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miércoles, 18 de mayo de 2016

Poderes ocultos: Talismanes y Hechiceros

                    

                              LA   MUERTE 


 UN TEMA QUE AÚN GOLPEA ANHELOS Y AFLIGE SENTIMIENTOS


El hombre contemporáneo, que investiga desde el micro al macrocosmos,se tambalea ante los vestíbulos de la sepultura con la misma amargura de los egipcios, los griegos y los romanos de épocas remotas.
Los milenios que arrasaron las civilizaciones y refundieron pueblos, no transformaron la emblemática expresión del túmulo,  infinito punto de interrogación, la muerte continúa hiriendo sentimientos y torturando inteligencias. El hombre ha sentido perturbación y temor ante la expectativa de la muerte. Y ese recelo ha sido alimentado por una mezcla de falsos conceptos religiosos, sentido común y creencias personales arraigadas.
El problema del miedo a la muerte es que puede impedir que se tenga encanto por la vida y minar la confianza de que la vida tenga un mayor significado. Las religiones textualistas son especialmente responsables por generar una serie de fobias y mitos respecto al inevitable viaje al túmulo. La mala educación religiosa ha dejado a muchas personas confusas respecto a la situación de los muertos en el más allá. Los destinos, que incluyen el cielo, el infierno, el purgatorio y el limbo, van desde lo misterioso hasta lo absolutamente asombroso. Por otro lado, la obra Death-The Final Stage of Growth, afianza que la muerte es una parte integrante de nuestra vida. Es normal y el fin natural de todos los organismos vivos. Tal creencia materialista, a su vez  viene fomentando una filosofía nihilista y el comportamiento pesimista.
Hay personas que sufren de tanatofobia (recelo mórbido de la muerte). Psicólogos tienen examinados los efectos mentales y sociales causados por pensar en la muerte. Según algunos, pensar en la muerte nos vuelve más racionalistas, más preconceptuosos y refuerza actitudes iglesieras o inconscientemente religiosas, tanto como afectan las creencias políticas. Narran que la muerte nos deja más punitivos y conservadores. El recuerdo de la muerte alimenta el deseo de fama comunmente asociado a una inmortalidad simbólica, de ahí la búsqueda de la inmortalidad en tales academias de letras.
¿ Habrá que pensar más en la muerte nos puede volver más punitivos y preconceptuosos?. Tal vez en algunos de tales efectos  pueda ocurrir precisamente porque estén desacostumbrados a pensar y hablar sobre la muerte. Entendemos que pensar diariamente sobre la inexorable ley de la desencarnación, pos puede volver más sobrios ante los desafíos del día a día. Reconocemos además de eso que el vivir intentando ocultar en la consciencia futura la desencarnación, demuestra una evidente pusilanimidad ante los necesarios obstáculos de la reencarnación.
El  problema del miedo a la muerte es que puede impedir que tengamos la libertad y el placer de vivir. De ahí el conforto que la Doctrina Espírita nos trae, al instruir sobre la vida del espíritu aquí y en el más allá. Somos espíritus eternos, nuestra vida no comienza ni termina en una única existencia. De la misma forma, las legítimas afecciones lo son para siempre. Las afecciones no mueren con la desintegración del cuerpo físico. Los sentimientos no pertenecen al cuerpo, sino en el alma, y los llevamos con nosotros. La muerte apenas dilata las concepciones y nos aclara la introspección, iluminándonos el sentido moral, sin resolver obviamente de manera absoluta, los problemas que el Universo nos propone a cada paso, con sus espectáculos de grandeza.
La desencarnación es la única regla para la que no hay excepción. Todos pereceremos, por tanto no podemos eludir el pensamiento tratando de camuflar ese impositivo de la naturaleza. Por eso, permitamos que el pensamiento sobre la muerte, conponga de forma ininterrumpida y serena nuestros estados mentales, reflexión sin la cual estaremos desaparejados para la desencarnación o hasta despreparados para enfrentar con resignación la muerte de nuestros seres queridos.
La muerte física no es el exterminio de las aspiraciones y anhelos de bien, pero es el ingreso para la existencia auténtica, para la vida real. ! Sí ¡. La existencia física es ilusoria, fugaz y transitoria por demás. La separación del cuerpo por la muerte, no es una anomalía de la naturaleza; simplemente se transfiere de la dimensión física a la espiritual. Todavía, efectivamente, importa recordar que morir (término de la vida biológica) y desencarnar (desligamiento del periespíritu), son fenómenos que no siempre acontecen simultáneamente. Los intervalos de tiempo para desligarse del cuerpo varían para cada Espíritu. Para unos puede ser más demorado y para otros pueden ser pasajes ligeros.
Nuestras acciones tejen asas de liberación o grilletes de cautiverio para nuestra victoria o nuestra pérdida. La mayor sorpresa de la muerte física es la de ponernos de cara con la propia conciencia, donde edificamos el cielo. nos estacionamos en el purgatorio o nos precipitamos en el abismo infernal. En ese sentido a nadie debemos el destino, sino a nosotros mismos.
El intervalo de tiempo entre la muerte biológica y la desencarnación, tienen relación directa con los pensamientos y acciones practicadas en cuanto encarnados. Nadie topará con un cielo o un infierno del lado de allá, por cuanto que el "Empíreo" y la "Geena " son contenidos  mentales construidos aquí en el plano físico. Después de el fenómeno de la desencarnación cada Espíritu se encontrará con la cárcel o la libertad de conciencia y que se merece como el fruto del desaliño o de la disciplina mental que cultivó durante la experiencia  física.
  Son indescriptibles flagelaciones en el más allá, que van de la inconsciencia discontínua a la locura completa, se enseñorean de las mentes torturadas, por tiempo variable, conforme las atenuantes y agravantes de culpa, induciendo a las autoridades superiores a internarlas en el plano físico (reencarnación), como enfermos graves, en células físicas de breve duración, para que de rehabiliten gradualmente, con la justa cooperación de los Espíritus reencarnados, cuyas deudas  con ellos se salden. Las deudas  que se hundieron en los excesos, los vicios, los placeres mundanos, acuñan intensas impresiones y vínculos magnéticos en la materia, y únicamente alcanzarán la liberación de esos lazos después de un intervalo de mucho tiempo. Recordando que después de la ruptura de los embarazos magnéticos que lo esposaban a la vida física,padecerá en el más allá, por tiempo indefinido, los tormentos diseminados en las vías de sus experiencias en el mal ( he aquí el símbolo del infierno).
Y los que viven con más dedicación las cosas del Espíritu, encontrarán mayores elementos de paz y felicidad en el futuro. Todos los que lograron aprovechar la encarnación sin vicios ni apegos, los que cumplan la ley del amor, adquieren lazos magnéticos menos densos, prendiendo al Espíritu al cuerpo. En ese caso la desencarnación será rápida, proporcionando la adecuada libertad, incluso antes de su consumación. Para los que sufren más, en razón de su renuncia a los apelos de la vida mundana, la muerte es un remanso  de tranquilidad y de esperanza. Encontrarán en el más allá, la paz ambicionada en sus días de lágrimas torturantes ( ahí está la metáfora del cielo) 
Jorge Hessen
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     Reencarnar no es fácil 


