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domingo, 15 de noviembre de 2015

Terrorismo Mediúmnico


                           LA HISTORIA DE ALICIA    
         





        Alicia era una mujer distinguida, de porte aristocrático, de educación esmeradísima de vastísima instrucción; espiritista convencida que leía con gran aprovechamiento todo cuanto se escribía de espiritismo. Era hacedora del bien por el bien mismo, trabajaba sin desear los lauros de la gloria, pero la gloria de la elevación de sus sentimientos la llevaba en todo su ser; era una mujer de edad mediana y conservaba la esbeltez y la elegancia de la juventud; había en ella algo  que atraía, que seducía, que interesaba. Era amiga de Amalia y acudía con asiduidad a visitarla. Casada y madre, se debía toda a su familia ( que no tenía sus ideales), y ella, prudente reservada, ocultaba el tesoro de sus creencias y evitaba altercados con sus deudos; vivía en un mundo superior, participaba de las luchas terrenas para llorar con sus hijas si estas padecían los dolores naturales que proporciona la vida de casada, y después que cumple sus deberes de madre amantísima, parecía que entraba en otro mundo, se reconcentra en sí misma, parece que vive de recuerdos, recuerdos que debían ser muy dolorosos, porque su rostro adquiere una expresión tristísimo, evitaba siempre hablar de sí misma. Cuando se hablaba con ella parecía leerse en un libro del cual solo se ve la primera página, las demás estaban sin cortar. La última vez que fue a visitar a Amalia esta se sorprendió de verla más comunicativa; a que espíritu superior descendía de su alto pedestal, se humanizaba, acortaba las distancias que indudablemente existen entre ella y la generalidad de los mortales.

     Amalia, se alegró de ello, le manifestó que la encontraba más cariñosa, más cerca de ella, que no sabía que notaba en ella.

     El dolor es  el gran demócrata del Universo. Los que sufren se entienden fácilmente; tu Amalia hace tiempo que sufres; yo también sufro grandes reveses, y por ley de afinidad me pongo al habla contigo, a ver si tú me puedes aclarar lo que yo no alcanzo a ver.

    Sabes Amalia que te quiero y te admiro, tu  Espíritu y el mío se conocen hace tiempo; y aunque por esta vez el destino nos separa, no importa; las almas no necesitan del roce de los cuerpos para entenderse, para quererse y para prestarse señalados servicios.

_.Creo que ya sabes que me quede viuda
_.Mi esposo murió de la muerte más horrible que tú puedas imaginar.
_. ¿De qué murió?
_. ¡De hambre!
_. ¡Jesús qué horror!, ¿Tenia algún cáncer en el estomago que le impidiese alimentarse?

_.No, estaba muy bueno y muy sano, sabia cuidarse como pocos hombres, su ciencia médica le serbia admirablemente para no padecer dolores físicos, pero un dolor moral le hizo olvidar todos los métodos higiénicos, se entregó en brazos de una muda obstinación y su vida fue extinguiéndose como se extingue la luz de una lámpara a la cual le falta el aceite necesario.

_. Dolor inmenso seria el que sufrió, porque, según tengo entendido, no era tu esposo hombre dado a las sensiblerías.

_. No, ciertamente; era bueno, pero adusto; su mundo era la ciencia, su familia, sus innumerables enfermos, y sus únicos goces devolver la vista a los ciegos; por centenares se cuentan los ciegos que él ha curado, en todas las clases sociales; él estaba donde había más peligro, igual le daba que fuera un leproso que un rico acaudalado; el respondía a todas las llamadas, jamás se hizo el sordo cuando lo llamaron los afligidos.

     Una de mis hijas se casó y fue madre de una niña preciosa con unos ojos hermosísimos que parecían dos luceros. Desde que nació, mi marido enloqueció por ella y ella por el; el abuelo y la nieta eran dos cuerpos y un alma, estando juntos ya estaban contentos; mi marido rejuveneció,, y siempre estaba con su nieta en los brazos, evitándole los dolores de la dentición y demás enfermedades de la niñez; pero la viruela se apoderó de todo el cuerpo de mi nieta y de sus ojos, mi marido no comía, ni dormía, estaba al lado de la pobre niña devorando libros, buscando la luz para aquellos ojos que eran su vida; devolvió la luz a uno, pero el otro salió de su órbita y mi marido creyó enloquecer, se retiró a su cuarto y yo le oía que exclamaba a solas:       ¿ Será posible yo que he devuelto la vista a tantos ciegos, yo que he curado a tantos sifilíticos, y a este ángel tan hermoso no he podido curarle más que a medias; le pondrán un ojo de cristal, se harán prodigios… pero ver.. Ver no verá más que la mitad, y aun el ojo que le he salvado no será tan hermoso; no tendrá a aquel brillo deslumbrador; ¿para qué me haya servido mi ciencia? Para nada.

