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jueves, 28 de noviembre de 2013

MEDICINA ESPÍRITA

LA Medicina Espírita es un proceso  en desarrollo. Comenzó con Kardec y el Dr. Demeure, en París,   en la segunda mitad del siglo pasado. las experiencias y observaciones realizadas con médiums terapeutas  en la clínica del Dr. Demeure figuran, en parte, en la Revista Espirita, colección de doce libros  de los doce años en los que Kardec dirigió y redirigió, prácticamente, prácticamente solo, los fascículos  mensuales de la publicación por el fundada. La Medicina Espirita es un resultado natural de la naturaleza y de las finalidades del Espiritismo. Tanto en el campo científico, como en el filosófico y religioso, la Doctrina espirita se reveló como una forma de Humanismo Atibo, destinado no apenas a establecer principios humanistas, más también  a actuar en el hombre  y por el hombre,   descifrándole los misterios del cuerpo y del  espíritu y proporcionándole los recursos culturales para la humanización del mundo. Los problemas de la salud humana  no podían escapar  de su enfoque universal. En ese plano como en todos los demás, Kardec actuó con prudencia y sabiduría, pesquisando, observando, estudiando  y por fin orientando.  El materialismo dominante en las Ciencias y en la Medicina repelió  la Medicina Espirita.  Kardec, por su vez,  sobrecargado con los múltiples encargos doctrinarios, no tuvo tiempo para cuidar específicamente de ese problema  y de la Pedagogía, dos campos en los que milito con éxito, teniendo sus obras adoptadas por la Universidad de Francia.  No dejó el tratado de Medicina Espirita  y el de Educación  y Pedagogía Espirita que deseaba elaborar. Completada la obra de la Codificación del espiritismo,  se lanzó al campo de las aplicaciones doctrinarias, según sus propias palabras, con la elaboración del Libro La Génesis, de importancia fundamental en los tres campos fundamentales del Espiritismo. Más si dejo, con La Génesis, un modelo del que  el llamo aplicación de los principios y de los datos del espiritismo a las diversas áreas de la cultura.

Como médico poco sabemos de sus actividades, a no ser lo que informa Henri Sausse,  su contemporáneo y amigo, y posteriormente  las pesquisas y la esquematización notable de la vida del codificador en el libro Vida y obra de    Allan Kardec. Su interés por el espiritismo lo apartó de todas las  demás actividades, como del cargo de director de estudios de la Universidad de Francia.  Le cabía iniciar en el mundo las investigaciones científicas de los fenómenos mediúmnicos, lo que hizo con criterio poco vulgar y  plena abnegación. Charle Richet, director de la facultad de Medicina de la Universidad de Francia, Premio Nobel de Fisiología, prestaría más tarde su homenaje a Kardec, reconociendo, en el Tratado de Metapsíquica, el criterio científico de Kardec, que jamás expusiera cuestiones o elaborara principios que no se basase en rigurosa pesquisas.

A pesar de ese inicio promisor, la Medicina Espirita no consiguió avanzar como debía, en virtud de las barreras que contra ella levantaron  todas las fuerzas dominantes en la época: científicas, filosóficas religiosas, en una verdadera colusión  en que se destacaron los elementos clericales y los médicos con sus sociedades profesionales y científicas.  No  obstante, los éxitos de las investigaciones de Richet, Crookes, Notzing, Zöllner y tantos otros, en el campo de los fenómenos mediúmnicos, y recientemente la comprobación de la realidad fenoménica por la Parapsicología, dieron nuevo aliento a las posibilidades de la Medicina Espirita. Hoy hay varias asociaciones de la Medicina  y Espiritismo y de médicos espiritas en Brasil  y en el  mundo,  grandes redes hospitalarias espiritas  y notables trabajos publicados por científicos y médicos espiritas, particularmente en los Estados Unidos, en Inglaterra, en Italia, en Alemania  y en Suecia.  El interés  de las ciencias soviéticas también se manifestó, a pesar de las objeciones ideológicas, y el Dr.  Waldimir Raikov, de la Universidad de Moscú, se proyecto mundialmente  como investigador de los fenómenos mediúmnicos a través  de la Parapsicología, interesándose especialmente por el problema de la reencarnación, bajo  la hábil designación de reencarnaciones sugestivas, como hechos de tipo psiquiátrico, que precisan ser esclarecidas.  En los países de la órbita soviética el interés creció de manera sorprendente. En la Romería  se llegó a  crear una nueva corriente científica, designada como Psicotrónica, más que  en verdad no pasa de Parapsicología disfrazada para escapar a los preconceptos  materialistas ya levantados contra la Ciencia de Rhine y McDougal. La mayor conquista   de los soviéticos en ese campo fue descubierto científica y tecnológica, en la famosa Universidad de Kirov, en el Afganistán, de la existencia del cuerpo bioplasmico de las plantas, de los animales y del hombre. Ese cuerpo, que corresponde en estructura y funciones, plenamente, al periespiritu o cuerpo  espiritual  del Espiritismo, que representa una revolución Copérnico  en la Biología y en la Medicina. Infelizmente el Estado interfirió en la cuestión  y las pesquisas fueron suspendidas por cuestión  de seguridad ideológica del Estado Soviético. A pesar de eso, el libro de Sheila Ostrander e Lynn Schroeder, de la Universidad de Prentice Hall (EUA) lanzado por esa Universidad  y posteriormente por la Editora Bentam Books, de Nueva York, conteniendo entrevistas comprobatorias de los científicos  responsables, continua circulando en el Occidente. “Los científicos revelaron su convicción de que ese descubrimiento abre nuevas perspectivas para los científicos y particularmente para la Medicina, por lo que fueron punidos.