Para comprender la ley de la reencarnación, es inevitable aceptar la inmortalidad del alma, ya que en una sola existencia el Espíritu no puede adquirir la sabiduría y la perfección. Por eso, nos dicen los Espíritus de la Codificación en la respuesta a la p. 132 El Libro de los Espíritus, que: «Dios impone la encarnación con el objetivo de que lleguemos a la perfección. Para unos es una expiación, para otros una misión. Pero para alcanzar esa perfección, deben soportar todas las vicisitudes de la existencia corporal. (…) La encarnación tiene también otro objetivo que es, el de poner al Espíritu en condiciones de cumplir con su parte en la obra de la Creación, para cuya realización toma en cada mundo un cuerpo en armonía con la materia esencial de ese mundo, cumpliendo así, bajo este aspecto, las órdenes de Dios, de tal manera que concurriendo para la obra general, él mismo progrese también». 

La Doctrina Espírita esclarece en El Libro de los Espíritus, que hemos sido creados por Dios, simples e ignorantes, «ya que todo se eslabona en la Naturaleza desde el átomo primitivo hasta el arcángel, pues él mismo comenzó en un átomo». (Respuesta a la pregunta 540) Léon Denis, en su obra El problema del Ser y del destino, cap. XVIII, nos dice que: «La ley de los renacimientos rige la vida universal. Con un poco de atención, podremos leer en toda la Naturaleza, como en un libro abierto, el misterio de la muerte y de la resurrección». 

A través de la psicografía del médium Francisco Cândido Xavier, el Espíritu André Luiz, en sus obras que son complementarias a la Codificación, se esforzó en ser un reportero para los espíritus reencarnados de la Tierra, bajo orientación de Espíritus más elevados. Presentando detalles de la reencarnación de Segismundo en su libro Misioneros de la Luz, nos invita a comprender y respetar el inmenso esfuerzo de técnicos especializados en la reencarnación que trabajan desde el plano espiritual, que trabajan con amor y dedicación, facilitándonos el cumplimiento de nuestro programa de crecimiento espiritual. Un detalle precioso, conmovedor, de sentimientos muy elevados sobre la sublimidad del amor que prevalece en el Universo, lo destaca el autor espiritual cuando comenta que: «Los Espíritus Constructores en esos primeros días delicados, desarrollando un sistema de garantía en la organización celular; a veces, en la formación preliminar de los órganos más importantes, se concentran en una oración suplicando las bendiciones de Jesús, siempre que eso acontecía, procedían de lo Alto, luces que brillaban derramándose por todo el cuarto, incentivándoles la acción». 

El libro Nuestro Hogar, del mismo autor espiritual, en el capítulo 28 “En servicio”, nos habla del esfuerzo de Laura, la enfermera dedicada que trabajaba en las Cámaras de Rectificación con mucho amor y compromisos elevados. Esperando la oportunidad de reencarnar en la Tierra, solicitó orientación a la Ministra Veneranda, que le recomienda trabajar durante diez años en ese departamento, para corregir ciertos desequilibrios del sentimiento, realizando así un trabajo previo de una reforma interior, la misma que nos ofrece como orientación el Espíritu San Agustín en la respuesta a la p. 919 en El Libro de los Espíritus. El esfuerzo de Laura nos lleva a presentar de forma muy general y resumida los pasos que se establecen en el mundo espiritual (nuestra verdadera casa), de la siguiente manera: 

1. Trabajar por un tiempo en nuestros reajustes del sentimiento. 
2. Adquirir merecimiento para poder solicitar una reencarnación. 
3. Esperar las condiciones más apropiadas con quienes vamos a compartir la experiencia en la Tierra, para que sea provechosa para todos. 

Recurriendo a la expresión del Espíritu Manoel Philomeno de Miranda, en su libro Cuadros de la obsesión, capítulo 29, psicografiado por el médium Divaldo Pereira Franco, que dice lo siguiente: «El compromiso de la reencarnación no es un viaje al país de la futilidad, especialmente para los que están muy comprometidos con tareas interrumpidas y tienen, en el pasado, el camino cubierto de víctimas». 

La gran mayoría de quienes reencarnamos en este mundo de expiación y prueba, lo hacemos para corregir el comportamiento con nuestros semejantes, por el mal uso de la ley de libre albedrío. La espiritista brasileña Yvonne Amaral Pereira presenta la experiencia del Espíritu Camilo Castelo Branco, autor del libro Memorias de un suicida, cuando se preparó por un tiempo en una colonia espiritual correccional para suicidas, dirigida por María de Nazaret, participando de cursos preparatorios con asignaturas como: Moral, Filosofía, Ciencia, Psicología, Pedagogía, Cosmogonía y el idioma Esperanto. Como podemos ver, no existe la ociosidad en el mundo espiritual, y sí la evolución constante del Espíritu, que no cesa en su camino de aprendizaje. Camilo comprendió el verdadero objetivo de la reencarnación, observando a sus compañeros reencarnados en la Tierra, decididos a la reparación de sus comportamientos equivocados. Por eso, nos dice Manoel Philomeno de Miranda, en su libro Locura y Obsesión, cap. 6, que: «La reencarnación es la única llave segura para la ecuación de casi todos los problemas que afligen al ser humano, simbólica “escalera de Jacob” para concedernos los felices altiplanos de la vida».

