Buenos días

Queridos amigos, hola buenos días, seguramente despertamos con el pesar de alguna acción en la que no obramos muy acertadamente, la conciencia es un espejo que muestra nuestra como nos sentimos, a veces ese espejo es verdad que esta empañado, que la suciedad hace que se refleje muy deterioradamente nuestra imagen interior. Es por eso que deberemos meditar muy despacio sobre todos nuestros actos, para poco a poco ir extrayendo al exterior toda la suciedad que lo empaña y para ello solo la reflexión, la meditación, el ponernos en el lugar de los otros es lo que nos permitirá reconocer la suciedad que la envuelve.

Limpiemos nuestra conciencia, descubramos realmente el ser que somos, no todos se conocen, entonces si no nos conocemos, no sabemos el alcance de nuestras reacciones, de nuestro sentir.

Descubramos el velo que mantiene oculto nuestra verdadera personalidad, y no nos importe la suciedad, saquemos fuera todo lo que empaña el cristal y pongámonos manos a la acción.

Dice usted que la palabra del compañero es agresiva demás; no en tanto, si usted pensará en las frases contundentes que le salen de la boca, ni levemente pensaría sobre el asunto.

Dice usted que el amigo práctico un error grave; con todo, si usted pensara en los delitos mayores que dejo de cometer, simplemente por huir de la oportunidad, no encontraría motivo de acusación.

Dice usted haber sufrido pesada ofensa; entretanto, si usted pensara en cuantas veces ha herido a los otros, olvidaría, incontinente, las faltas ajenas.

Dice usted que no soporta más los trabajos con los que los familiares le tributan las horas, más, si usted pensara en los improperios que su existencia ha exigido de todos ellos, no tendría el gusto de reclamar.

Dice usted que sus sacrificios son muy grandes a favor del prójimo; no en tanto, si usted pensara en las vidas que mueren diariamente, para que usted tenga la mesa llena, de cierto que no hablaría más de eso.

Dice usted que sus necesidades son invencibles; con todo, si usted pensara en las privaciones de aquellos que serian infinitamente felices con las sobras de su casa, no tropezaría en la queja.

Dice usted que no puede ayudar en la beneficencia, en razón de vieja jaqueca; con todo, si usted pensara en aquellos que yacen en el lecho de los hospitales, implorando un momento de alivio, no eludiría su concurso.

Dice usted que no dispone de tiempo para el cultivo de la caridad, más, si usted pensara en los mil cuatrocientos cuarenta minutos que usted posee, cada día, para vivir en la Tierra, no se escondería en semejante disculpa.

En todo asunto de falta y perdón, no nos demoremos mirando a los otros.

Pensemos en nosotros mismos y prefiramos hacer silencio, extinguiendo el mal.

Amigos os deseo un lindo día, que el amor y la paz reine a vuestro alrededor y que los menos favorecidos encuentren el consuelo y el alivio obteniendo de Jesús su asistencia de un modo especial para ellos.

 Os lo deseo como siempre con mucho amor y cariño de vuestra hermana Merchita.

pelo Espírito André Luiz - Médium: Francisco Cândido Xavier - do Livro: "O Espírito da Verdade".