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lunes, 16 de febrero de 2015

Si los espíritus que van y vienen son los mismos, ¿Por qué aumenta la población de la Tierra?

LA ENERGÍA En el transcurso de charlas espiritualistas y, sobre todo, al final de ciertas conferencias contradictorias, varias veces me han presentado esta cuestión: “¿Qué es la energía en las diversas formas en que actúa, que ya se nos hacen familiares?” Gracias a las enseñanzas de nuestros guías espirituales, estamos en condiciones de responder: “La energía resulta de esa corriente inmensa de fuerzas que recorre el Espacio, regula la marcha de los astros y alimenta la vida de todos los seres en los planetas...” La electricidad, las ondas hertzianas y todas las fuerzas radiantes, cuya existencia constatamos hoy, no son más que emanaciones derivadas, y podríamos decir incluso parcelas, de esa poderosa corriente de fuerza y de vida que anima el Universo y cuya fuente está en Dios. La energía o movimiento representa la acción más sensible del ser universal, en el Tiempo y en el Espacio. Dios es la fuente de la vida y la vida se manifiesta por el movimiento. Duración, Espacio y Movimiento forman, en su reunión, la unidad que se manifiesta: ¡Dios! Desde Galvani, la atención del hombre se ha encaminado hacia la electricidad, pero fue solo a partir de los trabajos de William Crookes sobre los estados sutiles de la materiacuando hemos empezado a percibir la extensión, a calcular la potencia de las fuerzas invisibles. Se sabe que las experiencias de ese ilustre sabio, con los médiums Home y Florence Cook, fueron el punto inicial de grandes descubrimientos que se sucedieron y revolucionaron la Física. Ciertamente, antes de él, Allan Kardec y la Escuela Espirita habían establecido la existencia del mundo de los fluidos, pero fue Crookes el primero que consiguió captar las fuerzas radioactivas y almacenarlas, de modo a hacerlas útiles para la Ciencia humana. Sus análisis sutiles de la fuerza psíquica están descritos en su libro Recherches sur le Spiritualisme (Pesquisas de los Fenómenos Espíritas). Quizá se observe que no hay que confundir las radiaciones del Espacio con el fluido humano. Pero sabemos que una relación íntima los religa y que todas las fuerzas terrestres, celestes y humanas se relacionan a un principio común. La materia, bajo sus diversos aspectos, constituye un inmenso reservorio de energía. En realidad, ella es tan solo fuerza condensada: los sólidos se transforman en líquidos, los líquidos en gases, los gases en fluidos, y éstos, a medida que se vuelven más sutiles, más quintaesenciados, recuperan sus propiedades primitivas y parecen impregnarse de inteligencia. Por lo menos es lo que parece resultar de ciertas manifestaciones del rayo. En un grado superior, la fuerza parece identificarse con el espíritu y se convierte en uno de sus atributos. Toda materia concreta es tan solo, por lo tanto, la energía capturada. El químico Fabre calculó que un kilo de carbón concentra 23 billones de calorías, que liberadas, bastarían, según dice, para accionar una red de líneas de ferrocarril, durante dos años. Ahora bien, tan solo liberamos, actualmente, un número proporcionalmente insignificante. El día en que se sepa desintegrar, liberar todas las partículas de la materia, estaremos en posesión de una fuerza incalculable. Sin embargo tales progresos, según dicen los espíritus, son medidos por el valor moral de la Humanidad. Dios no permite que ciertas revelaciones o descubrimientos se lleven a cabo antes de que el hombre haya alcanzado una conciencia más completa de sus deberes y de sus responsabilidades. - León Denis - **************************************
¿Por qué la población de la Tierra aumenta si los Espíritus que van y vienen son los mismos? Toda vez que se habla de reencarnación alguien viene con la clásica pregunta: Si ella existe y los Espíritus son los mismos que van y vienen, ¿cómo se explica el aumento de la población del mundo? Es esto que vamos a comentar. La creencia en la reencarnación es una de las más antiguas de la humanidad. La primera referencia documentada fue encontrada en un papiro egipcio de 3.000 años a.C. El Espiritismo surgió en el siglo 19 y vino a reafirmar esta creencia y, además de eso, esclarecer las reglas a las cuales ella está sometida. De entre las explicaciones del Espiritismo, tenemos: 1. Espíritu es el principio inteligente del universo y Dios creó a todos, sin excepción, simples e ignorantes, sin embargo con una voluntad enorme de progresar, digo evolucionar. 2. La evolución se da tanto en el plano material como espiritual. Mientras más primitivo el Espíritu, más necesita él del plano material. 3. A medida que el Espíritu va purificándose, menos necesita de este nuestro plan material. 4. El Espíritu, cuando está en el tope de la evolución, no necesita él reencarnar más. Son Espíritus puros. 5. En cuanto a las almas de los animales, por no estar aún desarrollando la inteligencia racional (desarrollan sólo la inteligencia instintiva), la vida en el plano material para ellos es suficiente. La reencarnación puede ser de inmediato (puede ser, no significa que es, depende de la disponibilidad de cuerpos). HAY ESPÍRITUS QUE REENCARNAN DE INMEDIATO 6. Reencarnar es una oportunidad bendecida en base a la dificultad pertinente a la disponibilidad de cuerpos. No hay accesibilidad plena a la reencarnación. Luego, hay fila. 7. Hay Espíritus que reencarnan de inmediato y hay otros que llegan a tardar siglos. ¿Curva normal (Gauss)? 8. Hay cerca de 3 a 4 Espíritus desencarnados para cada 1 encarnado. Esto fue dicho hace algún tiempo, cuando la población de la Tierra – número de encarnados – era cerca de 6 mil millones. Luego, el número de Espíritus, en total, sería de 24 a 30 mil millones de individuos. 9. La Tierra, ni de lejos, es el único planeta habitado en el universo. Como dijo Jesús: hay muchas moradas en la casa de mi padre. 10. Un Espíritu puede ir a cualquier punto del universo por la velocidad del pensamiento, siendo que a los menos evolucionados muchas regiones les son restringidas. 11. Al desplazarse de un orbe para otro, el Espíritu deja en el orbe de origen su periespíritu, por este ser de una materia sutil y, por ser materia, está sometido a las leyes de la física. Un periespíritu para desplazarse tiene como límite la velocidad de la luz, no pudiendo acompañar el Espíritu que se desplaza en la velocidad del pensamiento. Así, el Espíritu toma en el orbe de destino otro periespíritu con la naturaleza de la materia de allá. EL CICLO REENCARNATORIO TENDRÍA 280 AÑOS De ahí podemos coger algunas conclusiones que son:   Tiempos medios entre dos reencarnaciones:                   En el principio de la evolución, el homo sapiens, por ser muy próximo a un animal, podía reencarnar de inmediato. Luego, si hubiera accesibilidad plena a cuerpos, su tiempo en el plano espiritual, entre encarnaciones, sería próximo a cero. Al final de la escalera de la evolución para los Espíritus puros, el tiempo entre reencarnaciones es infinito. Ciclo reencarnatorio: La relación de 4:1 sólo es válida para el punto de la escala evolutiva en que nos encontramos; así, si la expectativa de vida, en este punto, es de 70 años, un Espíritu espera la media de 280 años desencarnado para encarnar por 70 años. Esto totaliza 280 años entre los estados de encarnado y desencarnado, a que estamos llamando de ciclo reencarnatorio. En ese periodo de tiempo están sumados los tiempos de la necesidad evolutiva y el de fila de espera por la falta de accesibilidad plena de cuerpos. Para efecto de simplificación de la plantilla, vamos a admitir que ahora la accesibilidad sea plena y así los 280 años es nuestra media actual para un ciclo (encarnado y desencarnado). Esa media se asemeja a la media de una curva normal (Gauss) y, de esta forma, en las extremidades de la misma existirá un pequeño porcentaje de Espíritus que reencarnan casi de inmediato, así como otra que tarda mucho más que la media. También habrá una cantidad muy grande de puntos intermediarios. LA EVOLUCIÓN SE DA EN PEQUEÑOS PASOS No ano 1 da Era Cristã (nascimento de Jesus), segundo artigo publicado na revista Época, de 6 de junho de 2011, éramos 300 milhões de Espíritos encarnados. El año 1 de la Era Cristiana (nacimiento de Jesús), según un artículo publicado en la revista Época, del 6 de junio de 2011, éramos 300 millones de Espíritus encarnados. Admitiendo que el tiempo de desencarnado era igual al tiempo de encarnado (relación 1:1) y aún manteniendo la accesibilidad plena, el número total de Espíritus en el planeta era de 600 millones Si la expectativa de vida fuese 35 años, un ciclo reencarnatorio duraba 70 años. Si mantuviéramos el ciclo reencarnatorio actual de 280 años y añadimos una limitación de accesibilidad, ese número podría ser aumentado en 4 veces (4=280/70) lo que aumenta el número total de Espíritus para 2,4 mil millones. Es decir, 10% de los 24 mil millones citados. Para cerrar la cuenta, el ciclo reencarnatorio debería ser de 2.800 años lo que significaría que puede haber aún Espíritus del tiempo de Jesús por reencarnar. Llegamos