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jueves, 8 de marzo de 2012

Teoría de la Alucinación

Espíritu de Kati King, ante William Crookes
y la médium Florence Cook



   Presentamos las definiciones de la ciencia sobre alucinación y terminando con estudios de las Manifestaciones Visuales, presentamos el análisis científico de Allan Kardec contenido en la Teoría de la Alucinación.
   Alucinación: Percepción sin estímulo externo que puede ocurrir en cualquier campo sensorial: auditivo, visual, olfativo, gustativo y tactil.
      Es una sensación, implícitamente vivida por el indivíduo en/o de un objeto del mundo externo, pero que en realidad se genera en sí mismo.
       La mayor parte de las veces, se observa que las alucinaciones también pueden ocurrir por efecto de ciertas drogas y sustancias tóxicas e irritación mecánica de ciertas áreas del cerebro como parte de síndromes orgánicos cerebrales.
       En personas saludables, pueden ocurrir alucinaciones en la hipnosis y en estados parciales de sueño. En general, son proyecciones de deseos y conflictos profundos. ( Ver Bla Riston, diccionario médico 2ª edición)
Teoría de la alucinación en la visión espírita.-
          Analizando el asunto con criterio, Allan Kardec explica que los que no admiten el mundo incorpóreo e invisible, juzgan todo para explicarlo por la palabra alucinación. Esta palabra utiliza el engaño, la ilusión de quien piensa tener percepciones que realmente no tiene. Se origina del latín allucinari, errar, que viene de ad lucem. Pero los sabios aún no presentaron, que sepamos, la razón fisiológica de ese hecho.
          Las  explicaciones dadas por la Óptica y la Fisiología, aún no aclaran la naturaleza y el origen de las imágenes que se muestran al Espíritu en dadas circunstancias. Todo quiere explicarse por las leyes de la materia; se escudan entonces con auxilio de esas leyes, en la teoría, buena o mala de la alucinación. Siempre será una explicación.
         La causa de los sueños es atribuida por la ciencia a un efecto de la imaginación; pero no nos dice que es la imaginación, ni como esta produce imágenes tan claras y tan nítidas como nos parecen a veces. Eso consiste en explicar una cosa, que no es conocida, por otra que aún lo es menos. La cuestión permanece.
        Dicen que son un  retardo de las preocupaciones en estado de vigilia. Puede que se admita esta solución que nada resuelve, pero aún quedaría por saber cual es ese espejo mágico  que conserva así la impresión de las cosas. ¿Cómo se explican sobre todo, esas visiones de cosas reales jamás vistas no estando de vigilia y en las que jamás se pensó?. Solo el Espiritismo nos puede dar la llave de ese extraño fenómeno que pasa desapercibido por ser muy común, como todas las maravillas de la Naturaleza que menospreciamos.
       Los sabios no quisieron ocuparse de la alucinación, pero si fuese real o no constituye un fenómeno que la Fisiología debe poder explicar, so pena de confesar su incompetencia. Si un día algún sabio resuelve dar  no una definición, sino una explicación fisiológica, veremos si la teoría resuelve todos los casos, si no omite los hechos tan comunes de apariciones de personas en el momento de la muerte, si aclara la razón de la coincidencia de la aparición con la muerte de la persona. Si fuese un caso aislado, se podría atribuir al azar, pero como es bastante frecuente, la casualidad no lo explica. Si quien vio la aparición hubiese tenido la idea de que la persona estaba a punto de morir.... Pero la aparición es, en la mayoría de las veces, de la persona en quien menos se piensa : la imaginación, por tanto, nada tiene que ver con eso.
       Los partidarios de la alucinación dirán que el alma ( si es que admiten un alma), tiene momentos de superexcitación en la que sus facultades son exaltadas. Estamos de acuerdo, pero cuando el que la ve es real y no una ilusión. Si no es su exaltación, el alma que ve a distancia. es porque ella se transporta; y si ella se puede transportar, ¿por qué la de otra persona no se podría trasportar para vernos?. Que con la teoría de la alucinación lleven en cuenta esos casos, ¿no se están olvidando de que una teoría a la que se pueden aportar casos que la contraríen, es necesariamente falsa o incompleta?.
        Aguardando la explicación que puedan ofrecer, Allan Kardec afirma: Prueban los casos en que hay apariciones verdaderas, que la teoría espírita explica perfectamente y que solo pueden ser negadas por los que nada admiten fuera del organismo. ¿Pero al lado de esas visiones reales existen alucinaciones, en el sentido que se da a esa palabra? No se puede dudar. ¿Cual es su origen?. Los Espíritus van a esclarecernos sobre eso, por cuanto la explicación, nos parece que está en las respuestas dadas a las siguientes preguntas:
      a) ¿Las visiones son siempre reales o son algunas veces efecto de la imaginación?. ¿No serán algunas veces afecto de la alucinación?. Cuando vemos en sueño o de otra manera, al diablo o cosas fantásticas que no existen,¿ no será eso producto de la imaginación?.
     - Sí, algunas veces, cuando se presta mucha atención a ciertas lecturas o a historias de misterios que impresionan, la persona, se acuerda más tarde de esas cosas, juzga ver lo que no existe. Pero también hemos dicho ya que el Espíritu, bajo su envoltorio semimaterial, puede tomar todas las formas para manifestarse. Puede, por tanto, un Espíritu malvado,puede aparecer con rabo y garras, si quisiere, para divertirse a costa de la credulidad de aquel que lo ve, del mismo modo que un Espíritu bueno puede mostrarse con alas y figura radiante.
        b) ¿Se pueden considerar como apariciones los rostros y otras imágenes que, muchas veces, se muestran cuando dormitamos o simplemente, cuando cerramos los ojos?
       - Desde que los sentidos entran en sopor, el Espíritu se desprende y puede ver lejos,o cerca, aquello que no le sería posible ver con los ojos. Muy frecuentemente, tales imágenes son visiones, pero también pueden ser efecto de las impresiones que la vista de ciertos objetos dejó en el cerebro y que conserva sus vestigios, como conserva los de los sueños. Desprendido, el Espíritu ve los de su propio cerebro, las impresiones que ahí se fijaron como en una placa fotográfica. La variedad y la mezcla de esas impresiones forman los mayores esfuerzos para retenerlas. A una causa idéntica se deben atribuir ciertas apariciones fantásticas que nada tienen de reales y que muchas veces se producen durante una enfermedad.
      Se admite que la memoria  sea el resultado de las impresiones conservadas por el cerebro, pero, ¿ por qué fenómeno, esas impresiones tan variadas y múltiples no se confunden?. Misterio impenetrable, pero no más extraño que el de las ondas sonoras que cruzan el aire y que se conservan diferentes. En un cerebro sano y bien organizado, esas impresiones se revelan nítidas y precisas; en un estado menos favorable, se apagan y se confunden; de ahí la pérdida de memoria o la confusión de ideas. Aun menos extraordinario parecerá esto, al admitir como se admite, en frenología, un destino especial a cada parte y hasta a cada fibra del cerebro.
   