Como reencarnar no es fácil, no podemos olvidar la situación apremiante que vivimos en la actualidad, comprometiendo las reencarnaciones de quienes desde el mundo espiritual se disponen a vivir la experiencia terrestre, siendo impedidos a hacerlo por el aborto, un tema muy discutido y no comprendido aún en profundidad. Sin embargo, en El Libro de los Espíritus, encontramos la inquietud del codificador Allan Kardec sobre este tema cuando presenta la pregunta 358: ¿Es un crimen el aborto provocado, cualquiera que se la época de la concepción? Los Espíritus respondieron: «Existe siempre crimen cuando violáis la ley de Dios. La madre o cualquier persona, cometerá siempre crimen, quitando la vida al niño antes de nacer, porque le está impidiendo al alma soportar las pruebas, cuyo instrumento había de ser el cuerpo». 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en el año 2012, la segunda edición traducida al español de la obra titulada: Aborto sin riesgos: guía técnica y de políticas para sistemas de salud, revelando los siguientes datos: Se estima que cada año se realizan 22 millones de abortos en el mundo en forma insegura, lo que produce la muerte de alrededor de 47.000 mujeres y discapacidades en otros 5 millones de mujeres. En España tenemos la siguiente situación: es un país cuya demografía es regresiva, tiene una de las natalidades más bajas del mundo y envejece a pasos agigantados. La mayoría de las mujeres que abortaron en España, entre 2002 y 2011, tenían entre 20 y 24 años, de acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Sanidad publicadas en su página web, que recaban datos desde el año 2002. Además, entre 1992 y 2011 se registraron 5.087 abortos en menores de 15 años y 204.112 en jóvenes de entre 15 y 19, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). 

El libro Francisco de Asís, psicografía del médium João Nunes Maia, por el Espíritu Miramez, invita a la reflexión de lo que podemos llegar a alcanzar con nuestro esfuerzo de autoiluminación. Siendo este espíritu la reencarnación del amado discípulo de Jesús, Juan Evangelista, su lectura nos anima a tener claro el objetivo de la reencarnación como misión, para esclarecer a quienes aún estamos necesitando del apoyo y el ejemplo de Espíritus ennoblecidos que trabajan junto a Jesús, caminando todos al encuentro del Dios de la vida. Nuestra querida espiritista española, Amalia Domingo Soler, dejó entre sus escritos, un bello ejemplo de sacrificio, reencarnando en su última existencia para rescatar deudas del pasado, como todos nosotros. En el libro La luz del Espíritu, capítulo 3, “Un enemigo menos”, que pueden descargar gratuitamente de la página de la Federación Espírita Española, vemos la valentía y la fe razonada que la Doctrina Espírita sembró en su ser, como el gran desafío que nos proporciona Dios, nuestro Padre, dándonos la oportunidad de la reencarnación, que no es fácil. 

Finalmente estimados amigos, el respetable espiritista Léon Denis nos invita en su libro Después de la muerte, a la siguiente reflexión: «Espíritu inmortal, espíritu encarnado o libre, si quieres ascender rápidamente la escala ardua y magnífica de los mundos y alcanzar las regiones etéreas, arroja fuera de ti todo cuanto entorpece tus pasos y estorba tu vuelo. Devuelve a la Tierra todo cuanto procede de la Tierra, y aspira a los tesoros eternos; trabaja, ora, consuela, sostén, ama, ¡oh! Ama hasta la inmolación, cumple el deber a cualquier precio, al precio del sacrificio y de la muerte. De esta manera sembrarás el germen de tu futura felicidad». 

Víctor Ruano 
Revista Espirita FEE 

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 HABLANDO DE ESPÍRITUS CON EL PROF. GUILLÉN


¿Cómo pueden sacar conclusiones de lo vivido en otras vidas físicas, si en esas vidas tenemos la misma conciencia que en esta, es decir, somos tan inconscientes de la existencia de vidas
pasadas como en esta ?.
* Porque muchos de ellos no sólo recuerdan los detalles de vidas pasadas, sino que, al mismo tiempo, recuerdan el motivo por el que tuvieron que pasar por ciertas vidas y pruebas. Es decir, también recuerdan lo que les sucedió en los periodos entre vidas físicas, en los cuales no estaban encarnados. Hay investigadores que se han dedicado a investigar
específicamente esos recuerdos de periodos entre encarnaciones, en los que las personas recuerdan el espacio entre una vida y otra y las decisiones que los llevaron a encarnar precisamente en determinado tiempo, con determinada familia y bajo determinadas circunstancias.

- ¿Y qué tipo de pruebas o circunstancias son esas que tenemos que pasar en cada vida y por qué?
* Muchas de esas pruebas consisten en experimentar en nosotros mismos aquello que hemos hecho a los demás, en enfrentarnos a las consecuencias de las situaciones que nosotros mismos hemos provocado, para que tomemos conciencia del sufrimiento o felicidad que estas acciones han tenido sobre los demás. Las pruebas son de lo más variopintas, pero en general son pruebas que tienen la intención de que nos vayamos desprendiendo del egoísmo y creciendo en amor.

- ¿Y es necesario morirse o vivir una experiencia cercana a la muerte para experimentar la conciencia de que tú eres tu espíritu y no tu cuerpo?
* No. De hecho todos vosotros tenéis la capacidad de separaros temporalmente de vuestro cuerpo, y así sucede de forma inconsciente en una etapa del sueño. Pero hay gente que es capaz de conseguir inducir esta separación de forma consciente a través de ciertas técnicas
de relajación. Los viajes astrales aportan pruebas de que la conciencia no está ligada al cuerpo.

