Entradas populares

domingo, 17 de abril de 2011

!Sí a la vida¡; !No al aborto¡


    Todos estamos destinados a  alcanzar la sublime Luz. La vida es el más precioso tesoro que se conoce. No siendo el hombre su autor, no le compete, interrumpirla a su gusto.
     El primer derecho natural del hombre, es el de “Vivir”. Por eso nadie tiene el de atentar contra la vida de su semejante, ni el de hacer nada que pueda comprometer su existencia corporal.
     Cara al desenvolvimiento de la Ciencia, se comprueba fácilmente el inicio de la vida humana desde el momento de la concepción en el vientre materno, y no solamente cuando ocurre el nacimiento como muchos afirman.
     Constituye un grave compromiso con las leyes divinas la provocación del aborto en cualquier fase de la gestación, ya que tal iniciativa impide que el Espíritu, ya ligado al embrión, renazca en el cuerpo físico que le servirá como instrumento de progreso.
     El Movimiento Espirita es contrario a los proyectos de revisión de la legislación que visan la legalización del aborto en todos los países.
     Estudiado el proceso reencarnatorios en los moldes de la normalidad y viabilidad, se observa, que muchas de las reencarnaciones esperadas no se concretizan, a pesar de toda la planificación ejecutada tanto a nivel espiritual, como por los padres, que desean la oportunidad de recibir un hijo en el hogar.
     De todos los institutos sociales existentes en la Tierra, la familia es el más importante, desde el punto de vista que es en la familia donde existen los alicientes morales que rigen la vida.
     Es por la unión sexual entre el hombre y la mujer que la Humanidad se perpetúa en el Planeta; en virtud de eso, entre los padres e hijos residen los mecanismos de la sobrevivencia humana, en cuanto a la forma física, en la faz del orbe.
     El hombre atendiendo a los impositivos del progreso, se alterna en la arena del mundo, albergando la posición de padre, o desempeñando la posición de hijo, aprendiendo gradualmente, en la cuerpo carnal, las lecciones profundas del amor, amor ese que lo erguirá, un día, en definitiva, de la Tierra a los Cielos.
     La expresión calamitosa del aborto criminal, es debida exclusivamente por la huida al deber.
    Habitualmente,  siempre, es el hombre, el que planifica la formación de la familia, antes del renacimiento terrestre, con el amparo y supervisión de los benefactores espirituales, a la manera de la casa que levantamos en el mundo, con el apoyo de arquitectos y distintos técnicos.
     Comúnmente antiguos compañeros de infelices aventuras, les programan la vuelta a nuestro lado, para mejorar su esperanza de elevación y rescate, pulimiento y mejoría.
     Crean proyectos, alientan sugestiones , articulan providencias y extreman votos respetables, englobando con ello saludables compromisos , que, si son observados, redundaran en benditas sustanciales para todo el grupo de corazones que se vinculan para la existencia. Sin embargo, cuando están instalados en la Tierra, anestesian la conciencia, expulsándolos de su compañía, con el pretexto de resguardar en propio confort.
    El hombre posee un alto potencial energético gracias al cual es capaz de mover objetos próximos o a distancias, gracias a la fuerza de su pensamiento, actúa también sobre las energías sutiles que unen a las moléculas del embrión a la textura energética del psiquismo fetal.
    Las acciones mentales de la gestante tienen profunda repercusión sobre las obligaciones energéticas del espíritu reencarnante con su embrión.
     Hay madres que odian el hecho de estar embarazadas. Sea por las circunstancias dolorosas que motivaran el embarazo, sea por la dificultad de relacionarse con el esposo o aun por la situación de penuria socio-económica e imaginando la gravedad de la situación considerando el estado en que se encuentran, sea cual fuera el motivo, desde los más complejos hasta la más simple vanidad, el hecho es que la situación existe con relativa frecuencia.
