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viernes, 29 de octubre de 2010

Vida después de la muerte?



Una investigación médica realizada en hospitales holandeses sobre 344 pacientes que habían sufrido la muerte clínica por efecto de crisis cardíacas establece que el 18% de ellos recuerda haber vivido experiencias mientras su cuerpo estaba sin vida. Estos fenómenos aumentan con los avances médicos.

El 18% de las personas declaradas clínicamente muertas y que han vuelto a la vida declaran haber tenido una experiencia cercana a la muerte consistente en la visión de un túnel, de una luz o la sensación de haber dejado el cuerpo, según una investigación médica realizada sobre 344 personas afectadas de paros cardíacos atendidas en 10 hospitales holandeses durante cuatro años (1988-1992).


Esta investigación constituye una de las más importantes de las realizadas hasta la fecha porque se ha realizado inmediatamente después de la crisis cardiaca, con una revisión a los dos y ocho años después de la experiencia. Hasta ahora, las investigaciones realizadas sobre experiencias cercanas a la muerte, que arrojaron porcentajes muy superiores (48% de adultos y 85% de niños afectados) se han hecho entre cinco y diez años después de la crisis, por lo que se sus resultados se han considerado más débiles.


La investigación actual ha pretendido sobre todo establecer la frecuencia real de estos fenómenos y determinar los factores que los producen. Considera que no son causadas por factores psicológicos, neurológicos o psicológicos y que estas experiencias aumentan en la misma medida en que la medicina perfecciona los tratamientos de las enfermedades cardiovasculares.


Emociones positivas
La investigación desvela que ninguna de las personas investigadas ha sentido miedo en ese momento de transición y que la mitad de ellas se dio cuenta de que había muerto. El 56% experimentó incluso emociones positivas y el 32% asegura haberse encontrado con personas fallecidas. El 31% sintió que atravesaba un túnel, el 23% relata su encuentro con la luz, el 29% asegura haber visto paisajes celestiales y el 12% dice que su experiencia ha sido profunda.


La experiencia es más frecuente en personas menores de 62 años y en las mujeres. La investigación ha contemplado las variables culturales y religiosas. Establece que estas experiencias se producen al margen de creencias y formas de pensar de los pacientes.


Dos años después de la primera entrevista para esta investigación, los médicos volvieron a hablar con algunos de los 344 pacientes. En total, 19 de las 62 personas (el 18%) que habían experimentado la experiencia cercana a la muerte habían muerto y seis rechazaron seguir siendo objeto de investigación. Los supervivientes que aceptaron seguir colaborando declararon que su creencia en una vida después de la muerte había aumentado y que su miedo a la muerte había disminuido de forma significativa.


Ocho años después de la experiencia, la investigación continuó sobre los mismos sujetos de la crisis cardiaca y los sentimientos enunciados se habían acentuado. También pudo determinar que estas respuestas sólo las proporcionan pacientes que han tenido las así llamadas experiencias cercanas a la muerte.


Fenómenos inexplicables
Según los investigadores Pim van Lommel y sus colegas del hospital Rijnstate, estas primeras estadísticas sobre experiencias cercanas a la muerte indican que son poco frecuentes y que continúan siendo fenómenos inexplicables para la medicina. En realidad no se sabe si estas personas han percibido otro estado de conciencia o si el cerebro cubre con falsos recuerdos el período de tiempo que dura la muerte clínica.

Ni siquiera la experiencia cercana a la muerte tiene una definición precisa para la ciencia. Los investigadores la describen como el recuerdo de impresiones vividas en un estado particular de conciencia que incluye la sensación de salir del cuerpo, de atravesar un túnel, de contemplar una luz, de encontrarse con familiares fallecidos e incluso de percibir imágenes de la vida del paciente. En ninguno de los casos estudiados puede asociarse a los pacientes con estímulos derivados de factores farmacológicos, médicos o psicológicos.


Es la primera vez que se establecen estadísticas prospectivas sobre estas experiencias, pero la investigación de Lommel no explica sus causas ni aporta tampoco respuestas definitivas, que siguen fuera del alcance de la ciencia.


Otras investigaciones han podido establecer también que la conciencia es independiente de los procesos cerebrales, puesto que vive (y se recupera) después de los estados de muerte clínica en algunos pacientes.


 Por Yaiza Martínez.
Artículo de la revista Lancet ,

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