¡¡ BUENOS DIAS ¡¡

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¡Buen día!

Al iniciarse un nuevo periodo de tiempo, en el que el Creador le permite despertar para hacer el bien, es importante sobre la bendición de este día, la construcción de la alegría y de la paz tan ansiadas.

No le importe si el día amaneció nublado o lluvioso, soleado o borrascoso; no se preocupe si el clima está frió o si el calor promete castigar.

Yérgase y ore, agradeciendo a Dios el hecho de haber abierto los ojos en el cuerpo físico, para un nuevo día… Es una oportunidad para realizaciones positivas, de progreso para usted.

No se impaciente por darse cuenta de que, en el día de hoy, usted tiene poco o ningún dinero para sus necesidades comunes.

Piense que está sano, y que el trabajo, por más simple, es la feliz oportunidad que la persona recibe de Dios para modificar la vida.

Sea cultivando el suelo o recogiendo basura, preservando la higiene; sea lavando una ropa o conduciendo fardos, cualquiera que sea el servicio, agradezca al Señor, siguiendo adelante.

Procure no amargarse si despertó febril, debilitado, enfermo. Usted mantiene la lucidez, puede pensar, puede actuar. Busque el socorro de alguien, si no puede cuidarse solo.

No desprecie la oración con la que usted pedirá auxilio divino ante su desequilibrio orgánico. El auxilio vendrá. Espere, actuando.

Sea como sea, usted tiene hoy en las manos los más valiosos recursos para ser feliz, dentro del cuadro de sus probaciones y merecimientos.

No se entregue a la rebeldía, al rencor, a la amargura, al desaliento. Su día debe ser un día lindo; su tiempo debe ser bendecido.

Mientras es hoy, sea amigo de alguien, leal y útil.

Mientras es hoy, libérese de vicios que lo aprisionan, fiel al bien, decidido.

Mientras es hoy, crezca un poco más, vinculado a Jesús, a fin de que consiga vivir un buen día, en cada día que pase por usted.

Viviendo bien su día, usted se estará preparando para el hermoso día sin nubes, sin tormentas, sin noche, con la que el Creador a todos nos ofrece, después de superados los tiempos terrestres, educándonos y valorizando las horas, con disposición y coraje, con grandeza del alma.





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Mientras pueda escuchar o percibir la palabra hoy. Con la audición o con la reflexión, en el campo fisiológico, válgase del tiempo para registrar las sugestiones divinas y concretizarlas en su marcha.

Redacción del Momento espirita