AMAR ES SERVIR
Expresiva la decisión de Jesús, lavando los pies a los discípulos.
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Les lavó simplemente los pies, base de sustentación del cuerpo de la criatura física que entra en contacto con el barro y el polvo de la Tierra, padeciendo espinas y charcos. Él les purificó así, semejantes apéndices necesarios para la vida humana, sin reproche y sin queja.
Recordemos la enseñanza sublime y lavemos los pies unos a otros, con la bendición de la humildad, en el silencio del amor puro que todo comprende, todo soporta, todo santifica y todo cree, por cuanto solo tolerando y comprendiendo la suciedad y el polvo que todavía hay en los caminos ajenos y que redimiremos en el nuestro, abrazando la verdadera paz
Espírito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
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Fe
y cuestionamiento

Entretanto,
teologías de diversas religiones dogmáticas, insisten en continuar
aparcadas. Cuando leemos los discursos de los que dicen sembrar "la
palabra de Dios" se comprueban que están detenidos en el
tiempo.
Por
esta actitud, la Doctrina Espirita está sujeta a constantes
amonestaciones, que parten de estas agremiaciones exclusivistas y
sectarias.
¿Qué
llevan a estas religiones, a adoptar estos procedimientos
estancadores del conocimiento, el cual es dinámico?
Buscamos
en el ilustre pensador J.Herculano Pires, ayuda para esclarecer de,
cómo y porqué el oscurantismo aún consigue florecer.
Antes,
observamos que estas posiciones, enraizadas en un pasado distante e
irreducible, floreadas de dogmas indiscutibles; se tornan de fácil
comprensión, cuando se cambia el raciocinio lógico y el buen
sentido, por la mistificación.
Esto
hace que todo sea considerado como sagrado y lo ‘‘sagrado’’
es incuestionable, y por esto se llega a un punto de fe, pasando a
ser la Fe, una bandera para la salvación.
Esta
ánsias de salvación, por el terror a la muerte, se torna en el
motivo final, para aceptar los dogmas de fe, quedando todos
arrodillados, porque de lo contrario, esto llevaría a los fieles al
campo prohibido del cuestionamiento, acto considerado absurdo, al
igual que dudar del propio Dios o de las verdades incuestionables. Lo
que traería como consecuencia, una morada definitiva en el lugar de
horror y sufrimiento interminable, que es el infierno eterno.
Demostrar
la dinámica de esta fe, que se recusa en provocar análisis profundo
de sus creencias, de comprobada incoherencia e ilógica. Como prueba
evidente de estos absurdos claustros mentales, se hace necesario
aquellos que se sienten libres para ejercer el dominio sobre sus
potencialidades.
Cualquier
ciudadano común que se identifique religioso, en lo íntimo admite
la existencia de una vida espiritual posterior a la muerte física.
Algunos no poseen esta convicción en profundidad y admiten tener
miedo a la muerte, en consecuencia de la poca religiosidad.
Otros
se inclinan hacia ninguna fe. Una masa mórbida permanece de ojos
bajos y "temeroso a Dios y al inminente castigo”, quizás esté
aquí la base de la conversión de algunos presidiarios.
Todo
esto es fruto, del poco conocimiento que tienen las religiones, sobre
la realidad del espíritu, y esto lleva a la equivocación, al
religioso vacilante, generando mistificaciones grotescas.
La
Incredulidad Religiosa
Contraria
a la creencia en el “pos-mortem” y sus consecuencias venideras,
es motivación principal de las religiones, la creencia en la
inactividad total por la ‘‘no sobre vivencia del espíritu’’
como individualidad, que cierto segmento religioso enseña,
significando la victoria del pensamiento nihilista sobre la fe.
Es
el famoso; - “¡Murió, se acabó!”
Esta
creencia más propia del materialista ateo y del escéptico,
cultivada en el interior del cristianismo, se fundamenta en algunos
trechos transparentes de la Biblia, que los sienten a su favor,
inclusive, por cuenta de este futuro nada espiritual, predican que
los impíos, después del juicio final, serán aniquilados. Con el
fin de ver se
libres, de una vez por todas del infierno, con inexistencia total
para estos condenados, además de la inconsciencia del espíritu
pós-mortem, que es admitida por otros.
Por
cuenta de esta eliminación de substancia y esencia, nos esclarece el
filósofo J. Herculano Pires, en su obra "Agonía de las
Religiones": "El materialismo murió por falta de materia,
como afirmó Einstein, y las religiones agonizan, como podremos ver,
por falta de espíritu", nada mas absurdo que una religión
enseñando misterios y magias aunque no admitan, esto.
Recordamos
del mito de la creación de Adán y Eva y de la creencia en
sacrificios propiciatorios, en época de tantas informaciones en los
escaparates del conocimiento.