Vicent Guillem.

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                    PODER OCULTO. 
     TALISMANES. HECHICEROS.

551 – ¿Puede un hombre malvado, con la ayuda de un Espíritu malo que le es devoto, hacer mal a su prójimo?
– No; Dios no lo permitiría.

552 – ¿Qué se debe pensar de la creencia según la cual ciertas personas tienen poder para echar las suertes?
– Ciertas personas tienen un poder magnético muy grande, del que pueden hacer mal uso, si su propio Espíritu es malo, en cuyo caso pueden estar secundadas por otros Espíritus malos. Pero no creáis en ese supuesto poder mágico que sólo existe en la imaginación de personas supersticiosas, ignorantes de las verdaderas leyes de la
Naturaleza. Los hechos que se mencionan son hechos naturales, mal observados y sobre todo, mal comprendidos.


553 – ¿Cuál podría ser el efecto de las fórmulas y prácticas mediante las cuales ciertas personas pretenden disponer de la voluntad de los Espíritus?
– El efecto de ponerlas en ridículo, si lo hacen de buena fe y en caso contrario son embaucadores que merecen castigo. Todas las fórmulas son engañosas; no hay ninguna palabra sacramental, ningún signo cabalístico, ningún talismán que tenga acción sobre los Espíritus, porque éstos sólo son atraídos por el pensamiento y no por
las cosas materiales.


– ¿A veces, ciertos Espíritus no han dictado por sí mismos, fórmulas cabalísticas?
– Sí; tenéis Espíritus que os indican signos, palabras extrañas,o que os prescriben ciertos actos con ayuda de los cuales hacéis lo que se llama conjuros. Pero estad muy seguros que se trata de Espíritus que se burlan de vosotros y abusan de vuestra credulidad.


554 – Aquel que, equivocado o no, tiene confianza en lo que llama la virtud del talismán, ¿no puede por esa misma confianza atraerse un Espíritu, siendo entonces el pensamiento quien actúa y el talismán tan sólo una señal que ayuda a dirigir el pensamiento?
– Es verdad, pero la naturaleza del Espíritu atraído depende de la intención y de la elevación de los sentimientos y es extraño que el que es bastante sencillo para creer en la virtud de un talismán, no tenga por objeto un fin más material que moral. En todo caso, eso acusa una pequeñez y una debilidad de ideas, que lo expone a los
Espíritus imperfectos y burlones.


555 – ¿Qué sentido debe darse a la calificación de hechicero?
– Los que llamáis hechiceros son personas, cuando proceden de buena fe, que están dotadas de ciertas facultades, tales como el poder magnético y la doble vista. Entonces, como hacen cosas que no comprendéis, las creéis dotadas de una fuerza sobrenatural. Vuestros sabios, ¿no han pasado con frecuencia por hechiceros a los ojos de las personas ignorantes?
El Espiritismo y el Magnetismo nos dan la clave de una multitud de fenómenos sobre los cuales ha forjado la ignorancia una infinidad de fábulas, donde los hechos han sido exagerados por la imaginación. El conocimiento
esclarecido de esas dos ciencias que, por decirlo así, no son más que una,mostrando la realidad de las cosas y su verdadera causa, es el mejor preservativo contra las ideas supersticiosas, porque demuestra lo posible y lo imposible, lo que está en las leyes naturales y lo que es una creencia ridícula.

556 – ¿Ciertas personas tienen verdaderamente el don de curar por el simple tacto?
– Hasta eso puede llegar la potencia magnética, cuando está secundada por la pureza de sentimientos y un deseo ardiente de hacer el bien, porque entonces los buenos Espíritus le ayudan. Pero es preciso prevenirse contra el modo como son contadas las cosas por personas demasiado crédulas y entusiastas, dispuestas siempre a ver maravillas en las cosas más naturales y sencillas. Y también es preciso desconfiar de los relatos interesados de las personas que explotan en provecho suyo la credulidad.
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.

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lunes, 16 de mayo de 2016

“Qué es y qué no es Espiritismo”


Qué es y qué no es Espiritismo


"Para opinar sobre una idea hay que estudiarla; estudiarla para comprenderla y comprenderla para juzgarla, y esto únicamente puede hacerse si acudimos a las fuentes originales".
Los postulados básicos del espiritismo son:

1) Existencia de Dios: La idea espiritista de Dios se distingue radicalmente de la concepción antropomórfica de las religiones, ya que no se lo concibe como un ser personal o mutable que premia o castiga, sino como la energía primaria y creadora del universo, arquetipo del Supremo Amor.

2) Preexistencia y supervivencia del espíritu: Existimos antes de nacer y continuamos viviendo después de la muerte. Todos los seres vivientes estamos dinamizados por un principio psíquico, asiento permanente de lo intelectual, indestructible e imperecedero que coexiste con el organismo corporal.

3) Reencarnación: El espíritu va utilizando diversos cuerpos a lo largo de su trayectoria  progresiva. Va alcanzando nuevos conocimientos y experiencias a través de innumerables vidas sucesivas. Así, el pasado y el presente están enlazados en una relación causal, cuya comprensión  es indispensable para el perfeccionamiento del Ser y para la construcción de su porvenir.

4) Mediumnidad: Es la facultad que poseemos los seres humanos (más agudizada en aquellos que llamamos médiums) para relacionar las humanidades visible e invisible, es decir, el mundo físico y el mundo espiritual. Por medio de la mediumnidad, se prueba experimentalmente la inmortalidad del alma. Se rectifican las falsas ideas del cielo, el infierno, penas o castigos eternos.
Recuperamos el contacto con seres queridos y recibimos valiosas informaciones e instrucciones por parte de variadas fuentes espirituales.
5) Pluralidad de mundos habitados: La vida no es un accidente, que excepcionalmente se produjo en La Tierra, sino que es una constante universal; No estamos solos en un universo infinito, eterno e ilimitado, sería un grosero antropocentrismo negar las posibilidades de vida en otros planetas, sistemas o galaxias, la cual, obviamente, habrá adquirido distintas formas de expresión o de relacionarse con su entorno, de acuerdo con sus propias circunstancias.

6) El Espiritismo es una ciencia experimental: Kardec definió el Espiritismo como "la ciencia que estudia el origen, la naturaleza y el destino del espíritu y sus relaciones con el mundo corporal"
El Espiritismo es científico porque se apoya en hechos demostrados y demostrables. Lo es porque su objeto de estudio es susceptible de ser analizado, registrado y controlado. Es científico porque aplica una metodología rigurosa y precisa y en sus conclusiones ha enunciado leyes de vigencia general.

7) El Espiritismo es una filosofía racionalista: Nos aclara nuestro origen y nuestro destino, proporcionándonos respuestas al por qué y para qué de nuestra existencia, sin apelar a expedientes sobrenaturales, ni a dogmas o fideísmos, haciendo por el contrario, de la razón la brújula para orientarnos.
Decía Amalia Domingo Soler "pon el dedo de tu razón, en la roca de tu conciencia y brotará el manantial de tu deber, que el cumplimiento de todos los deberes, es la suma de todas las felicidades"

8) El Espiritismo no es una religión: Recordemos con Kardec "El verdadero carácter del Espiritismo es el de una ciencia y no el de una religión". Toda religión se asienta en dogmas; admite lo sobrenatural; su vía de conocimiento es la fe; adopta ritos, cultos, liturgias, se organiza en iglesias, posee sacerdotes, jerarquías, etc.; mientras que el Espiritismo se respalda en la ciencia, excluye cualquier tesis sobrenaturalista, preconiza la razón como fuente del saber, no tiene ritos, altares, ceremonias, templos ni jerarquía.

9) El Espiritismo no guarda relación con ningún género de supersticiones: En el Espiritismo no hay prácticas de africanismos o ritualismos étnicos, religiosos, folclóricos o sincretismos, ni se hacen rezos, baños de plantas, consumo de aguardiente o tabaco, inhalaciones tóxicas, curaciones mágicas, maleficios o encantamientos.

10) El Espiritismo es una Ética Social: La filosofía y la ciencia Espírita encuentra su complemento en la Ética Espírita. No basta conocer los fundamentos de esta doctrina, es necesario que los relacionemos con nuestra vida para lograr la transformación moral que nos permita evolucionar.
Los conscientes espiritistas no podemos perdonarnos la más mínima negligencia en nuestros trabajos, ni estudios y sobre todo en la práctica de la caridad hacia otros hermanos, que también necesitan la luz que de Dios emana.
 El espírita no debe ser ajeno a ninguna actividad social, y por tanto, con arreglo a su vocación y profesionalidad debe estar preparado concientemente para cumplir como tal, dejando sentado su principio dinámico, su ética, su amor por la causa espírita, ejemplarizando como se consigue una sociedad culta, progresiva y feliz.
Porque el Espiritismo no se reduce a la fría experimentación de un laboratorio, ni se limita a razonar lo inductivo o deductivo. Lo científico y lo filosófico se proyectan en lo ético y en lo moral, mostrando así el prototipo de hombre nuevo, que el Espiritismo en capaz de formar.


AMALIA DOMINGO SOLER

El estudio razonado del Espiritismo, es de imprescindible necesidad para los que sufren, porque no hay ningún ideal religioso o filosófico que de contestación satisfactoria a la pregunta que le hacen los desgraciados.
Yo bien preguntaba a Jesús la causa de mi infortunio y uno de sus "intérpretes", un pastor evangélico me respondía:
- "No te impacientes, no te desesperes, no profundices cuestiones que nunca comprenderás: ama a Dios, cree en la divinidad de Jesús, resígnate con el peso de tus culpas y no murmures.
- Pero señor- decía yo con impaciencia- ¿qué culpas son esas, si a los ocho días de nacer me quedé ciega?, ¿qué culpa pagaba yo entonces, si no tenía tiempo de haber pecado?
- "Sería para mortificación o escarmiento de tu madre"
- ¿por qué habría de servirle yo de tormento sufriendo dolores que no merecía, puesto que aún yo era impecable?
- "Nadie hay impecable, puesto que tiene el pecado de origen, originario de sus primeros padres, de Adán y Eva, que no obedecieron los mandatos del Señor".
- y entonces, si todos son pecadores, ¿no se quedan ciegos todos, mancos, mudos, cojos o tullidos? Bien hay personas que no sufren el menor quebranto en su salud.
-"Tienen penas en otro sentido"
- Y el que, como yo, las ha tenido físicas y morales desde que nací, ¿porqué para unos la luz y para otros la sombra?
-" Hay misterios que el hombre no sabrá jamás, sigue con tu cruz las huellas de Jesús y un día entrarás con él en el reino de los cielos".
Este era todo el consuelo y la esperanza que me daba la religión de la Reforma, el Ateísmo me ofrecía el suicidio como único puerto de salvación, así es que, la religión me dejaba en brazos de la mendicidad, sin más porvenir que vivir de limosna, un asilo para la vejez y un hospital para morir y el ateísmo me ofrecía la muerte, la nada, el no ser; El Espiritismo, en cambio; me dijo:

HASTA EL ÚLTIMO SEGUNDO DE TU ACTUAL EXISTENCIA PODRÁS TRABAJAR EN BIEN DE LA HUMANIDAD Y EN EL PROGRESO DE TU ESPÍRITU; NO ERES MÁS DESGRACIADA QUE LOS OTROS POR TENER LA RAZA DE LOS DESHEREDADOS, TAL CASTA NO EXISTE MÁS QUE EN LA MENTE CALENTURIENTA DE LAS RELIGIONES DEICIDAS, QUE SIEMPRE LES HA CONVENIDO CREAR SIERVOS DEGRADADOS PARA MANTENERLOS EN LA IGNORANCIA Y EN LA HUMILLACIÓN.

El Espiritismo es luz y sombra, es vida y es muerte; es la razón natural iluminando todo cuanto existe. Para estudiar el espiritismo no se debe nunca abdicar del propio criterio, no se debe considerar a los espíritus como los creyentes de la religión Católica Apostólica Romana, que conceptúan a su confesor como si fuera la imagen de Dios en la Tierra, dejando que él piense por ellos. No, las comunicaciones deben leerse y examinarse detenidamente si son escritas y escucharlas con atención profunda, si son parlantes, y siempre que los espíritus aconsejen el fiel cumplimiento de todos los deberes, el afán por el trabajo y el deseo del bien universal, no deben aceptarse sus consejos si en ellos demuestran parcialidad y tienden hacia la desunión entre la familia o determinados amigos.
Si al espiritismo se le considera como una nueva religión, si se convierten los espíritus en otros tantos ídolos y los médiums en sacerdotes, es mejor, es preferible mil y mil veces, ignorar siempre la vida de ultratumba para evitar obsesiones y subyugaciones de fatalísimos resultados.
Así que nuestro mayor afán debe ser la difusión de un espiritismo claro, basado, como ya hemos dicho, en el estudio razonado, siguiendo las enseñanzas de Allan Kardec, de Amalia Domingo Soler, León Denís así como de otros muchos más serios autores que nos han dejado su herencia más valiosa, una fuente de conocimiento inmejorable e impecable por su transparencia absoluta, por ello, no debemos decepcionarlos y continuar con la proclamación de un Espiritismo tan racional como el que ellos han dejado en nuestras manos, porque el Espiritismo nos ha enseñado que lo más valioso que tenemos es la libertad de pensamiento, demasiado valiosa como para dejarla en manos de otros que piensen por nosotros como han pretendido todas las religiones, y asumir las respuestas dadas por otros en vez de comprobarlas por nosotros mismos.
Decía Kardec que más vale descartar nueve verdades que asumir una sola mentira.

  Oswaldo E. Porras Dorta

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           ¿Qué es la Obsesión espiritual?

    Podría definirse como la influencia perniciosa o la dominación maligna, según el grado de esa influencia negativa que puede llegar a ser hasta una dominación total de un ser sobre otro. Cuando es una influencia que alcanza  hasta una dominación total  de un Espíritu o Espíritus generalmente malos sobre otro más débil o que se deja finalmente influir, estos seres obcecados en el mal pueden ejercer su dominación sobre otros Espíritus o personas a las que influyen de un modo pertinaz y casi irresistible por diversos motivos.
Es un hecho evidente que son muchos los Espíritus que permanecen cerca de nosotros, atraídos por nuestros defectos o por nuestras virtudes, de modo que intervienen e influyen o pueden influir tanto positiva como negativamente  en nuestras vidas. Ellos parten con la ventaja sobre nosotros, de que nos son invisibles, y captan o ven nuestro pensamiento, mientras que nosotros, distraídos en la materia, no sabemos captar el suyo,  y desde su plano oculto a nuestros sentidos físicos pero generalmente cerca de nosotros, pueden interferir en nuestras Mentes; unas veces esta interferencia o influencia  es  para bien por medio de reforzar nuestra voluntad cuando está dirigida hacia lo positivo, o para mal debilitando nuestra voluntad si son Seres inferiores y atraídos por nuestros defectos, desean que nos inclinemos  hacia el mal.  Una vez logrado que nuestra voluntad esté debilitada  o anulada, quedamos  o podemos quedar en manos de esos Seres desencarnados que actúan como auténticos vampiros psíquicos o verdugos, dispuestos a obsesarnos o a  poseernos utilizando nuestra  propia energía psíquica.
En todos los casos de obsesión, del grado que sean,  el Espíritu  obsesor permanece más o menos cerca del aura psíquica del obsesado , sobre el que actúa por inspiración y telepatía, pero siempre fuera de su cuerpo físico, pues en el mismo solo habita  el Ser que está encarnado en él . Su forma de actuar es  mediante la influencia o envío  a la mente humana de la víctima, de ideas o “clichés” mentales que se repiten compulsivamente con más o menos frecuencia.
La obsesión espiritual actúa como una simbiosis entre el espíritu  o espíritus obsesores, generalmente desencarnados, que  ignorantes, envidiosos o perversos, ejercen una inducción inteligente  sobre el espíritu  encarnado de su anfitrión o víctima.
La Obsesión, sea cual sea su grado es uno de los grandes escollos y peligros que se presentan en  la mediumnidad.
La obsesión espiritual es una enfermedad social que domina el moderno pensamiento   disfrazado de idealismos voluptuosos que incendian mentes y anestesian sentimientos.
Viviendo en un permanente  intercambio, consciente o inconsciente, los espíritus encarnados y desencarnados, participan de las vivencias tanto en el cuerpo como fuera de él. Las enemistades  procedentes de otras existencias anteriores, buscan a sus enemigos encarnados tratando de  infringirles males y venganzas injustificables, asimilando ideas y pensamientos por la propia sintonía de las ondas mentales.
Asaltada por vibraciones negativas,la mente ociosa o indisciplinada de la víctima, viciada o rebelde, termina por registrar las  interferencias  mentales porque  es débil en su voluntad, y  a causa de sus propias vibraciones mentales, recibe  y asimila  la idea, permitiendo la normal acomodación de complejos y recalcitrantes pensamientos, o comportamientos pesimistas o exaltados, que son peculiares de cada caso. 
Una vez aceptada la inducción, el obsesado se liga con el obsesor en un desgraciado intercambio psíquico y los problemas del inconsciente se desbordan con las impresiones angustiosas que duermen almacenadas en él, confundiéndose en la conciencia con las informaciones actuales, al tiempo que  se encuentra experimentando un  desorden  mental por la influencia de los parásitos psíquicos externos que van minando a la víctima sin defensas.
Las preferencias emocionales e intelectuales  y las tendencias  del obsesado, así como los recuerdos perniciosos  sirven  de vehículo y acceso al pensamiento del espíritu invasor.
La obsesión muchas veces es el origen de enfermedades varias, inicialmente imaginarias, que recibe por vía telepática, pero que pueden transformarse en males orgánicos reales, de consecuencias inusitadas  según  el talante del agente perseguidor, que induce a la víctima que lo hospeda, hasta a situaciones lamentables.
El espíritu encarnado cuando es víctima de una obsesión, se pierde en un laberinto que lo atemoriza, enfrentado a un adversario que de forma  sistemática, lo maltrata aterrándolo con amenazas crueles en una parasitosis  firme  que impera en su desconcertada casa mental.
Finalmente el obsesor termina por dominar y dirigir  los centros del comando motor  del cerebro, y así domina físicamente a la víctima, que aparece inerte, subyugada  o cometiendo disparates  de todas clases.
Hay muchos casos de obsesión por toda la Tierra; muchos más de lo que imaginamos. Estamos en un mundo de intercambio mental vivo y palpitante en donde cada  Ser  sintoniza con sus semejantes, prevaleciendo  por eso el contenido de esas pesadas vibraciones negativas que perturban gravemente la resistencia psíquica y el equilibrio social y moral de las gentes que habitan nuestro mundo.
Estos estados mórbidos originados en existencias pasadas, abren largas brechas que facilitan y estimulan las parasitosis espirituales que degeneran en síndromes obsesivos, y no es nada  raro que se prolonguen y hasta se intensifiquen en  una Subyugación de curso impredecible.
El día que la medicina y la Psiquiatría descubran y acepten la realidad de la presencia e influencia de los Espíritus desencarnados sobre los seres humanos, el cambio que se realizará en la Ciencia y en la Humanidad, será notable, y desde luego entre las definiciones de enfermedades psíquicas o mentales, tendrán que hacer un hueco a esta lacra que bajo el título genérico de “locura”, ha venido sufriendo la Humanidad a través de los tiempos.

