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viernes, 13 de noviembre de 2015

LABORATORIO DEL MUNDO INVISIBLE


El ser humano necesita ser...

"Observa con cuidado y verás la multitud aturdida, agresiva, estremecida, que te parece antipática e infeliz. En realidad, está constituida de personas como tú mismo, huyendo para ningún lugar, sin coraje para el auto-enfrentamiento.” Joanna de Ângelis/Divaldo Franco


Conozco personas que, a pesar de ásperas condiciones históricas, por la mañana ya están despiertas y encorajadas para enfrentar los dilemas cotidianos, confiadas de que vivir es un aprendizaje continuo, hecho y rehecho de errores y avances. Es un acto heroico, ellas consideran, vivir vivos, dando coherencia a sus tareas de alma, aunque anónimas.

Conozco otras, sin embargo, y aún algunos compañeros académicos cum laude, cuyas vidas entienden insípidas y vacías, atribuido el inquieto temor a nuestra época atravesada por los excesos del materialismo/fanatismo, sin ignorar la indiferencia, un artefacto muy cosmopolita.

Frecuentemente poco sensibilizada para la importancia de dar significado a la propia vida, la sociedad contemporánea se espanta cuando las buenas condiciones materiales, aliadas a un irracional consumo, puedan ser acompañadas de sensación de insignificación y desesperación delante de las cosas de la vida, sin olvidar el bando invisible de depresivos e infelices que hoy alcanzan el mundo de un plúmbeo sufrir crónico.

Es notorio que el sufrimiento existe...

Mucha gente aún no entiende que solamente metas significativas – y por lo tanto el coraje para ser – pueden generar una pura alegría o una satisfacción honesta, pues es tan sólo el dinamismo dialéctico entre "ser" y “hacerse” que pone rumbo creativo al camino individual, algo que necesita mucho ser diseminado,  desde el principio de la educación humana, y para mantener fecundo el campo de las convivencias, estructurando entonces una mayor proximidad con los dictámenes de la salud del cuerpo-y-alma.
Es notorio que el sufrimiento existe y nadie diría lo contrario.

Pero tenemos la tendencia a intensificar lo (malo) sufrir, a medida que, especialmente en  Occidente, somos entrenados (e instigados) para no entrever la impermanencia de las relaciones y de las cosas, apostando, también a causa de este error de interpretación, en el disfrute de la felicidad como un "producto" a ser alcanzado a cualquiera costa y que pasa, frente a la realidad, a ser fuente de angustias y blanco de una serie de actitudes antisociales.
Felicidad y sufrimiento son experiencias transitorias y, como individuos, lo que de hecho nos cabe es la aventura de evolucionar, de conocernos para pensar/vivir/convivir mejor.

A buen seguro, y en las dimensiones privada y pública, más y más el deseo por sabiduría se hace esencial. Pues, para decir al menos, la sabiduría, relacionada a la verdad, inmediatamente contraria a la mentira y a los engaños, tiene el don de alejarnos de las trampas de una vida comandada por las ilusiones.

Lo necesario para vivir una vida escogida

Además de eso, en un mundo que está en duro tráfico, la sabiduría puede asegurarnos la serenidad de reverenciar, aprendiendo a agradecer y a saborear, por ejemplo, las pequeñas cosas del día a día: una buena comida, un libro edificante, una compañía agradable, el abrazo de un hijo, un día de lluvia, un día ventoso, la franca certeza del devenir, del cambio que impregna todas las cosas…

Aunque muchos de nosotros estemos afectados por un autoconocimiento superficial, pues anchamente dirigidos por mandos materialistas (reduccionistas), a cualquier instante podemos decidir por una vida guiada por significación, por lo tanto rumbo a la sabiduría.

¿Qué es necesario, entonces, para vivir una vida escogida?

Una disposición valiente para ser y vivir, actuando bien, viviendo lúcidamente, a despecho de todo mal que aún persiste el destino humano – individual y colectivo. “Corage de alma", como decía Spinoza.