El capítulo de la Medicina Espirita en las ciencias soviéticas, a pesar de oficialmente condenado, abre inmensas perspectivas  en el campo científico mundial.   Se llegó a noticiar la realización, en Moscú, de un simposio científico sobre las obras de Allan Kardec, mencionado como un racionalista  del siglo pasado, en Francia, que ya se había referido al cuerpo bioplasmico.

Este importante relato de las dos pesquisidoras norteamericanas fue lanzado en Brasil por la  Editora Cultrix, con el titulo Experiencias Psíquicas Más Allá de la  Cortina de Ferro. (N.E.)

La Medicina Espirita, por tanto, es una realidad  innegable en la actualidad científica del mundo, y su biografía se presenta dramática, implicando hasta aun mismo problemas internacionales. Esa realidad se enriqueció  con el episodio brasileño del llamado Caso Arigo,  del famoso médium curador de Congonhas del Campo, Minas Generales, investigado por un equipo de científicos y médicos de varias Universidades norteamericanas. Las investigaciones probaron la existencia real de diagnósticos, curas de dolencias incurables, como casos de cáncer  incurables, e intervenciones quirúrgicas sin asepsia ni anestesia de cualquier especie. Arigo fue calumniado, después de su muerte accidental, por autoridades eclesiásticas, como  charlatán, más consagrado por los científicos como uno de los mayores casos de mediúmnidad curadora del mundo. Murió en un desastre de automóvil, precisamente cuando esperaba la visita de un equipo de científicos suizos y otra de científicos japoneses, interesados  en pesquisarlo. Tuvimos en manos los pedidos de licencia de esos equipos  habiéndonos Arigo invitado para ayudarlo en la recepción de los pesquisidores, que debían permanecer  varias semanas  en Congonhas del Campo.

La Medicina Espirita  no es una aplicación pura y simple de la mediúmnidad curadora  a casos de dolencias incurables, ni una forma    de curanderismo.   Es lo que Kardec llamaba  una aplicación de los principios espiritas  en el plano cultural. En el caso, aplicación especifica  a la Medicina,  lo que solo puede ser hecho por médicos.  El Espiritismo contribuyo  con la mediúmnidad y la Medicina  con el saber  y la experiencia  y la Medicina cía  de los médicos. Hay casos  de esa doble contribución   conjugarse en una sola persona: el caso de los médicos espiritas que son también médiums. Por eso,  la sociedades de médicos espiritas son importantes, pues pueden liderar movimientos de reglamentación  de elementos de los dos campos  e iniciar trabajos de estructuración científica de la Medicina Espirita. Los médiums representan los médicos espirituales, que a través de ellos dan la  contribución de las observaciones del otro lado de la vida. Los médicos representan la Medicina de la actualidad y procuran establecer las ligaciones necesarias para un esfuerzo común en beneficio de la Humanidad. Tenemos así un aspecto importante del ideal espirita de Kardec: la conjugación del mundo espiritual con el mundo material en el trabajo común de elevación de la Tierra. Tenemos aun la confirmación  de la tesis de León Denis, según la cual el Espiritismo  realiza  una síntesis de lo espiritual y de lo material en el mundo. Y también la previsión  de Sir Oliver Lodge, en gran científico ingles,  de que en el Espiritismo, a través del túnel de la mediúmnidad, los espíritus  y los hombres se encuentran para intentar en conjunto la solución de los problemas humanos. Lo que entonces parecía  utopía, hoy se muestra como realidad.

La Medicina Espirita implica, por tanto, el problema de la mediúmnidad curadora en toda su globalidad de manifestaciones. Habiendo sinceridad en esa conjugación, estaremos cara a uno de los momentos más significativos de la evolución humana en la Tierra, los beneficios que de ella pueden resultar para el bien de la salud humana  son simplemente incalculables. Cabria a la Sociedad de Médicos Espiritas de San Paulo encabezar esa iniciativa cada vez más necesaria.

Entre todas las formas de manifestaciones mediúmnicas,  la más peligrosa para los médiums es  la curadora. No porque  los exponga a riesgos  de salud, que prácticamente no existen en una mediúmnidad bien controlada, más si porque los expone a la fascinación  de las ventajas materiales.  Todo médium curador  es inevitablemente asediado por personas  que quieren agradarlo,  que lo elogian, se dicen sus amigos, le dan presentes y así en adelante.  Poco a poco el médium se deja envolver, se convence de su importancia, se torna vanidoso y ambicioso. Con eso de desliga   de los amigos  y compañeros desinteresados  para caer en las redes de los interesados   y se torna, a su  vez, uno de ellos. Los laboratorios le ofrecen comisiones  en la receta de los productos.  Todas las facilidades  se van abriendo  para el y,  si no tuviera en cuenta los principios de la moral mediúmnica, en breve se transformará en un explorador del prójimo al que se debe auxiliar  con desinterés. El medio espirita conoce muchos de esos casos dolorosos, en que excelentes y humildes médiums curadores acabaron traicionándose a sí mismos.

Son muy variados los tipos de mediúmnidad  curadora, desde la simple pasista el recetistas, el vidente, diagnosticado, hasta el operador, el médium cirujano que tanto puede actuar con instrumentos o con apenas la imposición de las manos, a incluso practicar la cirugía-simpático, uno de los fenómenos más extraños y complejos de  todos los fenomenismos paranormal.   El desenvolvimiento  de ese tipo de mediúmnidad se procesa  de manera discreta, generalmente disfrazado en la producción de efectos físicos, de videncia, de  dolencias súbitas  y sin motivo aparente que lo atacan y de repente desaparecen.  Se tiene la impresión, no es raro, de un caso de obsesión. En verdad, el médium está siendo sometido a una especie de experimentación  de sus posibilidades psicofísicas  y de preparación para sus futuras actividades. Anísio Siqueira, famoso en la década de los 30, sufrió grave  enfermedad que lo llevó a  casi lamuerte.los médicos  lo desengañaron, de repente se recupero y comenzó a hacer curas.  No conocía el espiritismo y nunca lo aprendió, daba pases fumando, el cigarro entre los dedos, y realizó espantosas curas, tanto espirituales (desobsesión) como materiales. José Arigo, paleto, ya en la infancia veía y oía a los espíritus;  en la adolescencia comenzó a sentir terrores nocturnos,  fue perseguido por visiones asustadizas. En la juventud (era católico) contento por el ideal de pureza  y santidad  y oía voces que le aconsejaban la castidad.  Al entrar en la madurez,  se caso y paso por una fase de equilibrio en la que se mostraba despreocupado, alegre  y juguetón. Un día hubo de socorrer a un amigo que se había asfixiado. Ahí comenzó su espantosa mediúmnidad-quirúrgica.  Y, con ella, todos los  problemas de un hombre  que era procurado por enfermos  de las más diversas molestias  y a todos querían atender. Guiado por un espíritu autoritario más generoso, que se decía el médico alemán Dr. Fritz, muerto en la primera guerra mundial, se tornó ríspido, exigente, de una ruda franqueza, dando la idea de un nuevo Juan Bautista que surgía en la ciudadanía arcaica y carismática de  de Congonhas del Campo. Sus modales rústicos parecían una coraza destinada a apartar todas las tentaciones de su peligrosa mediúmnidad. Fue uno de los  médiums más auténticos y de mediúmnidad más productiva que ha pasado entre nosotros. Más acabó en las celadas de los intereses y murió trágicamente, aun joven y vigoroso.

La cirugía simpa tética o simpática es así llamada por su semejanza con la magia –simpática.  Arigo la producía, más solamente en casos especiales. En general, actua de manera violenta, con un cuchillo o navaja, cortando al enfermo de manera brusca, sin anestesia ni asepsia y comandando con seguridad espantosa el flujo de la sangre. Trabajaba al aire libre, en medio del pueblo y en presencia de médicos conocidos o no, y muchas veces llamaba a los médicos para que asistieran de cerca a lo que el hacía. El Dr. Sergio Valle, cirujano ocular y especialista en hipnosis clínica, residente en San Paulo, presenció de cerca varias de sus operaciones y declaró:”Arigo aplica una súper cirugía que no conocemos y no usa la hipnosis ni conoce las técnicas hipnóticas. En la práctica de la cirugía simpa tética Arigo actúa sin tocar al enfermo.  Procedía como la médium  Bernarda Torrubio, mujer del campo, esposa de José Torrubio, sitiado en Garza, en la Alta Paulista. Hacia una oración, pidiendo asistencia a los espíritus. Extendía las manos sobre el enfermo, sin tocarlo. Este sentía que movían por dentro en sus órganos enfermos,  le producían los deseos de  vomitar, más quien vomitaba era el médium. Vomito generalmente espeso, con gran cantidad de pus y sangre y pedazos de materiales orgánicos. El enfermo se sentía débil, abatido como si hubiese sufrido una intervención quirúrgica. Los dolores internos confirmaban esa impresión. Durante unos pocos días los dolores continuaban, más luego comenzaban a disminuir y desaparecían. La recuperación era rápida y total.

La mediúmnidad quirúrgica es muchas veces acompañada de fenómenos ocasionales de efectos físicos. Eso es natural, pues la propia cura e  las operaciones pertenecen a esa clasificación mediúmnica. Bernarda Torrubio manifestaba extraños fenómenos de transporte de objetos  a distancia  y aparentemente a través de puertas y ventanas cerradas. En reuniones con Urbano de Asís Xavier, en Marilia, hubo  notables fenómenos  de esa naturaleza, enteramente  inesperados. En las pesquisas parapsicológicas esos fenómenos se confirmaron. El Profe. Rhine hizo decisivas experiencias con animales, para evitar el problema  de la sugestión, y consiguió éxitos comprobatorios, dentro de todas las exigencias de metodología científica. Las pesquisas de Geley y Osty, en Francia, mostraron que en todos esos fenómenos   existe la emanación de ectoplasma. Geley llamó controladores  a los espíritus que actúan en esas ocasiones, proviniendo y regulando  la salida de ectoplasma del organismo mediúmnico.  En las experiencias soviéticas los científicos consideraron el ectoplasma como energía radiante  emitida por el periespiritu o cuerpo espiritual del médium. Crookes la llamó fuerza psíquica  y Notzing tomo porciones de ectoplasma y  los sometió al análisis de laboratorio, probando que la porción muerta de ese elemento, disociada del médium, se componía de células  y otros materiales orgánicos. No hay, pues, milagro,  en el sentido místico de la palabra, en esos hechos.  Hay las leyes naturales  que poco a poco van siendo esclarecidas por las pesquisas científicas. 

Los médiums dotados de esas facultades precisan ser instruidos doctrinariamente para saber cómo portarse en la vida común y para tener conciencia de que los fenómenos  no son producidos por ellos, más si por la acción de los espíritus. con eso se libraran de la vanidad tola que los lleva  a creer en sus poderes personales, juzgándose dueños de ellos y capaces de controlarlos por sí mismos. Esa idea de posesión individual los lleva también a  caer más fácilmente en las celadas de los aprovechadores. Esa mediúmnidad exige constante vigilancia del médium en lo tocante a sus deberes morales y espirituales  y más plena conciencia de su responsabilidad doctrinaria.

Mediúmnidad por J. Herculano Pires
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                                                                   MEDIUMNIDAD  Y  SU SERVICIO                  