     Existe un crimen más doloroso, que los que se observa cometer al hombre, este crimen al que nos referimos por la voluptuosidad y crueldad con que es practicado, se realiza en el silencio del santuario domestico o en el regazo de la Naturaleza…
     Crimen aterrador, porque la víctima no tiene voz para suplicar piedad y ni brazos robustos con los cuales se defienda con movimientos de reacción.
    Este crimen es el aborto delictuoso, en el que padres conscientes determinan la muerte de los propios hijos, asfixiándoles la existencia, antes que puedan sonreír a la bendición de la luz.
    Hombres de la Tierra, y sobre todo vosotras las madres, corazones sensibles que están llamados a la exaltación del amor y de la vida, absteneos de semejante acción ya que os ocasionará el desequilibrio del alma, y oscurecerá vuestro camino.
    ¡Huid del satánico propósito de sofocar los frutos del propio seno, porque los ángeles tiernos que rechazáis son mensajeros de la Providencia, asomándose al hogar en vuestro propio socorro, y, si no hay legislación humana que os señale la torpeza del infanticidio, en los recintos familiares o en la sombra de la noche, los ojos divinos de Nuestro Padre os contemplan desde el Cielo, llamándoos, en silencio, para las pruebas de reajuste, a fin de que se os expurgue en la conciencia la falta indiscutible que perpetráis.
     El aborto es un doloroso crimen. Arrancar una criatura del vientre materno es infanticidio confesado. La mujer que promueve o comete semejante delito es constreñida, por leyes irrevocables, a sufrir alteraciones deprimentes en el centro genésico de su alma, predisponiéndose generalmente a dolorosas enfermedades, que pueden ser en la matriz, vaginismo, metralgia, o infarto uterino, tumoraciones cancerosas, flagelos esos con los cuales, muchas veces, desencarna, demandando al más Allá para responder, , ante la Justicia Divina, por el crimen practicado. Es, entonces, cuando se reconoce rediviva, más enferma e infeliz porque, la incesante recapitulación mental del acto abominable, a través del remordimiento, la retendrá por tiempo muy largo en la degeneración de las fuerzas genitales.
   La visión religiosa distorsionada de las leyes universales, lleva a muchas criaturas a destruirse psíquicamente. Uno de los flagelos de la humanidad, y una herencia judaico-cristiana de la civilización occidental, es la culpa. Aún hoy, hay residuos del espíritu de la autoflagelación por la culpa en la mayoría de las religiones.
     Las mujeres presas en las mallas del remordimiento y curtiendo el sofocante sentimiento de culpa, al chocar con comentarios acusatorios agravan sus sufrimientos. Son verdaderas cuchilladas en heridas que cuestan cicatrizar.
     Sin olvidarnos que abortos provocados en el ayer determinan abortos espontáneos hoy.
     El velo del olvido del pasado es el que posibilitará la reaproximación de ambos bajo el mismo techo.
  La sensación de vacío interior, mezclada con un sentimiento de culpa consciente e inconsciente frecuentemente determina una acentuada baja de vibración en la spicoesfera femenina.
  Paralelamente, la acción del magnetismo mental de los espíritus expulsados pasará gradualmente a exacerbar la situación depresiva materna.
    Pese al esfuerzo de protección ejercido por los mentores amigos, en muchas circunstancias se establece el vinvulo simbiótico, sumergiéndose la madre en los tristes rincones de la psicopatología.
Es decir estas madres con los ovarios deformados, podrán en futuras existencias, aprovecharlo solo para el concurso de experimentos de segunda y tercera clase… La mujer que corrompió voluntariamente su centro genésico recibirá en el futuro a almas que viciaran la forma que le es peculiar, y será madre de criminales y suicidas, en el campo de la reencarnación, regenerando las energías sutiles del periespíritu, a través del sacrificio nobilísimo con que se entregara a los hijos torturados e infelices de su carne, aprendiendo a orar, a servir con nobleza y a mentalizar la maternidad pura y sana, que acabará reconquistando al precio de sufrimientos y justos trabajos…
     Al desencarnar, de vuelta al plano espiritual, la madre presentará en diversos niveles, conforme su grado de responsabilidad, distonía energéticas que se harán representar por masas fluídicas oscuras que compondrán la estructura de su cuerpo espiritual (periespíritu) A pesar de ser atendidas con los recursos y técnicas terapéuticas existentes en el mundo astral, la llaga energética en muchos casos se mantiene, en función de gravedad y agravantes existenetes.