Sospechando
de esta herencia de misterios, en las creencias dogmáticas del
hombre, nos esclarece aun el profesor J. Herculano Pires, que:
"...sus
raíces se entrelazan en el suelo de las herencias atávicas, ambos
tiene la misma procedencia remota, derivan de las fórmulas mágicas
y pasaran por los mismos procesos de elaboración mística en las
coordenadas del tiempo y del psiquismo en desenvolvimiento. " Se
justifica este comportamiento simplón de cierta forma hasta
irresponsable, cuando se constata que "...fundan su eficacia en
la fe ingenua que brota del sentimiento religioso intuitivo (o
instinto espiritual) y requieren posturas corporales específicas y
elementos materiales como vehículos de la gracia celeste.
"Uno
de estos elementos puede ser visto en la exigencia del bautismo,
motivo de muchas disensiones entre estas iglesias, que el autor
acredita al apego a las tradiciones por ‘‘acomodación’’.
El
estudio de la inmortalidad, pese a la existencia de la continuidad de
vivir del espíritu, debe pasar por estas observaciones, ya que
innumerables corrientes religiosas abogan por lo contrario, y
paradójicamente aun se utiliza para dar combate a la Doctrina
Espirita, exponente mayor de la vida después de la vida.
Es
un comportamiento comprensible, según la visión de J. Herculano
Pires, si verificarnos que el hombre civilizado tiene sus raíces
profundas y vigorosas en la jungla, aunque no quieran los religiosos
dogmáticos, aceptar el decir del enfoque del profesor, sobre que
este homo brutales, tenía sus leyes: subyugar, humillar, torturar,
matar.
Ahora,
estas religiones poseen características de herencias atávicas
además del desprecio por la evidencia de la inmortalidad del alma.
Tanto estos salvajes con sus valores y de acuerdo con las filosofías,
nihilistas y las exclusivistas, quieren que su creencia sea "la
única válida", que su modo de ver el mundo y los hombres sea
el "único cierto", y que su dios es el "único
verdadero", y que así siendo bueno para ellas, también lo es
para la comunidad, pero, los opuestos, deben de ser eliminados.
El
profesor nos esclarece en cuanto a estas posturas como consecuencia
de esta fe: "Las religiones de la violencia hicieron de Dios una
divinidad implacable y los libros básicos de sus revelaciones están
llenos de homicidios y genocidios en nombre de Dios"
Aunque
tenga el hombre, este sentimiento religioso motivado por el anhelo
existencial, no se educó para la muerte, este espíritu de
dominación tribal, fue en busca de un mayor ejército, en nombre del
proselitismo, aliando el hacer existencial a una seudo trascendencia.
Los
Nuevos Conocimientos
De
todas las formas de conocimientos existentes, pesan contra estas
retrógradas corrientes de pensamiento, las pesquisas que en el área
de la parapsicología y psiquiatría, del descubrimiento del cuerpo
de plasma y de la memoria extracerebral.
Estas
dos grandes contribuciones de la ciencia al conocimiento humano,
además de corroborar las tesis espiritas, viene a fertilizar el
pensamiento del hombre con relación a su aparente finitud material
ampliando la perspectiva espiritual.
Con
esto, entramos en la Era del Espíritu, lo que permitirá corregir
los engaños de las religiones cristianas tradicionales, pues "su
herencia no es el pecado ni la muerte, pero si la vida en una nueva
dimensión".
Entretanto,
estas mismas iglesias sufren de una alergia al futuro, como dice J.
Herculano citando una pesquisa hecha en el instituto de Altos
Estudios de Paris, por el profesor Remy Chauvin, que constató la
existencia en el campo científico de la "alergia al futuro",
un síntoma que las tornan víctimas del "rechazo preliminar",
sin examen, de toda novedad, también sustentada por cientistas
categorizados ― y verificamos de manera perfecta encajarse en estas
esferas de clausura espiritual.
Comentando
cuanto a ser "la mentira" uno de los puntos básicos de la
crisis de las religiones, esta seria, sin embargo, apenas uno de los
motivos, pues, lo fundamental reside en los ‘‘engaños’’
decurrentes de falta de comprensión de los problemas esenciales del
hombre, lo que justifica encontrarnos personas cultas, honestas,
creyendo piamente, en las mas absurdas cosas, por aceptar los dogmas
infalibles y sus interpretaciones “evangélicas ortodoxas”.
Ante
todos estos agresivos aparatos ideológicos para la exterminación de
la manifestación del espíritu eterno, verificamos que algo está
muriendo en ciertas religiones y que el hombre, abandonado en el
horizonte de las posibilidades eternas, se lanza en la herencia del
pasado del homo brutalis, persiguiéndose a si mismo, pues es un
espíritu, renunciando a su ascensión definitiva por encima del
mundo de dolores, para aferrarse a los dogmas que le esposan a las
verdades eternas,
Y nos dice Herculano,
"Las medidas enérgicas de Paulo se transformaron en represivas,
judaizando el cristianismo",y presenciamos hasta hoy, el
peyorativo comercio simoníaco siendo cultivado por la ignorancia
vigiada advenida del miedo de la condenación eterna.
