LA GENERACIÓN DE ENERGÍAS POSITIVAS Y LA SALUD
La enfermedad es un estado psico-bío-físico de todo ser viviente que tiene predominancia según el grado de evolución del ser, en la psíquico y lo físico. En los grados más evolucionados, en el hombre, predomina el origen en lo psíquico más que en lo físico, aun que luego se materialice o aflore en la parte física.
El ser planetario se enferma primero en el periespíritu y la enfermedad pasa luego al plano material del cuerpo. Todas las enfermedades son kármicas, todas. Porque este estado puede ser transitorio o puede instalarse definitivamente en la estructura material del individuo, y está contrapesado por las fuerzas inmunológicas del cuerpo humano.
Y así es como un mismo tipo de enfermedad, en unos supera las barreras defensivas del ser hasta eliminarlo, mientras que en otros, la enfermedad no logra su propósito, se mantiene allí y se retira.
¿Entonces, cómo se resuelve esa posibilidad de crear fuerzas inmunológicas?
A través del pensamiento. Un individuo que baja los brazos ante la enfermedad, es como el soldado que en medio de la batalla se niega a combatir y es presa fácil del adversario.
Nunca hay que darse por vencido. Hasta la enfermedad más trivial cobra fuerzas ante un estado inmunológico débil: una mentalidad que no tiene ganas ni ansias de luchar por sobrevivir.
Hay que hacer frente a la enfermedad creando reservas psíquicas favorables para vencer los trastornos transitorios, o para mantener en línea a los trastornos que ya están instalados en el organismo, u he aquí la fuerza que el ser humano debe oponer a través del pensamiento. De los buenos pensamientos.
Y así como el ser humano genera su propia curación, también genera energías suficientes, no solo para lograr su propia curación, sino para lograr la curación de terceros. Así se pueden curar vegetales y se pueden curar animales. La fuerza espiritual que genera vitalidad llega a todo ser viviente.
Cada acción, cada buen pensamiento, cada momento sentimental en donde la pureza del florece, trasmite energía al espacio, energía que el individuo, sin saberlo, incorpora a su organismo incorporal al organismo de sus seres queridos, y dono u ofrece a la comunidad espiritual.
Es el estado de armonía el que provoca la generación de energías curativas. No es solamente la energía que se produce en los pocos momentos de la reunión. El estado general y normal de armonía de un individuo, es como un generador que esta constantemente encendido, que está generando energía y es aprovechada. Y aspa como el hombre acumula energías en recipientes especiales, también el mundo espiritual acumula esa energía en lo que ya los estudiosos han advertido que existe en diversos lugares. Son los reservorios espirituales de energía.
Esa energía no solo deriva de las reuniones de oración o de concentración mental de ayuda humanitaria, que las distintas corrientes de pensamientos propician, esos reservorios se van acrecentando con la energía que cada una de las personas está generando durante el día, a través de buenos pensamientos, de obras de bien, de los momentos sentimentales que los ponen en situaciones de alegría, de bienestar, en que las emociones se elevan ante de lo que ven o sienten.
Se está generando energía constantemente.
Entonces, la dación de energías no empieza o termina en los minutos de concentración. Se diría que es la ínfima parte de la dación energética del día de cada individuo. El ser que se levanta cada mañana, que cobra lucidez intelectual para comenzar su tarea diaria con responsabilidad, ya sea en la familia, en el trabajo o cualquier actividad, que lo hace con honestidad, que lo hace pensando siempre en el bien de los demás, ese individuo crea energías positivas que engrosan su inmunidad y da a loe Espíritus curadores la posibilidad de agrandar esos habitáculos espirituales llenos de esa energía.
Entonces, la molestia transitoria hay que enfrentarla y hacer el esfuerzo por superarlas, porque se tiene elementos de superación para ellos; porque existen Espíritus curadores que y trabajan como médicos en cada individuo para superar los estados de molestias físicas y porque también, en las reuniones específicas, los Espíritus médicos actúan interrelacionando todo. No hay nada, en la naturaleza, que actúe independientemente. Todo está concatenado. En materia de salud. En materia de salud, con mayor razón. Todo, una cosa depende de otra, todo tiene su razón de ser: la enfermedad avanza por una razón, la enfermedad se para por una razón, se reduce y hasta desaparece también porque hay un conjunto de factores que confluyen, que se unen para que ello suceda.
(Extracto de un mensaje mediúmnico, recibido el 26 de mayo de 2003 en la Sociedad “La Esperanza del Porvenir” La Pampa –Argentina-)
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