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sábado, 14 de diciembre de 2013

¿Cómo distinguir la presencia de los Espíritus Mensajeros divinos



¿Cómo distinguir la presencia de los Espíritus
Mensajeros divinos?


(Reunión pública del 18/5/59 - Cuestión No 501)

Siempre habrá de resultarnos fácil distinguir la presencia de los mensajeros divinos a nuestro lado, porque nos sugerirán la ruta del bien.

Aunque sean portadores del esplendor solar de la Vida Celestial, saben adaptarse a nuestro simple nivel en las luchas evolutivas, para mostrarnos el camino hacia la Esfera Superior. Pero aunque se enaltezcan hasta cúspides sublimes en la ciencia del Universo, ocultan su grandeza para guiarnos al adecuado aprovechamiento de las posibilidades que tenemos en nuestras manos.

Sin una mínima agresión, hacen luz para nuestras almas a fin de que veamos las llagas de nuestras deficiencias, de modo que las curemos en la lucha del esfuerzo propio.
Nunca se vanaglorian de la verdad porque nos abrumarían en nuestra condición de espíritus deudores; sólo la utilizan como un remedio dosificado para enfermos, para que ascendamos al nivel de la redención; tampoco se valen de la virtud que conquistaron para condenar nuestros defectos; sólo la emplean junto con paciencia inconmensurable para nuestro propio bien, de modo que la tolerancia no nos falte con su amparo en relación con aquellos que padecen dificultades de comprensión mayores que las nuestras.


Si nos encuentran abatidos o lastimados, jamás nos aconsejan desistir o lamentarnos, sino que nos ayudan a que olvidemos la crueldad y la violencia, con suficiente fuerza para que no caigamos en la posición del que nos insulta o injuria, y si nos encontraran calumniados o perseguidos no nos inducen a la rebeldía o el desánimo, sino que reparan nuestras energías desorganizadas y nos sostienen en la humildad y el servicio con los que podamos restablecer el equilibrio del pensamiento de aquél que nos ataca o difama.


Se yerguen en nuestro camino como un invisible apoyo para nuestros desalientos humanos e iluminan nuestra fe cuando atravesamos los dolores a los que nos hicimos acreedores.


Son rosas en el espinar de nuestras imperfecciones, que perfuman nuestra agresividad con el bálsamo de la indulgencia; estrellas refulgentes en la noche de nuestras faltas, con destellos que nos infunden confianza en el esplendor de una nueva alborada, para que no revolquemos nuestro corazón en el espeso lodo del crimen.


Sobre todo, en relación con las ofensas, levantan nuestra frente para que contemplemos al Justo de los justos que expiró en el madero, porque resistió al mal en actitud de suprema renuncia, con amor resplandeciente y con la bendición del perdón. 

Página psicografiada por el médium Francisco Cândido Xavier, dictada por el Espíritu Emmanuel.

Extraída del libro «Religión de los Espíritus»
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Historia de la civilización a la luz del Espiritismo.


GRECIA Y LA MISIÓN DE SÓCRATES. EN VÍSPERAS DE LA MAYORÍA DE EDAD TERRESTRE

Examinando la mayoría de edad espiritual de las criaturas humanas, Cristo envió, antes de Su venida, una numerosa corte de espíritus sabios y benevolentes, aptos para consolidar de manera definitiva, la maduración del pensamiento terrestre. Las ciuda-des populosas del globo se llenan entonces de hombres cultos y generosos, de filóso-fos y artistas que renuevan, para su mejora, todas las tendencias de la humanidad.
Grandes maestros de la mente y el corazón forman escuelas numerosas en Grecia, que asumía la dirección intelectual del orbe entero. La mayoría de esos pensadores, enviados de Cristo a los colectivos terrestres, traen, del círculo aislado de los templos, las enseñanzas de los grandes iniciados hasta las plazas públicas, pregonando la verdad a las multitudes. Así como la estructura del hombre físico ha exigido los más amplios experimentos de la naturaleza, antes de fijar sus caracteres biológicos definitivos, la enseñanza de Jesús, que representa el camino seguro para la construc-ción del hombre espiritual, debería estar precedida por los experimentos más amplios en el campo social.
Por esa causa observamos, en los cinco siglos anteriores a la venida del Cordero, un ingente número de escuelas políticas, religiosas y filosóficas de los más diversos matices, en todos los ambientes del mundo.

ATENAS Y ESPARTA
Muchas teorías científicas, que provocan el sensacionalismo en vuestro mundo actual como innovaciones ultramodernas, eran conocidas en Grecia, en cuyos maestros tienen sus legítimos fundamentos. En materia de doctrinas sociales, fueron realizados grandes ensayos, divulgándose la más amplia colección de enseñanzas. Y cuando meditamos en el conflicto moderno entre los estados totalitarios, fascistas o comunis-tas y las repúblicas democráticas, debemos volver los ojos al pasado, y considerar a Atenas y Esparta como dos símbolos políticos que nos hacen pensar en la actualidad en la Grecia antigua.
Los espartanos, bajo el régimen atribuido a Licurgo, nombre que constituye sólo una representación simbólica de los generales de la época, viviendo la existencia absoluta del estado ¿no nos recuerdan a la Alemania y Rusia actuales6
6 Recordemos que esta obra se realizó en 1938, cuando Alemania estaba dirigida por Hitler y Rusia por Stalin (nota del traductor). ? La legislación de Esparta prohibía el comercio, condenaba la cultura, limitando el gusto personal ante las bagatelas encantadoras de la vida y del sentimiento, decretó medidas de aisla
miento, maltratando a los extranjeros, instituyó la uniformidad en el vestuario y se encargó de la educación de los niños a través de los órganos del Estado, pero no cultivaba la parte intelectual, derribando todo el edificio sagrado de la familia y crean-do, muchas veces, el régimen del robo y la delación, en detrimento de las más nobles finalidades de la vida.
Por esa razón, Esparta pasó a la historia como un simple pueblo de soldados esparciendo la destrucción y el flagelo de la guerra, sin ninguna significación cons-tructiva para la humanidad. Atenas, al contrario, es la cuna de la verdadera demo-cracia. Fue un pueblo que amó profundamente la libertad y su dedicación a la cultura y a las artes inició a otras naciones en el culto de la vida, la creación y la belleza. Sus legisladores que, como Solón, eran filósofos y poetas, reformaron todos los sistemas sociales conocidos hasta entonces, protegiendo a las clases pobres y desvalidas, estableciendo una línea armónica entre todos los estamentos de la sociedad, acogiendo a los extranjeros, protegiendo el trabajo, fomentando el comercio, la industria y la agricultura. Allí comenzó el verdadero régimen de consulta a la voluntad del pueblo, que decidía, en numerosas asambleas, todos los problemas de la venerable ciudad. Es fácil reconocer ahí el inicio de todas las democracias modernas, que ahora se organi-zan, en la transición del siglo XX, para reprimir a todas las doctrinas nefastas de fuerza y violencia.-

EXPERIENCIAS NECESARIAS
Esas experiencias, en el campo sociológico, fueron incentivadas y acompañadas de cerca por los delegados de Jesús, respetadas las grandes leyes de la libertad individual y colectiva. El mundo necesitaba conocer la buena y mala simiente, en las grandes transformaciones de su existencia. El ejemplo de Cristo necesitaba una elevada com-prensión en el seno de la cultura y la experiencia de todos los siglos transcurridos y, a pesar de las luchas renovadoras que la antecedieron en el planeta, hace dos mil años que el Evangelio del Maestro espera que se produzca el desarrollo del perfecto enten-dimiento entre los hombres.

GRECIA
Al influjo del corazón misericordioso de Cristo, toda Grecia se puebla de artistas y pensadores eminentes, en la Filosofía y las ciencias. Allí encontraremos las escuelas itálica y eleática, con el fervoroso idealismo de Pitágoras y Jenófanes, sin olvidarnos de las escuelas jónica y atomística con Tales y Demócrito, como expresión del más avanzado materialismo. El siglo de Pericles, llegó al apogeo de la belleza y la cultura gracias a los elevados principios recibidos de la civilización egipcia, y esparció las más grandes aclaraciones espirituales por los horizontes de la Tierra.
Pocas etapas de la evolución europea se acercan a ese siglo maravilloso. El Salvador contempla, desde las alturas, esa época de elevadas conquistas morales, lleno 
de amor y de esperanza. El planeta terrestre se aproximaba a su mayoría de edad espiritual y entonces Él podría alimentar el corazón humano con la simiente bendita de Su palabra. Envía entonces, a las sociedades del globo el esfuerzo de auxiliares valerosos, en las figuras de Esquilo, Eurípides, Herodoto y Tucídides, y por último, la extraordinaria personalidad de Sócrates, con el intento de coronar el esfuerzo decidido de tantos mensajeros.

SÓCRATES
De todas las grandes figuras de aquellos tiempos lejanos, debemos destacar la de Sócrates, en la antigua Atenas. Superior a Anaxágoras, su maestro, e imperfectamente interpretado por sus tres discípulos más famosos, el gran filósofo está aureolado por la más divina claridad espiritual en todos los siglos planetarios. Su existencia, en algunas circunstancias, se acerca al ejemplo del propio Cristo. Su palabra confunde a los espíritus mezquinos de la época y despierta nuevos sentimientos y cultura en el alma sedienta de la juventud. En las plazas públicas enseña a la infancia y a la juventud el hermoso ideal de fraternidad y práctica del bien, lanzando la simiente generosa de solidaridad de los tiempos venideros.
Pero Atenas, como cerebro del mundo de entonces, a pesar de su amplio progreso, no consigue soportar las enseñanzas avanzadas del gran mensajero de Jesús. Sócrates es acusado de pervertir a los jóvenes atenienses, instigando el veneno de la libertad en los corazones. Preso y humillado, su espíritu generoso no se acobarda ante las rudas pruebas que desbordan el cáliz de amarguras. Consciente de la misión que traía, rehúsa huir de la cárcel, cuyas puertas se le abren a escondidas por la generosidad de algunos jueces. Los enviados del plano invisible rodean y cuidan su corazón magnánimo y esclarecido, en las horas más ásperas y agudas de la prueba, y cuando su esposa, Jantipa, se asoma a las rejas de la prisión para comunicarle la condena a muerte por cicuta, le dice, en el auge de la angustia y desesperación:
–Sócrates, Sócrates, los jueces te han condenado a muerte…
–¿Y eso que tiene de particular? –responde resignadamente el filósofo –a ellos también les condena la naturaleza a lo mismo.
–Pero esa condena es injusta… –dice sollozando la esposa.
Y él le aclara con una mirada de paciencia y cariño:
–¿Y esperabas que fuese justa?
Dueño de su valeroso y resignado heroísmo, Sócrates abandona la Tierra, alzándose de nuevo a los paisajes de las alturas, donde le aguardaba la bendición de Jesús.


  El gran filósofo que había enseñado a Grecia las más bellas virtudes, como pre-cursor de los principios cristianos, dejó varios discípulos, de los que se destacan LOS DISCÍPULOS
del inolvidable maestro.
La Historia alaba los dis
cursos de Platón, pero no siempre comprendió que mezcló la filosofía pura del maestro con las pasiones terrestres, pisando algunas veces complicados caminos políticos. No supo, como muchos de sus compañeros, conservarse al nivel de la alta superioridad espiritual, llegando incluso a justificar el derecho tiránico de los señores sobre los esclavos, sin una visión amplia de fraternidad humana y familia universal.
De todas formas, no dejó de  apoyar a Jenofonte y Platón. Hablaremos sólo de este último,
Platón
para aclarar que ninguno de ellos supo asimilar perfectamente la estructura moral de
 algunos de los principios cristianos legados por el gran mentor, anticipándose al apostolado del Evangelio, antes de entregar su tarea doctrinaria a Aristóteles, que iba también a trabajar por el advenimiento del Cristianismo.

PRUEBA COLECTIVA DE GRECIA

La condena de Sócrates fue una de esas causas trascendentes de dolorosas y amargas pruebas colectivas, para todos los espíritus que participaron en ella, en la medida justa de las responsabilidades personales entre sí. Por eso, más tarde, vemos al pueblo noble y culto de Atenas proporcionando esclavos valerosos y sabios a los espíritus agresivos y enérgicos de Roma. Iban en las galeras suntuosas, humillados y oprimidos, a pesar de sus elevadas nociones de la vida, el amor, la libertad y la justicia.
Es cierto que iban a instaurar un nuevo período de progreso espiritual para las colectividades romanas, con sus luminosas enseñanzas, pero el proceso evolutivo podría haber ido por otros caminos, lejos de la muerte y la esclavitud. Todavía, sobre la frente de muchos griegos ilustres, pesaba la deshonra sangrienta de aquella injusta condena, la mancha ignominiosa que Grecia debería lavar con sus lágrimas dolorosas de arrepentimiento y cautiverio.

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    MEMORIAS DE UNA MUJER

Yo no era mejor que los demás, ni ahora soy más buena que los otros, pero los consejos del padre Germán dados en los momentos que más los he necesitado, tengo el íntimo convencimiento que han operado en mí una reacción favorable. Y no creo tener tiempo suficiente en la eternidad para demostrarle a ese noble espíritu la inmensa gratitud que por él siente mi alma: porque cada defecto que se pierde, por pequeño que éste sea, es una hoja de laurel siempre lozana que se une a la gloriosa corona de nuestras virtudes.
Nada vale el incienso del aplauso cuando uno se reconoce tan pequeño como los demás. No basta el hacer el bien por rutina y  por egoísmo, para adquirir fama de bueno. Es necesario sentir íntimamente el dolor de los demás y enjugar sus lágrimas, diciendo:
¡Que felicidad! Aún sirvo de algo en la Tierra, aún doy sombra a pesar de mi pequeñez.
Hay que hacer un detenido estudio de uno mismo y decir sin menosprecio: tengo tantos defectos, con todos ellos no puedo ir por la senda del progreso.  Es necesario destruir los más pequeños, por ejemplo, que no es fácil tarea arrancar viejos vicios porque tienen hondas raíces en nuestro modo de ser, y sucede muchísimas veces que se destruye un defecto infinitesimal y se crea uno nuevo de gran magnitud.
Así es que el estudio de uno mismo se parece a la tela de Penélope, lo que adelantamos ayer lo desandamos hoy y vuelta a empezar. Pero no hay más remedio, sin el mejoramiento propio no se puede conseguir el progreso universal.
En cambio, si muchos hombres hacemos el trabajo de los científicos, que miran continuamente el mundo de lo infinitamente pequeño, sí muchos terrenales trabajan en su progreso íntimo, resultará un gran número de virtudes puestas al servicio de la fraternidad y de la unión de las razas y los pueblos, y este estudio (desconocido hasta por nuestros más íntimos amigos, porque cada cual tiene especial cuidado en aparecer poco  menos que impecable), es el que he venido haciendo desde que el espíritu del padre Germán me da sus comunicaciones (familiares, se puede decir).
Estudio que me entristece, que me exaspera en muchas ocasiones, pero que me hace confesar a mí misma que si yo no corrijo mis defectos, ningún redentor me podrá conducir al reino de los cielos.   La  verdad es muy amarga, su sabor es muy desagradable, pero sólo el conocimiento de las verdades eternas nos da la libertad que ambicionamos y los efectos que necesitamos para vivir relativamente tranquilos y gozar de las dulzuras de la vida. Por eso el estudio razonado del Espiritismo es tan útil,`porque sólo él nos dice:
"Nadie te salvará, no hay pontífice que pueda perdonar tus pecados borrando con sus bendiciones la indeleble mancha de la culpa. No hay bastantes sacerdotes en la Tierra para elevar plegarias y cantar responsos en bien de tu alma, todos los tesoros que encierra la Creación no son bastantes para comprar tu salvación eterna. Eres tú mismo quien te has de tejer la tela de tu negro ropón o de tú blanca túnica; Eres tú mismo quien tienes que pulimentar las piedras preciosas que han de brillar sobre tus cabellos; eres tú mismo quien tienes que sembrar las flores odoríferas que han de brindarte su aroma embriagador; eres tú mismo quien has de amar a los pequeñitos, para que los niños salgan a tu encuentro . Eres tú mismo quien has de escribir tu historia, de nada sirven las crónicas escritas por escritores, ni las grandiosas mentiras de las historias de los pueblos.  Eres tú mismo quien tienes que escribir en tu conciencia las memorias de tu ayer:"    Esto dicen los espíritus, esto me repite siempre el padre Germán con una paciencia de la que no he hallado ejemplo en la Tierra.
Amalia Domingo Soler.   

El que estudie el Espiritismo debe  creer irremediablemente en la reencarnación del espíritu en un cuerpo terrenal.  Las culpas de nuestras anteriores encarnaciones por pensamientos y actos contrarios, pertenecen a la ley de siembra y cosecha. Hermanos amigos, espíritus elevados nos de la inspiración , Jesús nos guíe.
Luz progreso y paz.
Marco Antuan

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