¿Como
explicaríamos tantos cultos ligados a los beneficios materiales?. Esta proliferación de creencias interdictadas a la razón, sofoca
las defensas naturales del alma, soterrándola de gritos selváticos
espurios por ilógicos, confirmando la asertiva del profesor de que
la creencia "es un acto emotivo y sin la presencia de la razón,
es una fe emocional, pues sugestionada, que conduce el elemento
inmaduro a las barbaries, construyendo asesinos al servicio de Dios",
es lo que nos ha mostrado la historia.
Contra
todos estos maleficios espantosos que notamos, conviene recordar en
la actualidad, las palabras del renovador universal, Allan Kardec,
colocadas en otras palabras, por el profesor, que "solo la
razón, formada en experiencias objetivas y en principios lógicos
nos puede dar la fe verdadera, lo que nos permite decir, como Denis
Bladle: ― Yo no creo, Yo lo se".
Hechas
estas debidas consideraciones en cuanto a los rumbos del pensamiento
equivocado, de las dogmáticas escuelas de la fe, es necesario
entender que hubo distanciamiento de algunos conocimientos, durante
el espacio-tiempo recorrido, que, carcomidos por las eras, van a
exigir a estas escuelas del alma, nuevos re-aparejamientos de su
arsenal filosófico, pues "los hombres empiezan a descubrir que
poseen mucho más, de lo que las iglesias les pueden dar."
Wymac
Uorres
Traducido
por Cassio
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¿ QUÉ APARIENCIA TIENEN LOS ESPÍRITUS ?
¿Usted pensó como es la apariencia de los espíritus después de la muerte?
¿Tendrá la apariencia de un fantasma?¿Será como una nube de humo? ¿O será que se presentan como una sombra?Ni una cosa, ni otra. Los Espíritus mantienen la apariencia que tenían cuando estaban encarnados en el cuerpo físico.
Ya tuvimos noticias de varios casos de apariciones de Espíritus en todo el Mundo. Y, en todos los casos, que se tornaron celebres, las personas que tuvieron visiones afirman que el Espíritu tenía un cuerpo.
Pueden tener una luminosidad diferente, más la apariencia es la de un ser humano.
Uno de los casos bien conocido de todos nosotros es el encuentro de Jesús con los Espíritus de Moisés y Elías.
Delante de Jesús y de los Apóstoles Pedro y Tiago y Juan, esos dos Espíritus se tornaron visibles y con la misma apariencia que cuando su cuerpo era de carne.
Otro ejemplo es el de el propio Cristo. Después de crucificado, El surge entre los apóstoles y convive con ellos por algún tiempo.
Su apariencia era la misma de antes, hasta tal punto que todos Lo reconocieron.
Así, podemos eliminar de nuestras mentes esas ideas distorsionadas de que los Espíritus tienen diversas formas a la que tenían cuando estaban encarnados-.
¿Más, si es verdad que el cuerpo físico queda en el túmulo, que cuerpo es ese que mantiene la misma forma?
La verdad es que nosotros estamos formados por tres elementos: Espíritu, el cuerpo físico, y el periespiritu.
El periespiritu es el que Pablo, Apóstol, llamaba el cuerpo espiritual.
Es formado de materia sutil, imperceptible a los ojos comunes, más visible a los que tienen la facultad mediúmnica llamada videncia.
Y no es solo la apariencia exterior la que conservamos después de la desencarnación. Mantenemos también todas las condiciones psíquicas que teníamos en la víspera.
Nada da saltos en la Naturaleza. Y con el Espíritu no podría ser diferente.
Saliendo del cuerpo físico sin salir de la vida, la criatura busca sus intereses, en el otro plano, y sigue viviendo de la misma forma que vivió hasta el túmulo.
Si así es, todos los esfuerzos que emprendemos para perfeccionarnos intelectual y moralmente, aun hoy, no serán en vano.
El Periespiritu es conocido desde la más remota Antigüedad.
Pitágoras lo dominaba carne sutil del alma.
Aristoteles lo llamaba cuerpo sutil y etéreo.
Orígenes lo identificaba como aura.
Paracelso, en el siglo 16, lo detectó bajo la designación de cuerpo astral.
Como podemos percibir, ese cuerpo, con el que se muestran los Espíritus, ya era muy bien conocido, sin embargo con denominaciones diferentes.
Allan Kardec, al codificar la Doctrina Espirita lo llamo periespiritu.
Redacción de Momento Espirita.
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