 "Coraje de alma" para avanzar, pero haciendo bien hecha nuestra parte – bajo la luz de la razón y del corazón, porque el coraje, una entre tantas otras virtudes, si como trazo de carácter implica débil sensibilidad al miedo, como calidad es siempre generosa y por eso teje la biografía de los héroes. Y necesitamos de héroes, los héroes anónimos, que viven todos los días y, en el vasto mundo, lúcidamente educan a sus hijos, conocedores de la responsabilidad de contribuir luminosamente con el destino humano.

“Corage de alma” para evolucionar, pues el ser humano necesita ser

 Autor: Eugênia Pickina

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Los que no esperan otra vida ya están muertos en esta. Goethe 
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           JESÚS Y LA VERDAD



"Jesús dijo a los judíos que habían creído en él: Si os mantenéis firmes en
mi doctrina, sois de veras discípulos míos, conoceréis la Verdad y la Verdad
os hará libres." (Juan, VIII, 31-32). 




El hombre es un ser dotado de razón y sentimiento. Estos son los dos polos de la Vida Psíquica a través de la cual se realza el eje del Ideal mantenedor de la evolución gradual del Espíritu. El hombre es un ser polarizado por el raciocinio y animado por sentimientos de virtud, por afectos que lo prenden a la Fraternidad y sólo cuando utiliza esos atributos en busca de la Verdad, se levanta, se dignifica, se eleva y se santifica.
¡Fuera de esa esfera de acción y de educación el hombre es una bestia!
¡Bestia porque no siente, bestia porque no piensa! Pensar es existir;asimilar afectos, virtudes, amor; es vivir: ¡Cogito, ergo sum! "¡Pienso,luego existo!" Hay hombres que piensan; hay hombres que sienten; unos y otros están en los principios de la vida.

Es necesario, entretanto, que el pensamiento vaya acompañado del sentimiento, porque el pensamiento sin el sentimiento, y el sentimiento sin el pensamiento, son facultades abstractas que encaminan al alma hacia el gran Ideal, pero no lo liberan completamente de la ignorancia y del atraso.
En el alma libre el pensar se completa con el sentir, y el sentir, con el pensar, porque la Verdad no teme al error, la luz no puede ser absorbida por las tinieblas. Todos los grandes pensamientos sólo pueden ser asimilados después de ser sentidos, y todos los nobles sentimientos sólo pueden ser comprendidos después de ser pensados. Cuando Descartes proclamó:

Cogito, ergo sum, no sólo pensó, sino que también sintió; pensó existir y sintió la vida en sí mismo. 

La comprensión no viene sólo del raciocinio, sino del raciocinio unido al sentimiento: estos son los dos grandes faros resplandecientes de la Senda de la Vida. Abrid claros a vuestro entendimiento por el raciocinio; alargad las esferas del sentimiento; no os atemoricéis ante las alturas y las lejanías, porque el águila y el cóndor no traspasan el círculo de su vuelo; los
pájaros tienen sus límites en los aires. ¡Hombres! Volad, desprendeos de la oscuridad de la ignorancia que cercena vuestra inteligencia y os ata a pesados dogmas. ¡Volad! ¡Dad expansión a vuestra razón, dejad palpitar vuestros corazones a los generosos sentimientos para ascender a las esferas de la Ciencia y del Amor, donde la Verdad brilla con todos sus esplendores!
¡Recordaos, oh hombres, que estáis dotados de razón y sentimiento! ¡Buscad la Palabra de Jesús, permaneced en su palabra, sed verdaderamente sus discípulos, y "conoceréis la Verdad, y la Verdad os hará libres"! 