- Jose Luis Martín-

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“Las aberraciones, el odio, la mentira y la venganza, son siempre inspiradas por  mentes que   se     complacen en el mal”
                                        - Divaldo Pereira Franco

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     Volver bien por mal

. Habéis oído que fue dicho: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. – Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen, y rogad por los que os persiguen y calumnian: – para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: el cual hace nacer su sol sobre buenos y malos, y llueve sobre justos y pecadores. -Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? – Y si saludareis tan solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿no hacen esto mismo los gentiles? Porque os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los Escribas y Fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. (San Mateo, cap. V, v. de 43 a 47 y 20).

2. Y si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tendréis? porque los pecadores también aman a los que les aman a ellos. – Y si hiciereis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tendréis? porque los pecadores también hacen esto. -Y si prestareis a aquellos, de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tendréis? Porque también los pecadores prestan unos a otros para recibir otro tanto. -“Amad, pues, a vuestros enemigos: haced bien y dad prestado”; sin esperar por esto nada: y vuestro galardón será grande, y seréis hijos del Altisimo porque El es bueno aun por los ingratos y malos. – Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro padre es misericordioso. (San Lucas, cap. VI, v. 32 a 36).

3. Si el amor del prójimo es el principio de la caridad, amar a sus enemigos es su aplicación sublime, porque esta virtud es una de las más grandes victorias contra el egoísmo y el orgullo. Sin embargo, generalmente se equivocan sobre el sentido de la palabra “amor” en esta circunstancia; Jesús no entendió, por esas palabras, que se deba amar a su enemigo con el cariño que se tiene a un hermano o a un amigo; la ternura supone confianza, y no se puede tener confianza en aquél que se sabe que es capaz de hacernos mal, y no se pueden tener con él las expansiones de la amistad, porque se sabe que seria capaz de abusar de ellas; entre las personas que desconfían unas de otras, no pueden existir los arranques de simpatía que existen entre aquellos que son de una misma comunión de pensamientos; en fin, no puede tenerse el mismo placer encontrándose con un enemigo que con su amigo.

Este sentimiento es también el resultado de una ley física: la de la asimilación y de la repulsión de los fluidos: el pensamiento malévolo dirige una corriente fluidica cuya impresión es penosa; el pensamiento benévolo nos envuelve en una emanación agradable y de aquí resulta la diferencia de sensaciones que se experimentan al aproximarse un amigo o un enemigo. Amar a sus enemigos, no puede, pues, significar que no debe hacerse ninguna diferencia entre ellos y los amigos; este precepto parece difícil y aun imposible de practicar, porque se cree falsamente que prescribe que demos a ambos el mismo puesto en el corazón. Si la pobreza de las lenguas humanas obliga a servirse de la misma palabra para expresar diversos grados de sentimiento, la razón debe establecer la diferencia según los casos.

Amar a sus enemigos, no es tenerles un afecto que no está en la naturaleza, porque el contacto de un enemigo hacer latir el corazón de muy diferente modo que el de un amigo; es no tenerle ni odio, ni rencor, ni deseo (le venganza; es perdonarle “sin segunda intención y sin condición” el mal que nos hace, sin poner ningún obstáculo a la reconciliación; es desearles bien en vez de quererles ni al,alegrarse en vez de afligirse (leí bien que les acontece, tenderles una mano caritativa en caso (le necesidad, abstenerse “en palabras y en acciones” de todo lo que puede perjudicarles; es, en fin, volverles siempre bien por mal, “sin intención de humillarles”. Cualquiera que haga esto, llena las condiciones del mandamiento: “Amad a vuestros enemigos”.

