Entradas populares

miércoles, 27 de enero de 2016

Mediumnidad y Locura




 ¿ La creencia en la Reencarnación, podría ser otra superstición más?

 Cuando analizamos este tema, podemos comprobar como no estamos ante una  superstición, sino ante una realidad demostrada por la ciencia y evidente a la razón..
  Si se estudia  seriamente el tema de la reencarnación,  en primer lugar se descubre que  es  un pilar básico  y común de muchas religiones en todo el mundo, pero además es  una realidad  ignorada y no tenida en cuenta en nuestras sociedades occidentales, tan influidas por el materialismo y por las profundas raíces sociales que las religiones que rechazan esta idea, han mantenido  a toda costa.  Y al profundizar en este hecho, vemos como  siendo  la existencia de los espíritus, una  realidad constatada por hombres de Ciencia, aunque ignorada  en occidente por cuestión de la religión dominante en estas latitudes,  cuando es admitida, se puede desprender de esta realidad  tras un análisis  y un razonamiento a la luz del conocimiento  espiritual, enseñado  por los propios espíritus ( el Espiritismo) a su Codificador Allan Kardec a través de diferentes mediumnidades, toda una filosofía absolutamente racional , sencilla y profunda, de carácter trascendente , moral y ético, que está basada no ya en una fe religiosa, sino en una realidad largamente demostrada y contrastada, aunque no reconocida por la Ciencia oficial, de carácter materialista, y  que además está avalada por una racionalidad y una lógica incontestables. De ahí se comprende el por qué  estos principios  asimilados y comprendidos,  pueden  mejorar nuestras vidas como Seres humanos por encima de lo que suponen las religiones a tal efecto, pues estas están solamente basadas en la fe dogmática, independiente de la razón  y carente  de bases demostradas de la ciencia experimental.
Es de subrayar que la filosofía  espiritualista  que de ella se desprende  ha podido resistir siempre los embates de la de la filosofía  materialista que se extiende por todas partes en nuestra época actual, cuando se la ha examinado con una mentalidad coherente y libre de prejuicios ni de  preconceptos, porque al apoyar el razonamiento  filosófico en esta Ley Natural, se suelen hallar respuestas a tantas y tantas preguntas que se encontraban sin solución. Esto tan asombroso nos lleva a intuir que nos encontramos no ya ante una simple teoría, sino ante una gran realidad que  sorprendentemente  ha sido tan largamente ocultada, ignorada  y desfigurada a través de las anteriores épocas humanas, pero  que  precisamente nos da  las  claves de las respuestas y soluciones a tantos problemas  que plantea  la vida humana.
Sabemos que este tema  ya ha sido investigado  muchas veces con resultados positivos   por personajes importantes y prestigiosos dentro del ámbito de las Ciencias  y a pesar de las naturales resistencias que la idea ha tenido a nivel de la propia ciencia oficial, cada vez son más los científicos  que la respaldan, porque muchos de sus reconocidos miembros, mediante sus métodos de comprobación y de investigación, han  podido confirmar la realidad de  esta ancestral creencia, que como ya  se ha dicho, está totalmente  demostrada.
Además es de señalar que a nivel popular esta idea está más divulgada y conocida de lo que  ha estado  nunca, así como otras leyes naturales y principios relacionados con  la reencarnación, tal como la ley de Causa y Efecto ( karma), la ley de afinidad, etc.
 Esto nos lleva a afirmar que, definitivamente, se puede descartar la idea como falsa o supersticiosa, aunque alrededor de esta realidad también es muy cierto que se han tejido infinidad de supersticiones, hijas de la ignorancia y de la fantasía.
- Jose Luis Martín-

                                                      ********************

“Caracteriza al Espiritismo la ausencia total de ritualismo y que, teniendo como base de doctrina las leyes naturales, excluye racionalmente la idea de lo sobrenatural, del milagro y del poder del fetiche, talismán o amuleto”
                                     - Deodolindo Amorim-

                                                     *********************




                                        SUICIDAS
“El espíritu de un suicida continúa ligado al cuerpo carnal que creía haber destruido; sufre lentamente todas las fases de la descomposición y las sensaciones dolorosas se multiplican en lugar de disminuir. Lejos de abreviar su padecimiento, lo prolonga indefinidamente; su malestar y su turbación persisten durante mucho tiempo después de la destrucción de la envoltura material. Le será preciso afrontar de nuevo las pruebas a las cuales creía escapar con su muerte y que eran el resultado de su pasado y, para ello, tendrá que sufrir una reencarnación más penosa que aquella de la cual quiso huir”.
León Denis

Obra: Después de la muerte.