La finalidad de la mediúmnidad en la Tierra es, ante todo, una oportunidad de servir, bendición de Dios que nos faculta tener contacto con la vida espiritual. Gracias al intercambio mediúmnico podemos tener no la certeza de la supervivencia de la vida después de la muerte, sino también el equilibrio para rescatar con júbilo los débitos adquiridos en anteriores encarnaciones.
Gracias a la mediúmnidad el hombre tiene la ante visión de su futuro espiritual y, al mismo tiempo, el relato de aquellos que lo procedieron en el viaje de vuelta a la Erraticidad, trayéndole informes de seguridad, directrices de equilibrio y la oportunidad de rehacer el camino por las lecciones que él absorbe del contacto mantenido con los desencarnados.
Es de muy alta importancia la finalidad de la mediúmnidad porque es gracias a ella que el hombre toma conciencia de sus responsabilidades de Espíritu Inmortal. Gracias a la resurrección de Cristo tenemos la certeza de la vida espiritual.
No existe mediúmnidad más importante una que otra, ni médiums más fuertes unos que otros. Existen médiums y mediúmnidades. según Pablo de Tarso, existen los “dones” y el se refiere a la visión, a la audición, a la curación, a la palabra, a la enseñanza, pero dijo que solo uno es el Señor. Ella proviene de la misma fuente. Los individuos que psicografian, que psicofonizan, que materializan, podrán todos realizar un trabajo apostólico en la realidad en que se encuentran.
No es el número de posibilidades la ue da importancia al médium , lo que engrandece espiritualmente al médium es aquello hace con los dones que tiene, en el honor que siente al poder servir.
No existen médiums más fuerte que otros, lo que si existen más dedicados que otros, más fervorosos que otros, que están renunciando a la materia y efectuando el esfuerzo del auto perfeccionamiento más que otros. Este esfuerzo es el que otorga galardón al médium, o servidor y le permite estar delante de la lid. Esto no quiere decir que el que está en la retaguardia no pueda alcanzarlo, si realiza los mismos esfuerzos. Cuando más se eleva la mediúmnidad, el que la posee se destaca, en la claridad, naturalmente, y los que no desean la luz arrojaran piedras a la lámpara, intentando romperla, y derrumba el “poste” que la sostiene.
El médium, por tanto más importante es aquel que más dispuesto está a enfrentar esas luchas en nombre de Cristo, Médium de Dios por excelencia y el más importante Señor de la mediúmnidad que nosotros conocemos.
Aunque nos ubiquemos en una zona sencilla de la mediúmnidad no debemos desanimarnos. El que no recibamos mensajes de espíritus elevados como era el caso de Chico Xavier cuando estaba en la Tierra, o el de compañeros nuestros que se proyectan en la sociedad, pero desconocen la cuota de sacrificios diarios, de luchas, de lágrimas, de renuncias a los que ellos tienen que predisponerse y disponerse.
Constatando así, que en el Espiritismo no hay médiums superiores a otros, ni mediúmnidades más importantes que otras; existen oportunidades para que todos tomemos la charrúa de la evolución sin mirar hacia atrás, creciendo siempre.
Kardec clasificaba la mediúmnidad, en dos tipos, seguros e inseguros. Dentro de esa clasificación, los seguros son aquellos que filtran con fidelidad el mensaje, aquellos que son automáticos, sonambulicos, inconscientes por medio de los cuales el fenómeno ocurre dentro de un clima de profundidad, sin que la conciencia actual lo advierta.
Los médiums pueden ser conscientes, semiconscientes e inconscientes. Tienen vasta clasificación, en cuanto a sus aptitudes y cualidades morales.
El médium inconsciente siempre tiene responsabilidad de lo que ocurre durante las comunicaciones, ya que el fenómeno es sonambulico, pero la comunicación está relacionada con la conducta moral del médium. Este es siempre responsable de los sucesos así como en muchas obsesiones, cuando el individuo entra en una banda de subyugación y pierde la conciencia y parece no ser responsable de lo que pasa; sin embargo, lo es por haber sintonizado con aquel Espíritu que lo ha dominado temporalmente. Jesús en el Evangelio lo constata cuando dice: “Vete y no vuelvas a pecar, para que no te pase algo peor”. El individuo que no se modifica permanece en una zona vibratoria negativa y sintoniza con las Entidades más desdichadas, por lo tanto, semejantes.
En el plano de la mediúmnidad, la vivencia moral digna interdicta el intercambio con las Entidades frívolas.
Las Entidades malévolas difícilmente se adentran en la Casa Espirita que tiene un noble patrón vibratorio, porque las defensas impiden que tales Espíritus rompan las barreras magnéticas. Aquellos que se adentran en la reunión sin el perseguidor deberán seguir trabajando en su reformación mientras está en el ambiente espiritual, pues, en de acompañar al adoctrinador, de observar y meditar respecto a las lecciones que le suministran, por estar enviciado mentalmente sigue con los mismos clises que tenia quedando dentro del Centro, no obstante ligado a los Espíritus con los cuales se identifica, manteniendo vinculación hipnología, telepática.
Hay personas que no consiguen orar y, cuando van a orar, les vienen pensamientos de contenido vibratorio muy bajo. Cuando oran son asistidos por recuerdos de cosas desagradables, vulgares, sensuales, y no saben comprender como les sucede eso. Es resultado del hábito mental.
Si nosotros aportamos al inconsciente ideas depresivas, vulgaridades, creamos ideo plastias perniciosas. Nuestra anterior memoria o subconsciente se encharca de esas fijaciones. En el momento que queremos ejercitar un pensamiento al cual no estamos acostumbrados, es lógico que primero afloren los que son frecuentes. Es necesario porfiar en la idea, insistir en los planos positivos, permanecer en los pensamientos superiores, pero somos siempre responsables por cualesquiera comunicaciones, desde que somos el factor que atrae a la Entidad que se va a presentar, gracias a nuestra conducta y vibraciones, intelecto-moral.

Para distinguir entre su pensamiento y el pensamiento de la entidad comunicante el médium consciente dispone de su sentido común. Es menester que antes de ejercer la mediúmnidad debe estudiarla, antes de entregarse a la vivencia mediúmnica le es licito entender el propio mecanismo del fenómeno mediúmnico, Allan Kardec tuvo la inspiración dichosa de ofrecer a la Humanidad “El Libro de los Espíritus” que es un tratado de filosofía y moral, enseguida “El Libro de los Médiums” que es un compendio de metodología del ejercicio de la facultad mediúmnica, constatando así que en la mediúmnidad consciente o lúcida el fenómeno es, al principio, “inspirativo”
En todas las expresiones mediúmnicas, los Espíritus se sirven del nivel cultural del médium. Al principio el médium tendrá que sufrir la incomodidad de la duda sobre todo si el mensaje proviene de su inconsciente. A través del ejercicio, adquirirá el conocimiento equilibrado que le ayudara a identificar si se trata de si mismo, animismo. O de la interferencia espiritual- mediumnismo.
El médium por los fluidos y sensaciones que registra, pasa a identificar cual es la Entidad que se le acerca. A partir de esa identificación se ofrece en una entrega tranquila, y el Espíritu que lo conduce lo inspira hacia más allá de su propia capacidad, dando levedad a sus ideas habituales, ofreciendo la posibilidad de síntesis que no le es común. Únicamente el tiempo sin embargo, por el ejercicio continuado, ofrecerá la lucidez, la seguridad para discernir cuando se trata de información de sus propios archivos o de la Interferencia de los Buenos Espíritus.

Extraído del libro “Directrices de seguridad” por Divaldo Pereira Franco y Raúl Teixeira

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                                 ¿ Para que sirve el Conocimiento Espiritual?

Ciertamente no hay ningún ser humano que nunca se haya cuestionado en donde está la Verdad de nuestro Yo, del ser o del existir, y de todas las cosas interiores y exteriores que nos rodean y atañen en el mundo..
Tal vez antes se debería aclarar el concepto de la Verdad. Esta cuestión que parece simple es de las más difíciles de la Filosofía. Para las personas en general ,como para la Ciencia, la verdad es la solución o respuesta comprobada y cierta de algún problema, sin embargo para la propia Filosofía esas soluciones constituyen a su vez nuevas cuestiones. La búsqueda de la Verdad siempre fue uno de los problemas fundamentales de la Filosofía, pues sin esta búsqueda la Filosofía no tendría razón de existir.
La Verdad a veces se nos presenta como una Luz interior que aparece y se expande cuando la descubrimos, y esta Luz la percibimos íntimamente como la presencia de Dios en nuestro propio Yo. Penetrarla solo es posible mediante el camino del Amor hacia todo lo que nuestra razón y comprensión se dirige, pues precisamente ese Dios del que hablo solamente se concibe como la Fuente Suprema del Amor.
No nos debe importar lo que la sociedad y las religiones prediquen, sino lo que nos diga esa voz interior que todos percibimos dentro alguna vez después de haber utilizado el divino don del raciocinio. La Verdad de las cosas al final se encuentra oculta en el interior de cada uno, pues cada cual siente como es la verdad, “su verdad”, que percibe sobre cualquier cuestión, que no tiene por qué ser necesariamente trascendente.
Nuestra “salvación”, no va a estar en que nuestras creencias sean las verdaderas o que no lo sean, sino en que estemos abiertos a la Verdad y dispuestos a que ella nos ilumine y nos ayude a caminar por nuestra senda evolutiva..
Vemos como muchas personas ante el tema de la muerte, el más allá, o la reencarnación, se ven asaltadas por cantidad de dudas y preguntas para las que no encuentran una respuesta lógica y convincente ; por ejemplo, ¿por qué siempre han habido gentes, culturas, religiones y pueblos que de algún modo han sostenido la idea de la reencarnación mientras que otras no?, ¿quiénes estaban en lo cierto?, ¿en donde está la Verdad?, ¿qué hay de cierto en tantos conceptos y creencias a veces tan contradictorios?. Lo peor para el ser humano falto de respuestas, es que las ha dejado morir en su interior, dando lugar a seguir caminando por la vida como un autómata ciego y descontrolado.
En la actualidad los humanos que poblamos este planeta, debido al nivel medio de evolución alcanzado, somos ya capaces de sentir cierta inquietud por encontrar la luz de la verdad absoluta, y a cada paso mucha gente cree ingenuamente haberla hallado en tal o cual religión o filosofía y estar en la posesión total de la misma, cayendo en posturas fanáticas e intransigentes al empeñarse y sufrir porque su verdad sea la Verdad de todos los demás.
Tal vez deberíamos preguntarnos : La Verdad absoluta ¿ Está en la Biblia?; ¿está en el Corán o en el Talmud? ¿ la posee la doctrina budista, las religiones cristianas o las religiones de cualquier lugar del mundo?; ¿ alguien la posee toda entera y en exclusiva? ¿ todo lo que postulan las demás religiones y creencias que no coinciden con nuestras particulares verdades, es error o mentira?; ¿en donde está la Verdad? .
Para acallar nuestra conciencia en una postura de comodismo, es más fácil aceptar ciegamente las “verdades” que nos den hechas, aunque no las entendamos o aunque en el fondo nos hagan dudar y nos puedan dar cierta inseguridad, pero para muchos, …...“mejor es no calentarse la cabeza con esas cosas”
La Verdad, como afirmó Bertol Brecht, es hija del tiempo y no de la autoridad. Con esta afirmación denunciaba el autoritarismo de los dogmas impuestos como verdades cuyo plazo de validez se pierde al paso del tiempo; estos solo suelen ser manipulación de lenguaje y mentiras camufladas que pierden validez al paso de los años.
Todas las religiones y filosofías creen tener o estar en la verdad, y en realidad la Verdad, por ser un asunto trascendente y absoluto, no es de nadie en exclusiva porque solo pertenece a Dios y por tanto pertenece a todos; cada uno la encontrará finalmente en su interior.
La Verdad se fundamenta sobre todo en dos pilares que la sustentan: La Fe y la Razón. Sobre estos pilares el espíritu humano se eleva en la contemplación de la Verdad. Dios puso en el humano el deseo de conocer la verdad, así como la capacidad de analizar para conocerlo a El, de modo que conociéndolo y amándole el ser humano pueda llegar finalmente a conocer particularmente la Verdad , “su Verdad”.
Debiéramos ser más serios con nuestro Yo más íntimo y nuestro sentido común, y considerar que precisamente la capacidad de raciocinio y discernimiento que se nos ha dado, para algo se nos dio, y su normal uso puede ser la clave para hallar la Verdad; me refiero a la Verdad personal y particular de cada uno, y no a la que las culturas o las religiones nos han señalado e impuesto mediante dogmas de fe y toda clase de postulados para que las creamos sin más llevados por la natural inquietud de creer en algo..
Una cosa es la Verdad diferente que cada uno puede percibir sobre una misma realidad, y que siempre viene a ser un concepto sesgado de la misma, y un valor muy personal de cada cual, y otra es la realidad auténtica y total, que a veces no comprendemos o somos incapaces de ver porque aun no estemos capacitados para ello, pero que sin embargo no por eso es menos real aunque no forme parte de nuestra “verdad íntima” adquirida. La Realidad profunda de todo es la auténtica Verdad, y esta no cambia en sí misma, la enfoquemos como la enfoquemos.
La realidad tal como la percibe cada uno, es su Verdad personal, y esta hay que vivirla plenamente desde la íntima experiencia. Sin embargo el que descubre una verdad no la debe encerrar guardándola solo para sí, sino que se debe compartir y no ocultar a los demás por si les es de ayuda para que cada uno encuentre en sí mismo su propia Verdad.
La Verdad en los conceptos de la vida se conquista gracias al esfuerzo personal e íntimo de cada uno, y no por ninguna extraordinaria revelación sin provecho para quien así gratuitamente la recibiese. Se pueden y hasta se deben divulgar nuestros conceptos de verdad, pero jamás se debe imponer a nadie porque no todo el mundo está preparado o capacitado para comprenderlos y cada cual habrá de encontrar y reafirmar en su espíritu los conceptos de verdad que le son propios.
Para encontrar la Verdad es necesario sentirse libre, pero mucha gente tiene miedo a la libertad. Se tiene temor a la soledad si intentan ver y caminar por sí mismos en busca de la Verdad, nadando a veces contra corriente por los conceptos sociales establecidos ; por eso muchos tienen en lo mas profundo, temor a la Libertad, y prefieren estar atados en su mente pero lamentándose por ello en el interior de su conciencia, pues a la conciencia no se le pueden poner vallas que le impidan volar..
El descubrir un concepto de verdad supone un paso en la evolución y muchas veces una transformación mas o menos notable y coherente en quien la descubre.
La mejor manera de acercarnos a la Verdad es parándonos alguna vez a meditar , por ejemplo ante el mar, la naturaleza, los seres y las personas, como si fuésemos Seres nuevos, recién creados, sin memoria ni experiencia, escuchando, sintiendo y descubriendo, como si fuera la primera vez que lo hacemos, con el corazón abierto de par en par, amando intimamente aquello que tenemos delante y sobre lo que meditamos; esta sería la mejor oración. Y asimismo no dejar nunca de estudiar y profundizar en las leyes naturales, físicas y morales que nos afectan a todos, pues este estudio nos trae el Conocimiento, que es fuente de gozo y Sabiduría, siendo esta una de las metas evolutivas por alcanzar; las otras metas son el Amor y la Inteligencia.
La verdad no está en ningún concepto dogmático de la clase que sea cuando este no puede soportar un análisis o comprobación por parte de la Ciencia o de la Filosofía, por tanto en esos casos podemos rechazar esos conceptos y seguir buscando fuera y dentro aquello que nos haga sentir que es verdadero. A veces los seres humanos nos encontramos frente a una verdad casi tangible, y sin embargo no la percibimos y pasamos de largo, o la confundimos con una ilusión extraña de nuestra imaginación.
El Maestro Jesús Cristo, afirmó que conoceríamos la Verdad y que Ella nos haría libres. Posiblemente se refería a libres de tantos errores, ignorancia, mentiras y engaños, de dogmas y pre conceptos, de fanatismos, y de la explotación de la ignorancia humana por el propio ser humano..
De todos modos, aunque la Verdad no es patrimonio exclusivo de nadie, todas las religiones y filosofías positivas se pueden considerar verdaderas porque en sus teologías y adopciones todas contienen algunos conceptos de Verdad.
La verdad es un patrimonio personal de cada uno, y esta se debe buscar como la busca el buscador de oro que para encontrar una pequeña pero valiosa pepita del mismo, a veces deberá remover y filtrar muchas toneladas de tierra y lodo. Para encontrar antes hay que buscar, y cuando después de este esfuerzo en nuestra búsqueda personal, encontramos nuestra particular pepita del oro de la Verdad, esto supone un auténtico tesoro interior, que podremos compartir, pero que nadie puede nos puede robar y que nos enriquece humanamente para siempre.
En el momento evolutivo actual parece ser que los postulados teóricos sobre la Verdad de carácter religioso o espiritual, están siendo reemplazados cada vez más, por las Verdades auténticas que se encuentran íntimamente grabadas en el corazón de muchas gentes, mediante el esfuerzo de la práctica del bien y del altruismo para con los demás , siendo esta la auténtica religión y filosofía de vida que podremos adoptar: la práctica del bien, el Amor y la Caridad hacia los demás, la ayuda a personas necesitadas de lo mas elemental para sobrevivir, el altruismo, la participación o apoyo a movimientos populares contra la intolerancia, la injusticia, etc.. Ha llegado ya el momento al Ser humano, en que mas que las teorías y las palabras, son las obras positivas hacia los demás y el esfuerzo y satisfacción que experimentamos al hacerlas, las llenan su espíritu que así se siente partícipe en el hallazgo de su verdad auténtica de la vida.
La gente cuando oye hablar de ciertos temas que desconocen o ignoran por completo, se pone a la defensiva y se atrinchera tras la coraza de la burla o del escepticismo a modo de protección. Les da miedo buscar la verdad; es mejor para estas personas vivir en la ignorancia, el escepticismo y la superstición.. Precisamente cuando se plantean los temas relacionados con la espiritualidad estos resultan incómodos y como vía de escape suelen provocar muchas sonrisas y escepticismos. El temor a la luz de la Verdad y lo que ello implica en nuestras vidas sigue siendo en el fondo la misma causa. Pero a esas mismas personas cuando respetan y analizan seriamente estos temas , les suelen asaltar ciertas dudas que conmueven desde lo mas profundo sus convicciones y creencias anteriores , pensando si serán o no verdad estas cosas que al principio parecían oler a superstición y a ignorancia.
En esta sociedad humana actual, tan apegada a lo material y tan escéptica y alejada de lo espiritual, se pueden observar estas posturas de apatía y falta de inquietud ; sin embargo todo el escepticismo del mundo sería insuficiente para hacer que una verdad, o una realidad, esté o no reconocida por la sociedad o por la Ciencia, deje por ello de serlo.

- Jose Luis Martín-
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El que busca la Verdad tiene que ser mas humilde que el polvo; todo el mundo lo aplasta bajo sus pies”
- Gandhi -

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