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martes, 28 de enero de 2014

La polaridad sexual del Ser humano

       
La polaridad sexual del Ser humano.-

El Ser espiritual llegado a cierto nivel de desarrollo evolutivo, suele elegir entre otros detalles de planificación, el sexo que va a tener en su próxima vida humana, en función de que el nivel de desarrollo alcanzado le permita comprender la clase de lecciones que necesita aprender en la vida bajo las circunstancias de ese sexo para proyectarse como humano.
Si observamos nuestros cuerpos físicos desde un punto de vista anatómico, además de las diferencias genitales y sexuales de carácter secundario con respecto del otro sexo, siempre encontraremos algún detalle o característica que nos aproxima al sexo contrario, aunque como es normal en la mayoría de los casos suele haber un mayor predominio de las características anatómicas y psíquicas del propio sexo.
Nadie puede presumir de ser totalmente hombre o mujer, tanto en lo físico como en lo psíquico; sin embargo en cuanto al comportamiento humano y social sí debemos interpretar cada uno correctamente nuestro papel masculino o femenino, conforme se manifiesta en lo más íntimo de nuestra alma...
Cuando un Ser ha vivido ya un ciclo de experiencias en vidas sucesivas, como hombre o como mujer, se encuentra que tiene más arraigadas y totalmente asumidas las características psíquicas de uno u otro sexo, por lo que cuando al llegar a este punto de arraigo cambian de sexo en la siguiente vida, pueden sufrir un desajuste psíquico en su identidad humana y sexual. Esto podría explicar la homosexualidad natural desde la cuna : Supondría un remanente psicológico del sexo que tras varias vidas sucesivas y por repetición, arraigó en la personalidad del Ser, que la conserva, y ahora aparece de modo natural en la vida actual en donde su sexo físico es diferente y no se corresponde con la sexualidad psicológica, sufriendo en muchos de esos casos un desajuste de su personalidad sexual y humana mientras no se acepten y se vean aceptados tal y como son. . En estos casos se suele argumentar que la Naturaleza, o Dios- según sean creyentes o no,- se han equivocado, naciendo un hombre en cuerpo de mujer o viceversa; pero nosotros sabemos que ni Dios- Perfección Absoluta-, ni Su obra que es la Naturaleza, pueden equivocarse nunca. Otra cuestión es que los Seres humanos aún seamos tan ignorantes con respecto a la naturaleza espiritual de nuestro Ser. Si Dios permite esos desajustes psicológicos en muchas transiciones desde un sexo al contrario, sin duda tiene un motivo y este no es otro que el de las necesarias experiencias que necesita el Ser espiritual en su paso evolutivo por la materia.
Solamente un concepto machista o feminista podría rechazar totalmente la idea de verse indistintamente como hombre y como mujer; pero cuando esto se llega a admitir y a aceptar, se llega a comprender la dimensión mas elevada del Ser humano y de su sexualidad, en el sentido de la igualdad, porque ambas polaridades sexuales son partes iguales y necesarias para el Ser, al que aportan un componente psicológico distinto pero que se complementan entre sí en la perfección o depuración del espíritu. Cada polaridad sexual tiene unas características psíquicas y físicas que les otorgan papeles diferentes en cada vida; por eso es tan importante y hasta imprescindible el vivir la vida conscientemente para asimilar al máximo posible todas las experiencias que en la vida se presenten por nuestra posición sexual y nuestras circunstancias personales.

- Jose Luis Martín-
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El sexo es la propia dialéctica de la Creación y existe en todos los Reinos de la Naturaleza”.
- Miguel Vives -
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LA MESA Y EL PAN