                                                     ********************************



 


MEDIUMNIDAD Y LOCURA
Cómo distinguir límites y diferencias
Claudio C. Conti


Las personas que son acometidas de experiencias mediúmnicas pueden presentar pensamientos y sensaciones que, cuando no son debidamente identificados, debido a la falta de conocimiento del propio individuo, familiares y médicos, pueden culminar en consecuencias desastrosas. Nosotros aun tenemos la tendencia de analizar las situaciones bajo una óptica basada en los conceptos del siglo XIX, considerando todo como si fuera regido por las leyes de la Física Clásica. A esta tendencia, se acostumbra a denominar de “visión newtoniana”, pues es muy fácil para la mente humana, elaborar pensamientos sobre asuntos con los cuales estamos envueltos en nuestro día a día y objetos concretos, del tipo que podemos ver y sentir. Los conceptos de materia y espacio sufrieron cambios drásticos y es importante que también el ser humano sea visto en una connotación diferente: como  proceso dinámico, pues el no es sólo un conjunto de órganos materiales sometidos a reacciones químicas y procesos eléctricos.

Joanna de Ângelis, en el libro El Ser Consciente, dice que “Los avances de la Física Quántica, la Relatividad del Tiempo y del Espacio y la Teoría de la Inseguridad abrieron perspectivas psicológicas antes ni siquiera soñadas, teniéndose en cuenta el concepto del venir a ser” .Dice aunque “solamente cuando es estudiado en su plenitud – espíritu, periespíritu y materia – se pueden resolver todas las cuestiones y desafíos que lo compone…”.

Con estas consideraciones en mente, volvamos al asunto principal. 
Cuando una persona comienza a ingerir bebidas alcohólicas, después de algunos tragos surge una sensación peculiar.  
Antes aun del estado que se acostumbra a llamar “tonto”, la persona tiene la impresión de estar como fluctuando y parece que se encuentra fuera de la realidad. 
Fijemos nuestra atención en esta sensación.
Consideremos, ahora, una persona que, sin ingerir ninguna cantidad de alcohol, sea acometida, súbitamente, de una sensación muy parecida con la descrita arriba y que la
frecuencia con que ocurre va, gradualmente, aumentando. Después de algún tiempo, la sensación viene acompañada de pensamientos extraños, que no se consigue entender, pues se tiene la “seguridad” que tal pensamiento no le es propio. Con el paso del tiempo, estos pensamientos se vuelven más fuertemente establecidos en la mente, y la “seguridad” de antes volverse la “duda” de hoy. 
Varias explicaciones son elaboradas: estrés, cansancio, preocupación… El estrés es una buena elección: dolencia de moda, nada que unas vitaminas y descanso no resuelva. Sólo que no lo solucionó. Entonces se pasa a la terapia.
Las sensaciones son, ahora, también acompañadas de ciertas acciones y trayectos, más allá de actos y palabras sin una razón aparente. Ocurren cambios bruscos de humor sin motivo alguno. Deja de ser “estrés” para volverse “depresión”. 
La terapia no está ayudando mucho. Se hace necesaria alguna actitud más “fuerte”. Se inicia, entonces, el tratamiento con antidepresivos leves. Después de algún tiempo, la persona es también acometida de fuertes dolores de cabeza y luego aparecen convulsiones. Se aumenta, entonces, la dosis de los antidepresivos.

Por fin, considerado loco por aquellos que lo rodean, el individuo es relegado a los cuidados de una enfermera o clínica especializada. Según El Libro de los Médiums, “médium” sería la “persona que puede servir de intermediaria entre los Espíritus y los hombres”. Con todo, en menor o mayor escala, todos son médiums. Está claro que, en algunos, la mediumnidad se presenta de forma ostensiva, en cuanto que,
en otros, ocurre de forma sutil, imperceptible. Por tanto, todos están sujetos al asedio de espíritus desencarnados, pero, para el médium no educado, es como si mantuviese la puerta permanentemente abierta, sin vigilancia, pudiendo entrar cualquiera. 
La obsesión, que es la acción persistente de un espíritu sobre otro, comienza de forma imperceptible, y va aumentando gradualmente, tejiendo una tela en la que el individuo se enlaza. 
La literatura Espírita está repleta de libros tratando de obsesiones y desobsesiones, auxiliando a espíritus que se encuentran sumergidos a esta molestia aun tan común en estos días y que se presenta en las más variadas intensidades.
 Llegará el día en que todos los profesionales de la salud considerarán la obsesión como una de las causas de la locura y, aplicándose el tratamiento adecuado, el cuadro podrá revertirse, liberando no sólo al enfermo encarnado, sino también al enfermo desencarnado.

                    * * ********
 
Peligros de la mediumnidad             
 

En el desarrollo y puesta en práctica de cualquier mediumnidad, existen determinados peligros que es importante conocer de antemano antes de ejercerla, para estar prevenidos y atentos ante cualquier circunstancia que pueda acontecer. Algunos de estos peligros ya han sido mencionados en capítulos anteriores, y son aquellos que hacen referencia al mal uso de la mediumnidad, a la mediumnidad carente de conocimientos espirituales o desequilibrada psíquicamente. En estos casos el riesgo principal es caer en las redes del astral inferior, aquellos espíritus obsesores y perturbadores que engañarán al médium y a sus asistentes, llevándoles por caminos equivocados y alejados por completo de la moral cristiana que el espiritismo propone. Además de los riesgos mencionados, que sin duda perjudicarán sobremanera el progreso espiritual de aquellas facultades que los sufren, están también los riesgos físicos.

