Entradas populares

viernes, 20 de diciembre de 2013

Tramas del destino

El objetivo moral de la reencarnación es disciplinar y edificar el pensamiento a través de la fijación de la mente en ideas superiores de la vida, del amor, del arte elevado, del bien, de la inmortalidad para que la plenitud, la felicidad, sea una conquista lograda.

Los hechos de existencias anteriores, quedan grabados, en nuestra memoria psíquica y sus consecuencias se nos presentan cuando menos lo esperamos,”absorbiéndolas” con un dolor semejante al que ocasionamos en su oportunidad. Los Mentores Espirituales nos dicen que el odio que genera el ser humano no se pierde: finalmente se transforma en sufrimiento para el que lo engendro. Y agregan que podemos sembrar libremente, haciendo huso de nuestro libre albedrío, pero luego tendremos que cosechar obligatoriamente lo que brote de nuestras simientes.

La más importante misión del Espiritismo; es enseñarnos a sembrar el Bien, como único medio de no tener que cosechar el Mal.

Y que nos son indispensables los “reencuentros” en vidas sucesivas,       para pagar las deudas contraídas voluntariamente, y poder así alcanzar el gran anhelo de nuestras almas: el progreso espiritual.

La Humanidad, está sufriendo, en una ascendencia alarmante, casos de terrible obsesión.

Cuando las causas de las enfermedades mentales son exclusivamente de origen físico, somático, los tratamientos espiritistas no son determinantes, aunque las labores espirituales, entre ellas las oraciones rogando a Dios por la recuperación del enfermo, resulten de indiscutible provecho; pero es el psiquiatra quien debe actuar aplicando su ciencia.

Cuando las enfermedades mentales, por el contrario y las depresiones están originadas en la influencia perniciosa de espíritus obsesores que se vengan de las victimas para cobrarse daños recibidos de las mismas en la presente o en anteriores encarnaciones, la labor prolongada de los espíritus obsesores acaba por lesionar los órganos físicos mediante esa pertinaz actuación obsesiva, siempre resulta de gran utilidad la protección científica y medicinal del psiquiatra; pero nada podara lograrse en definitiva, si no se trata medianimicamente al espíritu obsesor, llevándolo al conocimiento de que él está causando gran daño a su victima, pero que, realmente, el daño mayor se lo causa a si mismo, puesto, que, mientras persista en su acción vengativa, estará estacionando la evolución de su propio espíritu, de por si atrasado, al no poner en practica el don divino del perdón.

El hombre no experimenta una sola y única vida terrestre. La tierra es su cuna y la escuela en la que evoluciona, demandando más altas adquisiciones espirituales. Sus experiencias de éxito o fracaso, produce el engranaje en que se moverá en el futuro. A cada acción, corresponde una reacción equivalente.

Muchos de los problemas graves relacionados con la salud física y mental que la Medicina depara a cada momento, tienen sus raíces en el pretérito espiritual del paciente
Sus errores y sus adquisiciones, constituyen los agentes de su perturbación o de su paz. Reencarnando cada cual con la suma de sus propias experiencias, son diversas las situaciones personales, tal como se  observa en el Mundo.

Auto obsesiones, obsesiones y subyugaciones, son capítulos que merecen de la Patología Medica, un estudio simultaneo con los postulados del Espiritismo.

La reencarnación es la clave que explica sus enigmas. Al lado de las terapéuticas valiosas que son aplicadas ahora a los obsesados de distinta clase, se imponen los recursos valiosos y saludables de la fluido terapia y de las expresivas contribuciones doctrinarias de la Tercera Revelación, que trae de regreso los insuperables métodos evangélicos de los que es exponente máximo Jesús, el Divino Medico de todos nosotros.

El amor y la oración, el perdón y la caridad, la tolerancia y la confianza, la fe y la esperanza, no son apenas virtudes vinculadas a las religiones pasadas, y si insustituibles valores de higiene mental, de psicoterapia, de laborterapia, que son de urgencia para neutralizar las hondas crecientes del odio y de la rebeldía, de la venganza y de la aflicción, de la intolerancia y de la desconfianza, de la falta de creencia y de la desesperación, que irrumpen y se instalan en el hombre, avasallándolo todo intespectivamente.