Kardec explicó el problema de la  mesa en las sesiones espiritas  con su habitual naturalidad: es el mueble más cómodo para sentarnos a su alrededor. Apartaba así cualquier resquicio de misticismo y magia, de rito o sacramento  en el acto mediúmnico. No obstante, hay quien considera ese acto puramente místico y mágico, recordando  la evocación y la oración. No nos sentamos  en torno a la mesa apenas para conversar o escribir, sino también para alimentarnos.  La alimentación que tomamos en la mesa espirita no es material, más si espiritual. La evocación no es un rito, más si una invitación. Antes de sentarnos a la mesa los convites fueron hechos, pues basta   pensar en un espíritu  lo evocaremos.  El atiende  o no a nuestra invitación, pues es libre  y no está sometido a ningún poder humano.  Más el pan que ponemos sobre la mesa es el pan espiritual de la oración, que será partido y servido en la hora de la adoctrinación.
Nos dice el Evangelio de Lucas el episodio  conmovedor de los discípulos  en el camino de Emaús. Después de la Resurrección de Jesús, Cleofás y un compañero seguían, al atardecer, para esa aldea, apartándose del escenario angustiado de Jerusalén. Un extraño los alcanzó y acompañó,  conversando sobre la muerte y la resurrección de Jesús. Se detuvieron en una posada para comer. Se sentaron a la mesa  con aquel extraño. Más  en el momento en que el partió el pan, los discípulos lo reconocieron: era el Maestro resucitado. Más luego  enseguida el Señor desapareció y la mesa solo tenía dos alrededor. Es fácil imaginarse el asombro  de los discípulos. El vacio de la mesa y el silencio del anochecer, que ya comenzaba, debían haberles parecido mucho más lleno de rumores y alegrías que las mesas de los banquetes festivos del mundo.
Es precisamente lo que pasa en la mesa sencilla,  sin aparatos,  de una verdadera sesión mediúmnica.  El color del mantel poco importa. El color blanco  no interesa  al acto mediúmnico  de lo que el rojo o el negro. La pureza exigida es apenas  la de las intenciones. Los invitados  que están alrededor  no son conocidos. Surgen en el camino, en la penumbra del crepúsculo, como extraños.  Más en el momento de partir el pan  ellos se revelan.  Hecha la oración sencilla de apertura de los trabajos podemos  ver, por la manera  de ellos partir el pan, quienes son ellos. Iniciamos entonces la conversación necesaria y luego después ellos desaparecen  como aparecieron, retornando al invisible, en el seno de la noche.

¿Cómo pueden los cristianos de  todas las denominaciones censurar  esa 
comida sencilla atribuirla a  influencias diabólicas?  ¿Cómo pueden decir
 que todo eso no pasa de una ilusión, locura o mistificación? ¿Nunca leyeron
, ni aun  por acaso, el tópico sobre los dones espirituales en la I Epístola 
de Paulo a los Corintios? ¿No vieron que el apóstol confirma la simbología  
conmovedora de la Estrada de Emaús, relatando las sesiones mediúmnicas
  de la era apostólica?¿Y cómo pueden algunos espiritas romper la armonía 
de esas reuniones espirituales con aparatos inútiles e innecesarios, con la 
introducción de sistemas pretenciosos  en las sesiones mediúmnicas? Si 
queremos deformar y ridiculizar la practica espirita, basta que exijamos el 
mantel blanco y rituales, obligando a formar la corriente de manos dadas
  y otras muchas tonterías de esa especie. Es lo que hacen los espíritus
 mixtificadores, a través de dirigentes supersticiosos y simplones.

Para comer el pan de la verdad solo necesitamos de los dientes del buen 
sentido. Por eso el comensal  de la posada de Emaús  simplemente 
desapareció después de partir el pan.  

Todas las técnicas inventadas por los hombres vanidosos, de  rígidas 
disciplinas   en la hora de la sesión, de palabras mágicas y gestos 
misteriosos no pasa de mala hierva en el cultivo. 

La practica espirita debe ser racional y simple, pues toda puesta en escena 
y aparato solo sirven para estimular las mistificaciones.

Hay personas que desean hacer las sesiones a plena luz, por entender que 
la penumbra habitual da motivo a desconfianzas y representa una
 modalidad de formalismo. Más la penumbra es necesaria  para la buena 
concentración  de los médiums y aun mismo de los asistentes. La 
iluminación normal de la sala provoca  distracciones, penetra párpados y 
rompe el clima de recogimiento. Claro que no se debe  hacer el oscuro 
excesivo y mucho menos completo, más la penumbra  del ambiente
 no es un aparato formal, es una exigencia natural de la concentración  
serena. . Más allá de esas razones evidentes, conviene recordar que el 
exceso  de luz ejerce influencia inhibitoria sobre los médiums y la emanación
 fluídica del ectoplasma.  En todas las reuniones mediúmnicas el ectoplasma
 se libera para ayudar  a las ligaciones periespirituales entre médiums y 
espíritus. Hemos de saber distinguir entre lo necesario y lo superfluo, entre
 lo conveniente y lo inconveniente, sin hacer concesiones a la ignorancia o 
a la desconfianza de los que no entienden del asunto.