ahí a un absurdo, simplemente comparando el grado de civilización de un hombre de aquella época con el de hoy. Absurdo porque esto representa un salto enorme en la evolución, hecho que el Espiritismo enseña que no ocurre. La evolución se da en pequeños pasos, sometida, sin embargo, a una ley de crecimiento exponencial, como comenzó a ocurrir en los últimos tres siglos. El artículo de la revista citado trae datos de la población global desde 200 mil años a.C. LOS ESPÍRITUS MIGRARON DE OTROS ORBES PARA AQUÍ A seguir, el resumen: año 200 mil a.C. – 10 mil (homo sapiens) año 10 mil a.C. – 1 millón (inicio de la agricultura) Año 1 – 300 millones (inicio de la Era Cristiana) año 1.000 d.J.C. – 310 millones año 1.500 d.J.C. – 500 millones año 1.801 d.C. – 1 billón año 1.900 d. C. – 1,7 billón año 2.000 d. C. – 6 billones año 2.011 d. C. – billones. Si comparáramos el año 1 con el año 1.800 (siglo 19), cuando la población de la Tierra era de 1 mil millones de Espíritus encarnados, las cuentas ya quedan aceptables. Así, en los tres últimos siglos debe haber habido migración de Espíritus de otros puntos del universo para aquí. Por otro lado, si comparáramos el año 1 con 1.800, esa necesidad de migración se presenta bien reducida, pues, actuando sólo en los parámetros de reducción del tiempo de espera, expectativa de vida media y tiempo medio en el plano espiritual (erraticidad), el crecimiento de la población encarnada nos parece razonable. Tuvimos grandes saltos en los siglos 19, 20 y 21. El siglo 19 quedó marcado por el inicio de la expansión del conocimiento, el 20 por el crecimiento de la industria y el 21 por la tecnología. EVOLUCIONAR ES COMO HACER DULCE DE LECHE... Para hacer dulce de leche (¡baño demás sólo!) hasta llegar a querer dar el punto, se debe cocinar un tanto. Vamos a hacer cuenta que evolucionar es cómo hacer dulce de leche... Cuando un orbe pasa de una categoría para otra (de primitivo para prueba y expiación y de ahí para regeneración), es porque llegó al punto. Así, del siglo 1 al 17, la evolución fue muy pequeña y nuestro orbe estaba, por así decir, cocinando a los Espíritus, que aquí vivían casi en un sistema evolutivo cerrado, sin mucha interacción migratoria con otros orbes. A finales del siglo 18 fuimos llegando hasta el punto de comenzar a vislumbrar un cambio de mundo de prueba y expiación para regeneración. Para llegar a este punto, llevamos dos mil siglos (200.000 años), a contar del evento del homo sapiens. Si contáramos del inicio de la formación de la Tierra, ya serán 45 millones de siglos o 4,5 mil millones de años. Si cocinar por 2 mil o 45 millones de siglos es dar el punto, sólo en 2 siglos este punto será un evento muy raro. Él debe ser aprovechado por quien ya esté en la condición para tal. Como la Tierra, muchos otros orbes están cocinando también, sin embargo sin llegar al punto, como conjunto. Los Espíritus que aisladamente llegan “al punto” (minoría del brazo superior de la curva normal) tienen que migrar para otro orbe donde la media ya está al punto. Como nuestra Tierra está llegando “al punto”, muchos de ellos vienen para acá. El Libro de los Espíritus explica que un Espíritu puede migrar para cualquier punto del universo con la velocidad del pensamiento. Para tal él deja su periespíritu en el orbe de origen y toma otro periespíritu en el orbe de destino, ya con la materia de allá. LA LLAMADA RAZA ADÁMICA VINO DE OTRO ORBE Eso ocurrió con lo que el Espiritismo llama de integrantes de la raza adámica, cuando vinieron para aquí, venidos de otro orbe, en el momento que pasamos de mundo primitivo para pruebas y expiación. (1) Son pocos Espíritus de muchos orbes, lo que en la suma da una cantidad grande. Ahora, en el siglo 21, se suman a esos Espíritus otros que vendrán de orbes más adelantados para ayudar en el proceso de transición que ya se inició. Así, ese aumento de la masa de Espíritus es explicable y debe tener una reducción cuando finalice el pasaje de mundo de prueba y expiación para regeneración, porque los Espíritus que permanezcan en el brazo inferior de la curva normal no llegarán “al punto”. Tendrán que salir para otro mundo que aún está cocinando en el estado de prueba y expiación, o entrando en el. Si la mayoría de los Espíritus que están migrando para acá vienen de mundo de pruebas y expiación, como una oportunidad de mejorar, una minoría viene de mundos más adelantados, ya en el estadio de regeneración, para auxiliarnos en esta transición. Esos Espíritus, sumados a los de aquí mismos, que ya alcanzaron la punta del brazo superior de la