4. Amar a sus enemigos es un despropósito para los incrédulos; aquel para quien la vida presente es el todo, sólo ve en su enemigo un ser pernicioso que turba su reposo y del que solo la muerte puede desembarazarle. De aquí viene el deseo de venganza. No tiene ningún interés en perdonar si no es para satisfacer su orgullo a los ojos del mundo; aun perdonar, en ciertos casos, le parece una debilidad indigna de él; si no se venga, no deja por eso de conservar rencor y un secreto deseo de perjudicarle.

Para el creyente, pero sobre todo para el espiritista, la manera de ver es muy diferente, porque dirige sus miradas al pasado y al porvenir, entre los que la vida presente sólo es un punto; sabe que por el mismo destino de la tierra, debe esperar encontrar en ella hombres malvados y perversos, que las maldades a que está expuesto forman parte de las pruebas que debe sufrir, y el punto de vista elevado en que se coloca hace que las vicisitudes le sean menos amargas, ya provengan de los hombres o de las cosas; “si no murmura de las pruebas, tampoco debe murmurar de los que son instrumentos de aquellas”; si en vez de quejarse da gracias a Dios porque le prueba, “debe también dad gracias a la mano que le proporciona ocasión de manifestar su paciencia y su resignación”.

Este pensamiento le dispone naturalmente al perdón; siente, además, que cuanto más generoso es, más se engrandece a sus propios ojos y se encuentra fuera del alcance de los tiros malévolos de su enemigo. El hombre que ocupa un puesto elevado en el mundo, no se considera ofendido por los insultos de aquél a quien mira como inferior, lo mismo sucede con el que se eleva en el mundo moral sobre la humanidad material; comprende que si odio y el rencor le envilecerían y le rebajarían ; luego, para ser superior a su adversario, es preciso que tenga el alma más grande, más noble y más generosa.

Allan Kardec
Extraído del libro “El evangelio según el espiritismo”

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         REENCARNACIÓN.

Por la reencarnación, cada uno vuelve a reemprender y proseguir la tarea del ayer, interrumpida por la muerte. De aquí la superioridad asombrosa de ciertas personalidades que aparecen en la historia de la humanidad, y cuya superioridad está fundamentada en la mayor capacitación adquirida, mediante el esfuerzo en sus múltiples vidas. CADA UNO APORTA AL NACER, LOS FRUTOS DE SU EVOLUCIÓN.
Como dice el filósofo francés, León Denis, en su obra «El Problema del Ser y del Destino«: «Desprendiéndose lentamente, la humanidad, de la oscuridad de las edades, emerge de las tinieblas de la ignorancia y de la barbarie, avanzando a paso mesurado en medio de los obstáculos y de las tempestades. Va trepando su áspera vía, y en cada recodo de su ruta, entrevé mejor las grandes cimas, las cumbres luminosas en donde reinan la sabiduría, la espiritualidad y el amor».
La mente del hombre es una manifestación del grado de evolución de su espíritu, mediante la cual, éste trae a su actual existencia, conocimientos que ya posee, por haberlos adquirido en existencias anteriores y en su vida espiritual. Porque, también en el espacio se aprende y mucho, cuando el Espíritu llega a sentir ya el ansia de progreso.
Aun cuando las personas no son conscientes de los conocimientos adquiridos a lo largo de las experiencias humanas y espirituales, éstas permanecen siempre en el subconsciente y gravitan en la formación de la mentalidad del hombre. De aquí, todos esos casos de personas extraordinariamente dotadas para determinadas ciencias o artes.
Si observamos en los diversos individuos que componen el conglomerado humano, aun dentro de nuestro propio ambiente circundante: el semblante, la configuración somática, aspecto, ademanes, expresiones, conducta, etc., de cada uno; podremos apreciar fácilmente, a simple vista,la notoria diferencia intelectual y moral existente entre unos y otros. Mientras en unos apreciamos una mente despierta y un temperamento dinámico, en otros vemos al individuo tosco, bruto o abúlico. ¿Podremos culpar a la Divinidad Creadora por estas diferencias? ¿Podremos admitir a la Sabiduría Cósmica —perfección absoluta— como creadora de imperfecciones o distribuyendo Sus dones a unos y privando a otros? No; porque éstos son diversos estados evolutivos del Ego. Esos últimos están más atrás en la escala evolutiva, son espíritus más nuevos; mientras que los primeros son espíritus más viejos, han vivido más vidas y, por ende, desarrollado su inteligencia y dinamismo en la lucha, a través de las edades.
Dicen que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Entonces, ¿cuál de ésos es semejante a Dios?
Morfológicamente, ninguno; intelectualmente, dinámica y moralmente (valga el término), tampoco.
DIOS, el Ser Supremo del Universo todo, Justicia y Sabiduría máxima del Cosmos, no tiene forma (comprensible a nuestra mente limitada). Amor sublime que trasciende a toda la creación a modo de vibraciones o fuerzas poderosísimas denominadas leyes; nos ha creado a todos iguales.

El comienzo a la vida, ha sido igual para todos los seres de la creación, incluyendo el ser humano. Los diferentes aspectos y condiciones intelectuales, dinámicas y morales, son diversos grados en el proceso evolutivo. Las diferentes formas de vida que podemos apreciar, y aún las no perceptibles a nuestra vista, son diversas fases de manifestación de las «chispas divinas», en las diversas etapas de su evolución sin límites.
La semejanza está en la esencia que, cual semilla emanada del Árbol de la Vida, del TODO CÓSMICO, contiene en estado latente, potencialmente, todas las facultades y poderes que le asemejarán a EL, una vez que las haya desarrollado.
Porque el Espíritu, en su génesis, es una simiente destinada a germinar y luego florecer. Más, el tiempo entre estos dos aspectos, la trayectoria evolutiva a recorrer, es inmensa en el tiempo sin tiempo; trayectoria en la cual va adquiriendo diversos aspectos y formas, hasta completar su evolución que le asemejará a su Creador.
Así es el ser espiritual: simple, ínfimo en su comienzo, en su «nacimiento», va desarrollándose en el devenir del tiempo, hasta alcanzar las inconmensurables alturas del pensamiento, de la perfección y del amor.

Sebastián de Arauco.

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