El problema de la concentración mental es también uno de los menos 
comprendidos. La concentración de los pensamientos en una reunión
 mediúmnica no corresponde al tipo de concentración individual  de 
una persona en un determinado problema a resolver o en hacer un 
estudio. Se trata  de una concentración colectiva de pensamientos  
dirigidos a un mismo blanco. Cuando todos piensan en Dios o
 en Jesús, todos los pensamientos se concentran en una sola idea. 
La palabra concentración sugiere un esfuerzo mental continuo 
para mantener el pensamiento  fijado en una imagen.  Eso perjudicaría 
 los trabajos mediúmnicos, creando un ambiente de tensión mental 
exhaustiva. No es de tensión, de esfuerzo cansativa el que se 
necesita, más si de relajamiento y despreocupación. Todos deben 
volver su pensamiento para un blanco superior, generalmente para 
Jesús (pues pensar en Dios es más difícil)  y todos deben mantener 
 la idea de Jesús en la mente, sin esfuerzo o preocupación, como quien
 se acuerda  con nostalgia de un amigo que está distante. Ese estado  
mental  de añoranza, no de una imagen o figura de Jesús, más si de 
su persona, de sus actos, de sus enseñanzas de lo que El representa  
para nosotros, debe ser mantenido en el transcurso de la sesión. 
Cuando se nota que el pensamiento se desvía  para otros rumbos, 
lo que es natural, se hace que el retorne suavemente  a la idea 
 centralizadora.  El ambiente de una sesión es tanto más  favorable 
cuanto menos tensiones  y preocupaciones  existan en la reunión.
 Las evocaciones mentales de los asistentes y médiums, solicitando 
 la manifestación de seres queridos o de espíritus amigos son 
 perjudiciales, pues quiebran y molestan  el ambiente mental de la
 sesión. Pensar  en un espíritu  es evocarlo, como enseña Kardec.
 Quien comparece a una sesión con la esperanza de recibir una 
comunicación de este o aquel espíritu, ya lo evoco. El la atenderá 
si fuera posible. Más durante la sesión solo se debe pensar en 
Jesús. Creándose en el ambiente un clima tranquilo y confiado, 
se puede esperar la posibilidad de los mejores resultados.

No hay reglas especificas y formales para la realización de las sesiones
 espiritas.  Entre la oración de apertura y la de cierre se desarrollan 
las manifestaciones mediúmnicas, bajo la orientación y muchas veces
 la interferencia de espíritus dirigentes. El sistema autoritario, en que el 
presidente determina a los médiums recibir las comunicaciones, una de 
cada vez, provienen de la recomendación del Apóstol Pablo a la comunidad
 de Corinto. En las reuniones de Kardec, aun mismo en las psicograficas
, había amplia libertad, permitiendo las conversaciones entre espíritus
 comunicantes, algunas veces a través de varios médiums. 

León Denis usaba también de libertad en sus sesiones, cabe a los 
 espíritus protectores determinar cuáles  espíritus  son los que deben
 comunicarse y cuáles son  los médiums  en condiciones de recibirlos.
 El presidente o dirigente humano de la sesión tiene la función de 
mantenerla equilibrada,  orientar  el funcionamiento de los trabajos e intervenir,
 cuando sea necesario, en las adoctrinaciones y en el re ajustamiento de 
la concentración. Si hay muchos médiums a la mesa, hay naturalmente  la 
posibilidad   de atender a mayor número de espíritus comunicantes, a 
través de varios adoctrinadores. Lo que importa en la adoctrinación  no
 es el  mucho hablar,sino el hablar con propiedad y con amor, procurándose
 atender  la conciencia y el sentimiento del espíritu, cuando se va aproximando
 el final del horario destinado a la sesión, el presidente avisa, para que los 
médiums  lo ayuden en el control de la reunión. Las comunicaciones de
 espíritus violentos, deseosos de interrumpir los trabajos, exigen actitud 
enérgica para que sean contenidos y apartados. Energía serena, sin 
agresividad,pero si con firmeza. No se debe olvidar de que se trata de una
 entidad sufridora, necesitada de amparo y orientación. No   es la fuerza  la 
que actúa contra el espíritu, ni la elevación de voz, más si la intención de 
ayudarlo, el deseo sincero de hacerlo mejorar y tornarse nuestro compañero,
 porque esa disposición nos da la autoridad moral sobre los espíritus
 inferiores. Es importante que no falte en nuestra mesa espirita el pan de la 
oración y la luz del amor. Basta casi siempre una ola palabra de amor 
sincero, para calmar al espíritu  más violento. El amor brota de la comprensión 
humana, demuestra capacidad de colocarnos  en pensamiento en el lugar y 
en la situación de la criatura que se lleno de odio y violencia   en existencias 
brutales en las que el amor no  floreció en su corazón.

