La Vida, la Naturaleza, la familia, el semejante, el trabajo, el jefe, la prueba, la expiación, el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, la salud, el amigo, el enemigo, la alegría, la tristeza, la situación financiera son algunos ejemplos de los motivos de agradecimiento de nuestra parte.
Cualquier cosa puede ser razón para agradecer o reclamar, todo dependiendo del punto de vista.
Acostumbramos a reclamar por todo.
Cuando llueve, protestamos por el mal tiempo; cuando hace sol, reclamamos porque hace calor; cuando es de noche, nos gustaría que fuese de día; cuando es de día, nos incomodamos por el deseo de que la noche esté lejos; si el tiempo pasa deprisa, protestamos sugiriendo la ampliación del día por 36 horas; si el tiempo es vaga, lamentamos por la lerdeza del dios Cronos. Todo, sin excepción, parece ser un motivo para reclamar. Podríamos continuar escribiendo una página o un libro entero poniendo motivos de reclamaciones o ejemplos prácticos de su ocurrencia.
¿Vamos a hacer lo contrario? Agradezcamos por todo. Hasta por el dolor que nos domina profundamente. “Bendice el dolor, el es la gran sinfonía que despierta a los corazones humanos para la Vida Eterna”, ya lo decía mi padre y continua diciendo hasta hoy a sus 80 años, como información cogida de fuente oral.
Según Emmanuel, Guía Espiritual de Chico Xavier,” El dolor es una constante invitación a la vida, a fin de que aceptemos una entrevista con Dios”. (1)
Cuando todo está bien, tendemos a olvidarnos del agradecimiento. Pero la misericordia divina, reconociendo nuestras necesidades, nos ofrece el dolor-expiación, el dolor-evolución, el dolor auxilio (2) para que, humildemente, nos coloquemos ante el Señor de la Vida y, en definitiva, consigamos liberarnos de nuestro pasado infeliz, despertando al hombre renovado para el nuevo mundo de regeneración.
Joanna de Angelis, la psicóloga espiritual y guía del médium Divaldo Pereira Franco, alerta que “la reclamación es una pérdida de tiempo”. (3) Realmente, el que reclama está perdiendo la oportunidad de agradecer o de hacer algo útil en la existencia, porque en el momento que reclamamos, eso no nos lleva a un resultado efectivo; entonces, podría ser absolutamente dispensado de su reclamación sin que hiciese falta alguna. No estamos aquí teniendo en cuenta la valoración serena y necesaria para determinadas situaciones, hechos y circunstancias que vivimos, fruto de nuestra iniciativa o provenientes de la acción de terceros. Es importante, sí, evaluarnos para mejorar en nosotros lo que sea indispensable en el camino de nuestra evolución.
La reclamación por el contrario, no tiene un propósito útil. Si acaso el de la lamentación, que deja entrever nuestros celos. Sería mejor que callásemos, pues el silencio la mayoría de las veces es la mejor de las respuestas. Es como aquella expresión del dicho popular que nos exhorta, cuando no estuvimos acertados al hacer alguna afirmación: “Usted perdió una buena oportunidad de quedar callado.”
Vamos a ejercitar el silencio cuando el deseo de protestar o reclamar visite el camino de la mente, provocándonos para acciones menos recomendables. Reclamar es una actitud fea, denota falta de educación, dependiendo de cómo es manifestada la actitud de la ausencia de respeto para con el semejante y, sobretodo, de ingratitud para con Dios.
Me gustaría hacer un trato y señalar tácitamente un acuerdo con el apreciado lector. En el día, tenemos tres periodos claramente delimitados: mañana, tarde y noche. Vamos a asumir el compromiso de agradecer por lo menos una vez en cada periodo del día. Agradezcamos: por la mañana al despertar – cada día es como si fuese una nueva encarnación; por la tarde, cuando almorzamos o miramos el crepúsculo , o aun, estuviéramos en el transito que nos ofrece el deseo de desenvolver varias virtudes, tales como la paciencia, la tolerancia y la indulgencia; y agradezcamos al final de la noche por haber tenido un día más, repleto de oportunidades y desafíos para el aprendizaje constante. Mañana, pasado mañana y después… La actitud deberá ser mantenida a lo largo de todo el mes. ¡Cuando este finalice, en la noche del último día, el numero de agradecimientos llegará por lo menos a 90 veces!
Creo que, después de ese periodo, ya habremos adquirido el hábito del agradecimiento. A partir de ahí, el comportamiento será espontaneo, asegurando que comenzamos a ejercitar una nueva mirada sobre la vida.
La reclamación refleja una postura de orgullo, al paso que la gratitud es resultado de una actitud de humildad.
La reclamación nos cierra la sintonía con el auxilio superior; la gratitud facilita la gratitud con aquellos que aspiran a la armonía y al equilibrio proveniente de ella. La gratitud es un acto que muestra la divinidad existente en cada uno de nosotros. Ya la la reclamación es de nuestra responsabilidad, sobre la cual deberemos prestar las debidas cuentas en el momento en que la ley de causa y efecto nos requisita para una entrevista con Dios.