     Se negó a tomar ninguna clase de alimento, vivió algunos días alimentándose con agua y murió de hambre sin exhalar una queja.

     Me pregunto porque mi esposo sufriría así por esta nieta, no ha querido igual a los otros nietos, me gustaría Amalia que preguntases al padre Germán  que historia guardan estos dos espiritas.

     Amalia prometió hacerlo y el Padre Germán unos días después narró lo siguiente:

     El médico y su nieta, son dos espíritus que caminan juntos hace muchos siglos, han estado unidos por todos los lazos terrenales y en sus últimas existencias han sido amigos inseparables, mejor dicho, maestro y su  discípulo más aventajado; su ayudante más práctico; tenía fama, tanta como su maestro; el uno complementaba al otro; tanta suerte tenían en sus curaciones que llegaron a enorgullecerse el maestro y el discípulo, porque eran realmente infalibles en sus juicios médicos; sus palabras eran proféticas, nunca se equivocaban, ni asegurando bienes ni presintiendo males; y se llegaron a persuadir de tal modo de su inhabilidad, que no se contentaron con seguir las huellas de otros sabios doctores, sino que inventaron nuevos métodos y procedimientos especialísimos; no se contentaron en hacer experimentos con animales, sino que en los hospitales y en los asilos de la infancia hacían sus ensayos con infelices niños sin familia; los unos morían, los otros se salvaban y los dos sabios no sentían el menor remordimiento por la muerte de aquellos inocentes. La fama les llenaba de orgullo; se creían infalibles, porque de lejanas tierras venían familias a pedirles ayuda. El discípulo era una celebridad médica, y no se separaba del un momento, no envidiaba a su maestro, como estaban unidos desde hacia tantos siglos, su mayor placer era tener contento a su profesor, proporcionarle niños para sus experimentos, se creyeron ambos dioses, el orgullo los cegó y el orgullo también es un pecado, y como todo pecado tiene su condena. El discípulo amado es hoy  la tierna niña, cuyo abuelo, con toda su ciencia, no ha podido curar más que a medias; el sabio orgulloso, el que se cree infalible en sus juicios, se ha visto impotente para curar a su ángel querido; y este que no tuvo compasión de los pobres niños sacrificados al estudio y a las investigaciones científicas, sufre hoy las consecuencias de su indiferencia de ayer; dolor que no se compadece; es necesario sufrirlo para apreciarlo en su verdadero valor. El abuelo sufrió la decepción de que su acción curativa no respondía al impulso de su pensamiento, su desesperación llegó al grado Máximo cuando se vio impotente para salvar a la nieta, que era el amor de todos sus amores; muriendo como era necesario que muriera, humillado, convencido de su insignificancia, de su pequeñez, se creyó un dios y murió persuadido de que no hay dioses, que no hay más que un Dios, y como el pecado del orgullo científico es hasta cierto modo perdonable, y el era un Sol en el mundo de la ciencia, hoy comprende perfectamente que hay una grandeza superior a la suya, una ciencia para él desconocida, un poder maravilloso, una fuerza que sostiene la maquina del Universo, y ante tanta luz, ante tanta magnificencia, ante tantos mundos, hay grandes sabios que preguntan a Dios porque brillan los soles, y porque su fuego no incendia el Universo, el se considera uno de los alumnos en la gran Universidad del Infinito; se reconoce grande y pequeño a la vez y el orgullo no lo volverá a cegar. Tiene luz propia, vive en medio de la luz, con su fluido luminoso envuelve a su nieta, que es el amor de todos los amores.

     No basta penetrar en el espiritismo, hay que amar, hay que compadecer, no se puede menospreciar al paria de la sociedad, porque aquel ser abandonado tiene un Espíritu quizás más adelantado que el que se cree infalible por su sabiduría, y en el mero hecho de nacer hay que considerar que viene a la Tierra a cumplir una misión, sea esta de gran importancia o insignificante. Todo hombre merece respeto y hay que esforzarse en protegerlo y en amarle; la ciencia que no desciende hasta el desamparado, llega un día en que recibe el castigo merecido, como hemos visto en el médico.