    Las lesiones en la textura intima del psicosoma a que nos referimos, muchas veces solo pueden ser eliminadas mediante una próxima reencarnación de características expiatorias
     La expiación, lejos de tener una connotación castigadora, pues este criterio no existe en la planificación superior, es un método de eliminación de las desarmonías más profundas para la periferia del nuevo cuerpo físico.
    La expiación siempre tiene función regeneradora y constructiva y busca restaurar el equilibrio energético perdido por posturas desequilibradas del pasado.
    Es importante resaltar, que no hay actos perversos que hayan sido planeados por la espiritualidad superior. Sería una miopía intelectual sin límite, la idea de que alguien debe reencarnar a fin de ser violado. La concepción del Dios castigador y vengativo, ya no cabe más en el diccionario de los religiosos esclarecidos sobre la vida espiritual. Dios es una fuente inagotable de amor. Es la Ley mayor que a todo preside, Ley coordinadora de las leyes naturales.
     Cada uno de nosotros al reencarnar trajo todo su pasado impreso indeleblemente en sí mismo. Espíritus que somos y por los numerosos viajes que hacemos, representados por las múltiples vidas, poseemos en nuestro pasaporte numerosos matasellos de las posadas donde estuvimos en el pasado. Hoy la suma de estas experiencias se traduce en manantial energético que irradia constantemente de nuestro interior para la superficie.
    En el aborto no hay nada que lo justifique.
    Infanticidio execrable, el aborto delictivo es un cobarde proceso del que se utilizan los espíritus débiles para desligarse de la responsabilidad, incidiendo en grave delito del que no se podrán exonerar con facilidad.
La vida es patrimonio divino que no puede ser ligeramente malbaratado.
     Desde el momento en que los hombres se permiten la comunión carnal es justo que se sometan al tributo de la responsabilidad del acto libremente aceptado.
     El espíritu que es impedido de nacer volverá a la tentativa de recomenzar en la Tierra.
   Tal vez en circunstancias más grave para el abortista se dé el reencuentro con aquel de quien gustaría liberarse.
   Vinculados por compromisos de impostergable regularización, se imantan recíprocamente, dando inicio, cuando el amor no los favorece, a largos procesos de alineaciones crueles y enfermedades diversas de etiología muy compleja.
     Atiende a la vida bajo cualquier modalidad con que se te manifieste.
   En lo que respecta a la puerta libertadora de la reencarnación, elévate, mediante la concesión de la oportunidad de los Espíritus que te buscan, confiando en Dios, el Autor de la Creación, manteniendo la certeza de que si las aves del cielo y las flores del campo reciben cariñoso cuidado, más valen los hombres, no estando, por tanto, a merced del abandono o de la ausencia de los socorros divinos.
    Todo hijo es empréstito sagrado que debe ser valorizado y mejorado por el cincel del amor de los padres, para oportuna devolución al Genitor Celeste.
   No transfieras tu elevación espiritual a través de la criminal acción del aborto, aunque las dificultades y aflicciones sean el pavimento por donde marchan tus pies.
    Toda ascensión impone el encargo del sacrificio.
    La cima de la escalada, sin embargo, responde con paz y belleza a los obstáculos de la jornada. Llegarás a la honra de la paz, después de la conciencia liberada de los débitos y de las culpas.
    Matar ¡Nunca!

Trabajo realizado por Merchita
Extraído de diversos libros espíritas
Después de la Tempestad” de Divaldo Franco
Gestación sublime intercambio” de Ricardo Bernardi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario