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domingo, 5 de diciembre de 2010

Comunicado mediumnico: Infatigablemente

Emmanuel y Chico


Alabemos la administración terrestre que actualmente humaniza el trabajo, despojándolos de las viejas características del cautiverio y degradación moral, todavía, no nos descuidemos de la responsabilidad de honrarlo, conscientemente, con nuestras mejores fuerzas.
Muchos se valen de la benignidad de los textos legales para favorecer la maldad que les es propia y transformar feriados en explosiones de locura, cuando no convierten la complacencia de la ley en frondosa indisciplina.

Atendemos no solamente a los deberes del horario justo en las instituciones de servicio a las que prestamos nuestra cooperación, más recordemos el tiempo que podemos emplear largamente en beneficio de los semejantes.

Mucha gente aguarda el ingreso en el paraíso, olvidando que el Cielo puede ser construido para el hombre en la Tierra mismo.
Y, en las manifestaciones de la fié innoble e improductiva, pide socorro a Cristo incansable y operante, manteniéndose en per juiciosa inutilidad, cuando, con más esfuerzo podría comulgar  el clima del propio Jesús, en el trabajo y en la realización incesante…

No te confíes, de ese modo, a la ociosa expectación, clamando por la bondad del Señor y olvidando que el Señor está vivo y diligente, junto a ti.

Únete  a Él  a través de la acción constante en el bien, con la certeza de que el mundo vive a la espera de nuestro corazón y de nuestros brazos para  perfeccionarse y lucir, en la seguridad de nuestra propia felicidad.

Distraído, no te detengas, , entregando al oxido del comodismo la azada preciosa de la existencia.

Repara que la Tierra te pide las manos devotas y no descanses  para calcular…

Aquí es la criatura abandonada que te ruega socorro, allá es el enfermo clamando por asistencia y cariño…

En la vía pública es el compañero anónimo suplicando concurso amigo, en casa es el pariente difícil que te reclama entendimiento y cooperación…

No te asegures exonerado de la obligación de auxiliar, cuando millares de vidas se colocan en la base de tu sustentación cada día.
Y, superando las sugestiones del falso reposo y de la fatiga imaginaria, aprenderás a servir infatigablemente, hasta que la luz de tu corazón de servidor se confunda en la bendición inmarcesible de Dios.

 Por el Espíritu Emmanuel – Del Libro: Refugio, Médium: Francisco Cándido Xavier.

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