       Las imágenes transmitidas al cerebro a través de los ojos, dejan allí su impresión, que le permite recordar un cuadro como si estuviese presente, aunque se trate de una cuestión de memoria, pues nada se ve. Así, en ciertos estados de emancipación, el alma ve lo que está en el cerebro, donde vuelve a encontrar aquellas imágenes, sobre todo las que más le chocaron, según la naturaleza de sus preocupaciones, o delas disposiciones íntimas. Y así reencuentra la impresión de escenas religiosas, diabólicas, dramáticas, mundanas, figuras de animales que vio en el pasado, en pinturas, o que escuchó en narraciones, porque también las narraciones dejan impresiones. Así el alma ve realmente, pero, apenas una imagen fotográfica en el cerebro.
       En estado normal esas imágenes son fugaces, efímeras, porque todas las secciones cerebrales funcionan libremente,al paso que, en la dolencia, el cerebro enflaquece, el equilibrio entre todos los órganos deja de existir, conservando solamente algunos su actividad, en cuanto que otros se encuentran en cierto modo paralizados. De ahí la permanencia de determinadas imágenes, que las preocupaciones de la vida exterior no consiguen apagar jamás, como ocurre en estado normal. Esa verdadera alucinación es causa primera de  ideas fijas.
      Como se ve, explicamos esta anomalía por una ley fisiológica muy conocida, a las impresiones cerebrales. Por eso siempre fue necesario hacer intervenir el alma. Ahora, si los materialistas aún no pudiesen presentar una explicación satisfactoria de ese fenómeno, es porque no quieren admitir el alma. Por eso mismo, dirán que nuestra explicación es mala, pues nos apoyamos en un principio que es contestado. Pero contestado,¿por quién?. Por ellos, pero admitido por la mayoría de los hombres, desde que hay hombres en la Tierra. La negación de algunos no puede constituir ley.
       ¿Nuestra explicación es buena?.  La damos por lo que pueda valer a falta de otra, y si quisieren, a título de simple hipótesis, en cuanto otra mejor no aparezca; ¿ ella puede explicar todos los casos de visiones?. Ciertamente que no. Con todo, desafiamos a los fisiologistas a que presenten una que explique todos los casos. Porque nada presentaron cuando utilizaron las palabras - superescitación y exaltación. Y es así desde que todas las teorías de la alucinación se muestran incapaces de explicar los casos y que alguna otra cosa hay que no es alucinación propiamente dicha. Sería falsa nuestra teoría si la aplicásemos a todos los casos  de visión, pues algunos podrían contradecirla. Puede ser legítima, si es aplicada en algunos casos.

          Y concluimos el estudio del capítulo VI, transcribiendo las observaciones de Herculano Pires, traductor de El Libro de los Mediums, al final de ese capítulo:
                "Las teorías actuales de la alucinación se refieren en general a alteraciones del sistema nervioso, con excitaciones de las neuronas sensoriales, especialmente las de la visión y de la audición. Se insiste en la explicación fisiológica en todos los casos. Pero la reciente aceptación científica de los fenómenos paranormales, abrió nuevas perspectivas en ese campo. Los casos referidos por Kardec son aciertos como de naturaleza extrafísica por toda la escuela de Rhine y también  las escuelas  fisiológicas admiten la  veracidad de las percepciones a distancia, de la transmisión del pensamiento, de las previsiones y de la retrocognición o visión del pasado. El alma, como afirma Allan Kardec, se muestra indispensable para la formulación de una teoría satisfactoria de la alucinación".
BIBLIOGRAFIA:
KARDEC, Allan - O Livro dos Médiuns: 2. Ed. São Paulo: FEESP, 1989 - Cap VI - 2ª Parte.
KARDEC, Allan - Revista Espírita, julho de 1861: EDICEL - Ensaio sobre a Teoria da Alucinação e Variedades: As visões do Sr. O.
Tereza Cristina D'Alessandro -Centro Espírita Batuira- Ribeirao Preto (Brasil)



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