La doctrina Espirita dispone de valiosos tesoros para poder adquirir la felicidad en la Tierra y después de ella. Conocerla y practicar sus enseñanzas, representa una libertad dichosa para aquellos que aspiran a disfrutar de mejores días, que anhelan la paz y que laboran por el bien.

Diariamente reencarnan, espíritus felices que se olvidan de los placeres, voluntariamente, tratando a través del amor, de elevar a las regiones Venturosas, a antiguos compañeros que, por obstinación, equivoco o rebeldía contumaz, naufragan en las experiencias de la evolución, deteniéndose en lamentables estados de perturbación.

La vida humana, señalada por el desequilibrio, en la superficie del Mundo, refleja solo pálidamente las realidades que se viven en las Esferas Espirituales inferiores, por ser en estas en donde surgen los factores reales, que modelan aquellos sufrimientos.

El amor de nuestro Padre nos vigila, en su compasión, procede periódicamente a expurgaciones lenificadoras, a emigraciones en grupos, encaminando a legiones de esos desdichados, colectivamente, a la experiencia reencarnacionista, con vistas a su propi9a mejoría y a la disminución de la psicoesfera que los envenena y degenera, perturbando, de cierto modo, la economía moral de la Tierra...

Frecuentemente, en nombre de ese amor, caravanas de abnegados enfermeros espirituales y de misioneros de la caridad, condensan sus energías sutiles, y descienden hasta esos dedalos de alucinación y de crimen, usando la misericordia y la solidaridad con que sensibilizan a los mas heridos y a los mas acongojados, ayudándolos a renovarse, interiormente, proporcionándoles la modificación vibratoria, para que puedan deshacerse mentalmente de los martirios que los torturan, y que bajo la cariñosa vitalizaciòn de la oración como de la  afectividad del despertar, puedan ser recogidas y encaminados a nidos de reposo y a campos de rehacimiento, en donde puedan armarse de fuerzas para acontecimientos futuros...

Bendecidos por verdaderos indultos que les propician el pago de pesadas deudas en clima menos denso de angustia, en los círculos del sufrimiento corporal y moral, son conducidos, tan pronto como es posible, a la carne, esa bendita escafandra terrestre, nuestra escuela de redención.

Ante la clara iluminación de las estrellas, en determinada noche, bajo el palio de la oración luminosa, tales Mensajeros de la bondad y de la renuncia, descienden a las furnias o deambulan en rumbo de los hospitales- purgatorios colectivos, para recoger a los arrepentidos y a los sensibilizados que fueran alcanzados por la magnanimidad del Cordero Celeste, como también la de su Madre la Excelsa Madre de la Humanidad, sublime intercesora de todos nosotros.

Los Bienhechores amorosos no liberan a sus tutelados de la carga del sufrimiento que necesitamos por impositivo de nuestros propios errores, que nos cumple recuperar, recomponiendo los paisajes humanos que quedaron yermos por nuestras actuaciones infelices. Pero inspiran decisiones felices, evitan celadas odiosas que aumentan el padecimiento debido a la rebeldía a que se arrojan los incautos con la suma de las cargas imprevisibles que arrastran y se imponen, dañinas; impregnan de fuerzas superiores que se originan en la oración y en el intercambio psíquico, que establecen y mantienen en la psicoesfera de armonía y de esperanza; inducen personas y facultan factores que auxilian, atenuando las pruebas; iluminan la conciencia y activan los recuerdos del pasado, tomándolos de los archivos de la memoria, con el fin de que se perciba que la indefraudable Justicia Divina es también Amor, y que el Amor es la mas apurada metodología existente para la liberación y el aprendizaje del Espíritu necesitado de evolución; amparan moralmente con su presencia y se convierten en faroles íntimos que señalan el rumbo en la noche de las pruebas santificadoras.


Nadie que malbarate los valores de la vida, podrá permanecer con la conciencia en paz. El abuso de la fuerza, del poder económico o social, de la autoridad, de la inteligencia o de lo que sea, produce la desdicha a la que el mal mayordomo se arroja, en prolongada y aflictiva recuperación.

