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viernes, 4 de septiembre de 2015

La Transición Planetaria



Emigraciones e inmigraciones de los espíritus

35. – En los intervalos de sus existencias corporales, los Espíritus están en estado de erraticidad y componen la población espiritual ambiente del globo. Por medio de las muertes y los nacimientos estas dos poblaciones se vierten incesantemente una en la otra; pues, diariamente hay emigraciones del mundo corporal al mundo espiritual e inmigraciones del mundo espiritual al mundo corporal: es el estado normal.
36. – En ciertas épocas, reguladas por la sabiduría divina, estas emigraciones e inmigraciones se operan en masas más o menos considerables, como consecuencia de las grandes revoluciones que hacen partir al mismo tiempo, innumerables cantidades, que son rápidamente substituidas por cantidades equivalentes de encarnaciones. Por lo tanto, es necesario considerar los desastres y los cataclismos como ocasiones de llegadas y partidas colectivas, como medios providenciales para renovar la población corporal del globo y de fortalecerla con la introducción de nuevos elementos espirituales más depurados. Si, en estas catástrofes, hay una destrucción muy grande de cuerpos, solo hay vestiduras despedazadas, pero ningún Espíritu perece; no hacen sino cambiar de medio; en lugar de partir aisladamente, parten en gran número, he ahí toda la diferencia, pues partir por una causa o por otra, no dejan de hacerlo fatalmente más temprano o más tarde. Las renovaciones rápidas y casi instantáneas que se operan en el elemento espiritual de la población, como consecuencia de catástrofes destructoras, aceleran el progreso social; sin las emigraciones y las inmigraciones que vienen, de tiempo en tiempo, a darle un violento impulso, caminaría con extrema lentitud. Es notable que todas las grandes calamidades, que diezman a las poblaciones, sean seguidas siempre por una era de progreso en el orden físico, intelectual y moral y, como consecuencia, en el estado social de las naciones en las cuales se verifican. Es que tienen por objetivo operar una renovación en la población normal y activa del globo.
37. – Esta transfusión que se opera entre la población encarnada y la población desencarnada de un mismo globo se opera, igualmente, entre los mundos, sea individualmente en las condiciones normales, sea por masas en circunstancias especiales. Hay, pues, emigraciones e inmigraciones colectivas de un mundo a otro. De eso resulta la introducción, en la población de un globo, de elementos enteramente nuevos; nuevas razas de Espíritus se vienen a mezclar con las existentes, constituyendo nuevas razas de hombres. Como los Espíritus nunca pierden lo adquirido, traen con ellos la inteligencia y la intuición de los conocimientos que poseen; imprimen, por consecuencia, su carácter a la raza corporal que vienen a animar. No tienen necesidad, para esto, que sus nuevos cuerpos sean creados especialmente para su uso; puesto que existiendo la especie corporal se encuentra dispuesta para recibirlos. Son, pues, simplemente nuevos habitantes; llegando a la Tierra, al comienzo forman parte de su población espiritual, luego se encarnan como los demás.

Allan Kardec
Extraído del libro "La Génesis"


