientos, adquiriendo de ese modo la fuerza moral necesaria para vencer las dificultades que se nos puedan presentar.
Porque, tengámoslo claro, la comunicación e interpenetración entre el mundo espiritual y el mundo físico, es un hecho constante y cotidiano. Los Espíritus nos rodean, viven entre nosotros, envolviéndonos con sus caricias o con sus maledicencias, inspirándonos al bien o al mal, nos ayudan o nos persiguen de acuerdo con nuestras actividades mentales y con nuestra conducta moral.
HOMBRE ESPÍRITA
Ser Espírita, significa, haber comprendido y tener plena certeza de la auténtica realidad del ser espiritual, de su origen, de su destino final y de las Leyes que rigen este camino entre el inicio y el glorioso final al que estamos destinados todos, siendo conscientes de que en el trabajo y esfuerzo personal de cada uno está el hacer este trayecto lo más rápido posible y lo más armónico posible con estas Leyes.
  Pero ser Espírita no quiere decir, ni mucho menos, ser mejor que otra persona que abrace cualquier otra creencia o, incluso, que otra persona que no crea en nada, si como consecuencia de esta certeza adquirida, automáticamente no se impone una transformación moral que nos lleve a una constante lucha por tratar de vencer y dominar todas las bajas pasiones que impiden nuestro progreso, atándonos a las cosas efímeras y transitorias de la materia, como son el orgullo, la vanidad, el egoísmo, la envidia…
Tengamos bien claro que “La Administración del más allá” no nos preguntará cuáles son nuestras creencias, sino que nos preguntará sobre nuestras obras realizadas.
Cuando se siente el Espiritismo, por lo menos como lo siento yo, o el sentimiento y la razón, el corazón y la cabeza, se daa mano y caminais cuando nace entonces, de enfrentar y de vivir la vida día a día.
Que este nuevo Hombre-Espírita, con su comportamiento, sea el ejemplo de todo un barrio, y que este barrio, a su vez, sirva como foco de luz de toda una ciudad, y que esta ciudad, con su transformación, sea el espejo donde puedan mirarse el resto de las ciudades de una nación.
¿Os podéis imaginar, aunque sea por un momento, si este ejemplo cundiera en todos los países del mundo, lo que podría llegar a significar?
Compañeros espiritistas: Dejemos de imaginar y empecemos a trabajar para que ello pueda ser posible. Porque la creencia en el Espiritismo sólo es beneficiosa y útil para aquél de quien se pueda decir: “Este hoy, sin duda, es mejor que ayer”.
Y a vosotros, si os habéis acercado por primera vez para oír hablar sobre Espiritismo, me daría por satisfecho si os he podido transmitir algo de lo que yo siento.

Gracias, Espiritismo, por tus enseñanzas
que me alientan cada día de mi vida,
por tus consuelos y por tus esperanzas
al mostrarme que morir no es una despedida.
Por la seguridad tan grande que me da tu Fe
que satisface a mi corazón y a mi cabeza
porque yo no simplemente creo, sino que sé
que al llegar la muerte, la vida empieza.
Por esta certeza que siempre me acompaña:
saber que yo ya he existido ayer,
saber que yo también existiré mañana
y saber que tú y yo nos volveremos a ver.
Por decirme que mi destino y procedencia
es igual que la de cualquier ser humano,
que si entre ellos y yo no hay diferencia,
es porque mi semejante es mi hermano.
Y si he cometido contra él algún error
ahora tengo el presente para rectificar,
donde ayer puse odio ahora pongo Amor
y si en su día no amé, hoy me toca Amar.
Y entonces comprendo que ese sentimiento
no puede ser producto del azar o de la suerte,
es imposible que lo que yo pienso y siento
sea casualidad ¡NO! ¡Es algo mucho más fuerte!
Porque es el alma eterna la que siempre ama,
es el espíritu eterno el que piensa y razona,
y es otro espíritu el que a mí me llama
y es otra alma la que a mí me emociona.
Porque mi cuerpo en la tierra desaparece
y con él mi cerebro y mi corazón carnal,
pero la razón y el sentimiento jamás perece
¡Porque es propiedad del espíritu inmortal!

Alfredo (Barcelona)