Todas las veces que reparamos en alguien que nos llama la atención por sus virtudes, capacidades o inteligencia, es inevitable cuestionar de donde vienen tales capacidades.
Hay quien se imagina que apenas son dones, presentes de Dios para algunos que nacen ungidos, bendecidos de esa manera especial.
Si el corazón es generoso, alegan que esa virtud es un regalo de los cielos.
Si la competencia es intelectual afirman que es un regalo de la Divinidad.
Se olvidan tales personas de que esa situación no es coherente con la bondad y la justicia de Dios, que estaría prefiriendo a unos y pretendiendo a otros.
Hay quien busca explicaciones en la ciencia. Imaginan que las capacidades morales o intelectuales son fruto de la genética, de una combinación favorable del DNA. Un fruto de la casualidad.
Juzgan que la vida es obra de factores aleatorios, como un juego matemático, donde la probabilidad fuese la conductora de valiosos factores.
Sin embargo, todos nuestros dones, virtudes y capacidades son fruto del esfuerzo de cada uno de nosotros.
Al caminar por los senderos de la vida, en las más variadas expresiones físicas, naciendo ahora aquí, ahora allá, con las enseñanzas de las diversas oportunidades y desafíos, vamos cogiendo nuestras experiencias.
De esa forma, talentos, virtudes, inteligencia, no son obra de la casualidad de la genética, ni tampoco un presente Divino. Cada uno de nosotros cultivó aquello que palpita en nuestra intimidad.
Así, cada una de las capacidades que hoy surgen en nuestra mente y en nuestro corazón son la resultante de esfuerzos personales realizados en algún momento.
Vamos, a lo largo de la jornada de Espíritus inmortales, que somos todos nosotros, cultivando los valores de Dios, que yacen latentes en nuestra intimidad.
Y en ese caminar, la perseverancia y el esfuerzo personal es lo que nos va permitiendo coleccionar tesoros para el alma.
Como un cultivador de perlar, vamos montando nuestro collar, fijando las virtudes que desarrollamos.
Por eso nuestras virtudes serán, unas más brillantes, otras con un color diferente, algunas con una geometría particular. Cada una, con su brillo propio.
Como perlas en un armonioso collar, van siendo aumentadas poco a poco, adornando nuestra alma con su brillo.
De esa forma, podremos tener todas las virtudes y valores que queremos, todas las capacidades y competencias que deseamos.
Basta el esfuerzo individual en beneficio del corazón y de la mente.
* * *
Para cumplir esas verdades, prosigamos dejando las pasiones y deseos que no nos enriquecen.
Abramos espacio en nuestra intimidad para que nos adornemos de las más bellas perlas que la Divinidad nos da oportunidad de adquirir.
Redacción de Momento Espírita.
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" Nadie se nos cruza en el camino por casualidad y nosotros no entramos en la vida de alguien sin alguna razón "
- Chico Xavier"
NOTA IMPORTANTE: Los lunes,miércoles y jueves a las 22,30 horas, pueden participar en el chat de la Federación Espírita Española. Los viernes a las 23,00 horas asistir a una interesante conferencia en la misma sala, y los domingos a las 21,00 horas a la clase del "Grupo espírita Sin Fronteras".
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