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LA TRANSICIÓN PLANETARIA
      Allan Kardec, en las observaciones de los Espíritus Superiores, afirmó que la humanidad estaba entrando en un periodo de transformaciones que debería conducirla a un nuevo nivel de progreso en que el conocimiento de la realidad espiritual y de las Leyes Divinas que nos gobiernan, llevaría a los indivíduos a formas enteramente nuevas de relacionamiento y organización.
     A primera vista, parece equivocada esa apreciación hecha hace 155 años, teniendo en cuenta que después de esta fecha, guerras a escala mundial y sistemas políticos de opresión y exclusión, asolaron nuestro planeta. Actualmente, el mundo atestigua la expansión de la violencia, las drogas , la sexualidad exagerada y una globalización que nos trajo la miseria a millones, con el desempleo y el hambre. Las epidemis mundiales como el sida, diezmando a millones de personas. Sentimos aún la presencia del dogmatismo y del misticismo como formas primarias de adoración a Dios. El culto al hombre, con todas sus imperfecciones, como el afán de dominio y de poder, viene desde hace mucho tiempo, atrasando el progreso espiritual de la humanidad con creencias de un misticismo ciego.
       La observación del Codificador, sin embargo, es correcta, apoyándose en informaciones traídas por elevados mensajeros de la espiritualidad. Originándose de ahí, nuestra extrañeza de una espectativa falsa en cuanto a duración de ese proceso, que por su magnitud, no se desenvuelve en unas decenas de años terrestres, sino, en tiempo mucho mayor.
      Agotados los antíguos modelos de religión y de convivencia social- el primero basado en la autoridad, en la fe no comprendida y en el culto externo, y el segundo en el egoísmo y en la hipocresía- surge, naturalmente, la necesidad de propuestas nuevas, capaces de satisfacer aspiraciones mayores en términos de entendimiento, paz y seguridad y estas, comprendiendo los aspectos materiales y morales de la existencia.
     A propósito y como indicativo de ese cambio, recuerda Kardec el surgimiento, ya en su época, de innumerables instituciones volcadas a la protección, el esclarecimiento y la emancipación de las personas. Asistimos a ese hecho también en nuestros días, a escala aún mayor, aactuando algunas a nivel mundial, que en nombre de la caridad y del Espiritismo que se esparcen por el mundo.....
    La Providencia Divina lo controla todo y una vez alcanzada por una parcela significativa de la población terrena y con la madurez suficiente para la implantación de un nuevo orden social basado en la fraternidad. Por otro lado, es fácil comprender que a medida que el número de conciencias inclinadas al bien, se haga mayor, superará más a los ignorantes y a los viciosos. La influencia del bien será preponderante, determinando aquellos cambios. Los que continúen reincidentes en el mal, después de la desencarnación, no volverán más a la Tierra.
¡ Piense en esto !
    
João Cabral-Presidente da ADE-SERGIPE-Jornalista e Radialista.

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ACCIÓN DE LOS OBSESORES EN LOS CENTROS ESPÍRITAS.


(...) Los que ocasionan perturbaciones no se encuentran solamente en medio de ellas (de las Sociedades y de las reuniones), sino también en el mundo invisible. Así como hay Espíritus protectores de las asociaciones, de las ciudades y de los pueblos, los Espíritus malhechores se unen a los grupos, del mismo modo que los Individuos. Se unen, primeramente, a los más débiles, a los más accesibles, procurando hacerlos sus Instrumentos y gradualmente van envolviendo los conjuntos, por eso que tanto más placer maligno experimentan, cuanto mayor es el número de los que caen bajo su yugo.”
(El Libro de los Médiums, Allan Kardec, item 340.)

Interesados en proseguir usufructuando de los vicios y de lo que consideran placeres, gran multitud de Espíritus todo hacen para impedir cualquier esfuerzo que busque liberar al ser humano de la inferioridad.

A través de los encarnados, tienen esos Espíritus posibilidades de sustentar el intercambio de energías desequilibrantes. Por eso, luchan por mantener las posiciones conquistadas junto a los hombres, como también se empeñan en impedirles la renovación para el bien.

Bajo ese aspecto, toda y cualquier actividad noble que tenga por objetivo librar a las criaturas humanas del yugo de las pasiones inferiores será objeto de sus envestidas, a fin de proporcionarle el desenvolvimiento. Natural es pues, que los Grupos Espíritas que lidian directamente con esos hermanos desencarnados sean blanco de su asedio, que se muestra especialmente intenso.

Todos nosotros, luchadores de la desobsesión, no ignoramos que somos vigilados atentamente por los obsesores. Al unirnos a algún caso de obsesión, automáticamente pasamos a recibir las vibraciones negativas de los perseguidores invisibles, que están actuando en el área bajo nuestro interés. Somos así investigados, analizados, acompañados. Meticulosamente examinados, ellos evalúan nuestra posición espiritual, la sinceridad de nuestros propósitos, la perseverancia en el bien, el esfuerzo que estamos empleando para mejorar y, está claro, las brechas que presentamos. Nuestros fallos y deficiencias son observados y aprovechados por ellos. Tienen incluso la intención declarada de sacarnos del camino, empleando, para alcanzar tal intento, todas las armas de que disponen.

Si estuviésemos invigilantes, descuidados, ofreciéndoles campo a las mentes desequilibradas que se acercan a nosotros y, encontrando desguarnecidas de nuestras defensas, tendrán posibilidades concretas de conseguir nuestro alejamiento y de regocijándose con nuestra caída.

Muchos son los medios usados por los obsesores, casi todos ellos bastante estudiados, pues ya sabemos que su acción es organizada. Usan de varias técnicas, induciendo en los integrantes de los grupos las ideas que elaboran. Usan, por ejemplo, la idea del comodismo para apartar a las personas de las reuniones, generando argumentos del tipo; “las reuniones son buenas, pero hoy yo no voy porque trabajé mucho”; “yo ya produje mucho en las reuniones, por esto faltar hoy no hace mal”; “yo soy muy asiduo, todo el mundo falta, menos yo”; “estoy cansado, voy a orar en la casa, hace el mismo efecto”, etc.

Procuran diseminar la desconfianza entre los participantes, dando origen a pensamientos de este orden; ¿será que hablaron esto para mí?”; “pienso que están insatisfechos conmigo”; “creo que no confían en mí mediumnidad”, etc.

Son muchos, como es fácil imaginar, los recursos empleados, resaltando también las maniobras en el sentido de agudizar el amor propio, la susceptibilidad, el personalismo, el apego a los puntos de vista personales, la vanidad y toda la cohorte de deficiencias que avasallan al ser humano.

La acción de esos obsesores, lógicamente, no queda circunscrita a los grupos mediúmnicos. Ella se extiende en busca de terreno fértil y lo que fue dicho para las reuniones vale igualmente para todo el movimiento espírita.

Esa es la razón por la cual los Benefactores Espirituales no se cansan de alertarnos, reiterando cada día los apelos a nuestra reforma íntima. La mayoría de nosotros aun somos bastante teóricos, sabiendo de memoria páginas, citaciones, libros, pero consiguiendo poco vivir las enseñanzas adquiridas.

Los perseguidores son conscientes de eso. Saben perfectamente como nos resulta difícil vencer las pasiones que nos esclavizan, sobre todo en las circunstancias del día a día. Es a través de esas pequeñas brechas que intentan debilitar nuestras disposiciones más nobles.

Y, cuando sintonizamos en fajas inferiores, envueltos por esas vibraciones, tropezamos con los problemas de que otros compañeros son portadores, dejando que nuestra inferioridad contumaz asome, surgiendo, en consecuencia, los roces, las riñas, las divergencias difíciles de ser superadas.

No estamos queriendo decir que no deba haber divergencias. Estas son normales, lo que deseamos aclarar es que debemos vencer el apego a los puntos de vista y opiniones personales, los celos y las idiosincrasias que perturban el entendimiento, la fraternidad, la unión. Y no tengamos dudas: de eso se aprovechan los obsesores para fomentar la cizaña.

Es admirable, bajo todos los aspectos, la presciencia de Kardec a ese respecto. Profundo conocedor del alma humana, nos legó preciosas advertencias a las cuales deberíamos estar atentos y, sobre todo, siempre predispuestos a atenderlas. Es de lo que trata el magistral capítulo 29 de “El Libro de los Médiums” – que por si sólo es una base de enseñanzas tan oportunas y actualísimas que se diría haber sido escritas en los días de hoy.

Nuestra preocupación, pues, debe ser la de sentir y vivir las enseñanzas de la Doctrina Espírita, y si alguna competición haya de existir entre nosotros “que no deberá ser sino la de hacer cada uno mayor suma de bien”. (Ob. Cit., item 349.)

OBSESIÓN Y DESOBSESIÓN

SUELY CALDAS SCHUBERT


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¿EL QUÉ, EL CÓMO, DÓNDE Y POR QUÉ PENSAMOS DE ESE  MODO O DE AQUEL  OTRO ?


El pensamiento y el pensar son, concomitantemente,  una configuración del artificio mental o capacidad de codificación mental. El razonar consiente para los seres que moldean el mundo  y con eso luchar en el mundo de un modo concreto en consonancia con sus metas, planes y voluntades. El pensamiento es evaluado como la demostración más tangible  del espíritu humano, por cuanto por medio de representaciones e ideas despunta precisamente la pretensión de este.
El pensamiento es fundamental en el proceso de aprendizaje y es el principal vehículo del proceso de concienciación.  La actividad de pensar confiere al hombre  alas para sobreponer y moverse en el mundo y raíces para profundizar  en la realidad.  Etimológicamente, pensar significa evaluar el peso  de alguna cosa. En amplio sentido,  podemos decir que el pensamiento tiene como misión  tornarse   el valorador de la “realidad”. Según Descartes, el filosofo por excelencia,   “la esencia del hombre es pensar “Por eso profirió: “Soy una cosa que piensa, esto es,  que duda, que afirma, que ignora  muchas, que ama, que odia, que quiere y no quiere, que también imagina y que siente.  Luego quien piensa es consciente de su existencia, “pienso, luego existo.”

Filosóficamente, observamos  que hay la realidad que depende de la existencia de un observador y la realidad que independe del observador para existir.  Elementos como átomos, fuerza, gravedad, fotosíntesis, son ejemplos de lo que existe independientemente del observador – y la realidad natural. En contrapartida, dinero, propiedad y gobierno son ejemplos que dependen de nosotros para existir – es la realidad social, cultural, existencial.  El peso que las ideas  o palabras ejercen sobre nuestras acciones, sobre nuestros estados emocionales, sobre la construcción de nuestras vidas,  casi siempre es inmenso.

Según los Benefactores el pensamiento actúa en la forma de onda,  con la velocidad mucho superior a la de la luz, y la mente es la dinamo generadora de la fuerza creativa. Siendo materia,  la onda mental es formada por corpúsculo (partículas  mentales), para anunciarse como ondas y formas mentales. En situaciones extraordinarias de la mente, excitación de los micros núcleos atómicos mentales, cuáles sean, las emociones profundas, los dolores indivisibles, las laboriosas y aturadas concentraciones de fuerza mental o las suplicas aflictivas, el dominio de los pensamientos emite  rayos muy cortos, teóricamente semejantes a los que se aproximan a los rayos gama.

Decididamente, muchas de nuestras acciones solo acontece porque pensamos algo, deseamos algo,  creemos en algo, tememos algo, o sea,  hay un estado objetivo que provoca un tipo de movimentación en el mundo concreto.  Si eso es hecho – y es difícil, empíricamente, dudar de ese hecho entonces, la interferencia de lo que pensamos sobre lo que vivimos es mucho mayor de lo que, habitualmente imaginamos.  De esta  forma, el dicho popular, “cuidado  con lo que usted piensa”, posee un sentido mucho más amplio.  A rigor, nuestros pensamientos interfieren y determinan nuestras acciones, nuestros posicionamientos, y el mundo en que vivimos se constituye a partir de la interferencia de esas acciones nuestras sobre él.

Tenemos, entonces, pensamientos que generan acciones.  Acciones que generan el mundo, que genera las acciones. El pensamiento del otro que constituye mi pensamiento, que constituye el pensamiento del otro. ¿Cuáles son los límites, las líneas divisorias entre  esos elementos?  Creo no ser posible establecer esos límites, o sea, cuando un elemento termina y el  otro comienza. No hay fronteras, territorios específicos del pensar, del actuar, del yo, del otro. La constatación de la fluidez de nuestro pensar y, consecuentemente, de nuestras acciones, en fin, de aquello que somos, tal vez permita una mejor comprensión de cómo vivir en un mundo, donde no hay  una única posibilidad, más si todas las posibilidades, o sea, donde todo sea  posible.
Bajo el punto de vista espirita, nuestro espíritu residirá donde proyectamos nuestros pensamientos, alicientes vivos del bien y del mal. Los pensamientos negativos corrompen los fluidos espirituales, como los miasmas deletéreos corrompen el aire respirable, o sea, el optimismo es expansión de la luz y el pesimismo es condensación de la sombra. Los fluidos que envuelven a los Espíritus obsesores, o que estos proyectan, son viciados, variando de acuerdo con el grado de imperfección de cada uno, al paso que los que envuelven a los Benefactores espirituales, o que ellos emiten, son puros, tanto como comporta el grado de perfección moral que hayan conquistado.
Otro aspecto a considerar es que tanto los buenos pensamientos como los malos, emitidos por un ser encarnado, afectan, considerablemente, a las mentes de hermanos, también encarnados en fajas mentales equivalentes.  Es imprescindible comprender que, después de la muerte del cuerpo físico, proseguimos desenvolviendo los pensamientos que cultivábamos en la experiencia carnal. El pensamiento actúa y re actúa, acarreando para el emisor todo lo que lo  sustenta, como, también, todo arroja  a quien pretende lograr. Determina para cada criatura los estados psíquicos que varían según los tipos de emoción y conducta a que se aficione.

El sentimiento de amor cristiano puede  impulsar el correcto pensamiento, sin los cuales adolecemos por la insuficiencia de equilibrio intimo, imprimiendo en el cuerpo físico las distonía  y las variadas patologías que le son consecuentes. Para términos de salud, es importante saber cómo estamos pensando. Los pensamientos negativos operan en nuestro estado íntimo  determinada perturbación, instaurando desarmonías de grandes proporciones en los centros del alma y provocando lesiones funcionales variadas. Cualquier dolencia aparece  como efecto, residiendo la causa  en el desequilibrio de los espejos de la vida intima, una vez que los síntomas mentales depresivos influencian  las células fisiológicas.

Recordemos que los efectos de las ansias  y pensamientos indignos que mantenemos se tornan contra nosotros mismos, después de descompuestos en ondas mentales, tumultuando nuestras funciones neurológicas, y esos reflejos imprudentes, propagándose  sobre  la contextura del cortex cerebral, gestionan delirios que pueden transformar del miedo evidente al estado neurótico, circunstancia  en que los obsesores nos alcanzan con arbitrios destructores, directos o indirectos ,transportándonos a lamentables fenómenos de des gobierno psicológico y emocional.  No olvidemos jamás  que exclusivamente  el amor cristiano puede estimular el adecuado pensamiento  y hacernos furtivos de las amarguras. Sin el amor ejercido, adolecemos, espiritualmente, por la carencia de equilibrio íntimo, transmitiendo al cuerpo físico las distonía y las variadas patologías que le son consecuentes. Por eso, necesitamos tener mucho cuidado  con lo que, como, donde y porque pensamos de ese o de aquel modo.

Jorge Hessen

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        BILOCACIÓN

El individuo que se muestra simultáneamente en dos lugares diferentes posee, por lo tanto, dos cuerpos. No obstante, de esos dos cuerpos, sólo uno es real; el otro no es más que una apariencia. Se puede decir que el primero tiene la vida orgánica, y que el segundo tiene la vida del alma. Cuando el individuo se despierta, los dos cuerpos se reúnen, y la vida del alma vuelve al cuerpo material. No parece posible –al menos no tenemos ejemplo de ello, y la razón parece demostrarlo– que, cuando se encuentran separados, los dos cuerpos puedan gozar, simultáneamente y en el mismo grado, de la vida activa e inteligente. Además, de lo que acabamos de decir resulta que el cuerpo real no puede morir mientras el cuerpo aparente permanece visible, dado que la aproximación de la muerte siempre atrae al espíritu hacia el cuerpo, aunque sea por un instante. También resulta de ahí que el cuerpo aparente no puede ser asesinado, porque no es orgánico, no está hecho de carne y hueso. Desaparecería en el momento en que quisieran darle muerte.

- El Libro de los Médiums -

                                                                                                                     
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