“ Y él les dijo: Lanzad la red hacia la banda derecha del barco y hallareis” (Juan 21-65)
La vida , para ser aprovechada y feliz, debería constituir la rigurosa observancia de los intereses de Dios. Ante este pensamiento, yo me pregunto: ¿ Cuales son esos intereses?. Creo que la única respuesta posible es la de retomar el Amor que El precisamente ha invertido en toda Su Creación y en sus criaturas, especialmente en el ser humano, que es espíritu llamado a ser algún día Divino, como la Fuente de origen de donde procede, a través de los caminos de la evolución por medio de las múltiples reencarnaciones en los mundos físicos.
Sin embargo con frecuencia tendemos a vivir de espaldas a este sagrado designio de saber vivir según la Voluntad Divina, practicando la ley del Amor que Jesús, así como también otros profetas y Enviados nos enseñaron y ejemplificaron.
Cuando nuestra vida transcurre de espaldas a Dios se origina un desequilibrio que causa infelicidad por el cúmulo de errores y deudas que antes o después se tendrán que saldar y equilibrar dentro del marco de la ley de Justicia y su mecanismo de acción con la ley de Consecuencias ( ley kármica).
Al no encontrar el verdadero camino interior que aporte equilibrio y felicidad, muchos se desesperan acusando a Dios de su desdicha, sin reconocer que los estados de sufrimiento son generados por nuestra imprevisión y nuestros propios errores.
Jesús nos indicó a donde dirigir las redes de nuestras vidas para obtener fruto. Somos pescadores de bienes espirituales y morales, a través de los agitados mares que son las vidas sucesivas en este mundo en donde luchamos cada día y como en el relato evangélico, cuando vemos peligro de zozobra o fracaso, pedimos al Padre que nos salve de estas tempestades que son los complejos tramas del destino de cada uno, y que nos amenazan con enredarnos como pesadas redes en medio de un mundo en el que tememos fracasar y en el que anhelamos llegar a la orilla segura de la propia evolución a través de nuevas y mejores existencias en los mundos de regeneración.
-José Luis Martín -
" Para servir a Dios, nadie necesita salir de su propio lugar o reivindicar condiciones diferentes de aquellas que posee".
- Chico Xavier -
"El día de hoy, aborda a un ser querido con quien hayas discutido y discúlpate si no tuviste la razón. Y si ellos no tuvieron la razón, también discúlpate.
Darle golpes a tu orgullo es una mayor señal de fortaleza que darte golpes de pecho"
Maria Teresa Gonzalez de Coimbra
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