EN LA REENCARNACIÓN LA HEREDITARIEDAD NO ES DETERMINISTA
Pesquisidores de la Universidad de Kontanz, en Alemania, aseguran que “el estrés de una madre puede provocar alteraciones biológicas en un receptor de harmonios y afectar a su bebe aun en el útero, causando secuelas a largo plazo en la vida de la criatura.” (1) esas mutaciones fueron asociadas a problemas de conducta y enfermedad mental. Mujeres que usan ciertos tipos de antidepresivos durante la gestación, de la cual hacen un remedio como es la Prozac (fluoxetina) e o Zoloft (sertralina), “pueden tener bebes con síndrome de abstinencia neonatal. Después del nacimiento, cuando no ingieren las sustancias los bebes presentan síntomas como convulsiones, irritabilidad, lloros anormales y temores.” (2)
Por la “hipótesis de la programación fetal”, se discute sobre algunos factores inoportunos acontecidos durante periodos sensibles del desenvolvimiento en el útero que tienden a “programar set puntos” (3) en una variedad de sistemas biológicos de la criatura. Eso influenciará el desenvolvimiento de esos sistemas biológicos para modificar a lo largo de la vida, derivando en dificultades de adaptación fisiológicas, culminando en la predisposición a la enfermedad y conflictos psíquicos.
No en tanto, para el espírita, la ley Divina establece que si el ser encarnado carga las tendencias inferiores el apenas las desenvuelve al reencontrar la situación favorable. La herencia genética, cual es, acepta en los conocimientos científicos actuales, tiene sus fronteras. Pueden ocurrir “ciertas modificaciones de la materia en la parte embriológica, determinando alteraciones favorables al trabajo de redención de que necesite el reencarnado. “ (4) El nacimiento y el renacimiento, en el mundo, bajo el punto de vista físico, “yacen confiados a las leyes biológicas de cuya ejecución se incumben Inteligencias especializadas, con todo, en sus características morales, se subordinan a ciertos ascendentes del espíritu. Y cuanto más vastos los recursos espirituales de quien retorna a la carne, más complejo es el mapa de trabajo a ser obedecido.” (5)
Asimilamos las energías de nuestros padres terrestres en la medida de nuestras cualidades buenas o malas, para el destino ennoblecido o torturado que nos merecemos, por nuestras conquistas o débitos que vuelven a la Tierra con nosotros, emergiendo de nuestras anteriores experiencias. “La hereditariedad es dirigida por principios de la naturaleza espiritual. Si los hijos encuentran los padres de que precisan, los padres reciben de la vida los hijos que procuran.” (6) Si reencarnamos permanecemos dispuestos al proceso de auto elevación, sobrepujaremos a cualquier cobranza menos noble del cuerpo o del ambiente, triunfando sobre las condiciones antagónicas.
Los estudiosos sospechan que el lugar primordial (en el útero) tiene un papel crucial. Y no obstante acreditar en que el “bebe es sensible solo al ambiente (intra-uterino) de una forma única, mucho más de lo que después del nacimiento, “ (7), se afirma que el ambiente social de la gestante puede ser de extrema importancia para el desenvolvimiento del bebe. Estudio realizado en los Estados Unidos indica que la personas que recibieron cariño en abundancia de sus madres cuando eran bebes son más capaces de lidiar con las presiones en la vida adulta. (8)
Cada uno de nosotros renace en la Tierra imprimiendo en la materia densa el patrimonio de bienes o males que incorporamos a los tejidos sutiles del alma. La patogenia, en esencia, envuelve estudios que remontan al cuerpo espiritual, y podemos entender, con más seguridad, los procesos dolorosos de las enfermedades congénitas y de las molestias insidiosas que asaltan la infancia en el mundo.
Hay dolorosas reencarnaciones que significan tremenda lucha expiatoria para las almas necrosadas en el vicio. “Cada reencarnación está supervisada por deliberaciones superiores, muchas veces insondables para el hombre. (9) Renacimientos, cunas torturadas, accidentes en la infancia, delitos de la juventud, dramas pasionales, hogares peligrosos, divorcios, deserciones afectivas, ciertas modalidades de suicidio, tanto como molestias y obsesiones resultantes de abusos sexuales y una infinidad de temas conexos son examinados en los departamentos especializados en el más allá, según las rogativas y las quejas entregadas a los pronunciamientos de la justicia.” (10)
El cuerpo físico, en cierta manera, en muchos casos no es apenas un “vaso divino para el crecimiento de nuestras potencialidades, más es también una especie de carbón milagroso, absorbiéndonos los tóxicos y residuos de sombra que trazamos en el cuerpo substancial.” (11) El organismo proviene del cuerpo de los padres, sin embargo, las tendencias que cercan a cada uno desde los primeros días, por el ambiente a que fue llamado a vivir o por el tipo de cuerpo con el que (re) nació, lo afecta más o menos, por la fuerza libre del albedrio. Las cualidades morales resultan de la lucha y del esfuerzo individual. Una verdad es indiscutible: ¡los padres transmiten disposiciones genéticas, jamás cualidades morales! La conciencia traza el destino, el cuerpo apenas refleja el alma: “Toda agregación de materia obedece a impulsos del espíritu. Nuestros pensamientos fabrican las formas de que nos utilizamos en la vid hereda a.” (12)
El cuerpo hereda del cuerpo conforme el estado mental que se ajusta a otras mentes [padres], por la ley de afinidad, cabiendo reconocer que la hereditariedad [relativa o compulsoria] tallará el cuerpo físico que necesitamos en determinada encarnación, no siéndonos posible alterar el plano de servicio que merecemos o de que fuimos incumbidos. “Según nuestras adquisiciones y necesidades podemos, por la propia conducta feliz o infeliz, acentuar o debilitar la tonalidad de los códigos que nos recomiendan la ruta, a través de los bioforos [unidades de fuerza psicosomática que actúan en el citoplasma], proyectando sobre las células y, consecuentemente sobre nuestro cuerpo, los estados de la mente, que estará ennobleciendo o agravando la propia situación, de acuerdo con nuestra elección del bien o del mal.” (13)
Como se desprende, la ley de la herencia no es determinativa. La criatura no recibirá, al renacer, la total imposición de las características de los padres. Las enfermedades o las disposiciones criminales no serán transmitidas de manera integral. Bajo cualquier hipótesis de las investigaciones citadas más arriba, recordemos igualmente que cada ser humano [encarnado o no] es un mundo por si mismo. El Espíritu que posea la mente alentada en las bases del amor emite fuerzas equilibrantes y restauradoras para los trillones de células de su propio organismo; “En cambio, cuando esta perturbada, emite rayos magnéticos de alto poder destructivo para esas mismas células.
Ciertamente, un estado depresivo de la madre puede alterar la tesitura del que va a reencarnar, tanto como el vinculo solido entre madre y bebe puede disminuir el estrés de la criatura y ayudarla a desenvolver recursos que la auxiliaran en sus interacciones sociales y en la vida de una manera general. ¿Más será que el calor maternal en la infancia podrá ser factor determinante y exclusivo para el comportamiento de los hijos años más tarde? En verdad, la vida física es puro estado educativo, dentro de la eternidad, y a ella nadie es llamado a fin de candidatearse a paraísos de favor.” (14)
Reencarnar no es ganar un cuerpo para nueva aventura, al acaso de las circunstancias, con todo, significa responsabilidad definida en los servicios de aprendizaje, elevación o reparación, en los esfuerzos evolutivos o redentores.” (15)
- Jorge Hessen-
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