 Mensaje traducido por Mari Carmen-España

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" SOLO VIVE REALMENTE, QUIEN AMA "
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Laboratorio del mundo invisible

127. La escritura directa o pneumatografía es aquella que se produce espontáneamente sin auxilio de la mano del médium ni del lápiz. Basta tomar una hoja de papel blanco, lo que se puede hacer con todas las precauciones
necesarias para no ser chasqueado por ninguna superchería, doblarla y colocarla en alguna parte, en un cajón o simplemente sobre un mueble, y si se tienen las condiciones que se requieren, al cabo de cierto tiempo más o
menos largo se encuentran en el papel caracteres trazados, diversos signos,palabras, frases y aun discursos, las más de las veces con una sustancia pardusca parecida al plomo; otras veces con lápiz encarnado, tinta ordinaria
y aun tinta de imprenta. He aquí el hecho en toda su sencillez, y cuya reproducción, aunque poco común, no es, sin embargo, muy rara, porque hay personas que lo obtienen con mucha facilidad. Si se ponía el lápiz con el
papel se podría creer que el Espíritu se ha servido de él para escribir; pero desde el momento que el papel está enteramente solo, es evidente que la escritura está formada por una materia depositada. ¿De dónde ha tomado el
Espíritu esta materia? Tal es la pregunta que hemos dicho, a cuya solución nos ha inducido la caja de tabaco de que más arriba hemos hablado. 

128. El Espíritu de San Luis nos ha dado esta solución con las respuestas siguientes : 

1. Hemos citado un caso de aparición del Espíritu de una persona viva. Este Espíritu tenía una caja de tabaco y tomaba polvo. ¿Sentía, efectivamente, la impresión del que toma polvo en realidad?
No.

2. Esta caja de tabaco tenía la misma forma que la que él usaba ordinariamente y que estaba en su casa. ¿Qué era, pues, la caja de tabaco que tenía este hombre en sus manos?
Una apariencia; sucedió de este modo para que notase la circunstancia, como lo ha sido, y que la aparición no se tomase por una alucinación producida por el estado de salud del vidente. El Espíritu quería que esta señora creyese en la verdad de su presencia, y tomó todas las apariencias de la realidad. 
3. Decís que fue una apariencia; pero una apariencia nada tiene de real, es como una ilusión de óptica; nosotros quisiéramos saber: ¿esta caja de tabaco sólo era una imagen sin realidad, o tenía alguna cosa de material?
Ciertamente: con ayuda de este principio material es como periespíritu toma la apariencia de vestidos semejantes a los que llevaba el Espíritu cuando vivía.


Observación. - Es evidente que en este caso la palabra apariencia debe tomarse en el sentido de aspecto, imitación. La casa de tabaco real no estaba allí; la que tenía el Espíritu sólo fue la representación: era, pues,
una apariencia comparada con el original, aunque formada de un principio material. La experiencia nos enseña que no es necesario tomar siempre a la letra ciertas expresiones empleadas por los Espíritus; interpretándolas según nuestras ideas, nos exponemos a grandes equivocaciones por esto es menester profundizar el sentido de la palabra siempre que presenta la menor  ambigüedad; esta recomendación nos la hacen constantemente loS mismos Espíritus. Sin la explicación que hemos provocado, la palabra apariencia constantemente reproducida en casos análogos, podía dar lugar a una falsa interpretación. 


4. ¿Acaso sería doble la materia inerte? ¿Y habría en el mundo de los Espíritus una materia esencial que revistiera la forma de los objetos que vemos? En una palabra, ¿estos objetos tendrían su doble etéreo en el mundo  invisible, así como los hombres están representados en él por los Espíritus?
Esto no se opera de este modo; el Espíritu tiene sobre los elementos materiales esparcidos por todas partes en el espacio y en vuestra atmósfera,una potencia que estáis lejos de adivinar. Puede a su gusto concentrar estos elementos y darles la forma aparente acomodada a sus proyectos. 


Observación. - Esta cuestión como hemos visto, era la traducción de nuestro pensamiento, esto es, de la idea que nos habíamos formado sobre la naturaleza de estos objetos. Si las respuestas fuesen como algunos lo pretenden, el reflejo del pensamiento, hubiéramos obtenido la confirmación de nuestra teoría, en lugar de una teoría contraria. 

5. Os haré la pregunta de nuevo de una manera categórica, a fin de evitar todo equívoco. ¿Los vestidos con que se cubren los Espíritus son alguna cosa? 
Me parece que mi respuesta precedente resuelve la cuestión. ¿No sabéis que el mismo periespíritu es también algo?
6. Resulta de esta explicación que los Espíritus hacen sufrir a la materia etérea transformaciones a su gusto y que de este modo, por ejemplo, se hizo la caja de tabaco; el Espíritu no la encontró hecha, sino que la hizo él mismo en el momento que la necesitaba, por un acto de su voluntad, y que pudo deshacerla; lo mismo debe ser en cuanto a los otros objetos, tales como vestido, joyas, etc. 
Esto es evidente.


7. Esta caja de tabaco fue visible para esta señora, al punto de hacerla ilusión. ¿Hubiera podido el Espíritu hacerla también tangible para ella?
Lo hubiera podido. 

8. ¿Si hubiese llegado el caso, hubiera podido tomarla en sus manos, creyendo tener una verdadera caja de tabaco? 
Sí. 


9. ¿Si la hubiera abierto, probablemente habría encontrando tabaco; si lo hubiese tomado le hubiera hecho estornudar? 
Sí. 

10. ¿El Espíritu puede, pues, dar no sólo la forma, sino las propiedades especiales?
Si él lo quiere; y en virtud de este principio he respondido afirmativamente a las preguntas precedentes. Tendréis pruebas de la poderosa acción que ejerce el Espíritu sobre la materia, lo que estáis lejos de comprender, como os he dicho ya. 


11. Supongamos, pues, que hubiera querido hacer una sustancia venenosa, y si una persona la hubiese tomado, ¿se hubiera envenenado? 
Lo hubiera podido, pero no lo hubiera hecho; no se le hubiese permitido. 

12. ¿Podría haber hecho una sustancia saludable y propia para curar una enfermedad, y se ha presentado este caso? 
Sí, muy a menudo.

13. Entonces podría hacer una sustancia alimenticia; supongamos que hubiese hecho un fruto, un manjar cualquiera, ¿se hubiera podido comer y quedar saciado?
Sí, sí; pero no investiguéis tanto para encontrar lo que es tan fácil de comprender. Basta un rayo de sol para hacer perceptibles a vuestros órganos groseros estas partículas materiales que llena el espacio en medio del cual  vivís; ¿no sabéis que el aire contiene vapores de agua? condensadlos, los pondréis en el estado normal; privadles del calor y he aquí que esas moléculas impalpables e invisibles vienen a ser un cuerpo sólido y muy sólido, y muchas otras sustancias de las cuales los químicos os sacarán maravillas más admirables aún; sólo el Espíritu posee instrumentos más perfectos que los vuestros: la voluntad y el permiso de Dios.


Observación. - La cuestión de saciedad es aquí muy importante. ¿Cómo una sustancia que no tiene sino una existencia y propiedades temporales y en algún modo de convención puede producir la saciedad? Esta sustancia por su contacto con el estómago, produce la sensación de saciedad, pero no la saciedad resultante de la plenitud. Si tal sustancia puede obrar sobre la economía y modificar un estado mórbido, puede del mismo modo obrar también sobre el estómago y en ello producir el sentimiento de la saciedad. Rogamos, sin embargo, a los señores farmacéuticos y fondistas que no conciban celos,ni crean que los Espíritus vengan a hacerles la competencia;estos casos son raros, excepcionales, y no dependen jamás de la voluntad; de otro modo se alimentaría y curaría a muy poco precio. 

14. ¿Los objetos hechos tangibles por la voluntad del Espíritu, podrían tener un carácter de permanencia y de estabilidad, y venir a ser usuales?
Esto se podría, pero no se hace; está fuera de las leyes. 

15. ¿Todos los Espíritus tienen en el mismo grado el poder de producir objetos tangibles?
Es cierto que cuanto más elevado está el Espíritu, más fácilmente lo obtiene; pero aun esto depende de las circunstancias; los Espíritus inferiores pueden obtener este poder. 


16. ¿El Espíritu sabe siempre cómo produce ya sean sus vestidos, y sean los objetos de los cuales ofrece la apariencia? 
No; muchas veces concurre a su formación por un acto instintivo que él mismo no comprende, si no es bastante ilustrado para esto.