     Solo el espiritismo nos hará grandes en medio del dolor, porque sabiendo que vivimos eternamente,  haremos lo posible para ser mejores que ayer y ser mañana  grandes benefactores de la humanidad.

Amalia Domingo Soler                    
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¿Qué el espacio?   

Es la inmensidad, es decir el infinito donde se mueven los mundos, la esfera sin límites que nuestro pensamiento limitado, no puede ni concebir ni definir. 
Síntesis Doctrinal Y Práctica Del Espiritismo
Léon Denis

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ESPÍRITU Y PERIESPÍRITU
José Aniorte Alcaraz

       El Universo y nuestro mundo espiritual, todavía hoy, a pesar de los grandes descubrimientos científicos realizados, continúa siendo el gran desconocido. Hay muchas teorías sobre este tema, unas malintencionadas, otras mantenidas por el orgullo de personas que se creen en posesión de toda la sabiduría, siendo en realidad objeto de la ignorancia.
Yo, sin considerarme naturalmente, un maestro, después de cincuenta y seis años de estudio, razonando, investigando y comprobando con total independencia, tengo mi propia teoría, pues cada maestro tiene su librito; teoría que estoy dispuesto a cambiar o rectificar, cuando encuentre otra más convincente.
Nos dice “El Libro de los Espíritus”: en el Universo todo se eslabonatodo efecto es la consecuencia de una causa. Nuestra evolución empieza en un átomo, pasa por el mineral, el vegetal, el animal, el hombre y finalmente el arcángel. En el mismo libro se pregunta: ¿dónde está la inteligencia?, respuesta: en su base, en el Universo; otra pregunta: ¿qué es el Espíritu?, respuesta:principio inteligente del Universo. Por consiguiente, si el Espíritu o principio inteligente, tiene su origen en el Universo y reside en él, no puede estar durmiendo en el mineral o soñando en el vegetal.
 El principio inteligente no duerme ni sueña, es una partícula Divina, que está latente, esperando que la materia reúna las condiciones óptimas necesarias para poder ser utilizada por el “Principio Inteligente”. Así es como el Espíritu inmortal, se sirve de la materia animalizada, desde su estado más primitivo, para empezar su evolución desde un átomo. Pasando por el largo y extenso período de la vida animal, en este estado el alma está adormecida, no puede imaginar su situación, no tiene idea de su existencia; no alcanza a comprender la diferencia existente entre la vida y la muerte. Para ella sólo existe un instinto, que sin duda puede ser inteligente, pues independiente de su voluntad, se manifiesta según las necesidades, como pueden ser: la naturaleza de las especies, el clima o la difícil situación a la que cada especie tiene que sobrevivir.
En esta compleja y ardua situación, el alma se forma, se ensaya y lentamente se prepara, hasta que al fin, comienza a sentir de forma confusa, un impulso nuevo y desconocido; siente por primera vez la aspiración y el deseo de individualizarse.
En esta circunstancia, es cuando se produce la gran metamorfosis, y el alma animal emprende un nuevo período, para convertirse en alma humana. Todo esto realmente maravilloso, cuenta con la ayuda de los buenos espíritus que están al servicio de Dios. Somos creados por Dios, y Él dirige nuestro destino, hasta que nosotros estamos preparados para asumir la responsabilidad y el control del mismo.
La materia en su estado primitivo, está dispersa por todo el Universo, en realidad es el principio de todo, el principio de la vida. Con sus continuas transformaciones, crea los elementos necesarios para la evolución del Universo, siendo éste una creación de Dios.
En nuestro planeta la evolución de la materia, empieza en un átomo como partícula organizada. Siguiendo el proceso de evolución nos centramos en la materia inerte, emprendiendo su desarrollo en los elementos minerales, que tras un laborioso proceso inconsciente, cuando aparece el ambiente y el medio adecuados, atrae al principio vital, dándose la transformación hacia la materia animada, que tras circunstancias mucho más sofisticadas y el medio propicio para animalizarse, el principio inteligente que espera la oportunidad para el comienzo de su evolución, utiliza la materia orgánica, junto con el fluido vital, para el comienzo de la evolución animal.
El principio inteligente, desde su estado más primitivo, empieza su larga e interminable carrera evolutiva en la escala animal, sin pasar por la escala mineral o vegetal. A través de los tiempos, pasando por distintas especies, sin conciencia de su  existencia, sigue adelante por un impulso divino que despierta en él un instinto primario, pero necesario para sobrevivir en el ámbito que se encuentra. Este instinto, lentamente y a través de los considerables periodos evolutivos, de especies diferentes, también se transforma en una inteligencia animal, limitada; porque no puede saber ni sentir la razón de su existencia, ni distinguir la vida de la muerte. Su inteligencia instintiva, es el medio que posee de subsistencia.
Durante estos prolongados e incontables períodos, el alma se está consolidando y preparando para el gran futuro que le espera.
No está dormida, sino aturdida, porque puede sentir pero no tiene la capacidad de manifestar lo que siente, y paciente espera hasta poder reunir las condiciones para hacerlo. Desde el primer momento que el alma tiene contacto con la materia animalizada, lo hace envuelta en su cuerpo astral, pues sería imposible que el principio inteligente, pudiera utilizar la materia sin un cuerpo fluídico o intermediario.
El alma revestida de los fluidos más animalizados, de los instintos más vulgares y primitivos, tiene que vivir y sentir, caminando valientemente a través de los tiempos; ignorando su identidad pero conservando en lo más íntimo de su ser, la partícula divina, que un día, cuando esté en disposición para formar parte de la humanidad y asumir la responsabilidad de sus actos, se individualizará, y conseguirá la elevación y redención de su Espíritu.
El alma del animal, es un alma animalizada, con su inseparable cuerpo astral compuesto de fluidos primitivos; tiene vida animal pero no vida espiritual, sobrevive a la muerte sin tener consciencia de su existencia. Recorre los largos caminos de su evolución, sin tener responsabilidad de ello. El animal esté donde esté, continúa siendo animal, porque tiene unas limitaciones que nunca podría superar por vía directa.
El alma animal no puede convertirse en alma humana, aunque tenga latente en su interior, el principio divino del ángel. Para salir de esta situación, tiene que pasar por la gran transformación.
Cuando llega el momento se produce el cambio, como la completa metamorfosis de las mariposas; convirtiéndose el alma animal, en alma humana. El alma animal, después de esta metamorfosis, se siente confundida, como si acabara de nacer o despertara de una terrible pesadilla; no recuerda nada pero lentamente, con recelo y por primera vez, siente el deseo incesante de superarse para salir de la oscuridad y liberarse de la envoltura animal.
Desde este momento, aún tiene un período muy largo de ensayos en la escala animal, para reafirmar su individualidad, recomponer su cuerpo fluídico o periespíritu, despojándose gradualmente de todas las impurezas animalizadas, que su mente espiritual, inconscientemente, ha tenido que alimentar durante tanto tiempo vivido en el mundo inferior.
Una vez que rehace su estructura mental y fluídica, ya se encuentra en condiciones para empezar un nuevo ciclo evolutivo como ser pensante de la humanidad. Es preciso aclarar que en nuestro planeta, salvo alguna excepción extraordinaria, el animal no tiene ninguna posibilidad de alcanzar el estado de evolución que acabo de describir.
Este proceso es propio de otros mundos inferiores a éste; en la Tierra, el animal siempre es animal. En “El Libro de los Espíritus” nos dice: “hay entre el alma de los irracionales y la humana tanta diferencia, como la existente entre el alma del hombre y Dios”. Aquéllos que afirman que en un principio, la vida en este planeta fue por generación espontánea, están diciendo algo muy cierto, que ni ellos mismos comprenden el significado de lo que dicen.
Allan Kardec definió al periespíritu con una forma vaporosa; él sabía en aquellos momentos, hace ciento cincuenta años, que tocar este punto en profundidad, en lugar de conseguir instruir a los lectores, los llevaría a la confusión. Hoy podemos afirmar que en su estado natural, podría muy bien ser un cuerpo vaporoso, porque se compone de una combinación de fluidos semimateriales, extraídos o tomados del fluido Universal.
El Espíritu para nosotros es inmaterial, no tiene forma, lo podemos sentir, pero no lo vemos. Es tan sensible que para poder dirigir nuestro cuerpo o tener contacto con él, es imprescindible disponer de un cuerpo intermediario y semimaterial, como es el periespíritu.
Cuando el Espíritu reencarna para una nueva existencia, lo hace a través de su cuerpo astral; se protege con él y no llega a tener contacto directo con su cuerpo físico. La unión del Espíritu con el cuerpo se efectúa por medio de su envoltura fluídica. Por su naturaleza sutil, el periespíritu sirve de unión entre el Espíritu y la materia.
El alma queda unida al germen por este mediador fluídico, que se va adaptando y estrechando lentamente, siguiendo las fases progresivas de la gestación, hasta completar la formación del cuerpo físico.
Desde la concepción hasta el nacimiento, la unión se lleva a cabo con cierta lentitud, molécula a molécula; bajo el flujo creciente de los elementos materiales y la fuerza vital que es facilitada por los movimientos vibratorios del periespíritu infantil, que se reduce al mismo tiempo que la conciencia del alma queda adormecida.
Durante el periodo de gestación, el periespíritu se impregna de fluido vital, para convertirse en el regulador de la energía que necesitan los elementos materiales del cuerpo en formación. La individualidad y la memoria del Espíritu, se conservan y a su debido tiempo, se manifiestan en el plano físico.
Cuando se completa la vida uterina, se produce el nacimiento, siendo en este momento cuando el Espíritu, a través del periespíritu toma el control de su cuerpo. El periodo de crecimiento será largo, durante el cual el Espíritu tiene que modelar su nueva envoltura y hacer de ella un instrumento capaz de manifestar sus cualidades y sentimientos.
Durante el sueño, en el transcurso de la vida infantil, el Espíritu recibe la ayuda espiritual necesaria, para recuperar fuerzas y seguir el curso de su nueva reencarnación. Durante su estancia en el plano espiritual, el Espíritu, para manifestarse lo hace con su cuerpo fluídico; sin él sólo sería una especie de ser invisible.
El Espíritu nunca puede separarse de su cuerpo astral, con él se convierte en un ser real, reflejando la imagen del Espíritu; es el archivo de sus memorias, es además una especie de conciencia que a través de su imagen, recuerda al Espíritu los aciertos o desatinos que ha practicado con su forma de vida.
Cuando el Espíritu está en el plano físico, fácilmente puede engañarse a sí mismo y engañar a los demás, porque un espíritu malévolo, puede tener un cuerpo bello, proporcionando una apariencia falsa de la realidad.
Cuando después de la muerte se regresa al mundo de la verdad, donde cada uno se sitúa en el lugar que le corresponde, donde no existen los favores, ni las influencias, pero sí existe el cielo y el infierno que llevamos con nosotros, como creación propia, encontrándonos allí atrapados por un mundo de sombras o un mundo de luz, según la imagen que predomine con más fuerza en nuestra mente.
En esta situación es cuando podemos contemplar el verdadero aspecto del Espíritu, que según la conducta seguida en el plano físico, volverá con un cuerpo más luminoso o menos, o con un cuerpo plagado de heridas, envuelto por las sombras, implorando una ayuda que nadie le puede dar, porque sólo él a través de su arrepentimiento, la podrá obtener.
El mundo espiritual “superior” aún continúa siendo para nosotros el gran desconocido, pero el mundo incorpóreo más cercano a nosotros, podemos decir que es muy semejante al nuestro. No obstante, existe una parte completamente diferente; el Más Allá es un mundo de sentimientos, y nuestra humanidad, se desenvuelve entre pasiones y sensaciones.
Los espíritus “comunes” viven entre nosotros, y tienen un cuerpo tan semejante al nuestro, que algunos se confunden y en determinadas circunstancias, piensan que aún tienen el mismo cuerpo que tenían antes de morir. Estos espíritus están en todas partes, en nuestra casa, en el campo, en las ciudades, en los medios de transporte, en lugares de ocio...
Es un mundo que se agita alrededor nuestro, y se acerca a nosotros por afinidad. Los hay de todas clases y en situaciones diferentes; cada uno tiene sus dificultades y persigue su objetivo.
 La apariencia del Espíritu cambia según el estado mental en el que se encuentra. Su aspecto se refleja con claridad en su cuerpo astral, y los fluidos que le recubren, causan malestar o bienestar cuando se aproximan a nosotros.
La lectura de este libro no está dedicada a los analistas ni a los científicos, sino a los humildes y necesitados que han vivido engañados por los dogmatismos fanáticos de las religiones del pasado y del presente.
Lo que escribo aquí no es un tema nuevo, ya se ha publicado en otros libros, pero la actual publicación pretende ser más directa y sencilla; comprensible para aquéllos que desconocen el tema por falta de estudio, y puedan comprender con menos dificultad, esta verdad que es la única realidad de nuestra vida. Todas las revelaciones nuevas, han sido rechazadas sin mostrar algún interés por conocerlas, pero esta realidad tiene una contestación lógica para todas las preguntas.
Mi querido lector, acepta estas enseñanzas que llegan gratuitamente a tus manos, y nunca tendrás que hacerte preguntas, sin obtener la respuesta adecuada.
José Aniorte Alcaraz
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En la tibieza del corazón 