curva normal, son los misioneros de esta transición que ya estamos pasando, conforme es citado en el Apocalipsis, uno de los libros que componen el Nuevo Testamento. (1) Kardec enseña que la raza adámica vino de otro orbe, hace - 6 mil años, sin embargo no la nombra. Existen otros autores que enseñan que pertenecen a un sistema evolutivo llamado Capela, que es compuesto de una cierta cantidad de orbes y que esa migración ocurrió hace miles de años. La diferencia entre Kardec y estos está en el nombre y en la localización del punto de origen, así como en el tiempo en que eso ocurre, y no en el hecho en sí. El hecho común a ambos es que otro orbe, que no la Tierra, pasó de la categoría de mundos de Prueba y Expiación para mundo de Regeneración. Cuando eso se dio, algunos Espíritus no tenían condiciones evolutivas de continuar allá y tuvieron que ser removidos. Luego, fueron de allá exiliados. Esos Espíritus vinieron para nuestra Tierra, que por esa época estaba evolucionando de Mundo Primitivo para Prueba y Expiación. También existe la creencia de que esos Espíritus exiliados aquí recibieron la denominación de raza adámica, y el sentimiento de Paraíso perdido se refiere al mundo del cual ellos vinieron. La Tierra de hoy, comparada con ella misma, cuando era primitiva, ¿no puede ser considerada un paraíso? *********************************
MISIÓN DEL ESPIRITISMO El Espiritismo viene a realizar, en el tiempo predicho, las promesas de Cristo; sin embargo, esto no puede hacerse sin destruir los abusos; como Jesús, encuentra a su paso el orgullo, el egoísmo, la ambición, la avaricia y el ciego fanatismo, que acosados en sus últimas trincheras, intentan cortarle el camino y le suscitan trabas y persecuciones; por esto le es necesario también combatir; pero el tiempo de las luchas y de las persecuciones sangrientas ha pasado, las que se tendrán que sufrir serán enteramente morales, y su término se aproxima; las primeras han durado siglos; éstas durarán apenas algunos años, porque la luz, en lugar de salir de un solo foco, sale de todos los puntos del globo y abrirá más pronto los ojos a los ciegos.* EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS ALLAN KARDEC ***************************
FLUIDOS ENERGIA ESPIRITUAL Mercedes Cruz Reyes El mundo de los fluidos abre para nuestras pesquisas un campo rico de recursos incalculables; se le puede considerar como la base esencial, el sustrato del universo invisible. Sabemos que los fluidos forman una parte importante de nuestra individualidad. Impregnados de nuestros pensamientos, voluntades y actos, ellos son como la fotografía real, la representación exacta del valor de nuestra alma, de nuestro progreso o de nuestra inferioridad. Es, por lo tanto, mediante el estudio de ese mundo invisible, al cual se liga el hombre a través de su forma imperecedera, como éste aprenderá a conocer su verdadera esencia y la ley de su destino. El mundo de los fluidos es la fuente de energías vitales. Es el reservorio inmenso donde los espíritus se proveen de los elementos necesarios para edificar sus obras grandiosas y variadas, en la médula de los Espacios. Los espíritus saben extraer de esos fluidos para la realización, bajo la inspiración divina, de la obra de belleza y armonía que imprime un sentido preciso y sublime al Universo. Es por eso que el estudio de las fuerzas radiantes nos permite mejor comprender el poder oculto que poseen ciertos seres, unos sobre otros. Se trata de la atracción, de la fascinación, de las influencias buenas o malas, en una palabra, del dominio que ciertos hombres ejercen sobre los individuos y sobre las multitudes. Todo se explica por la naturaleza de los fluidos impregnados de cualidades o defectos, llevados hasta su más alto grado de potencia y sostenidos por una sólida voluntad. Cuando las condiciones de receptividad son favorables y la fusión se establece, hay producción de efectos que van hasta el entusiasmo o la furia y que la Historia registra, sin definir sus causas. Basta un alma vibrante para despertar las fuerzas latentes que adormecen en lo profundo de otras almas y provocar uno de esos grandes movimientos de opinión política o religiosa, que marcan los anales de los siglos. En ese sentido es como se puede medir toda la potencia del alma sobre sus semejantes, sobre la Naturaleza entera y entrever en qué foco radiante puede ella convertirse en el curso de su evolución mediante el cultivo de la voluntad y el entrenamiento psíquico. Es también mediante este estudio de las vibraciones como se revelan la concordancia y la armonía