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viernes, 12 de septiembre de 2014

LOS ESPIRITAS SOMOS LIBREPENSADORES


Los  espíritas somos Libre pensadores


En el articulo "El libre pensamiento y la libertad de conciencia" dice Kardec: "El libre pensamiento, en su acepción mas amplia, significa: libre examen, libertad de conciencia, fe raciocinada; el simboliza la emancipación intelectual, la independencia moral, complemento de la independencia física; el no quiere mas esclavos del pensamiento que los esclavos del cuerpo, porque lo que caracteriza el libre pensador es que el piensa por si mismo y no por los otros, en otras palabras, que su opinión le pertenece particularmente. Puede, pues, haber libres pensadores en todas las opiniones y en todas las creencias. En ese sentido, el libre pensamiento eleva la dignidad del hombre; de el hace uno ser activo, inteligente, en lugar de una máquina de creer.” [*]

Veamos que, de esa cita emerge el entendimiento de que libre pensamiento es fe raciocinada, manifestación clara de la libertad de conciencia que asiste todas las criaturas como uno derecho inalienable y expresión de las divinas leyes. El libre pensar dignifica el individuo, pues lo mismo abandona la indigencia intelectual de la creencia ciega y, al edificar en la práctica la propia autonomía, aprende a pensar con criticidad, libertándose de la pereza mental que tiene acometido multitudes a una manera mediocre de ser y estar en el mundo. No se trata de auto-suficiencia, más de una actitud de superación de la postura de adestramiento e condicionamiento à tutela ajena, históricamente producida en el seno de las teologías dogmáticas.

El Espiritismo, como propuesta filosófica que salí a borbotones del mundo de los Espíritus, sugiere al adepto esclarecido la práctica consciente de la libertad de pensar - una actitud filosófica sin miedo u culpa -, madurando su propia reflexión sobre el contenido que la Doctrina presenta, mediante el estudio perseverante, problematizado y serio de los textos de Kardec.

Nadie extrañe la naturalidad con lo que podremos lidiar con la expresión "libre pensador" en la comunidad espirita, pues, el maestro Allan Kardec, al hacer uno balance sobre el movimiento espirita de 1867, esclarece que podremos entender como libres pensadores todas las personas "que no si sujetan à la opinión de nadie en materia de religión y de espiritualidad" .

Destaca todavía, en otro texto, que esta calificación no especifica ninguna creencia en particular, pero que podría ser aplicada en las distintas matices del espiritualismo racional, tanto cuanto la incredulidad e, en ese caso, "todo hombre que no si guía por la fe ciega es, por esto mismo, libre pensador; a este título, LOS ESPÍRITAS SON LOS LIBRES PENSADORES." [7]

Luego, recordemos que la fe razonada profesada en el Espiritismo preconiza la libertad de pensar o el libre examen, actividad intelectual indispensable a su adepto sincero y lúcido, con fin que desarrolle  una actitud filosófica delante de la Doctrina de los Espíritus.

De ese modo, que el espirita antes de se tornar uno creyente deberá se constituir en uno libre pensador porque solamente merece creencia aquello que si comprende racionalmente e, por lo tanto, se tiene convicción.

Por: Cassio López
  [*] Revista Espírita, fevereiro de 1867.
[7] Revista Espírita, janeiro de 1867.
 Sacado del articulo "Por Uma Atitude Filosófica" de Vinícius Lousada