Una sesión espirita es un acto de amor. No es una ceremonia  destinada a la 
finalidad egoísta de  librarnos de espíritus  parásitos, atraídos por nosotros 
mismos atraídos y alimentados, más el objetivo de llevar ayuda espiritual 
 a  los que padecen. El Espiritismo nos enseña,   como enseñó Jesús, 
que todos somos hermanos  y compañeros, creados por Dios   para el mismo
  destino de transcendencia, de elevación espiritual. Ese es el pensamiento
 central de la comprensión espirita y precisamos  darle eficacia, traducirlo en  
acción.

Tratamos aquí de esa sesión mediúmnica común, no de  la sesión especifica
 de obsesión.   La sesión  rutinaria de los Centros. Esla que se realiza todas las 
semanas, en día y hora fijados, disponiendo de una frecuencia regular.  Hay 
quien discorda de esos trabajos públicos, alegando las exigencias de Kardec 
 en la Sociedad Parisiense, cuando no permitía la presencia en las sesiones de
 personas que no tuviesen algún  conocimiento doctrinario. La medida de
 Kardec  era justa   y necesaria,  en una fase en la que el Espiritismo nacía,
 bajo un alarido universal  de protestas y amenazas. Hoy estamos en un siglo y
 algo más de esa fase   y el Espiritismo solo es combatidos por personas
 sistemáticas o ignorantes. La mayoría absoluta de las personas que procuran
 las sesiones es  necesitada, tratándose generalmente de médiums en
 franco desenvolvimiento de sus facultades.  Negarles acceso a las sesiones 
sería como negar a un sediento el acceso a una fuente.   

La mediúmnidad no se desarrolla por acaso  y mucho menos  bajo el poder 
mágico, como la  vara de Moisés,  que saco agua de la roca.  En general, el
 desenvolvimiento mediúmnico comienza por diversas perturbaciones y
 no es raro por procesos obsesivos. No se puede querer que una persona
  en estado de alteración psíquica  vaya primero a estudiar una 
doctrina a través de cursos demorados para después someterse a los métodos
 de cura. Por eso  en las instituciones bien dirigidas las  sesiones 
mediúmnicas  no se restringen de la práctica mediúmnica. Se inician los 
trabajos con lectura y charlas evangélicas, de El Evangelio Según 
el Espiritismo. A continuación, hay una  exposición doctrinaria que
 prepara a los frecuentadores para los trabajos prácticos.  Los médiums  en
 desenvolvimiento reciben el mensaje evangélico  y las  enseñanzas
 doctrinarias en dosis apropiadas y, a continuación, participan del trabajo 
mediúmnico. Eso concurre para la comprensión simultánea de la doctrina,
 de su naturaleza cristiana, de su moral evangélica y de las relaciones directas 
 y necesarias de teoría y práctica  en el Espiritismo.  Las críticas  a ese método 
se refieren a la extensión de las sesiones. Más es evidente que la 
preparación   de las materiales s¡ permite  reducir la parte oral a los limites
 necesarios. El aprovechamiento verificado en los Grupos  y Centros que
 usan ese método probaron  su validez. En los centros que realizan varias 
sesiones por semana, la división de la materia puede ser hecha con más 
amplitud, en las varias sesiones. Eso  no impide que, más allá  de ese 
proceso, en que el iniciado adquiere desde luego  una visión  global   desde
  la doctrina   y de   su práctica, a que el Centro mantenga, cuanto sea 
posible, un curso  especial de doctrina en otro día y horario.

Cuando sea posible, es conveniente intercalar los pases entre la parte evangélica
 y la doctrinaria. Si eso prolongara demasiado  la sesión, se puede establecer
 una sesión especial  para los pases, siempre iniciada son una exposición sobre
 el asunto.