                        Saludo matinal 
Queridos amigos, hola buenos días, son muchos los hermanos que entretenidos son indiferentes a la palabra del Señor, el Evangelio es para ellos letra muerta, se acomodaron en la silla de la indiferencia y escuchan muy de lejos la llamada dela espiritualidad. Bien es verdad que muchos parecen estar en un desierto de arena, donde nada hay al frente, solo el azul del cielo y la arena, son almas que se paralizaron, se encerraron en sí mismas y nada les atrae de lo que pueda haber en el exterior.
Hay muchas angustias en la Tierra, muchos problemas de relaciones entre los hombres. Parece que vivimos en un desierto árido, vacío de valores morales, abrasados por el sol del egoísmo que está en los corazones. Aun, no todo está perdido. Hay oasis verdes sustentados por compañeros dedicados que distribuyen abundantemente el agua bendecida del confort y de la paz. Están los tibios de corazón, que son aquellos que dicen que son, pero en realidad no lo son. Se los conoce como los profesantes. Son ese tipo de personas que de labios para afuera dicen que han recibido a Cristo como Salvador, pero sus vidas no muestran que Cristo esté en ellos. A lo mejor no andan matando gente ni robando ni adulterando, etc. Pero viven para ellos mismos, mas no para quien murió y resucitó por ellos. Ellos en realidad no desean la Palabra de Dios, ¡la cual es necesaria para el crecimiento espiritual (1 Pedro 2:2)! No se mantienen firmes en la enseñanza de los apóstoles ni en la comunión, ni tampoco en la oración (Hechos 2:42). Ellos obedecen de pensamiento, palabra y obra sólo cuando les conviene. Cuando no es conveniente obedecer, no lo hacen. En otras palabras, ellos están comprometidos solamente hasta el grado de interés de su propia conveniencia, la cual cambia constantemente. Su temperatura espiritual es tibia – algunas veces caliente y otras veces fría, pero nunca establemente ni la una ni la otra. Lo asombroso de los tibios es que no se dan cuenta de su necesidad o del peligro en el que están. En su condición espiritual infeliz, miserable, pobre, ciega y desnuda, ellos piensan que no les hace falta nada. ¡Tan engañados están! Por lo tanto, la necesidad vital de cambiar está escondida de sus ojos enceguecidos y no constituye la prioridad que debería constituir. Imagínese estar en tal peligro espiritual y pensar que todo está bien. Esto es, de hecho, una realidad para muchas personas en nuestros tiempos modernos. El hombre es señor de su propio destino. Las influencias más serias que vengan a sufrir se condicionan a su propia voluntad…Por eso nosotros aún estamos a tiempo de azotar nuestro espíritu y forzarlo a trabajar en la viña del Señor, donde el salario es seguro y justo, y donde los bienes que obtenemos espiritualmente no se perderán y si se aumentaran con el esfuerzo por progresar día a día. Por eso el lema es el siguiente: ¡Piensa en el Bien! ¡Practica el Bien! ¡Vivir el Bien! En el ejercicio de la Fraternidad, bajo la inspiración del Evangelio, es difícil definir donde termina la energía y comienza la agresividad, donde la palabra disciplinada es sustituida por la rudeza verbal, principalmente delante de criaturas que se muestran inconvenientes e inoportunas. Entre el ideal cristiano y la vivencia de las lecciones de Jesús, hay largos caminos para ser recorridos… Aprender, en cualquier edad, es el camino mágico de realizaciones gloriosas. Quien lo hace con perseverancia, sigue adelante, mejorando siempre, sin cansarse nunca. El conocimiento espírita es una bendición de esclarecimiento y orientación, amenizando las amarguras de la existencia humana y estimulándonos al movimiento por la Fraternidad, donde cogemos bendiciones de las flores de la Esperanza y frutos dadivosos de trabajo ennoblecedor… Pero representa también, intransferibles aumentos de responsabilidad en el campo del perfeccionamiento individual, partiendo del principio evangélico de que mucho será pedido a aquel que mucho recibió. La oportunidad surge a cada hora y hay una fórmula infalible que nos permitirá aprovechar la enseñanza de servir, enseñada por Jesús hace dos mil años: coloquémonos en el lugar de aquellos que nos rodean y sabremos hacer por ellos exactamente lo que nos gustaría recibir en idéntica situación.
 Amigos os deseo un feliz lunes y que Dios os bendiga 
- Merchita-
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 TERRORISMO DE NATURALEZA MEDIÚMNICA
     El Espiritismo es una doctrina fundamentada en hechos, estudiada por la razón y        la logica, no admite en sus formulaciones esclarecedoras, ningún tipo de superstición   que le enturbiarían la limpidez de contenidos relevantes, y mucho menos amenazas      que las inpongan por el temor, como es habitual en otros segmentos religiosos.

     Durante algunos lilenios el miedo hizo parte de la divulgación del bien, imponiendo venganzas celestes y desgracias a todos aquellos que discrepasen de sus postulados, castrando la libertad de pensamiento y sometiendo a la ignorancia y al primitivismo  cultural a las mentes más lúcidas y avanzadas.
   
  El Espiritismo es ciencia que investiga y somete a consideración, aquello que puede     ser confirmado en laboratorio, que tenga caracter de revelación universal , por tanto siempre libre para la aceptación o no de aquellos que buscan conocer sus enseñanzas. Igualmente es filosofía que esclarece y jamás causa pavor, explicando, a través de la     Ley de Causa y Efecto, quienes somos, de donde venimos, para donde vamos, por       qué sufrimos, cuales son las razones de las penas y de las amarguras humanas.... De igual manera,  su ética-moral está totalmente fundamentada en las enseñanzas de   Jesús, conforme Él las enunció y las vivió, proporcionando la religiosidad que integra a     la criatura en la ternura de su Creador, siendo de simple y fácil formulación.

  Jamás utiliza las tradiciones míticas greco-romanas, como las de las Parcas, siempre tejiendo tragedias para los seres humanos, o de otras cualesquiera, remanentes de las religiones ortodoxas decadentes, algunas de las cuales, hoy están reformuladas en su presentación, manteniendo, no obstante, los mismos contenidos amenazadores.

    De manera sistemática y contínua, se vienen haciendo comunes algunas pseudorevelaciones alarmantes, sustituyendo las figuras mitológicas de Satanás,            del Diablo, del Infierno, del Purgatorio, por Dragones, Organizaciones demoniacas, regiones punitivas atemorizantes, en detrimento del amor y de la misericordia de Dios,  que rige en todas partes.

    Ciertamente, existen personificaciones del Mal, más allá de las fronteras físicas,     donde    se complacen en afligir a las criaturas descuidadas, así como lugares de purificación después de las fronteras entre el cuerpo gris y el cuerpo somático, todo,        sin embargo, transitorios, como ensayo para el aprendizaje del Bien en su fijación en     los paneles de     la mente y del comportamiento.
    El Espiritismo resucita la esperanza y amplía los horizontes del conocimiento exactamente para facultaral ser humano el entendimiento respecto a la vida y cómo comportarse dignamente ante las situaciones dolorosas.

     Sus revelaciones objetivan esclarecer las mentes, retirando la niebla de la      ignorancia  que aun permanece impidiendo el discernimiento de muchas personas en torno a los objetivos esenciales de la existencia carnal.

      De la misma forma como no se deben engañar a los candidatos al estudio         espírita,  respecto a las regiones celestes que nos aguardan, desbordando en       fantasías     infantiles, no es  correcto  derrapar en amenazas en torno a fetiches,     magias y    soluciones milagrosas para los problemas humanos, recurriendo al     animismo     africanista de diversos pueblos con sus supersticiones. En el pasado,           en pleno        periodo medieval, las creencias en torno a los fenómenos mediúmnicos       se revestían      de místicas ceremonias cabalísticas, proponiendo la liberación de los incautos y  perversos en las situaciones perniciosas en que transitaban.
      El Espiritismo, iluminando la oscuridad que permanece iluminando incontables         mentes, desvela el futuro que nos aguarda a todos, rico de bendiciones y de oportunidades de crecimiento intelecto-moral, ofreciendo los instrumentos hábiles         para  el éxito en todos los cometidos.

      Su psicología es fértil de lecciones libertadoras de conflictos que quedan de las  existencias pasadas, de terapias especiales para el enfrentamiento con los       adversarios espirituales que proceden del ayer perturbador, de recursos simples y           de fácil aplicación

      El simple cambio mental para mejor, proporciona al indivíduo la conquista del  equilibrio perdido, facultándole la adopción de comportamientos saludables que se encuentran plasmados en El Evangelio según el Espiritismo, de Allan Kardec,     verdadero tratado de eficiente psicoterapia al alcance de todos los que se interesen       por la conquista de la salud integral y la alegría de vivir.
     Desppués de la hazaña de haber matado a la muerte, el conocimiento del     Espiritismo faculta la perfecta integración de la criatura con la sociedad, viviendo             de manera armónica en todo momento, donde quiera que se encuentre, liberada de recelos injustificables y sintonizada con las bendiciones que definen la misericordia     divina.

    La mediumnidad, de ese modo, al servicio de Jesús, es vehículo de luz, de seriedad, dignificando su instrumento y enriqueciendo de esperanza y felicidad, a todos aquellos  que se le acercan.

   Jamás la mediumnidad seria estará al servicio de espíritus livianos, críticos,   contumaces de todo y de todos, que hacen que estemos en desacuerdo con sus informaciones vulgares, debiendo volverse un instrumento de confort moral y de instrucción grave, trabajando en lla construcción de mujeres y de hombres serios,           que se fascinan con el Espiritismo y hacen sus existencias útiles y ennoblecidas.

    Esos Espíritus burlones y pseudosabios, deben ser esclarecidos y orientados en el  cambio de su comportamiento, después de demostrarles que no les obedecemos, no     les aceptamos las sugestiones negativas, mentirosas o miedosas, con historias       infantiles sobre catástrofes que siempre existieron, con las informaciones sobre el fin      del mundo, con las tramas interminables a que se entregan para seducir y conducir          a los ingenuos que se les someten facilmente....
      El conocimiento real del Espiritismo es el antídoto para esa onda de revelaciones atemorizantes, que se espande como un aire pestilente, intentando mezclarse en los paradigmas espíritas que demuestran desde su surgimiento la legitimidad de que son portadores, confirmando al Consolador que Jesús prometió a sus discípulos y se materializó en la incomparable Doctrina.

   Ante informaciones mediúmnicas desastrosas o sublimes, un método eficaz existe   
para la evaluación correcta de su legitimidad, que es la universalidad de la enseñanza, conforme estableció el preclaro Codificador.

    De ese modo, utillizando la caridad como guía, la oración como instrumento de iluminación y del conocimiento como recurso de liberación, los adeptos sinceros del Espiritismo, no se deben dejar influenciar por el moderno terrorismo de naturaleza mediúmnica, encargado de amedrentar, mientras que el objetivo máximo de la        Doctrina es liberar a sus adeptos, a fin de hacerlos felices.

Vianna de Carvalho

Página psicografada por el médium Divaldo Pereira Franco, el

dia 7 de diciembre de 2009, durante el XVII Congresso Espírita

Nacional, em Calpe, España.

SOBRE EL AUTOR
  • MANUEL VIANNA DE CARVALHO

    Nacido en la ciudad  de Icó, estado do Ceará, el 10 de diciembre de 1874, era hijo del profesor Tomás Antônio de Carvalho y de D. Josefa Viana de Carvalho. Desencarnó a bordo del navio “Íris”, siendo  su corpo sepultado en  Salvador de Bahia, el  dia 13 de outubre de 1926. Abanderado Espírita,  su palabra era atrayente y arrebatadora, conseguiendo, entre los espíritas una penetración inusitada e inconfundíble Como conferencista era de los mas requeridos; como polemista, uno de los mas salientes. Su verbo inspirado, su voz armoniosa, su animación, asumia, a veces, tonalidades y aspectos impresionantes. Fue en realidad un mago de la palabra, repleta de sentimiento. Utilizando la mediunidad de Divaldo Franco, psicografió diversos mensages que se transformaron en fuente de estudio e información  Espírita.

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