Todos los valores positivos que afloran en la vida humana exigen rendición de cuentas, en la cual son examinados la aplicación, el uso y los resultados de la actuación, concediéndose al usufructuario el respectivo salario, adicionado a los intereses a que se haga acreedor.

En el orden Divino, nadie explota, se aprovecha, pervierte o abusa del patrimonio del Padre, sin ser llamado a rendir graves cuentas...

Recusar los problemas ni los anula ni los resuelve, más bien los agrava. La actitud valerosa para afrontarlos, ensaya los medios para vencerlos
Toda tempestad, por grande que sea la fuerza de que se revista en su violencia, después de alcanzar la culminación amaina, dejando destrozos a su paso, pero cediendo a la fuerza pacificadora de la bonanza. Los conceptos torpes de los hombres sin una fuerte convicción en Dios, se extravían y se entorpecen aunque estén sostenidos por legítimos ideales, toda vez que les falta la sabia esencial que proviene de la Causa Excelsa.
En las reencarnaciones se apagan normalmente las recordaciones de hechos pasados, las que son de naturaleza criminal sobresalen, generando perturbaciones, recelos aparentemente infundados para el observador común, aumentando poco a poco su liberación total, reincorporándose entonces a la personalidad, en forma de pensamientos actuales, tumultuosos, inconexos.

El paciente incurso en tal proceso, se concentra en el oscuro pozo de los recuerdos que se agudizan, y cae en alucinaciones y delirios, porque son invadidos los centros de la conciencia por las fuertes impresiones desagradables y trágicas de las que desea libertarse.

Desaparecen los contornos de las adquisiciones del momento, mientras se manifiestan las experiencias archivadas, que pasan a gobernar en desorientación las reacciones de la emotividad del “yo” consciente, ocasionando la alineación.

Por ponderables razones, el olvido de las vidas anteriores, es misericordia y sabiduría Divina para con la criatura humana.

Los síndromes de las enfermedades mentales, tienen sus raíces en el espíritu endeudado, y tales, dolencias son recursos punitivos y reeducadores de que se vale la Vida, en nombre de la Divinidad, para hacer justicia y administrar evolución a los que se niegan a la convivencia dentro de las líneas del amor, tal como lo enseñaron todos los constructores héticos de la Humanidad, y, especialmente Jesús, el amor por excelencia de todos las criaturas.

La oración refrigera, calma y da valor. La oración no siempre modifica las cosas, pero siempre nos modifica, ayudándonos a ver y entender los acontecimientos por el Angulo correcto, a través del cual deben ser examinados. Y esto es lo que importa. No es valido que Dios nos aparte de los obstáculos, pero es bueno que nos de los medios para poder apartarlos...
Después de orar, todo se ve mejor, se llega a saber los porqués, conocemos las formulas de la resignación y del valor, que solucionaran las dificultades que nos torturan.
Cuando resolvemos cambiar interiormente y dejamos caer la venda de los ojos que nos ciega moralmente, damos inicio a la liberación. El Maestro, al socorrer a todos los que  lo buscaban, los incitaba al cambio en su comportamiento, a que se fijaran en el amor, evitando caer en peores acciones que aquellas de las cuales procuraban libertarse.

Le hombre se beneficia del Auxilio Divino, disminuyendo sus aflicciones en este o en aquel campo, pero solamente se liberara de los errores cuando rescate por la redención del dolor o por la ascensión en el amor, mediante el bien que haga en concordancia con la reparación que lo exija. Es indispensable, por tanto, crecer en la realización ennoblecida, con el fin de poder mantenerse en paz por la ruta evolutiva.

El Egoísmo, sin duda alguna, es la sórdida mazmorra de los orgullosos, que la prefieren hasta cuando la alucinación  los vence, y solamente en guiñapos se dejan retirar de los lugares en los que los aprisionan sus propios pensamientos.

El sufrimiento consigue unir a las criaturas que experimentan su impositivo, hermanándolas. Les da una visión de profundidad en torno de la vida, y la llena de resignación, de digna tranquilidad que se convierte en victoria personal sobre las vicisitudes. El pan que restaura las fuerzas del que sufre, debe ser preparado con el fermento del optimismo, con el fin de que pueda nutrir interiormente.

Los hermanos infelices del Mas Allá del túmulo envisten a sus victimas y a aquellos que les extienden manos amigas, provocando problemas en sus hogares, en el trabajo, en la calle, etc... Con esta actuación tratan de descorazonar el ánimo de esos abnegados agentes de la caridad y del amor.

Les lanzan petardos mentales con los cuales pretenden penetrar su fortaleza interior; les inspiran desanimo, y enturbian la psicoesfera en que se desenvuelven los lidiadores de la solidaridad; echan mano de personas frívolas que les sirven de instrumentos dóciles; despiertan sentimientos contradictorios; estimulan pasiones... hacen todo lo que les es posible para imponer las dudas, por crear áreas de luchas, imponiendo, cuando pueden, sucesión de hechos desagradables.

Programan conversaciones enfermizas y tele comandan comentarios deprimentes como por ejemplo:” todo aquel que se envuelve con la practica del bien, solamente recibirá la ingratitud” “mientras se trabaja practicando la caridad, las cosas van para tras” “aunque se trate de ayudar con dedicación, no se recibe ayuda” “los malos progresan y los buenos interesados en la mejoría y en el progreso de sus hermanos, sufren incomprensiblemente...
Algunos trabajadores poco adiestrados en el culto de los deberes de ennoblecimiento, acogen esas ideas perturbadoras, dejándose desanimar o intoxicándose con la rebeldía que de ellas se desprende. No les pasa por la mente, que todos mantenemos vínculos de sombra con la retaguardia, y que únicamente nos sucederá lo que debemos o lo que nuestra insensatez engendra.

Nadie marcha en la vida a merced del acaso, sujeto a sucesos de dolor y de sombra sin que las merezca, es fácil comprender que los acreedores por el esfuerzo personal al servicio edificante reciben mayor cuota de ayuda, en concordancia con la enseñanza evangélica de que “mas recibe aquel que más da”

Abnegados Mensajeros alientan a los que con ellos sintonizan; los resguardan del mal, induciéndolos a la perseverancia en el trabajo de auto iluminación, le sustentan la fe; promueven encuentros circunstanciales edificantes; los conducen a las Esferas de Luz y a las Escuelas de Sabiduría, cuando tienen su desprendimiento parcial durante el sueño físico; les dan informaciones preciosas; irrigan la mente que se fertiliza con ideas elevadas, y proporciona euforia interior... No les apartan los problemas ni las luchas, porque saben que, a través de ellas, es como más se purifican y se elevan...

La tierra es una preciosa Escuela, todo se convierte en enseñanza, a cuya conquista deben dirigir todos los valores posibles.

El odio, los celos, la envidia, el despecho que intoxica la vida por largos años, no pueden, en forma lógica, desaparecer de los paneles mentales y de los sentimientos morales de quien les dio cabida insensatamente.

“El odio, en particular, azuza los instintos y hace de aquel que lo siente, un extraviado. Y termina siempre por calcinar a aquel que lo genera y que lo conserva, tal como el escorpión sucumbe victima del veneno que carga consigo y que un día cualquiera se aplica.

El Espiritista no esta exento de enemigos desencarnados y debe hacer esfuerzos espirituales, con el fin de dulcificarlos y aplacar su ira, mediante los ejemplos de renovación y de humildad, de elevación por el trabajo noble y el aprendizaje de las técnicas iluminativas y saludables. Participando de las conversaciones edificantes y de los estudios espiritistas cristianos, pueden inducir a los que odian y persiguen, a que participen de sus múltiples actividades; a que escuchando los conceptos liberadores, cambien su comportamiento, logrando su propia edificación espiritual.

A través de la oración y de la practica de la caridad, cada uno crea una psicoesfera favorable a si mismo, que actúa sobre sus perseguidores como un clima bienhechor de terapia eficaz.

No son pocos los envidiosos, los celosos, y los perversos que, en estado espiritual, se complacen en destilar su ponzoña enfermiza en los hombres honestos, a los que combaten por motivos obvios, deseando complacerse ante los sufrimientos que les imponen.

El amor es el único antídoto eficiente para cualquier mal. “De la misma forma que la muerte del desafecto no lava la honra del ofendido, aunque los duelistas supongan lo contrario, un enemigo desencarnado es muchas veces peor que cuando estaba encarnado. Lograr la paz con los enemigos mientras se esta en el camino con ellos, es una buena medida de urgencia.

“Es ideal, por tanto, no tener enemigos, no estar contra nadie, no revelarse... Si alguien no nos quiere bien, el problema es suyo, pero si damos un motivo para que eso ocurra, el problema es ya nuestro.

El sufrimiento, la soledad, no son penas impuestas por la Divinidad, y si constituyen correctivos salvadores, en los cuales la criatura se arma para realizar, o actos elevados. Las espinas de la corona del martirio, al clavarse en los tejidos del alma, se convierten en resinas balsámicas que rehacen de dentro para fuera.

“El Espiritismo es la prueba cabal del amor de Nuestro Padre hacia los hombres en agonía, vencidos todavía por el egoísmo. Es la simbólica “Escalera de Jacob” para quien desea abandonar los pantanos de los errores elevándose a los cielos de la felicidad ni siquiera soñada.

El tiempo nos dirá más tarde lo que en el momento actual no puede, no debe aclarar.
La caridad ha de ser la gimnasia preferida del Espíritu, con el fin de mantener las formas del espíritu en ritmo de amor tanto en el pensamiento como en la voluntad.

La reencarnación en si misma, constituye una misericordia del Señor, que no desea la muerte del pecador, y si su redención. En consecuencia, todas las facultades de que el hombre se encuentra investido, son fortunas que le cabe multiplicar, valorándolas por el buen uso que les da. Exigen cuidados, educación y disciplina, mediante cuyo ejercicio mas se acrecientan. Relegadas al abandono, favorece la parasitosis síquica de imprevisibles resultados, que dan margen a procesos obsesivos de gran porte, generando perturbaciones y desdichas en torno del individuo.

“Pacificados en Cristo” y recordando sus palabras “ Amad a vuestros enemigos” procuremos apaciguar con nuestra actitud cariñosa, transformando el odio en amor, y tengamos esperanza y alegría para vivir.

El divino Maestro nos visitara y las sombras de la noche moral insistente, se diluye ante la claridad que nos visita.

En todos los trámites de dolor e inquietud, Jesús es nuestra seguridad y nuestro apoyo.
Siempre disfrutamos la dicha de disfrutar de Su presencia.

En el nuevo día, Jesús, sigue con nosotros, con el fin de que no lo nublemos con las tiniebla obstinadas que todavía perdura EN NOSOTROS, POR NUESTRA CULPA.

Si no podemos alcanzar por ahora las cimas doradas, seguiremos intentando alcanzar la ascensión que nos ha destinado. Pidamos fuerzas para que podamos embellecer las escarpas, con el fin de mejorar el paisaje para los que vienen, valerosos, después de nosotros...

Si no logramos el éxito, por nuestra improvisión, procuremos por lo menos, la sabiduría que nos impide la complicidad con el crimen.

Aprendamos a valorizar el tiempo, aplicándolo con elevación. No permitamos horas vacías, a fin de que la ociosidad no nos entorpezca el carácter.

Hemos vivido en fugas incesantes, tengamos ahora el coraje y la valentía para avanzar nuestro espíritu, robustecidos con la fe y dóciles por el amor.

PROCUREMOS OBRAR SIEMPRE SEGÚN LA VOLUNTAD DEL PADRE Y NO SEGÚN LA NUESTRA, PORQUE ES EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA QUE TODOS ANHELAMOS.

Trabajo de Merche extraído de “TRAMAS DEL  DESTINO” DE DIVALDO PEREIRA FRANCO
                                                                             **************************