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        LA FE
Se dice vulgarmente que la fe no se ordena, de ahí que muchas personas aleguen que no es culpa suya si no tienen fe. No cabe la menor duda de que la fe no se ordena, y lo que es todavía  más justo: La fe no se impone. No, no se ordena, pero se adquiere, y a nadie se le impide adquirirla, incluso entre los más refractarios a ella.   Estamos hablando de las verdades espirituales básicas y no de tal o cual creencia en particular. No corresponde a la fe ir hacia los seres humanos, sino que éstos deben anticipársele y marchar a su encuentro, y la hallarán si la buscan con sinceridad. Tened, pues, la certeza de que quienes afirman : "nada nos agradaría más que poder creer, pero no podemos ", están diciéndolo de labios para afuera y no con el corazón, porque al expresar eso se tapan los oídos. Con todo, abundan las pruebas a su alrededor. ¿Por qué, entonces, se rehúsan a verlas? En unos es por despreocupació n; en otros, por temor de verse obligados a modificar sus hábitos, y en la mayoría, a causa del orgullo, que elude reconocer la existencia de un poder superior, pues en tal caso deberia inclinarse ante él.
En algunos la fe parece, en cierto modo, innata. Basta una chispa para encenderla. Esa facilidad para asimilar las ideas espiritistas constituye un signo evidente de progreso anterior. En otros, a la inversa, tales ideas no penetran sino con dificultad, señal no menos notoria de una naturaleza retrasada.  Los primeros creyeron y comprendieron ya. Traen al renacer la intuición de lo que sabían: su educación está consumada. Los segundos, en cambio, tienen que aprenderlo todo: su educación está por hacerse, pero se hará, y si no se completa en la vida actual, lo será en una futura.   Hemos de convenir, sin embargo, en que la resistencia del incrédulo muchas veces se debe menos a él mismo que a la forma en que le son presentadas las cosas. La fe requiere una base, y esa base es la comprensión acabada de lo que se debe creer. Para creer no basta ver, sino sobre todo compreder. La fe ciega no es ya de este siglo. Precisamente, el dogma de la fe ciega es el que produce en la hora actual mayor número de incrédulos... . Porque quiere imponerse y exige al hombre que abdique de una de sus más valiosas prerrogativas; el razonamiento y el libre arbitrio. A esa clase de fe, sobre todo, se resiste el incrédulo, lo que pone una vez más de relieve la verdad de que la fe  no se ordena. Puesto que tal fe no acepta presentar pruebas, deja en el espíritu un vacío del que nace la duda. Contrariamente, la fe razonada, aquella que se apoya en los hechos y en la lógica, no deja tras de si ninguna oscuridad: en tal caso, se cree porque se está seguro, y sólo se tiene esa seguridad cuando se ha comprendido. He aquí por qué la fe razonada no cede. Porque sólo es inquebrantable aquella fe que pueda mirar frente a frente a la razón en todas las edades de la humanidad.
El Espiritismo conduce a ese resultado, de ahí que triunfe sobre la incredulidad todas las veces que no encuentre una oposición sistemática e interesada
 
El Evangelio según El Espiritismo.

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MENSAJE DE ESTE DÍA.
        
                                               POSESIONES

El verdadero poseedor es siempre el mejor donador. Lo que se tiene, se adeuda. Cuando se ofrece, se posee.
En la contabilidad de la vida, la verdadera posesión se presenta como el Bien que se esparce y proporciona alegría, en vez de significar el recurso que se almacena, que permanece inútil.
La verdadera donación enriquece a quien la efectúa, y por cierto beneficia a quien la recibe.

Joanna de Ângelis / Divaldo P. Franco - Libro Momentos de salud y de conciencia, Editora LEAL
Creación: Fátima Oliveira-  Aportado por Juan C. Mariani

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SERVICIO ESPIRITUAL Y FUERZAS VICIOSAS

La travesía de la tumba impone al Espíritu singulares modificaciones… cada viajero en su camino, cada corazón con su problema…
 El verdadero amor es la sublimidad en marcha a través de la renuncia. Quien no supiera renunciar a favor de la alegría del Ser amado, sin duda sabrá querer con entusiasmo y cariño, más no estará en condiciones de coronarse con la gloria del amor puro. Después de la muerte habitualmente aprendemos, con el sacrificio de nuestros propios sueños , la ciencia de amar, no según nuestros deseos, sino de conformidad con la ley del señor; madres obligadas  a desamparar  a sus hijitos para entregarlos a las pruebas que ellos necesitan,  padres que se ven impelidos  a cambiar los proyectos  de protección de la familia,  esposas constreñidas  a entregar a sus maridos a otras almas hermanas, esposos que son forzados  a aceptar la colaboración que se les ofrece a sus compañeras para hacer frente a la vida, contrayendo segundas nupcias  y viviendo en el propio hogar  que ellos tuvieron que abandonar… Todo eso lo encontramos en las cercanías de la Tierra. La muerte es una intimación al entendimiento fraterno… Y cuando no aceptamos tal desafió, el sufrimiento  es la consecuencia ineludible que tenemos  que pasar…
En el caso de la mediumnidad torturada, hay mediúms que, aliviados de los vejámenes  que reciben de Entidades inferiores, de inmediato reclaman su presencia y se religan nuevamente  a ellas automáticamente, pese al propósito de ser liberados de las entidades espirituales, pues mientras no modifiquen  sus disposiciones espirituales, creando el habito de nuevos y nobles pensamientos, se hallaran sometidos a un régimen de mutua esclavitud, en el que obsesores y obsedidos  se nutren con sus energías  recíprocamente. Temiendo la separación por los hábitos comunes  y arraigados que los asocio, según los principios de afinidad,  se alimentan con los fluidos enfermizos  apegándose instintivamente. Millares de personas son así. Padecen enfermedades de variados matices,  y a ella se adaptan  por espíritu de comodidad y por no demandarles eso  el menor esfuerzo. Se consideran desgraciadas y sufrientes, más con todo, cuando se les retira la molestia que les afecta se sienten vacías y extrañas, presentando síntomas e impresiones  con los que evocan las enfermedades, haciendo que estas se expresen nuevamente bajo distintas manifestaciones contribuyendo así a sostener su condición de victima, en la cual se complacen. Esto acontece  en la mayoría de los casos de obsesión. Encarnados y desencarnados se unen los unos a los otros ligados por una vigorosa fascinación mutua, hasta que ellos mismos  renueven los objetivos de su vida mental. Es por ese motivo que en muchas ocasiones, los mayores dolores están llamados a actuar sobre los dolores menores con el fin de despertar en las almas depravadas ese género  de sustituciones y reformar  de lo inferior.
 La Bondad Divina es tan grande que hasta nuestros sentimientos pocos dignos son aprovechados  en nuestro propio bien. El servicio es incesante por todas partes, en la vigilia  y en el sueño, en la vida y en la mueLa inercia es simplemente una ilusión y la pereza es una fuga que la ley castiga con las aflicciones que devienen de tal atraso.
 Muchos  hermanos, desencarnados, se apegan con desvarió a las sensaciones de la experiencia física, que los lleva a convivir con los encarnados temporalmente desequilibrados por las desagradables costumbres que los dominan, tal es el caso de los apegados al vicio del tabaco, del alcohol, de las drogas….
 Lo que en la vida se comenzó, en la muerte se continua… Estos hermanos  sitúan su mente en los apetitos más bajos del mundo, alimentándose con un tipo de emociones que los coloca  en las cercanías de la animalidad.  Pese a haber frecuentado santuarios religiosos, no se preocuparon en entender los principios de la fe  que abrazaron, acreditando que la existencia  debía ser para ellos el culto a las satisfacciones  poco dignas y a la exaltación  de los más astutos y los más fuertes. El llamado de la muerte los encontró en la esfera de los actos delictuosos y oscuros, y como es por Ley  que cada alma reciba  de la vida conforme aquello que da, no encuentran interés  sino en los lugares  donde puedan nutrir las ilusiones que les son peculiares, por cuanto en la situación en que se encuentran temen a la verdad y la abominan, procediendo como el mochuelo que huye de la luz.
 En el Universo Infinito, hay mil procesos de reajuste, mediante los cuales se cumplen los designios del Señor, ellos se llaman: aflicción, desencanto, cansancio, tedio, sufrimiento…. Habiendo dolorosas reencarnaciones que significan una tremenda lucha expiatoria  para estas almas aficionadas al vicio. La ceguera, la epilepsia secundaria, la parálisis, el idiotismo, la deformación del cuerpo desde el nacimiento y muchos otros recursos, que aunque angustiosos, son necesarios, pues actúan en beneficio de las mentes desequilibradas desde la cuna, en plena etapa infantil. En la mayoría de los casos semejantes procesos de cura brindan buenos resultados, dado su carácter de pruebas coactivas.
 Las Entidades viciosas se valen de personas con las que son afines, estando en una perfecta comunión de fuerzas inferiores… Los recursos psíquicos, en tal o cual grado de desenvolvimiento son peculiares a todos, tanto el medio de locomoción o como la facultad de respirar, constituyendo fuerzas que el espíritu encarnado o desencarnado puede emplear para el bien o para el mal de si mismo. Ser médium no quiere decir que el alma esté favorecida por privilegios o conquistas  hechas. Muchas veces es dado encontrar  personas altamente favorecidas  con el don de la mediumnidad, pero dominadas, subyugadas por Entidades sombrías  o delincuentes  con las cuales son sumamente afines, sirviendo al escándalo  y a la perturbación en vez de cooperar con la propagación del bien. Por eso no basta  la mediumnidad para la concretización de los servicios que nos corresponden. Precisamos de la doctrina del Espiritismo, del Cristianismo puro, a fin de controlar la energía mediumnica y disponerla a favor del perfeccionamiento espiritual a través de la fe religiosa, tal como controlamos a la electricidad en beneficio del confort humano.
 La ley no nos confía problemas superiores  a nuestra capacidad de solución. Las facultades medianimicas y la cooperación del Mundo espiritual surgen por todas partes. Donde hay pensamientos hay corrientes mentales, y donde hay corrientes mentales  existe asociación. Y toda asociación es interdependencia e influencia reciproca. Es por eso que hay que procurar tener una vida noble, a fin de atraer pensamientos que nos ennoblezcan. Trabajo digno, bondad,  comprensión fraterna, servicio a nuestros semejantes, respeto hacia la Naturaleza y oración, constituyen los medios puros para asimilar los principios superiores de la vida, porque damos y recibimos, en espíritu, en el plano de las ideas, según las leyes universales que jamás conseguiremos eludir.
 La influencia del bien o del mal, en la esfera evolutiva en que nos hallamos, se extiende por todos lados y por todos lados registramos la existencia de facultades mediumnicas  que las asimilan, según la directriz  feliz o infeliz, correcta o indigna en la que cada mente se ubica. Es por ello que estudiando la mediumnidad en los santuarios del espiritismo con Jesús, observamos realmente  una fuerza peculiar a todos los seres, la cual es de utilidad general si ella se halla bajo una orientación capaz de disciplinarla y conducirla hacia el máximo aprovechamiento  en el bien.
 La electricidad poco a poco,  va transformando la faz del mundo. No basta poseer una poderosa catarata con un potencial de millones de caballos de fuerza. Es preciso instalar junto a ella la inteligencia de la usina para controlar los recursos, dinamizarlos y distribuir conforme a las necesidades de cada uno… Sin ello, la caída del agua será un cuadro vivo de belleza fenoménica, pero con un lamentable desperdicio.
  Merchita

"Cuando el amor no sabe dividirse, la felicidad no consigue multiplicarse".

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REFLEXIONES ACERCA DE LA PUBLICACIÓN DE LAS COMUNICACIONES MEDIÚMNICAS

Por Anderson Santiago

Kardec relata en  Obras Póstumas  que uno de los primeros resultados de sus observaciones  fue percibir que los Espíritus  no poseían  ni soberana sabiduría,  ni soberana ciencia, como   rezaba en la cultura popular.  Ellos  no eran nada  más que las almas  de los hombres  que vivieron aquí.  Es por esto  que afirma que “esta verdad,  reconocida desde el principio,  le preservo del peligro de creer en la infalibilidad de ellos y lo libro de formular  teorías prematuras sobre los dictados  de  uno o de algunos. “ [1]
Fue esta la postura adoptada por el codificador  durante  los quince años en que estuvo envuelto  con los asuntos espiritas. Una postura sensata, madura y que merece ser copiada en los días de hoy. ¿Y en cuantos centros espiritas podemos observar tal postura en los días actuales? ¡Muy pocos! ¿En tiempo de las vacas gordas, como las actuales, donde las obras espiritas (y hasta las que se hacen pasar  por espiritas…)  ganan espacio   en la prensa  y en el mercado de la editorial, cuantos editores van a perder el tiempo en analizar criteriosamente una obra, sea un romance, sea  una obra de contenido doctrinario de  forma tan minuciosa que pueda descubrir   si el punto no está  correcto?   Una vez más,  pocos muy pocos. La mayoría no se preocupan por estos criterios, ya que el tipo de papel utilizado en la impresión de la obra de arte que se imprimirá en la portada, el autor de "prestigio" para firmar el prefacio [normalmente un médium,  ya que un mero  encarnado que se disponga a estudiar y comentar el Espiritismo normalmente  no es tan respetado como el “mensajero de los espíritus”] y la posibilidad  del libro alcanzar muchas ediciones es lo más importante. No importa si el contenido del libro sea absurdo dudoso, la polémica también trae lucros, piensan ellos. Y en esto,  la calidad también se ve.

Con todo, cuando existe un trabajo criteriosa, muchos equívocos pueden ser evitados  y muchas informaciones errada dejan de ser publicadas.   Y mire que no son pocas las obras que podrían ser atribuida a Espíritus seudosabios. Y esto es hasta interesante de ver. Existen obras que todo el mundo sabe que discordan  con los principios más básicos del Espiritismo, entre tanto,  ellas son publicadas sin una referencia siquiera,  ni una nota corrigiendo tal o cual opinión.  Y es justamente esto lo que Kardec comenta cuando afirma que
[…]  No habrá ningún inconveniente  esas especies de comunicaciones, si las hacen acompañar de comentarios, sea para refutar errores, sea para recordar  que son la expresión de una opinión individual, de la cual no se asume responsabilidad; podrían  incluso tener  un lado  instructivo, mostrando las aberraciones de ideas  a las que pueden entregarse algunos espíritus. Más,  publicarlas  pura y simplemente es presentarlas como   expresión de verdad y garantizar la autenticidad de las asignaturas que el buen sentido no puede admitir; es  el inconveniente” [2]
¿Más, quien osa hoy corregir los luminares que psicografia teorías mucho más allá de nuestra comprensión? ¿Quién osa criticar (en el verdadero sentido etimológico de la palabra que es  “evaluar cualitativamente algo o a alguien?)  Estas obras corren el riesgo de morir  en el ostracismo en la ignorancia, en el  olvido.  Felizmente aun existen aquellos que no desean apenas divulgar el Espiritismo y vivirlo en su aspecto moral (a un mismo superficialmente), más, por encima de todo, existen  aquellos que desean pensarlo. Que desean continuar razonado. Es a estos que debemos  obras como Piedra y la   cizaña,  Investigación sobre  la Mediúmnidad y Diversidad de los Carismas.
Hasta porque, es el propio Codificador el que nos incita a denunciar sin duda  las  obras sospechosas, por el bien de la doctrina.  Y esto por el simple hecho  de que si los espíritus poseen,  más allá de él libre albedrio,  las opiniones   sobre los hombres y las cosas  de  este  y del otro mundo,   se comprende que existan textos  que deben ser evitados no solo por conveniencia, más  por prudencia pura y simple. Esta  cuestión  lleva a Kardec a afirmar que en el interés de la Doctrina conviene hacer una selección muy severa, eliminando todo cuanto pueda producir una mala impresión.
Por otro lado, existen alguna obras que aun mismo siendo instructivas,  relatan situaciones y ambientes del  mundo espiritual de forma analógica, comparativa y que si  no fueran debidamente analizadas  y comentadas  pueden ser tomadas como realidad. Es esto  lo que lleva a  José Herculano  Pires a afirmar  que las “obras mediúmnicas psicografiados,  que describen  con exceso minucias de la vida  en el plano espiritual deben ser encaradas con reserva por los espiritas estudiosos” [3] entretanto,  más allá   de estas precauciones, otras deben ser observadas,  principalmente aquella que dice respecto a la participación de los médiums en la elección de  las comunicaciones  o mismo en la publicación de las mismas.
“Mientras el médium imperfecto se enorgullece  por los nombres ilustres,  frecuentemente las más de las veces apócrifos,  que llevan las comunicaciones   que el recibe,  y se considera  interprete privilegiado de las fuerzas  celestes,  el buen médium no se cree jamás  bastante digno de tal valor, teniendo siempre una sana desconfianza de la calidad de aquello que recibe  no  confiando en su propio juicio;  no siendo sino un instrumento pasivo, el comprende que, si lo que recibe es bueno,  no puede hacer de eso un merito personal, ni tampoco puede ser responsable si es malo,  y que sería ridículo creer en la identidad absoluta de los Espíritus que se manifiestan por el; deja la cuestión para ser juzgada por terceros desinteresados, sin que su amor propio  sufra con el juzgamiento desfavorable como la del actor que no es capaz de resistir la censura  infligida de la cual es el interprete.  Su carácter distintivo  es la simplicidad  y la modestia; es feliz con la facultad que posee, pero no para envanecerse de ella, más si  porque le ofrece  un medio de ser útil, lo que hace voluntariamente cuando le surge ocasión, sin jamás   entristecerse si no es colocado en primer plano”. [4]
Estas reflexiones me remiten, inevitablemente, a la asustadora cantidad de médiums dueños de editoras, que fundan centros y graficas para publicar sus libros cuando ellos no son aceptados  con buenos ojos por sus compañeros de  ideal.  Más  no son solos ellos, ¿Cuántos aquí guardarían por más de veinte años una psicografia, y los insistentes convites de los Espíritu autores (del tamaño de un libro)  por no hallar  que ella debería ser publicada en aquel momento? Muchos médiums  mal terminan  de psicografiar  y ya procuran a alguien de nombre para prefacio  de la obra que ni finalizada está, como comento cierta vez  el médium Divaldo Franco. Infelizmente son pocos los que asumen  una postura idéntica   a la Yvonne Pereira  en el famoso caso del Espíritu Beletrista (Ver la obra Desvasando lo Invisible  para mayor información)
Y es por esto que hoy vemos a tanta gente que apenas admira el Espiritismo, tantas cabezas “pensantes”  que se acostumbran a vivir apenas  como las lagartijas, moviendo la cabeza para todo lo que los Espíritus dicen atestando su ignorancia  en todo lo que dice al respecto  el Espiritismo.  ¡Es  ahí donde se dice  que el está fascinado!  Conozco el caso de una señora que jura ser la encarnación  de varios espíritus famosos por ella psicografia  un médium famoso,  ya desencarnado, más que demuestra calaras señales de una asustadora fascinación. ¿Imaginad si ella spicografiara libros? No es de extrañar  que Kardec se  preocupaba con relación a la publicación de  comunicaciones espiritas, de una forma general.  No por acaso, también insistimos en revisar las advertencias  hechas por Herculano Pires sobre la importancia de una seria y solida formación doctrinaria para las futuras generaciones espiritas. Y para finalizar estas reflexiones, como dijo cierta vez el Codificador:
“En materia de publicidad, por tanto, toda circunspección es poca  y no se calcularía con bastante cuidado el efecto que tal vez produjese  sobre el lector. En resumen, es un grave error creerse  obligado a publicar todo cuanto dictan los Espíritus,  porque,  si los hay buenos y esclarecidos, también los hay malos e ignorantes. Importa si hacer una selección muy rigurosa  de sus comunicaciones y suprimir  todo cuanto sea, inútil, insignificante, falso o susceptible de producir mala impresión. Es preciso sembrar, sin duda, más sembrar  la buena simiente en el tiempo oportuno”. [5]
Traducido al español por: M. C. R .

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