Si analizáramos detenidamente, llegaríamos a la conclusión de que la vida nos ofrece muchos más motivos para agradecer que para reclamar. Agradecer hace bien en la salud integral del individuo, porque se siente más abierto para la sintonía con el Plano Superior de la Vida, en contacto con los amigos espirituales que pueden tener el trabajo de inspiración facilitado por las vías de nuestra intuición a ser colocada, gradualmente, a disposición del servicio del bien.
Agradecer nos torna felices, pues aprendemos a divisar nuevos horizontes. Nuestros ojos brillan más, identificándose con lo bello, lo bueno, lo útil. Agradezcamos por el bien y por la oportunidad de mejoría, por la prueba y por la expiación, por el bendecido trabajo y liberación. En la vida, es recomendable aprender a agradecer más y reclamar menos.
Referencias:
Francisco C. Xavier - Material de construcción . Pelo Espírito Emmanuel. São Paulo: Ideal, 1982.
2 Ação e reação. Pelo Espírito André Luiz. 28. ed. 4. reimp. Rio de Janeiro: FEB, 2011. Cap. 19, p. 329.
3 FRANCO, Divaldo P. Desperte e seja feliz. Pelo Espírito Joanna de Ângelis. 6. ed. Salvador: LEAL, 2000
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¿ A quien le echas la culpa de tus problemas ?
El por qué de la víctima mental. Víctima significa sentir que el mundo está en mi contra, que la causa de mi infelicidad está fuera de mí.
Que la culpa la tiene el marido, la ex pareja, la madre, el perro, la vecina, el clima, el gobierno. Todo alrededor nuestro parece impedirnos ser felices. Eso dicho vulgarmente es la víctima mental. Primero reconózcan ustedes si están así, reconozcan si son quejosos.
Tanto tiempo le han entregado a los demás la responsabilidad de su vida. Cada vez que uno dice: -”¿cómo querés que sea feliz con la familia que tengo?” “¿cómo querés que sea feliz si Dios está en mi contra?” “Y ahora en el 2012 se viene el fin del mundo”.
Siempre va a haber un motivo para la infelicidad mental. hasta que no entendamos intelectualmente esto y seamos los divinos y heroicos dueños de nuestra historia seguirá la víctima permanente.
Si la víctima, solo quedara, en la queja verbal no sería grave, pero la energía de la víctima atrae victimarios permanentes en nuestra vida. Uno es un imán energético que emana una cierta frecuencia y esa frecuencia atrae vibratoriamente gente en una cuerda igual. Entonces aquel que está demandando con su carencia, lo único que encuentra es gente igualmente prisionera que te presiona, que te domina, gente que abusa, ni siquiera adrede, es su mecanismo de comunicación. Al ser victimas nos transformamos en discapacitados emocionales. Necesitamos que el otro llene el hueco de lo que no podemos proveer desde adentro. Se nos va la vida esperando que el otro nos ame. Somos mendigos emocionales.
El desapego se produce cuando ya no nos aferramos a la necesidad física de la aparición del otro en nuestra vida para sentirnos felices, somos felices porque estamos vivos en el planeta.
Asi vamos a atraer a nuestra vida a gente que vibre en esa misma frecuencia de libertad. Todas las relaciones que tuvimos hasta este momento son las relaciones que merecimos tener. Es lo que escribimos y decretamos claramente, según las asignaturas pendientes en este paso por el planeta tierra. Experimentamos lo que habíamos generado, el abuso, la compasión, el amor, la carencia. Nos fabricamos los maestros perfectos para pasar por las experiencias que nos hacen falta para evolucionar . Toda relación que tenemos en nuestra vida, es la relación que hemos atraído en forma perfecta, aunque esa perfección, a la mente le parezca horrenda. Así que no más victima, cambiemos la frecuencia vibratoria que emanamos si queremos que mejoren nuestras relaciones.
El futuro depende de lo que en este momento hagamos.
DEL PORTAL DE ESPIRITUALIDAD DE: CLAUDIO MARIA DOMINGUEZ.-
" La vida es como las teclas de un piano: Las teclas blancas representan la felicidad; las teclas negras representan la tristeza.....
Ambas son necesarias para darle música a la vida "
NOTA IMPORTANTE: Los lunes,miércoles y jueves a las 22,30 horas, pueden participar en el chat de la Federación Espírita Española. Los viernes a las 23,00 horas asistir a una interesante conferencia en la misma sala, y los domingos a las 21,00 horas a la clase del "Grupo espírita Sin Fronteras". Estas clases dominicales quedan en suspensión hasta el día 13 de enero por el periodo vacacional navideño.
Ver también los Blog inquietudesespiritas.blogspot.com
Albaceteespirita.blogspot.com
www.portalkardec.com.br
elblogdeazucena.blogspot.com
marinamiesdeamor.blogspot.com
boletin-nuevaesperanza.blogspot.com
ade-sergipe.com.br
ceesinfronteras.es/eventos.htm
espiritistas. es
Revista virtual: www.amorpazycaridad.com
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