FRONTERAS SIN FIN DE LA AMISTAD
¿Hasta dónde llega la amistad? Se dice que, algunas veces, tenemos amigos que son más que los hermanos.
Son ellos los que nos sustentan en las crisis, nos auxilian en la enfermedad, nos ofrecen el hombro para llorar,  en cualquier día, a cualquier hora.
Hay personas que, decepcionadas  con pretensiosos amigos, que afirma, que es muy difícil existir, hoy, la amistad desinteresada.
No en tanto, todos los días, se oyen historias de personas que deben su vida a algún amigo.
Las gemelas Rita y Ruth nacieron, en 1988, en una cabaña de barro en África Central.
Sus padres eran agricultores de la tribu Tutsi y temían por la vida de las hijas, porque los rebeldes Hutus, de la oposición del gobierno, atacaban constantemente a los Tutsis.
 Por eso, la pareja decidió ir para Uganda, 240 kilómetros al norte.
Cada uno con una hija a cuestas, algunas pocas pertenencias y la tía de las niñas, de apenas 11 años, comenzaron el gran viaje.
El padre fue el primero en ser asesinado, en el intento de conseguir alimentos en una aldea. La madre, cuando iba al frente, intentando verificar si era seguro proseguir  la jornada, desapareció para siempre.
Durante dos meses, Katie, en la floresta con las dos criaturas, esperó el regreso de la madre de las dos niñas.
Entonces, amarro a las gemelas a su cuerpo y salió andando. Después de diez meses, llegaron a Uganda.
Estaban solitas, durmiendo al relente y viviendo de restos de alimentos. Un día, Jane, una agricultora, las encontró  y las llevo para su casa, condolida de su triste situación.
Jane tenía solamente una hija de 4 años y, por tres veces, enfrento los rebeldes Hutus, escondiendo a las niñas.
Cuando las gemelas estaban con 11 años, Katie ganó un pasaje para fuera de África, para el asilo en el extranjero.
En aquella noche, Rita y Ruth quedaron abrazadas a Katie, llorando. Ella fue el centro de sus vidas desde siempre.
Más, al partir, Katie prometió que mandaría a alguien para buscarlas.
Para una joven de 21 años,  como era Katie, adaptarse a la vida donde quiera que fuese, llevaría tiempo. y más tiempo aun llevaría conseguir a alguien que buscase a las gemelas.
Los meses pasaban, sin cualquier noticia. Los Hutus mataban y secuestraban a decenas de Tutsis.
Las niñas pensaban: ¿Será que ella nos olvido?
Se pasaron tres años. Con 15 años, Rita y Ruth ya se habían resignado a la vida del miedo e inseguridad en Uganda.
Entonces, ellas fueron  capturadas en casa por un agente extranjero y llevadas al aeropuerto.
Catorce horas después, estaban en Londres, abrazando a Katie. Ella explicó como había sido de difícil conseguir que ellas fuesen llevadas para Gran Bretaña antes de millares de otros refugiados.
Más dijo: Espero que sepan que yo nunca las abandonaría.
Las gemelas pasaron el resto de su adolescencia morando con Katie.
Para ellas, Katie es la gran amiga a quien agradecen por tener el privilegio de vivir en un país  de oportunidades.
Dice Rita: A pesar de todo lo que pase, siento como si hubiese ganado en la lotería.
Amigos… Preciosidades que Dios coloca en nuestras vidas para adaptarnos a la estrada de ternura, a fin de tornarnos menos áspera la jornada.
Redacción de Momento Espirita
                                                                      **********************
           
 La prueba de la riqueza.-

La riqueza, aunque humanamente deseable, es una prueba difícil para el caminar evolutivo del Ser, y por ella todos tendremos que pasar alguna vez , o tal vez ya la hemos pasado anteriormente. La cuestión es si la hemos aprovechado correctamente desde un punto de vista espiritual, o mas bien nos ha servido para contraer nuevas deudas para el futuro.
Su gran peligro reside en que suele hacer que el Ser humano se incline hacia el materialismo, la holgazanería, la pereza espiritual y sobre todo ese gran monstruo moral que es el egoísmo . Todas estas posiciones equivocadas nos atan a las cosas materiales de este mundo con tan fuertes lazos que ni siquiera la muerte nos libera de ellas
Es de tener en cuenta que , como cualquier herramienta o utensilio material, la riqueza por si misma no es mala ni buena, por lo que también tiene su aspecto positivo, y este es que también es un medio que facilita el estudio, la investigación y la cultura, que son factores positivos para la evolución del Ser. La riqueza es un instrumento que se puede considerar Hay que comprender que las únicas adquisiciones verdaderas que nos llevaremos de esta vida y que valoraremos realmente después de la muerte, serán las buenas obras y lo que hayamos desarrollado a nivel intelectual y moral.
Para triunfar en la prueba de la riqueza es necesario saber liberarse de la esclavitud que causa el dinero, considerando que este es solamente un medio y nunca un fin en sí mismo.
Una vez meditado y comprendido este asunto, tal vez debiéramos comenzar por querer liberarnos de las cosas materiales que tenemos y son superfluas, de modo gradual, como solo de modo gradual se puede conquistar la perfección, por lo que al mismo tiempo debiéramos autoexaminarnos con frecuencia para detectar nuestros defectos y fallos morales, y así poder ir gradualmente liberándonos de ellos; al tiempo podemos adoptar algún ideal para llevar a cabo o participar en una noble causa, en pro de los demás; siempre de modo altruista y desinteresado. Así nos libertaríamos de la esclavitud de lo superfluo y de la vida frenética que suelen llevar las personas que viven con esta prueba.
La felicidad no reside en la riqueza, aunque a veces aparente lo contrario, ni en los medios materiales y físicos, que pueden aparentar que otorgan felicidad, pero una felicidad falsa porque resulta hueca y efímera . La felicidad verdadera cada uno puede hallarla, experimentarla y gozarla según la cantidad de Amor que damos y recibimos, porque para ser realmente felices solamente lo podemos ser en la medida en que sepamos hacer felices a los demás.
Los ricos suelen tener mucho apego a sus bienes materiales, y de este apego nacen las envidias , los celos y la prepotencia del orgullo que roban la paz y la tranquilidad a quien los padece.
La riqueza en sí misma , como se dijo al principio, no es ni mala ni buena; eso depende del uso y empleo que se le otorgue y precisamente ahí está el peligro, en que la riqueza puede motivar fácilmente el orgullo , el egoísmo y la dureza de corazón. El mayor peligro que ofrece esta situación humana es que la persona rica, por el hecho de serlo, se convierta en un Ser egoísta y orgulloso.
El rico que vive solo, puede ser un egoísta, pensando solamente en sí mismo y en sus riquezas. En realidad, muchas veces bajo la apariencia de riqueza y poder humano, se suele ocultar un Ser moralmente muy pobre, porque vive internamente aislado como un enfermo psíquico o un psicópata inconsciente de su propia condición, por lo que en el fondo, difícilmente estas personas son felices en lo mas profundo de su alma, debido a su estado de egoísmo que los mantiene en continua des armonía, siendo esta situación fruto de una gran pobreza psíquica y moral.
Una cosa es ser dueño de bienes materiales sin permitir que su posesión suponga una exacerbación del egoismo , la vanidad y el orgullo, y otra bien distinta es ser esclavo de los mismos, por eso el rico en el mas amplio sentido de la palabra , debiera estar por encima de su fortuna y bienes materiales, siendo generoso y altruista con los demás, sin posturas absurdas de orgullo y sin faltar a la dignidad de cualquier semejante menos favorecido por la fortuna.
Si la persona rica sabe invertir su fortuna para hacer bien a otros menos favorecidos, creando puestos de trabajo para que otros puedan ganarse el pan de cada día y vivir dignamente, o bien poner su fortuna al servicio de entidades benéficas para auxiliar a los que nada tienen, entonces sí que se puede decir que esa riqueza en sus manos ha sido una bendición de Dios para él y para los demás, por lo que la prueba de la riqueza aunque difícil, para él supondrá un gran paso en su evolución espiritual, pues de sus bienes materiales, nada se llevará al más allá, pero las acciones de bien que haya hecho con ellos en su vida y las bendiciones de aquellos que favoreció, serán entonces su mayor riqueza con la que contará después de esta vida y que nadie le arrebatará.
No olvidemos que como espíritus que somos todos, no somos dueños de nada material; si acaso solamente meros administradores de lo que Dios confió a nuestras manos, y de cuyo uso tendremos que responder después de esta vida.
- José Luis Martín-
                                                              ******************
Los hombres que no saben,trabajan por conquistar riquezas y poder,pero estos duran a lo sumo una sola vida, y por tanto son irreales .Hay bienes mas grandes que esos, que son mas grandes y perdurables; y una vez descubiertos, se extingue para siempre el deseo por los otros”
-Krishnamurti-

No hay comentarios:

Publicar un comentario