perfectas, la combinación de sones, de colores y de perfumes. Es en ese equilibrio de las cosas como se demuestra la armonía soberana que rige el mundo, tanto en el campo moral, como en el orden físico. Solamente cuando el hombre ponga su pensamiento, su consciencia y sus actos de acuerdo con esa ley soberana, el orden y la paz reinarán sobre la Tierra y la Humanidad conocerá el reino de la justicia y del amor. Todos cuantos ya conocen las leyes de la Física y de la Química saben que éstas tienen la afinidad como regla común. La lógica, sola, bastaría para demostrar que lo mismo sucede con las radiaciones humanas, pues todo se encadena en el orden universal. Esas radiaciones tienen, ellas también, sus caracteres atractivos y repulsivos, según los casos, y es solamente a condición de armonizarlas con las fuerzas presentadas por los espíritus como se puede crear un ambiente adecuado a la producción de los fenómenos. Los resultados dependen entonces, en gran parte, de la concordancia establecida entre los efluvios de los experimentadores y los medios utilizados por los invisibles. Hemos dicho también que el pensamiento y la voluntad desempeñan un papel significativo sobre los fluidos, y como, por la oración y por las aspiraciones elevadas, se pueden imprimir a las irradiaciones cualidades propias, virtudes particulares. No se trata, en modo alguno, de la plegaria, tal como se concibe comúnmente, sino de esos impulsos del alma que transmiten a los efluvios más vigor y brillo. Veamos como un espíritu logra conocer y asimilar las fuerzas radiantes del Más Allá: Cuando un ser desencarnado alcanza un plano elevado, es fácil para él enviar ese pensamiento a aquellos cuya sensibilidad es igual a la suya. Pero en los planos superiores, el brillo de ciertos espíritus llega a un punto que no podría ser soportado por espíritus inferiores. Las corrientes que provienen de planos elevados fluyen a través de las diversas capas que forman los planos estelares y no siempre llegan hasta nosotros. Sin embargo nuestra Tierra es atravesada, diariamente, por haces de ondas que transportan los mensajes y los pensamientos de seres muy evolucionados a otros seres, también evolucionados. Hay muy pocos hombres que sean impresionados por ellas. la acción de estos haces representa un lento trabajo de mejoramiento del globo terrestre y de los seres que lo habitan. Cualquiera que sea la distancia recorrida, ellos penetran e impregnan todos los elementos de vuestro planeta, sin tener en cuenta su relieve. Esos haces son esencialmente regeneradores porque dejan, por su acción refleja, fluidos especiales sobre vuestro suelo y vuestros seres, y así resultará, tarde o temprano, una gestación latente que ayudará a la evolución de la Humanidad. Esos haces de ondas tienen un poder radiante considerable, pues ayudan en el desarrollo de las cualidades que se puede poseer, tanto como desencarnado, como en la vida terrestre. El hombre retoma contacto con ese Universo invisible de donde ha salido con su nacimiento y a donde volverá con su muerte. Poco a poco él aprende a utilizar las fuerzas poderosas que capta. Frente a las enormes perspectivas que van a surgir ante su mirada, las teorías de la Ciencia antigua sobre la materia y sobre la vida, le parecerán, un día, tan infantiles como las concepciones prehistóricas. La presunción que caracteriza a los pseudo-sabios y se yergue como un muro entre ellos y la verdad, se desmoronará y todos comprenderemos, entonces, que el saber humano, por mayor que sea, será siempre limitado, mientras que la Naturaleza permanece infinita. Así es como el mundo de los fluidos abre para nuestras pesquisas un campo rico de recursos incalculables; se le puede considerar como la base esencial, el sustrato del universo invisible. Sabemos que los fluidos forman una parte importante de nuestra individualidad. Impregnados de nuestros pensamientos, voluntades y actos, ellos son como la fotografía real, la representación exacta del valor de nuestra alma, de nuestro progreso o de nuestra inferioridad. Es, por lo tanto, mediante el estudio de ese mundo invisible, al cual se liga el hombre a través de su forma imperecedera, como éste aprenderá a conocer su verdadera esencia y la ley de su destino. El mundo de los fluidos es la fuente de energías vitales. Es el reservorio inmenso donde los espíritus se proveen de los elementos necesarios para edificar sus obras grandiosas y variadas, en la médula de los Espacios. Extraído del libro de León Denis “El Espiritismo y las Fuerzas Radiantes” ********************************