Es evidente, que cuando se trata con fuerzas negativas del astral inferior, la voluntad del médium va siendo cada vez más débil, subyugándola constantemente estas entidades de tal forma que pueden acceder con sus energías y fluidos groseros a la materia hasta tal punto de ocasionar graves dolencias físicas en las facultades. Estas dolencias físicas pueden comenzar por ser mentales, paulatinamente irán aprovechándose del desequilibrio del médium para trastornar y debilitar su razonamiento y sentido común. Pero también pueden ser dolencias físicas, pueden provocarles accidentes graves, trastornos internos de funcionamiento corporal, etc. Todo ello está al alcance de los espíritus de baja condición con los que tan cómodos y tan a gusto se sienten las mediumnidades propensas al fanatismo, la superstición o el endiosamiento. Pero sin duda, uno de los mayores peligros de la mediumnidad consiste en perder esa facultad que Dios le concedió para realizar el bien y progresar espiritualmente.

¿Se puede perder una mediumnidad, habiéndola concedido Dios para el progreso de un espíritu determinado? ¿Es posible el estancamiento de la mediumnidad y su entorpecimiento? ¿Si se llega a perder la mediumnidad, es posible recuperarla? Todas estas preguntas se responden bajo un razonamiento sencillo y lógico en la comprensión misma de lo que significa una facultad espiritual. Una mediumnidad es un compromiso espiritual que adquieren dos espíritus ante Dios para realizar un trabajo en la tierra. Uno de esos espíritus, encarnado, es el responsable de ejercerla adecuadamente, con altruismo y bondad, con conocimiento y sin fanatismo; el otro es el espíritu protector que le guiará, aconsejará y orientará acerca de todo lo preciso para el desarrollo y desenvolvimiento de la mediumnidad.

Tanto el uno como el otro son responsables ante Dios por sí mismos de la labor que han de realizar; si uno de ellos se vuelve atrás y no desea cumplir con esa altísima responsabilidad, estará incumpliendo lo prometido, pero no por ello el otro ha de hacer lo mismo. Este es el caso de muchas mediumnidades que se desvían del camino recto y, desoyendo los consejos de su protector, actúan de forma descontrolada, satisfaciendo sus necesidades materiales por encima de las espirituales, dando rienda suelta a los defectos morales por los que la parte negativa se filtra y actúa de forma sutil y eficaz. En estos casos el protector avisará repetidamente a la facultad del peligro que corre y de la necesidad de responsabilizarse en el ejercicio de su facultad; si llegado el momento esta facultad, desoyendo todo tipo de consejo sigue empeñada en sus actitudes negativas, el protector podrá solicitar a Dios la retirada de su compromiso, y si el Padre lo concede este espíritu quedará liberado de su responsabilidad, no así la materia que de forma automática perderá su facultad y la capacidad de ejercerla.

Esto ocurre muchas veces, y de ahí viene el desconcierto de grandes facultades que en su endiosamiento llegaron a fracasar por prescindir de sus protectores que son, al fin y al cabo los que les otorgan el poder extraordinario de cualquier mediumnidad. También puede ocurrir otra situación que suele darse con facilidad en las facultades de curación, y esta no es otra que, cuando aquella facultad actuando incorrectamente desoye los consejos de su protector, y este último, a pesar de todo decide
proseguir con su compromiso espiritual por el bien que puede hacer a otras personas que acuden a beneficiarse de esos fluidos sanadores. En este caso el protector cumple con su compromiso mientras que la persona con mediumnidad no lo nace, y por ello tendrá que dar cuenta el día de mañana, volviendo en una nueva existencia en condiciones más difíciles, donde tendrá que aprovechar mejor la facultad concedida, procurando no equivocarse de nuevo a fin de evitar el sufrimiento y entorpecimiento que tal circunstancia puede conllevarle.

Las facultades entorpecidas son aquellas que, renunciando a su responsabilidad no quieren realizar este compromiso, reniegan de él porque les supone molestia, incomodidad, sacrificio y renuncia personal, y al tratarse de facultades impuestas, en su gran mayoría, no poseen equilibrio suficiente que les permita salvaguardarse del acoso de las fuerzas negativas. En esa existencia sin duda sufrirán enormemente por esta circunstancia al rehusar cumplir el compromiso adquirido antes de encarnar. Como hemos comprobado, el mejor método para evitar riesgo alguno en las mediumnidades, es el que nos propone Allan Kardec en la codificación.

Una buena base moral y de conocimientos espirituales permite a cualquier facultad poder desarrollarse con éxito, sin entorpecimientos, aprovechando su existencia al máximo y progresando espiritualmente. Ejerciendo con amor, altruismo y responsabilidad la facultad mediúmnica, estaremos bajo el amparo de los espíritus de bien, que nos inspirarán y protegerán de cualquier riesgo de perturbación negativa, al propio tiempo que sublimaremos la alta responsabilidad que la mediumnidad conlleva, ofreciendo así, con nuestro ejemplo, el camino a seguir por los demás.

Antonio Lledó Flor

Revista "Amor, paz y caridad" 
   
        *********

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario