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domingo, 12 de diciembre de 2010

AUTISMO, BREVE COMENTARIO BAJO EL PRISMA KARDECIANO


Hay una teoría para explicar la supuesta genética de la inteligencia. ¿Será que el Autismo (1) es el precio de la inteligencia, conforme ratifica el descubridor de la estructura del DNA James Watson? “Los genes que predisponen a algunas personas a habilidades intelectuales elevadas serian los mismos que disparan dolencias como el Autismo, Esquizofrenia y, hasta [asómbrense] “Estupidez” .(2) Es esa, también, la hipótesis de un grupo de pesquisidores de la Universidad del Colorado. Watson comenzó a desenvolver su hipótesis, después de haber sido el primer ser humano en tener el genoma secuenciado. Descubrió que tenía mutaciones en tres genes ligados al reparo del DNA. “Personas con esas mutaciones tienden a tener hijos especiales” (3) – teoriza Watson – que tienen un hijo que sufre de una deficiencia cognitiva similar al autismo, hecho ese que no acostumbra abordar en público, más que, ciertamente, habría influenciado sus opiniones sobre el tema. El afirmó, cierta vez, que la “idiotez” es genética y que seria, moralmente, necesario modificar genes humanos para eliminarla. James ya defendió, en el pasado, más allá de las terapias convencionales (inyección de genes “corregidos” en pacientes con dolencias metabólicas), la modificación de genes en el linaje germinativo de células humanas (ganetas, como óvulos y espermatozoides). Eso haría con que la alteración, fuese heredada por los descendientes de la persona.

Probablemente, un poco menos especulativa, es la ligación, entre cognición y dolencias mentales, hechas por el grupo lideradas por James Sikela, de la Universidad de Colorado. El grupo descubrió una correlación entre el alto número de copias de un gen, en una cierta región de DNA humano, y el desenvolvimiento del cerebro. Esa región, dicen otros estudios heterodoxos, estaría, también implicada con el Autismo y Esquizofrenia. El peligro de las afirmaciones científicas, muchas veces, significa el materialismo, cual velo puesto entre la realidad y los ojos de los científicos.
“El Autismo continua siendo un desafío, un enigma, una esfinge.” (4) Todos los genéticos y biotecnologías que se apoyan en el determinismo genético, (5) no ceden espacio para la existencia del Espíritu, y, mucho menos, para la reencarnación. Se sabe que son más de tres billones las combinaciones genéticas posibles en el ser humano. Normalmente, ningún científico materialista piensa en la existencia de vida en una dimensión más allá del túmulo, y, mucho menos, en las leyes de Causa y Efecto. Con todo, saben que hay dificultades en los dos aspectos, tanto en el genotipo (genes que acarrearían una característica), cuando no fenotipo (características, de hecho, manifestadas en el individuo).
El investigador Stephen Jay Gould, ya desencarnado, también tenía un hijo autista [Josh, un eximio calculador de calendarios, capaz de decir, en segundos, en que día de la semana cae un fecha cualquiera]. Paradojamente, Gould se tornó un estoico adversario del determinismo genético – “lo que no deja de ser una indicación de que parece haber mucho más determinaciones entre genes y cultura de lo que puede suponer la biotecnología.” (6) “En verdad, el esquema de un gen/una dolencia no es aplicable, ni aun mismo a males con mecanismos más inmediatamente bioquímicos, como el cáncer”. (7) Menos aun pueden ser usados para entender o controlar manifestaciones complejas como “inteligencia” o “idiotez”.
A titulo de rigor, no hay un tratamiento para el portador de psicosis desintegrativa o hipotonía profunda. El autista es como un cuerpo sin nadie dentro, sin embargo, recordemos que el espíritu inmortal está en su plena conciencia y percibe lo que ocurre a su alrededor, aunque “encapsulado” en si mismo. Para los espiritas, la causa puede ser “un sentimiento de culpa no resuelto, suscitado por un desvió de comportamiento, ocurrido en vidas anteriores. Más el Autismo no es un castigo, más si un instrumento de aprendizaje, de “ajuste de la conciencia ética fustigada por el arrepentimiento o remordimiento y deseosa de pacificarse”. (8) La dolencia es un trastorno invasivo del desenvolvimiento que se manifiesta, normalmente, antes de los 3 años de edad. Se caracteriza por un desenvolvimiento anormal y por mostrar alteraciones en tres áreas: interacción social, comunicación y comportamiento. En la mayoría de los casos, la causa es desconocida. En otros casos, se debe a problemas médicos como las infecciones intra-uterinas, de las cuales las más habituales son la rubeola, dolencias congénitas como el síndrome del X Frágil, también conocida como síndrome de Martin &Bell que, “por su incidencia, se considera la primera causa de deficiencia mental hereditaria”. (9), y síndrome Fetal Alcohólica, provocado por la gestante, que ingiere bebidas alcohólicas durante el embarazo. La mayoría de las veces, las causas son desconocidas, siendo de ese modo, un verdadero misterio para la Ciencia. En términos médicos, puede decirse, que no hay un psicofármaco específico para tratar el autismo. Los medicamentos que se utilizan son administrados, apenas, para controlar las agitaciones psicomotoras y las hetera y auto agresiones producidas por los autistas. Es una patología de etiología muy compleja, que requiere, no solamente, un abordaje multidisciplinario que envuelve a los educadores, psicólogos y terapeutas ocupacionales, más, sobretodo, exige un análisis bajo la Luz de la Doctrina Espirita.
En ese estado mental patológico, que lleva a la persona a encerrarse en su propio mundo, alejándose, en gran medida, del mundo exterior, hay deudas pasadas muy graves, acompañadas, normalmente, por la consecuente obsesión espiritual, por lo que el tratamiento indicado pude ser el de la desobsesión, el de la aplicación de pases y de la utilización de agua fluidificada. Hay casos de autistas que consiguieron la cura completa, sin embargo son muy raros. No en tanto, en la literatura médica, hay casos de pacientes que consiguieron cierta autonomía y una mejoría, insólita, poco común.
Existen personas que están dentro del llamado Autismo clásico, otras presentan algunas de las características autistas, aliadas a una inteligencia fuera de lo común, generalmente volcada a un asunto especifico, siendo que esas personas tienen extrema dificultad de relacionamiento inter personal, gran rigidez en las rutinas del día a día, y aparente desprecio por los sentimientos de los otros. Más, al menos consiguen vivir en sociedad… aun mismo siendo llamados de difícil, geniosos, o términos menos elegantes.

Sabemos que hay vida antes de la vida, vida después de la vida y vida entre las vidas. Cuando hubiera mayor integración de la ciencia, entendiendo al ser humano de forma más completa, con el cuerpo, cerebro y espíritu, creo que comprenderemos más acerca de las muchas psicopatologías desafiadoras. En las obras del literato-médico-espirita, vamos a encontrar innumerables esclarecimientos sobre sus causas y sobre el proceso de formación de los síntomas, y que vienen a lanzar una nueva luz sobre estos mismos síntomas, dado que, en las instrucciones kardecianas, cada persona es vista bajo la óptica de la reencarnación. “Aun mismo cuando los imperativos genéticos producen situaciones orgánicas o psíquicas constreñidores en el individuo, tales como: gemelos siameses, síndrome de down, ciegos y lisiados, esos se derivan de la conducta personal anterior en vidas pasadas, y deben ser considerados como estimulo o métodos correctivos, educacionales, que las Leyes de la Vida recurren para el mejoramiento de los seres humanos. “ (10) Como se observa, desde el punto de vista doctrinario, hay esos aspectos determinantes de la patología, el autista es un ser que, por algún motivo, no, “acordó” en el mundo material. Permanece escondido, en el patamar de la existencia carnal y espiritual. Muchas veces, hasta, se observa, algunos casos, que no hay propiamente autismo, más si aspectos autísticos, grados o niveles de disturbios mentales y emocionales. De este modo, lo máximo que se podría afirmar, en términos de consenso, seria decir que, de entre los sistemas básicos atribuidos al síndrome, cada autista presenta, diferentes énfasis sobre esta o aquella característica intrínseca. Hasta porque, “mirado dentro de sí mismo, el autista vive en un mundo de aislamiento. Los científicos que buscan colapsar esa barrera trabajan con bases en hipótesis diversas y opuestas, utilizando una gama inmensa de abordajes y terapias. (11)
Podemos reafirmar, entonces, que el Autismo es un corregimiento natural de la vida impuesto al espíritu, objetivando la restricción de su relacionamiento con los que lo rodean. Eso, sin embargo, no impide que el espíritu reciba las manifestaciones de afecto y cariño a él dirigidas que, ciertamente, gracias a esas impresiones vigorosas de amor, contribuirán para minimizar la alineación temporal en que vive, y, quien sabe, acelerar su cura.


Jorge Hessen

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