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sábado, 3 de diciembre de 2011

Cuando orar es la mejor solución



      Un día de  esos estábamos en la calzada a la espera de que el semáforo se abriese, a fin de que pudiésemos atravesar  la calle. Entre tantos coches que pasaban, uno nos llamó la atención. Era una lustrosa y elegante limusina de color plata.

      El enorme vehículo despertaba la curiosidad  de todos. Particularmente de un hombre que se encontraba cerca. Ese, al ver circular por la larga avenida a aquel coche tan lujoso, comenzó a decir palabrotas a sus ocupantes.

      Eran algunos políticos del Estado conduciendo a un visitante importante. Entre las palabrotas, el hombre también les dirigió algunos insultos, que ciertamente  hablaban muy mal de la honra  y de la dignidad de ellos.

      Enseguida, después que el semáforo se abrió,  atravesamos la calle y fuimos pensando por el camino. ¿Cuántas veces, de la misma forma  que aquel pobre hombre, dirigimos a los gobernantes palabras negativas?

     ¿Cuántas veces escuchando un discurso por la radio o por la TV, les enviamos, con el pensamiento o en palabras, mensajes negativos de rabia, casi de odio?

     Y, no obstante, son ellos los que gobiernan y deciden sobre lo que mejor es para el pueblo.

    Por una simple cuestión de lógica, todos nosotros deberíamos vibrar  y vibrar muy bien para los que gobiernan, los que hacen y ejecutan las leyes para que fuesen personas equilibradas, de buen sentido.

    Al final, cuanto mejor sean las ideas  que ellos tuviesen, mejor seria para el pueblo, que se beneficiaria  con sus leyes  más justas  y sus decisiones  más sabias.

    Naturalmente que nuestro deber de ciudadano es acompañar  siempre lo que acontece  a nivel  mundial, estatal y regional.

      Debemos estar atentos, en especial a aquellos dirigentes que elegimos por el voto. Nuestro Concejal, nuestro diputado, el Senador, el Gobernante, el Presidente , nos deben merecer el cargo. Porque si los elegimos, lo hicimos en función de una propuesta política que ellos presentaron.

     Por tanto, vamos  a cooperar a través de cartas, oficios, y, emails. Hagámonos presentes tanto como sea posible y de forma positiva en los momentos de las graves decisiones en  el Congreso, los Gobiernos autonómicos, la Cámara de Concejales o el Senado.

      Pero, para todo eso, oremos y oremos mucho por esos hombres y mujeres que tienen la misión de dirigir a otros hombres, de gobernar el Municipio, el Estado, la Nación.

      Pidamos a nuestro Maestro Jesús que los bendiga. Que ellos puedan oir la voz de los mensajeros  del bien, inspirándoles para que utilicen la justicia y la sabiduría, durante sus mandatos.

     De esta forma, estaremos ayudándoles a mejorarse. Si ellos se tornan mejores, mejores también serán las leyes que crean, los proyectos de leyes y las decisiones en general.

       Y todos ganaremos con eso.

    Todo pensamiento que emitimos o toda palabra que pronunciamos produce una vibración. Si los pensamientos y las palabras  son buenas, buenas serán las vibraciones  emitidas en ellos y harán bien para quien sean dirigidos. Si fuesen malas, harán mal  en primer lugar a quien las piensa y dice, y después afectarán negativamente a aquellos a quienes son dirigidas.

     Si amamos la Tierra bendecida que nos abriga en esta reencarnación, aprendamos a pensar bien, a actuar bien, y a orar con espíritu de fe y de buena voluntad.
Redacción de Momento Espirita




( Ver   el  blog  inquietudesespiritas.blogspot.com )

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