17. ¿Si el Espíritu puede tomar en el elemento universal los materiales para hacer todas estas cosas, darles una realidad temporal con sus propiedades,puede también sacar del él lo que necesite para escribir, y por consecuencia esto nos parece que da la llave del fenómeno de la escritura directa?
¡Por fin hemos llegado a donde queríais! 

Observación. - Aquí era en efecto adonde queríamos venir a parar con todas nuestras preguntas preliminares; la respuesta prueba que el Espíritu había leído nuestro pensamiento.
18. ¿Si la materia de que se sirve el Espíritu no tiene persistencia, cómo  es que las señales de la escritura directa no desaparecen? 
No censuréis las palabras; en primer lugar que yo no he dicho: jamás; se trataba entonces de un objeto material voluminoso; ahora se trata de caracteres trazados que siendo útil conservarles se les conserva. He querido decir que los objetos compuestos de este modo por el Espíritu no podrían llegar a ser objetos usuales porque en realidad no hay agregación de materia como en vuestros cuerpos sólidos.

Allan Kardec

Extraído del libro "El libro de los médiums"

                                                                                                                           
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¿ DOCTORES ? ¡ AH, SÍ !, ¡ LOS DOCTORES !


       DOCTORES (con mayúsculas), solamente son los que hayan defendido una tesis ante un tribunal de personas notables. Y se puede decir que entre los auténticos DOCTORES (con mayúsculas), en general, casi nunca ninguno de ellos es llamado Doctor en la vida cotidiana, ya sea en el aula o en la calle.
Por esas razones, no podemos concordar con líderes espíritas que hacen mantener en sus nombres, el distintivo de Doctor y se vanaglorian de ese pronombre de tratamiento en los eventos donde participan en nombre de Cristo.


Como dijimos arriba, el empleo ultrapasado de "Doctor" es común entre los pobres, los carentes de instrucción que asocian esta  palabra a un estatus social o un nivel de autoridad superior al que tienen. Estratificaciones sociales que no se concuerdan con el Evangelio.
Joao Bautista Cabral

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“La amistad solo tiene sentido si trae el cielo más cerca de la gente, y se inicia aquí desde su comienzo. Pero, si yo muero antes que usted,pienso que no me sorprenderá el cielo. “Ser su amigo, ya es un pedazo de él”. 
/Chico Xavier
                                                                                                                                                                                       **********************************
                                     

                      SIMPLEMENTE: EL AMOR



      El amor ha sido una palabra muy usada desde hace milenios, ya que los sentimientos y emociones acompañan al ser humano, aunque éste sea muy primitivo. Puede sentir el amor, el afecto, etc., de forma rudimentaria, pero la ha sentido en todos los tiempos.

Pero, ¿Qué es el amor? ¿Es bueno o es malo el amor?

Hay muchas formas de amar y no todas son buenas. Podríamos citar qué es el amor bueno y qué es el amor malo: “aunque amor malo no existe”, sino una forma de enfocar negativamente un sentimiento bueno.

El amor bueno es cuando cuidamos y educamos a nuestros hijos, sabiendo que es un tesoro divino; cuando les enseñamos a ser libres y a no tener miedos. Cuando les respetamos como personas y espíritus individuales que son. Cuando les observamos, pero no le vigilamos. Cuando les enseñamos respeto, viendo en nosotros el primer ejemplo.

El amor malo es cuando olvidamos que nuestros hijos no son una posesión exclusiva nuestra. Es malo cuando les sobreprotejemos o descuidamos su educación y no les enseñamos valores morales. Es el amor malo, cuando compramos el cariño de nuestros hijos, dándoles todos los caprichos que ellos piden o exigen. Cuando les consentimos actitudes negativas, viendo que son una copia de nuestras propias actitudes.

El amor bueno con nuestra pareja es aprender a conocerle/a y de esa forma respetar sus defectos, manías, gustos etc. Es bueno cuando le aceptamos tal como es. Cuando respetamos todos los demás aspectos, además del sentimental. Cuando conseguimos ser amigos, compañeros de camino y pareja, sin chantajes emocionales, con la buena intención de perdonarle y comprenderle, mirándonos hacia dentro nosotros mismos. Es decirle de vez en cuando… ¡Te quiero, te quiero por lo que eres y como eres; por ser tú mismo!

El amor malo hacia nuestra pareja son los celos, la posesión, el miedo a estar solo/a, y por esa razón somos capaces de dejarnos manipular, maltratar o humillar, sin querer reconocer que nuestros miedos nos dominan. El amor malo es el que amenaza, el que domina, el que siempre espera recibir, sin dar; el que se impone. El amor malo entre una pareja es la manía de querer cambiar siempre a nuestra pareja; dentro de nosotros/as, decimos: bueno, ahora es así, pero cuando vivamos juntos, yo le haré ¡cambiar! ¡Mentira! Nos estamos engañando al no querer ver tal como es nuestra pareja, y él o ella, no va a cambiar porque le presionemos, a veces, es peor, por el orgullo que nos esclaviza.

El amor bueno es aquel que sin palabras hace. Y el que lo hace es porque lo siente, porque su filosofía de vida o religión le ha enseñado a amar de forma incondicional. Porque tenemos que comprende que todos tenemos defectos, grandes miedos, grande complejos o traumas; vivimos a la defensiva, esquivando golpes muchas veces imaginarios, pero el buen amor se reconoce cuando nos calma, nos consuela, cuando no nos exige nada que no podamos hacer, cuando privándonos de algo, nos sentimos bien y contentos. Cuando viendo sonreír a una persona enferma, aprendemos una gran lección: a reír nosotros también cuando nos lleguen los momentos difíciles, si es que llegan.

El amor malo hacia nuestros semejantes se llama EGOÍSMO y ORGULLO. Cuando, siendo espíritas que, supuestamente, sabemos más de “amor”, “caridad” y “comprensión”, decimos que nos tenemos que amar y perdonar, de boca para fuera. Cuando no somos capaces de privarnos de alguna cosa y poder así apadrinar a un niño necesitado, o hacer cualquier otra cosa buena que suponga esfuerzo o voluntad; pero, eso sí, seguiremos hablando de amor. De haz lo que yo digo y no lo que yo hago. Porque el ser humano es un gran estratega; ¡habla mucho y hace poco!

El amor bueno de un amigo o amiga, es aquel que, sabiendo como somos de imperfectos, nos acepta sin más. Aquel que cuando ve que vamos a cometer un error nos previene con cariño, sin ninguna actitud de superioridad. El amor bueno es cuando puedes abrirle el corazón a tu amigo o amiga, sabiendo que te oirá, te entenderá, pero nunca te va a decir lo que tú quieres escuchar, sino aquello que él o ella  piensa que tú necesitas. El amor bueno entre amigos es dar sin esperar nada a cambio, por el placer de dar o compartir.

El amor malo entre amigos es aquel que te exige, el que te presiona para que seas como ellos quieren que seamos, sin aceptarnos tal como somos. El amor malo de un amigo o amiga, es el que hiere cuando no tolera ni consuela; cuando, sabiendo lo mal que lo puedas estar pasando, es incapaz de pronunciar una palabra afectuosa, cuando nuestra viga nos impide ver la paja en el ojo ajeno.

El amor malo hacia nosotros es cuando no respetamos el cuerpo que Dios nos ha prestado, y lo envenenamos con el tabaco y, peor aun, cuando sabiendo que es un suicidio lento, se sigue fumando, bebiendo y haciendo otras barbaridades. El amor malo para con nosotros es el instinto de auto-destrucción, muchas veces por traer con nosotros un gran sentimiento de culpa o inferioridad, y  utilizar  medios como el alcohol, las drogas, el mal uso del sexo y sus aberraciones. La sensualidad enfermiza. Cuando comemos a reventar, llenando nuestro cuerpo de grasas y toxinas. Cuando nos destruimos por dentro, con pensamientos pesimistas, victimistas, degradantes, que enferman el organismo. Cuando, en general, no le cuidamos, pensando que de algo hay que morir, pero cuando esa hora llega, la agonía y la angustia nos sobrepasan y sentimos arrepentimiento de aquello que hicimos mal con nuestro cuerpo.

El amor bueno hacia nosotros mismos es aquel que, sabiendo que este cuerpo no nos pertenece, lo cuidamos lo mejor que podemos. Es el que aprendió de la Ciencia que nuestra mente puede enfermar el organismo, somatizándolo en diversas enfermedades, y cuida de tener en orden su casa mental; se esfuerza en tener buenos pensamientos, una vida ordenada y sana. El amor bueno para con nosotros mismos, es el respeto que nos debemos, para poder respetar a los otros; es la lucha por vencer los miedos; es la necesidad de ser auténticos, mostrando, no lo que queremos que los demás vean en nosotros, sino lo que somos en realidad. El amor bueno es aprender a querernos más, y nos queremos más, cuando sabemos más de nosotros y, al aceptarnos como somos, buscamos la forma de superarnos.

     “Un hombre iba andando por un camino pedregoso, con los pies cansados y heridos. Atravesaba un bosque inmenso, perdido en un lugar remoto. Hasta allí iba a llegar, porque tenía una pregunta muy importante que hacerle al hombre más sabio de aquellas tierras. Una vez que lo encontró, él sabio lo miro a los ojos y le dijo: siéntate hijo mío, sé que estás cansado, hambriento y sediento…Pero – dijo el caminante -, necesito hacerle una pregunta.

     No te preocupes, hay tiempo para todo, ahora tienes que calmar tus necesidades físicas, luego hablaremos – Pero el caminante estaba ansioso por consultar al sabio, y no le importaba no comer ni beber. El sabio, percibiendo su angustia, le dijo: ¿crees que lo que me vas a preguntar es tan importante que el mundo se pueda desvanecer, y no tengamos unos minutos para rehacer tus fuerzas, antes de recibir lo que tú crees que yo te sabré decir? Con poco convencimiento, comió y bebió rápido, casi atragantándose, porque la ansiedad lo devoraba.

Isabel Porras ( Isy )
     Bien, le dijo el sabio, cuéntame tu problema. El caminante hablaba a borbotones, lamentándose de su mala suerte, pero el sabio, por ser sabio, lo escuchaba con calma prestando atención a todas sus palabras. El caminante le dijo: necesito encontrar a alguien que me ame, necesito encontrar el amor. Llevo años caminando buscándolo, sin encontrarlo; ¿por qué soy tan desdichado? ¿Por qué Dios no me permite ser amado? Estoy solo porque nadie me ama. El sabio cerro lo ojos unos instantes y los abrió para mirarle fijamente, y después le respondió con mucha calma, con mucho amor en sus palabras: Hijo mío, hay un Ser inmensamente Bueno y Justo que te ama: es Dios. Has dado muchas vueltas y has gastado mucho tiempo y energías buscando lo que no está fuera, sino dentro de ti. El amor esta en nosotros, a nosotros nos cabe despertarlo, porque amándonos a nosotros mismos, sabremos y podremos amar a los demás, sino, ¿de qué forma sabríamos lo qué es el amor, sino lo reconocemos en nosotros? Busca dentro de ti, encuentra el amor que hay en ti, despiértalo y dalo a tus semejantes, sin esperar ser amado, pero te sentirás el ser más feliz del mundo, porque recibirás en la medida de lo que des de ese amor tuyo.”

     Las consecuencias del buen amor y del mal amor, las comprenderemos, si reflexionamos seriamente sobre qué clase de amor sentimos o demostramos. El buen Amor viene de Dios, el mal amor, es la consecuencia de nuestra inferioridad, pero todo se puede cambiar y mejorar. Todo es imponernos la disciplina de amarnos y amar a los demás, ¡pero de verdad!


Isy -
                                                                                                                                                                                         
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