La ventaja de hacerse todo en una secuencia, en una única sesión, es la de  
darse al iniciando, en dosis apropiada y en la secuencia natural de  tiempo, 
en la práctica,   la comprensión de la unidad del  problema espirita.
 Esa comprensión infelizmente, falta aun mismo  a veteranos del trabajo espirita,
 en virtud de la dispersión y hasta incluso de la distracción de las prácticas
 tradicionales apenas a un aspecto de la doctrina. Claro que el problema de 
desobsesión en casos graves  no puede ser tratado en sesiones de esa 
naturaleza. Para eso, los Centros bien orientados  disponen de sesiones 
especiales, privadas, con médiums y adoctrinadores capacitados, y, siempre 
que es posible, con la participación de médicos espiritas conocidos por 
su desinterés  profesional en casos de orden doctrinario. Colocamos estas
 cuestiones con base a la experiencia propia y del conjunto, observadas 
atentamente en el  transcurso de los años de trabajo y estudio incesante. 
Cuando el sistema es bien aplicado, contando con elementos humanos  
dedicados, los resultados son siempre  sorprendentes. No se trata de una 
innovación, sino de una conjugación de prácticas tradicionales que, reunidas
 y articuladas, producen más y mejor.

En lo tocante a la mediúmnidad es necesario el más riguroso criterio Kardecista,
 basado en los libros específicos de Kardec: Instrucciones Practicas sobre las
 Manifestaciones Espiritas y el libro de los Mediums.
 Esa es la base necesaria e insustituible del estudio y de la enseñanza  de la
 mediúmnidad. Libros del estudio y de la enseñanza de la mediúmnidad. Libros
  como “En lo invisible, de León Denis, y los libros de orientación mediúmnica de
 Emmanuel y André Luiz pueden también ser usados como subsidiarios, más
 jamás colocados como obras básicas de la doctrina.  Sin ese criterio, muchos
 Centros espiritas y Grupos, e incluso  grandes instituciones, cayeron en 
un estado de misticismo eclesiástico y de autoritarismo sacerdotal 
que desfiguran  y ridiculizando el Espiritismo. Precisamos comprender  que
 serenamente  lidiamos con una doctrina revolucionaria, que debe modificar
 la rutina espiritual de la Tierra, abriéndole las perspectivas de una nueva 
concepción del Espíritu. Sin eso, nuestra mesa solo tendrá el pan marchito y 
envejecido.

Del libro Mediúmnidad de J. Herculano Pires

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EL PODER DE LA MIGAJA

No desprecies el poder de la migaja en la obra del auxilio.
El plato sencillo que compartes con el hermano en penuria no resuelve el problema del hambre; entre tanto, el en si no es apenas el favor providencial para quien lo recibe, más también un mensaje de fraternidad expedida en la dirección de otras almas, que se inclinaron a repartir  las alegrías de la mesa.
La prenda de vestir con la que atiendes al viajero, tiritando de frío, no extingue el flagelo de la desnudez; todavía, ella en si no constituye valioso abrigo para quien la recoge, más también es apelo silencioso para que los amigos que esperan, únicamente, una señal de amor para entregarse a los júbilos del servicio.
Acontece lo mismo con la humilde moneda que ajustada a la beneficencia, hace pensar en el valor de la cooperación, y con el libro edificante que, funcionando en el apoyo a compañeros necesitados de esclarecimiento y consuelo, nos obliga a meditar en el impositivo de la cultura espiritual.
En muchas circunstancias, es un gesto solo de tu comprensión que salvará a alguien de una calamidad eminente, y, en muchos casos, una sola frase de tu parte representa la seguridad de comunidades enteras.
Bienaventurado todo aquel que da millones para la supresión de los problemas de naturaleza material y bienaventurado  todo aquel  que cede algo de si mismo, para beneficio de los otros, aunque sea tan solamente una palabra de bendición para el confort de una criatura olvidada.
No desprecies el poder de la migaja en la obra de auxilio.
Por dadiva de sustentación y misericordia para felices e infelices,  sabios e ignorantes, justos e injustos, Dios entregó el Sol por don inefable capaz de conducir a las criaturas con armonía y discernimiento, rumbo a las perfecciones divinas, Dios da tiempo, en pocas palabras, a través de las migajas de los minutos, iguales para todos.
El corazón humano es comparable al cofre repleto de riquezas incalculables, y nadie  lo posee impenetrable o inaccesible… Habitualmente, resistirá a golpes de martillos,  a la acción de cerrojos aun mismo ante el impacto de explosivos y pruebas de fuego; más, casi siempre, es tu migaja de humildad y paciencia, bondad y cooperación que simboliza la llave  capaz de abrirlo.
Por el Espíritu Emmanuel – Del libro: Estudie y Viva, Mediums: Francisco Cándido Xavier e Waldo Vieira
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